Había comenzado como una simple broma de mal gusto que quería gastarle. Como Kouki cree que no tengo sentido del humor o que no suelo reír a menudo, decidí yo mismo gastarle una broma. Así verá que puedo ser tan gracioso como cualquier otra persona. La broma que planee no es simple, pero tampoco tan compleja, simplemente oculté su ropa casual y la cambié por trajes de cosplay femeninos que había comprado de antemano. Como sus padres estarían fuera por la noche, pude esperarlo en su casa y le di una bienvenida normal.
— Ah, Sei… — Se veía bastante agotado, quizás su práctica lo dejó exhausto. — No creí que vendrías. Perdón, la entrenadora se ha puesto bastante espartana últimamente. ¿Quieres algo de comer?
— No, por el contrario, como hoy no tuvimos práctica, vine para visitarte, gracia por dejarme una llave de repuesto. Te preparé el baño, deberías ir para que te relajes.
Sus ojos se iluminaron al escucharme decirle que se tomara ese baño, esa entrenadora debe estar siendo muy exigente como para dejarlo tan cansado, aunque esto sólo es la línea de partida, ahora debo esperar a que Kouki salga del baño para que la diversión empiece.
Pasaron los minutos, dejé de escuchar el sonido del agua, significaba que Kouki había salido por fin de la bañera, seguido de ello, el sonido de la puerta abriéndose y sus pisadas de camino a su habitación eran todo lo que necesité escuchar para subir y darle la sorpresa.
Ya llegado a su habitación, , vi a Kouki sólo con su toalla de baño y buscando ropa para usar, sin embargo, todos sus cajones estaban repletos de cosplays, algunos tradicionales como maids y otro incluso más elaborados, como de chicas mágicas, para ser sincero, no estoy seguro, sólo los compré para poder hacer la broma. Ver esa carita en pánico como diciendo “¡No puedo ponerme esto!” Hace que me carcajee levemente, Kouki parece notarlo y sin más, revelo lo que hice.
— Dijiste que no tenía sentido del humor, así que hice esta broma para ti. Te devolveré tu ropa si te pruebas al menos uno de los disfraces.
No pude evitar sonreír de forma un tanto maliciosa, quizás Kouki no sería capaz de ponerse algún traje, así que sólo le diré dónde está escondida su ropa o… Eso pensé. Kouki, sin titubear, agarra lo primero que tiene a la mano y se lo coloca, de todos los atuendos posibles, se colocó uno que no esperaría. El disfraz que se colocó constaba de unas medias de mallas, una minifalda que parecía apenas ocultar sus glúteos y, para rematar. El top con motivo de enfermera dejaba al descubierto su abdomen. No sé si fue un golpe de suerte para mí o el infortunio de Kouki quien lo llevó a ese atuendo tan indecoroso.
— ¡Po-Por favor, Sei! ¡Mi ropa! — Gritó Kouki mientras se cubría con las manos aquello que el disfraz no tapaba, lo cual no ayudaba mucho, revela demasiado para ser un disfraz de enfermera sexy. — ¡Ya e-entendí tu punto! ¡E-Esto dejó de ser gracioso! Po-Por favor… Este disfraz me da frío…
Quise mantener mi autocontrol, pero aquel atuendo, su cuerpo, reacciones y demás…
— Lo siento, Kouki, creo que por hoy usarás eso y algunos más, será una noche larga.
— ¿¡Po-Por qué siento que he activado algún interruptor de fetiches raros en ti!? ¡No!
Al final, supongo que gané, aunque mi personalidad no lo demuestre, puedo tener sentido del humor como cualquier otra persona. Kouki tuvo que comprenderlo por las malas.