Cap. 15: Roomie
— André — Repitió completamente anonadado. ¿Qué Edward no le había comentado nada que llegaba? — Oye, pero el departamento sí está en renta, ¿No?
— ¿Eh? Sí, sí claro. No dudes de eso. Mathew ¿Te parece si terminas de vestirte y hablamos de todo lo que Edward no habló? — Mathew asintió, no es como si estuviese desnudo.
— Sí, claro, dame diez minutos.
— Te parece que bajemos a desayunar? Conozco un montón de lugares por aquí, te va a gustar la zona, es accesible pero peligrosa. —
— Ok…, entonces dame quince minutos para buscar en dónde deje mi cartera.
— Vale, voy a bajar algunas cosas de mi auto.
Mathew no cerró la puerta de su habitación hasta que André no empezó a alejarse, justo en ese momento fue consciente del ruido lejano en la planta baja del edificio. Ignoró aquel detalle, con el nuevo amanecer era apenas consciente de toda la sarta de cosas que había pensado la noche anterior, apenas empezaba a recordarlo bloqueaba su “rabieta” y retomaba la tarea de vestirse.
Pantalones deportivos negros y una camisa blanca fueron suficientes, rebuscó entre sus cosas una gorra y tenis blancos. Tuvo colocarse de puntitas para buscar las llaves en la parta alta del ropero, las guardó en sus pantalones al igual que su cartera. Cuando salió hacia la estancia, notó que ya había una mesa pequeña con cuatro sillas, unas bocinas cuadradas sin ningún aparente uso y una maleta tirada al suelo, con un montón de cosas regadas.
No estaba seguro qué cara había puesto, pero inmediatamente André salió de la cocina y se disculpó por todo lo que había hecho.
— Voy a meter el desastre a mi cuarto cuando regresemos, no te preocupes. — Mathew alzó una ceja ¿Preocuparse él? Quién tendría que hacerlo debía ser André.
— Sí está bien, no te preocupes. ¿Te parece si nos vamos? Tengo que llegar a hacer algunas cosas.
— Claro Matt — Dijo con tremenda confianza. Él también se colocó una gorra y ambos salieron. Mathew seguía con algo de cautela, después de todo, se conocían de nada y tenía que aceptar que André no parecía una persona peligrosa.
Mathew se sabía con un radar interno, sabía detectar muy bien ese tipo de personalidades; entrometidos y exageradamente amables, igual a Bob. Era justo el tipo de personas que intentaba evitar y sin embargo, empezaba a pensar que estaba destinado a estar rodeado de muchos de ellos, era como todo un ejército de Roberts.
— Conozco la zona, pero no había llegado hasta esta parte. — André sonrió por lo bajo, sabía que aquella zona era un descubrimiento suyo, era popular en exceso, con un montón de negocios informales y comida por montones; un mercado ambulante en toda la extensión de la palabra.
— Lo sé, sólo trabajan aquí los domingos, pero soy capaz de ir a cualquier lugar de la ciudad por esta comida. Hay de todo, he probado comida de cada puesto y es altamente recomendable ¿Tú qué comes?
— Cualquier cosa. — Mathew intentó mirar si alguno de los negocios le parecía atractivo, pero, él estaba acostumbrado a otro tipo de “desayunos”. — ¿Qué tal ese?
Había escogido al azar el lugar menos lleno y en domingo aquello era casi un milagro, André asintió y fue el primero en caminar al negocio, saludó a los vendedores que se encontraba a su paso y se sentó confianzudo en un banco de madera, Mathew copió la acción, pero obviamente más reservado.
A esa hora del día el generalmente no tenía hambre, observó el menú de comida colgado del negocio y pidió sólo un consomé. André, por el contrario, pidió eso, un litro de agua de sabor y un montón de “antojitos” para empezar.
— Bueno ahora sí, hablemos claro. ¿De dónde conoces a Edward y qué fue lo que te dijo?
— Para ser sincero no lo conozco de nada, estaba buscando departamento, vi su anuncio en una página de internet y desde hace un mes estuvimos reagendando citas, el jueves lo vi diez minutos y me enseñó el departamento y ayer me dio las llaves, me sorprende porque no me pidió ni una identificación ni nada, es más, ni siquiera sabemos nuestros nombres completos.
— No me jodas. ¿Hablas en serio? Metió al departamento a alguien que ni siquiera conocía y tú… ¿Te mudaste con alguien del que no conoces ni su nombre? Uno no está mejor que el otro, por dios. — Era confuso la forma en la que André había pasado de un estado emocional a otro, Mathew no dijo nada, se encogió de hombros y simplemente suspiro. — Digo, no quiero ser grosero, pero en verdad, ambos deberían de ser más cuidadoso… más tarde te buscaré una copia del contrato, lo firmamos hace algunos hace cinco meses. Nos vamos a mitad de todo, luz, agua, gas. La renta se paga los primeros cinco días del mes, por lo que esperaría que tú me deposites antes de la fecha límite para que pueda hacer la transferencia. Hay una persona, la señora Natty, viene a hacer la limpieza todos los martes y si tú quieres que haga algo más de tu recamara son cincuenta más. Me hubiera gustado que todo esto te lo dijeran antes de que te mudaras, pero ya está hecho, dime si no estás de acuerdo con algo para que lo platiquemos y por cierto, también tenemos que contratar un servicio de internet, el contrato estaba a nombre de Edward y en la madrugada me di cuenta de que ya lo había cancelado… para ser sincero me notificó el sábado en la mañana que estaba viendo a alguien a quién dejarle su parte del departamento, me ha tomado por sorpresa que se haya ido y que se haya llevado todos los muebles, digo, eran suyos pero parece que salió huyendo como si yo le hubiese hecho algo.
Mathew escuchó atento, no iba a indagar en las razones de Edward, no le interesaban, aunque, sabía que debía saberlo porque estaría conviviendo con André los siguientes siete meses.
Respecto a todo lo demás que decía, era de imaginarse que los gastos eran comunes, sin embargo, él no estaba de acuerdo en absoluto con pagarle a una persona para que hiciera los quehaceres de la casa. ¿No se suponía que parte de la independencia era vivir y hacerse responsable de sus propios desastres? André le daba pinta de ser completamente incoherente con sus palabras y sus actos.
— Me di cuenta de que de la nada, todo estaba completamente vacío. Tal vez deberíamos pensar en qué hacer con la nevera. — Mathew contempló que como último de los casos tendrían que ir por el refrigerador de su casa, pero era grande y estorbosa además sería un enorme gasto el transporte.
— Por eso ni te preocupes, hoy en la mañana hice el pedido, llega el miércoles. De hecho, estarán llegando algunas cosas esta semana, la nevera, el microondas y una licuadora. Son cosas que ya tenía contempladas comprar y no creo que habrá ningún problema en ocuparlos. — Guardó silencio unos segundos esperando la pregunta de Mathew, pero no hubo nada, ni un pequeño gesto de duda, aun así, se animó a continuar. — Voy a casarme el próximo año, así que mi novia y yo hemos estado ahorrando este tiempo, apenas le dije que Edward se había ido con todo, me dijo que era una buena idea que comprara las cosas que teníamos planeadas y las usara.
A Mathew le sorprendió a la terrorífica similitud que había entre ese sujeto y Bob, quién también estaba comprometido y apenas necesitaba un pequeño empujón para tenderse a hablar de lo maravillosa que era su novia.
¿Era un Karma este?
Fingió sonreír, pero aquello sólo hizo que André borrar su sonrisa.
— Bueno, es mucho sobre mi ¿Qué hay de ti? ¿Qué haces?
— Trabajo por la zona. — Comentó seco, Mathew estaba en su límite social; Ya había sido cortes, había aceptado una invitación a comer y ahora estaba escuchando forzadamente lo que André decía. Habla demasiado y era molesto, él no tenía tan desarrollada las gracias sociales y su diplomacia se centraba en agradecer cortes y hablar con monosílabos.
— ¿De qué?
— En unas oficinas.
— ¿En una empresa?
— Ajam...
— Te estoy hostigando demasiado ¿No?
— Sí.
— Bueno, no importa está bien que seas reservado. — André se mostró apenado, pero algo muy importante en él, es que jamás se daba por vencido. Había tenido tantas facilidades en la vida como retos para cumplir, así que un pequeño rechazo como ese no le significaba nada. — Mientras no seas como Edward y te encierres en tu habitación todo el día, todo estará bien. Me parece que nos vamos a llevar bien, por lo menos Edward me eligió un Roomie agradable.
Y justo eso es lo que había pensado Mathew hacer apenas llegaran. Iba a encerrarse en su cuarto, con llave y no iba a salir para nada hasta el día siguiente, igual, tenía una buena dotación de comida por si le daba algo de hambre.
(º·. ¸ (¨*·. ¸ ¸. ·*¨) ¸. ·º)
«. ·°·~*~' Karma o Dharma '~*~·°·. »
(¸. ·º (¸. ·¨* *¨·. ¸) º·. ¸)
|¤°.¸¸. ·´¯`» Doki Amare Peccavi «´¯`·. ¸¸. °¤|