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El Primero de Muchos por Ramc95

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Acurrucado en el centro de su cama está un hombre que casi juraría que nunca he conocido. No se parece completamente a Severus. Este no puede ser el hombre perpetuamente compuesto que conozco. Su piel es tan pálida como me imaginaba, pero su cuerpo es largo. Su mano izquierda serpentea entre sus piernas y rápidamente se sacude.

Ni siquiera ha notado mi presencia. Su brazo derecho está en un ángulo extraño y veo que su muñeca está encadenada a uno de los postes de la cama. Sus largas piernas están temblando y él está acostado en una piscina de su propio semen. Justo cuando abre sus ojos y me mira, grita su liberación. Más semen se une al charco cada vez mayor bajo él. Las lágrimas le mojan la cara.

-¡No mires!- Grita. Su mano ha abandonado su pene todavía erecto y ahora sus dedos se extienden furiosamente. -No mires. Ahh. No mires- Aun cuando dice las palabras sus piernas se están extendiendo para darme una mejor vista. Mi mano está en el marco de la puerta para mantenerme en su lugar. Quiero meterlo en el colchón. Respirar. No lo pierdas todavía.

-No mires- Sus caderas están instintivamente empujando hacia adelante contra nada. Su pecho y hombros están cubiertos de un brillo de sudor. La mayoría de sus cabellos oscuros soplan en las almohadas, pero algunas hebras caen sobre su cara. Los ojos oscuros brillan por las lágrimas.

-Tú eres mi Omega- Noto que su erección se contrae en mi declaración.

-Alfa, por favor. Ahh- Se está moviendo más rápido. -Sal de aquí. No te acerques más. Deja Alfa. No mires. No puedo parar- Está tirando de los bonos tratando de salir de la cama y cerrar la distancia entre nosotros. Él está jadeando todo el tiempo.

-¿Quieres que te libere?- Ella me dio la llave para liberarlo. ¿Ni siquiera confío en mi mismo con la llave?

-No. Por favor. Simplemente vete- Me moje los labios cuando los deliciosos dedos pálidos se abren. -No puedo parar- Dije mientras el todavía está en control de sí mismo. -No mires- Cada pulgada de piel de sus mejillas a sus hombros está brillando. Su estómago es delgado. Sus pezones rosados ​​se destacan contra la pálida piel de su pecho. Tengo el impulso de probar esos brotes pequeños, de llevarlos a mi boca, de morderlos hasta que grite. Mi agarre en el marco de la puerta se intensifica. No puedo dar otro paso o voy a perder el control, incluso ahora es insoportable. Esos pequeños capullos están erguidos, tentándome.

-Severus deja de digitarte-

-No puedo. Duele- Sus dedos trabajan más rápido.

-Si no haces lo que digo me acercaré. Si hago eso, entonces no podré controlarme. Si quieres que me quede donde estoy, haz lo que te digo. Quiero que juegues con tus pezones. Me quedaré aquí y veré. No me moveré más cerca mientras sigas haciendo lo que digo-

Miro sus dedos tirar de sí mismo a regañadientes. Son lisos con algún tipo de lubricación. El sonido que hace cuando su pulgar toma su pezón derecho es casi suficiente para hacerme venir.

-¿Qué es eso en tus dedos, Severus?- Él no me mira a los ojos.

-Lubricación-

-¿Fuiste a comprar algo ya que sabías que estarías en celo?-Él está sacudiendo la cabeza. -Los Omegas producen lubricación natural durante el celo. Es normal en los Omegas-

-¿Entonces estás mojado para mí? Es así como has estado lidiando con tu calor. Bloqueándote. Evitándome. Te esposas a ti mismo-

-Era la única manera de no buscarte-

-¿Por qué no lo hiciste?- Se pellizco esos hermosos cogollos entre el pulgar y el dedo índice. Cada vez que lo pone entre esos dígitos, sus ojos brillan. Severus no me responde. Sus estrechas caderas están temblando.

-¿Te avergonzaste de ser visto así? No querrías que nadie te viera carente de todo control. Tal vez tuviste vergüenza de que soy tu Alfa?-

-Ya sabía que eras tú. Sabía que antes de empezar la escuela. Sabía que aún eras un niño, que eras mi Alfa. Simplemente no pensé que jugaría un papel en mi vida. No debía sobrevivir a la guerra-

-No puedo más". Por favor. Déjame tocarme. Duele mucho-

-No podrás satisfacerte a ti mismo. Solo yo puedo hacer eso, pero si me acerco más entonces no podré detenerme. Estarás atado a mí. No podrías escapar. Podría saborearte hasta que esté contento- Los fuertes gemidos me están volviendo loco. -Ninguno de nosotros sería capaz de parar en el medio. Ya estás en tu límite- Necesito recordarle que no me quería aquí. -No quieres que te ayude. Me ibas a esconder esto mientras pudieras-

-Duele- La mayor parte de su cuerpo está lastimado por tocarse constantemente.

-¿Por qué me ocultaste esto? Incluso has admitido que lo has conocido por un tiempo. Dime. Responde a mi pregunta y luego si quieres que me vaya entonces lo haré y si quieres que me una a ti, entonces lo haré. Responde a mi pregunta Severus, pero date prisa. Estoy en mi límite también-

Es un hombre tan reservado. Verlo así es casi lo máximo para que me deshaga. Tiene fiebre y quiere. Lo desea, lo necesita. Tan lascivo. No está hablando, de hecho se está mordiendo el labio. Solo se ve inseguro de sí mismo. -¿Severus?-

-No sé que responder. No te gustaría ninguna de mis respuestas-

-Dime de todos modos- Exhalo mientras su mano vuelve a acariciar su cuerpo. Tienes razón para todo lo que haces. Solo dime. Entonces haré lo que quieras.

-Es demasiado nuevo. Antes no podía eyacular hasta que cumpliste dieciocho años. Me importó muy poco la liberación sexual. Es demasiado desconocido. Es demasiado pronto. Demasiado rápido. Ni siquiera debería estar vivo-

-Sigue adelante Severus- No estoy seguro de si le estoy pidiendo que siga hablando o que siga tocándose a sí mismo. No importa.

-No quiero otro amo- Ahora está llorando. -Sé que no es lo mismo, pero toda mi vida siempre he tenido un maestro. La muerte iba a liberarme de ese ciclo, ahora estoy confinado a alguien más. Te necesitaré cada vez que entre en celo y vendrás porque soy tu Omega. Mi olor te atraerá sin importar cómo te sientas. Si no somos cuidadosos podría incluso concebir a un niño. Un niño de un ex mortífago. Ella o él sería ridiculizado y aislado de sus compañeros debido a la estupidez que tuve que hacer. Es demasiado. Hay muchas amenazas potenciales-

-No dijiste la palabra- Está jadeando.

-¿Que palabra?-

-Que tienes miedo- Sus ojos son amplios y salvajes.

-Eso se reduce a que estabas asustado de lo que podría suceder. -No estas en contra de que nos apareemos, solo tienes miedo de lo que podría suceder. Tu celo debe distraerte realmente porque me has dado tantas pistas ahora mismo-

Doy un paso hacia la habitación. Su cuerpo se endurece, pero yo continúo. No puedo retroceder más. -Tienes miedo. Tu eres un Omega que tiene miedo de ser un Omega, pero yo soy tu Alfa. Te protegeré. Te mantendré a salvo y cuidado. Tú también me dijiste inadvertidamente que te gustaría tener un hijo, una niña pequeña. Todo. Todas tus razones se reducen a que tienes miedo-

-No te acerques más-

-No voy a hacerte daño Severus. No es eso a lo que tienes miedo. Que te voy a lastimar-

Él esta tocándose a sí mismo. Pero ya no soy un niño. Sé a que tipo de daño tienes miedo. Si te toco más o menos, estoy seguro de que lo tolerarías y probablemente no te molestaría, pero podría hacerte daño.

¿No podría hacerlo Severus? Podría usar este poder sobre ti para humillarte. Podría aprovechar tus momentos de debilidad. O Podría simplemente descuidarte. Podría negarte. Eso es a lo que tenías miedo. Tenías miedo de ir hacia mí, posiblemente el momento más vulnerable de tu vida, y de que yo te rechazara. Te habría roto. ¿No es así?

Tengo la mano apoyada sobre su espalda con suavidad. Él no responde, pero tengo mi respuesta. Estoy arrodillado en la cama delante de él. Tomando la llave de plata, desengancho el manguito. Estoy sacando mi ropa cuando noto que se está acariciando más rápido. No puede esperar más.

-No te acerques más-

-Severus. Es demasiado tarde. No voy a lastimarte. De ninguna manera- Él está balanceando sus caderas. -Me has estado esperando durante mucho tiempo- Él se acaricia incapaz de detenerse.

-No mires. No quiero que me veas así- Lo beso castamente.

-No te escondas. Déjame mirar. Déjame verte- Mis dedos se extienden entre sus piernas para presionar en su agujero necesitado.

-Tu no tocas bien los lugares. Déjame que me encargue de eso- Mi dedo se desliza en él fácilmente. -Realmente estás mojado para mí. Ni siquiera necesita estar preparado. Has estado haciendo eso durante los últimos cinco días. Estoy seguro de que estás listo para ser tomado- Estoy acariciando su cabeza. Está enrojecido y sin hablar. -Pero primero, ayúdame a prepararme. ¿Puedes hacerme una felacion?-

-Yo, no. Yo nunca. Todo esto es nuevo. Es mi primera ... Nunca lo he hecho-

-Shh- Esta noche es una noche para los primeros. Lo beso de nuevo y me maravillo de cómo se somete rápidamente a mí.

-Vas a chuparlo Severus. No tienes que estar avergonzado, haz todo lo que te pido. Abre la boca, Severus- Su mandíbula se relaja y puedo oírlo jadeando con la boca abierta. -Bueno- Su lengua pálida se esconde justo detrás de sus dientes. Su respiración temblorosa me está tentando a empujar por su garganta ... -no. Mantén la boca abierta. Haz todo lo que yo diga- Él asiente con la cabeza sin querer cerrar la boca mientras habla. Mi mano agarra mi duro pene. Me acaricio a nivel de los ojos de él.

-Chupa la cabeza de mi pene con tu boca- Su boca se cierra alrededor de mí lo suficiente como para seguir mis instrucciones. -Bueno- Utiliza tu lengua en la parte inferior de mi polla. -Sus ojos se cerraron mientras que él sigue mis instrucciones.

-Severus, tu boca es tan caliente- Tiré de su cabello profundizando un poco. Afortunadamente él entiende. Cuando vuelvo a tirar de su cabello, lo hago tan involuntariamente más duro. No quise hacerlo, pero antes de que pueda disculparme está gimiendo alrededor de mi pene. -Te gusta eso Severus. ¿Te gusta que te tire del pelo?-

Está gimiendo ahora. Le estoy acariciando la cabeza. Él menea la cabeza y me chupa maravillosamente. Continúo tirando suavemente del pelo notando sus reacciones cada vez. Tensiones en los hombros, espasmos en el cuerpo. Mis dos manos se enredan en su cabello y él lo ama. Le encanta cuando le golpeo por la garganta. Le encanta cuando le arranco el pelo y le arranco de mi pene. Él ama cuando froto mi pene contra su mejilla. Cada vez que me retiro, abre la boca invitándome de nuevo a entrar.

-Abre tus ojos. Mírame mientras hacemos esto- Las piscinas oscuras me miran tímidamente. -Eso es cierto bebe. Se siente mucho más íntimo cuando no cierras los ojos- saque mi pene de su boca y lo froté contra la esquina de sus labios.

-no respondistes. ¿Te gusta cuando te jalo el pelo?- Cuando él no responde inmediatamente, jalo con fuerza en esos oscuros cabellos

-Me gusta. Me gusta- Sus ojos están nublados

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