Los rumores de que Steve Rogers cargo a Tony Stark al estiló princesa se esparció por el instituto.
Anthony no le daba demasiada importancia a ese hecho, bueno no tanto.
—Buenos días!—gritó siendo recibido por el silencio, Steve estaba leyendo un libro y lo ignoraba olimpicamente. Tony fingió que no le importaba y el mismo se fue a hacer su amado café. Sin embargo no sabía bien maniofrar la cafetera y término con agua con algo de cacao molido todo revuelto que era intomable.
Tony al regresar vio en su puesto habitual una Magdalena rellena de mermelada, pero Steve ya se había ido. No sabía porqué ese hecho lo dejo tan amargado, un extraño sentimiento removió su estomago.
El cumpleaños de Tony se acercaba y sus amigos comenzaban a planear sus regalos, Anthony solía celebrar cada cumpleaños en su isla privada en Miami, pero cómo ese año estaba en mantenimiento se iría a la villa de su familia.
Todos estaban emocionado hablando de ello, menos Steve que dibujaba sobre las hojas amarillentas de la pequeña libreta de cuero, parecía enojado y frustrado a tal punto que rompió el lapiz a la mitad.
—Crees que vaya?—Le preguntó Peter a Nat en un susurró mirando con terror las expresiones de odio de Steve, era algo sumamente aterrador verlo tan enojado cuando era alguien pacifico la mayor parte del tiempo.
—Claro, es idiota así que no se perdería por nada del mundo estar con Tony, aunque este enojado—respondió ella con un movimiento de cabeza raro, tampoco estaba tan segura de sus palabras.
Hasta Thor y Loki hicieron un acuerdo de paz para la celebración de su amigo, aunque bueno, Loki seguía siendo algo frío, pero parecía menos enojado y de vez en cuando se reía de las estupideces del rubio.
El sábado una hilera de limusinas esperaban a cierto rubio, quién con mochila en mano se dirigía hasta sus amigos. Allí vio a Natasha junto a Bruce con quienes viajaría esta vez.
Todos se dirigieron a villa de los Stark, aparcando en una mansión de mármol y varias hectáreas de bosque.
Además de un corral con varios animales en ellos, cómo caballos, alpacas y burros.
Tony salto de su limusina antes de que Jarvis la abriera para ir a abrazar a una alpaca de pelaje blanco opaco.
—Harold!, cómo estas mi amor?—Le pregunto abrazado al animal, dejando besos por su hocico. Mientras estaba con su mascota, todos los demás comenzaron a bajar sus malestas. Estarían un fin de semana allí así que traían bastante ropa.
Peter se sintió emocionado al ver los animales y corrió a ellos cómo un niño, sin embargo estos corrieron del efusivo chico. Al final regreso junto a los demás con un puchero en sus labios, sus amigos se rieron de él por eso.
El sonido de un caballo relinchando los hizo voltear para ver al recién llegado, un chico algo mayor de cabellos negros los miro por sobre el hombro.
—Anthony, pensé que no vendrían nunca más por aquí—Le dijo el tipo, bajando de su caballo para quedar cara a cara con el otro.
—Y así quería que fuera!, pero estoy acá, recuerda que es la villa de la familia Stark tambien—Respondió Tony Sacándole la lengua al extraño, que rodo los ojos ante las palabras del Doncel.
—Veo que aún tus “maneras” no han cambiado—Le dijo con una sonrisa engreída dejando un beso en el dorso de la mano del Doncel para molestarlo.
Steve se puso alerta de inmediato colocándose delante de su amigo con cara de pocos amigos ante el extraño que toco a su Tony.
—Quien eres?—preguntó con voz grave, gruñeando antes el sujeto alejándolo lo más posible del cuerpo de Tony.
—Ah, Anthony, no le hablas de mi a tus amiguitos?, yo soy Stephen Strange, el prometido de Anthony—Le dijo con una sonrisa engreída, antes de ofrecerle su mano para apretarla. Siendo rechazado por Steve, quién se quedó de piedra ante las palabras del otro.
Tony se quedo callado observando la escena, no podía negar ese hecho, aunque quisiera. Todos los colores del rostro de Steve se fueron de su rostro, quedando pálido cómo un fantasma.
Se tambaleo hasta caer rendido en el pasto, desmayado, Tony fue a su rescate tocando la pálida cara del rubio.
Thor ayudo a llevar al rubio dentro de la mansión y lo dejo en el sofá, Tony estaba histérico caminado de un lugar a otro llamando al doctor de cabecera para que volará a Miami.
—Ya despertó!—gritó Natasha, viendo las pestañas de Steve moverse, hasta que los ojos del otro se abrieron repentinamente, mirando a todos lados.
—Tony!—Llamó desesperado incorporándose con una rapidez increíble, Stark salto en su sitió por ese llamado, fue hasta él algo tímido.
Steve tocó su rostro y luego apretó sus brazos y estomago, Tony es quedo quieto con la cara roja, era raro ver a Steve tan preocupado a pesar de que siempre era así, Tony no se acostumbraba.
—Tony, de verdad es tú? Tú...??—Steve abría la boca y la cerraba, no podía decir esa palabra, le enfermaba pensar que su Tony, que él...
—Bueno si, no es qué este de acuerdo, pero mi padre lo pacto...—Respondió Tony, acariciando los cabellos rubios, pensando que Steve estaba demasiado pálido, esperaba no se desmayará de nuevo o le daría un ataque cardíaco.
Steve no dijo más y todos se pusieron a ordenar la casa para la fiesta, decoraron con guirnaldas y Peter esparció brillantina por todos lados, hasta que Loki tuvo que quitarle el frasco de las manos para que no siguiera ensuciando.
Mientras tanto Steve cocinaba un pastel de chocolate y vainilla, con algo de crema batida que sabía amaba Tony y lo confirmaba cuando este sacaba con su dedo un poco y se la llevaba a la boca. Al menos podían estar en el mismo cuarto sin que Tony o él discutieran.
Suponía que era por los sucesos anteriores y también porqué Steve estaba demasiado celoso cómo para dejarlo sólo por ahí, con ese tipo cerca.
—Ya no estas enojado?—Le pregunto llevándose el chocolate a la boca, sus dedos estaban cubiertos de él.