Hoy vine a casa de Kagami para que me enseñe a cocinar, Sei siempre dice que no es necesario, porque podemos ir a algún restaurante o pedirles a los cocineros de su casa que preparen la comida. Personalmente no me gusta sentirme inútil respecto a cocinar, digo, si llegara a vivir junto a él, me gustaría ser yo quien le prepare la comida o prepararla juntos. ¡Quiero ser bueno en la cocina!
— Entonces… ¿Qué quieres aprender a cocinar, Furi? — Kagami busca si tiene ingredientes suficientes en casa como para ver cuántos intentos podré hacer. — ¿Tienes una receta en mente?
— Diría “Sopa de Tofu” porque es el platillo favorito de Akashi, pero quiero hacer un platillo poco elaborado sin que pierda la oportunidad de sorprenderlo.
— Poco elaborado que sea delicioso… Tamagoyaki.
— ¿No es algo demasiado simplista incluso para lo que te estoy pidiendo?
— A ver, hazlo.
No sé qué es peor, el hecho de no poder correctamente un huevo, o el hecho de que por cada huevo que rompo, más cáscara queda dentro de la sartén que la propia clara o yema. Esto me pasa por abrir la boca de más y creer que sería más fácil. Afortunadamente, Kagami me enseña y explica paso a paso la receta para hacerla de forma correcta. Me duele la mano tanto batir, también es difícil evitar que la mezcla se pegue a la sartén, aunque eso es culpa mía si me equivoco en la temperatura que dejo el fuego, el cual debe estar a temperatura media.
Suspiro cansado, no sé cuánto tiempo llevamos cocinando, pero siento que he hecho como mil intentos, claro que exagero, sin embargo, no creo que Sei llegara a comerse algunos de estos desastres. Muchos terminaron quemados, otros salieron demasiado aceitosos, también hay muchos que quedaron muy salados o muy dulces… No quiero rendirme. He estado practicando demasiado el día de hoy y Kagami dijo que en cada intento cometo menos errores, lo que significa que estoy avanzado poco a poco.
Así estuvimos casi toda la noche cocinando, hasta que por fin, después de una infinidad de intentos, pude hacer comida decente y comestible, al menos en términos literales. Mañana le llevaré esto en un bento a Sei y espero le guste.
No dormí mucho, me quedé en casa de Kagami y desde allí pasé por mi casa para un cambio de ropa rápido, Sei ya me estaba esperando a las puertas de Seirin, donde parecía tener una conversación con Kuroko. Me acerqué a ambos, sin la intención de querer interrumpirlos, aunque no se tardaron en notarme. Sei se despidió de Kuroko y se acercó a mí para tomar mi mano, me arrastró a un lugar donde no había nadie sólo para poder besarme en los labios. Me sorprendí por eso.
— Cocinando con Kagami, ¿Eh?
— ¿Qu-? — ¡Kuroko debió de haberle dicho! ¡Ni él ni Kagami son capaces de mantener un secreto! — Supongo que no puedo esconderte nada, Sei… — Saqué el bento de mi mochila y se lo di. — ¡Son comestibles! ¿¡De acuerdo!?
Quería salir corriendo, pero Sei me tenía bien tomado de la mano, tuve que quedarme a su lado. Nos sentamos debajo de un árbol y lo vi abriendo cuidadosamente la caja de la comida. Sacó los palillos para dármelos a mí, básicamente quiere que yo lo alimente. No puedo negarme.
— Si está mal, puedes decírmelo. — Con los palillos tomé un Tamagoyaki. — Di, “Ah~”. — Lo dije por reflejo…
Dando el primer bocado, Sei parece saborear lo que le preparé, al tragar, me mira a los ojos. Me da miedo pensar qué dirá, pero lo mejor es escucharlo siendo honesto.
— Está delicioso, Kouki. — Hizo un gesto de felicidad y abrió la boca para recibir otro bocado, no tardé en dárselo. — De ahora en adelante, la comida de Kouki es mi comida favorita.
Valió la pena desvelarme con Kagami para esto.