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Ojos Cerrados por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marver Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión. Créditos a los autores de las imágenes de portada en turno.

Personajes: Tony Stark/Steve Roger (pasado), Tony Stark/Stephen Strange, Bucky/Steve Rogers.

Aclaraciones y advertencia: Romance, angustia, omegaverse, mpreg, violación a menores, y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Resumen: Morgan testigo de un hecho atroz. Le cuenta a Stephen lo que vio, y esto desata una pesadilla que podría destruir la tranquilidad y la sanidad mental, de más de un miembro de la familia Stark-Strange.

Beta Reader:

 

—d

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

 

 

Ojos Cerrados

 

 

Capítulo 7.- Abuelos

 

 

Ingresó nuevamente al edificio para encontrarse con su esposo e hijo, en el camino se topó con Clea; la mujer alfa lucía más seria de lo normal, aunque no era para menos, Peter era como un sobrino para ella, así como lo era para Mordo.

 

—Gracias por tu ayuda —dijo el Omega con voz cansada. Ella le sonrió con tristeza negando con la cabeza.

—Ni lo menciones; Peter es importante para mí, tanto como lo es para Mordo y Wong… —ella hizo una pausa, su expresión seria —. Stephen. Peter necesitará ayuda profesional para superar esto.

 

Él lo sabía. Sabía que su hijo tendría un largo camino por delante y muchas complicaciones antes de estar moderadamente bien.

 

—Probablemente toda tu familia lo necesite —agregó al tiempo que le entregaba una tarjeta de presentación.

 

Era una elegante tarjeta de color vivos de azul donde ser leía:

 

Dr. Chales Francis Xaver

Terapeuta.

 

—Es bueno, lo conocí hace unos años —Clea le contó que el Dr. Xaver se especializaba en ayudar a jóvenes que habían sufrido alguna clase de violencia. Dirige un internado junto a su alfa para chicos con problemas.

 

Strange asintió, tal vez, era una buena opción para Peter y para ellos. Le agradeció a Clea, se despidió de ella antes de dirigirse a la habitación dónde estaban su hijo y esposo.

 

Fue desgarrador encontrar a Peter hecho un desastre absoluto, eso le parte el corazón al Omega, pero no le sorprende; el cachorro había perdido a su madre de una forma horrible, una dónde aún continua con vida, pero no quiere saber nada de él.

Cuando el niño lo ve, se arroja a sus brazos y prácticamente le rogó que no lo dejara como lo hizo Rogers.

 

Ver a Peter así había sacado a relucir la protección en él; le habría encantado tener a Steve enfrente y poner algo de sentido en esta tonta cabeza rubia. Había destruido a su hijo en cuestión de minutos y no parecía importarle en absoluto.

 

Después de que Peter se calmó un poco, hubo más papeleo que completar, más preguntas que hacer y más sufrimiento que el niño se vio obligado a soportar.

Stephen desearía poder retroceder en el tiempo y arreglar esto para que su hijo no tuviera que pasar por esto y que Barnes jamás lo toque, pero no puede y se odia a sí mismo por ello. Después de lo que pareció una eternidad, a los tres finalmente se les concedió permiso para irse.

 

 

 

 

—Pepper envió un mensaje de texto. Morgan y Donna se quedaron dormidas dijo que podría pasar la noche en su casa. Las traerá por la mañana cuando se despierten —dijo Tony, mientras él y Stephen cruzan la puerta principal de su casa.

—Eso es bueno—comenta Stephen, quitándose y el abrigo. Peter ya ha subido la mitad de las escaleras. —¿Tienes hambre, Peter?, ¿quieres que te prepare algo? —lo mira con una expresión de preocupación en su rostro. —Apenas has comido hoy.

—No tengo hambre —responde Peter, sonriéndole o al menos lo intenta, pues es más bien una mueca deformada. —Estoy muy cansado, así que creo que me voy a la cama.

—Está bien —Tony le sonríe con tristeza. —Buenas noches, sabes que te amamos.

 

Peter no responde, ni siquiera los mira a estas alturas, sube las escaleras. Se encierra en su habitación.

 

Tony suspira profundamente, pellizcándose el puente de la nariz, antes de volverse para mirar a Stephen.

 

—¿Qué vamos a hacer? —pregunta, pasándose la mano por el pelo en un gesto de desesperación. —Morgan debe estar confundida, Peter es un desastre, Steve lo niega y Barnes hará todo lo posible para salir de esto. Sin mencionar que no tengo idea de lo que vamos a hacer con James.

 

Le creía su hijo cuando dice que está seguro de que Barnes no ha estado tocando a su cachorro, pero ¿cómo saberlo con certeza?, ¿deberían involucrar al servicio de protección infantil?

 

—Ni siquiera sé por dónde empezar a arreglar esto, Stephen. Debería saberlo, soy su maldito padre, es mi obligación proteger a mis hijos...

 

Strange sabe que su alfa se encuentra a punto del colapso, por lo que hace lo único que se le ocurre. Se acerca a él y presiona sus labios, deteniendo efectivamente el balbuceo de Tony. Sostiene el beso por unos segundos antes de alejarse, acunando el rostro de Tony.

 

—Lo primero es lo primero, necesitas calmarte antes de que te vuelvas frenético.

 

Tony suspira y respira hondo, enterrando su rostro en el cuello de Stephen. El omega lo deja descansar allí, expulsa feromonas para calmar a su alfa. Envolvió sus brazos alrededor de él con fuerza para tranquilizarlo, hasta está seguro de que no le va a dar un ataque al corazón.

 

—¿Mejor? —Tony sonríe y se aleja un poco, besando a Stephen de nuevo. El beso es suave y dulce, reconfortante y también ayuda a calmar los nervios del omega.

Ha estado intranquilo desde que dejó a los niños en la casa de Steve y Barnes y ahora, en los brazos del hombre que más ama puede tener un pequeño respiro.

 

—Clea me dio el contacto de un terapeuta —comenta Stephen, al tiempo que arrastra a su esposo hasta el sofá para poder acurrucarse —Sé que nuestros cachorros son fuertes, pueden superar esto, pero necesitan ayuda; tal vez Rogers puede venir —opina mientras apoya su cabeza en el hombro de Tony —. Creo que su dependencia por Barnes no es normal.

 

Tony respira hondo y cierra los ojos. Le da la razón a su esposo; no quiere creer que una persona mentalmente sana, esté del lado del que lastimó a su hijo.

 

—Llamaré a May, hizo maravillas con Peter con el asunto del divorcio.

 

May Parker era una psicóloga infantil que había ayudado mucho al niño cuando sus padres se separaron, aunque Stephen no estaba seguro de que ella pudiera tener la capacidad necesaria para ayudar a Peter en esta ocasión.

 

—Te quiero mucho y nunca podré describir lo agradecido que estoy de tenerte aquí conmigo —suspira con cansancio —. Peter tiene suerte de tenerte.

 

Stephen no sabe qué decir, nunca ha sido bueno expresando sus emociones con palabras, así que hace lo único que sabe que funciona. Envuelve sus brazos alrededor del cuello de Tony y presiona sus labios, esperando que sea suficiente para transmitir todo lo que siente en este momento.

Aparentemente funciona porque Tony sonríe y se aleja, palmeando un lado de la cara de Stephen.

 

—Vamos, vamos a la cama. Ha sido un día largo y ambos estamos exhaustos.

 

—Está bien—. Todavía hay cosas que deben resolverse, cosas que deben hacerse, pero en este momento no hay nada que puedan hacer más que dormir.

 

 

 

Tony solo ha estado dormido durante unas pocas horas cuando el sonido de un timbre estridente lo despierta. Todavía está medio dormido, su cuerpo se vuelve más y más alerta mientras el sonido continúa sonando, mientras golpea su mano alrededor de su mesita de noche buscando su teléfono celular. Ni siquiera tiene la energía para comprobar quién está llamando simplemente contesta.

 

—¿Hola? —dice somnoliento. Más vale que fuese algo importante o iban a rodar cabezas.

—¿Tony? —La voz de María Stark suena por el altavoz, despertando instantáneamente el interés de Tony. Ella suena preocupada y eso solo causa que una semilla de pavor se asiente profundamente en la boca de su estómago.

 

Se sienta, repentinamente completamente despierto, y mira el reloj al lado de su lámpara de noche. Los números verdes dicen 5:15 AM. La única razón por la que estaría llamando a esta hora es si algo le hubiera pasado a ella o a su padre.

 

—¿Mamá? ¿Qué ocurre? —Tony pregunta, saltando de la cama. —¿Papá y tú están bien?

—¿Qué sucede? —Stephen se despierta por el movimiento. Sus ojos están hinchados y su cabello es un completo desorden de enredos, Tony no puede evitar notar que se ve adorable, y probablemente se reiría si no estuviera tan asustado en este momento.

—Sí, sí—responde y después guarda silencio, parece indecisa. No sabe cómo abordar el tema.

—¿Mamá? —cuestionó comenzando a asustarse.

—Llamamos anoche y nadie nos respondió—Después de que Howard se jubilase, él y María habían decidido viajar por el mundo, solían irse cada par de meses a un punto diferente del mundo, ese año, habían optado por ir a Cuba. Aun así, el matrimonio tenía la costumbre de llamar a sus nietos todas las noches para desearles dulces sueños—¿Ha sucedido algo?, ¿Stephen y los niños están bien?

—Están bien —Tony trata de mantenerse tranquilo, lo menos que quiere es que sus padres se asusten y hagan un viaje de miles de kilómetros, en especial sabiendo que Howard, con seguridad iba a sacar a patadas a Steve de la casa y no quería que James sufriera más por los errores de sus padres.

—Anthony —Stark se estremece al escuchar la voz de su padre —Como lo veo, hay dos opciones, una es decirnos ahora lo que está pasando o nos los dices cuando lleguemos en… —hace una pausa, probablemente consultando su reloj —20 minutos.

 

Esto hace que el joven matrimonio se levante por completo de la cama; el último resquicio de sueño ha desaparecido.

 

No pasó mucho tiempo antes de que el timbre sonara. Tony se apresura al recibidor y abre la puerta, dos adultos mayores le miran desde fuera.

 

María Stark era una omega de elegante figura, su cabello encanecido y las arrugas en su piel no podían ocultar la belleza que siempre poseyó y que los años no fueron capaces de marchitar.

 

Por otro lado, Howard tenía una cicatriz de quemadura en la mejilla derecha y bajaba por su cuello hasta perderse en la ropa, le faltaban un par de dedos producto de un accidente automovilístico cuando Tony era un adolescente.

 

Howard era un excelente empresario, pero un padre y esposo terrible; alcohólico y mujeriego. Un día salió de fiesta con su socio Obadiah Stane y unas mujeres. Estrellaron el vehículo donde iban contra una camioneta familiar, de alguna manera se produjo un incendio, solo Howard sobrevivió, gracias a la intervención de Roland Strange, abuelo de Stephen; aunque con quemaduras en mas del 40% del cuerpo.

 

Después de eso, Howard cambió, se volvió un padre y esposo devoto.

 

—Hijo —María Stark abraza a Tony y éste no puede evitar sentirse débil, estar tan cerca de su mamá lo hacía sentir protegido.

—¿Los niños están bien? —Howard Stark mira a su esposa e hijo con aprensión. Estaba comenzando a asustarse.

—Es mejor que vayamos a la sala —dijo Stephen.

 

Fue duro contar lo que Peter había sufrido a manos de Barnes. Al saberlo, María rompió en llanto y Howard estaba furioso.

 

—Oh, mi pobre bebé —lloró la mujer —. ¿Cómo está Steve y James?, debe estar devastado al saber lo que hizo su alfa.

—Detesto a Steve después de lo que te hizo a ti y a los niños, pero si necesita ayuda con esto… —agregó Howard. La pareja más joven se miró con aprensión, antes de que Stephen les informara que Rogers se puso del lado de Barnes.

 

Por supuesto que los patriarcas Stark no se lo tomaron bien, Howard amenazó con sacar a patadas a Roges de la casa (como Tony predijo), que ellos pagaban, además de retirar su ayuda, pues María firmaba un cheque mensual de alrededor de cinco mil dólares para el mantenimiento del domicilio, además de unos mil quinientos dólares semanales más para que Steve comprara todo lo que Peter y Morgan quisieran o necesitaran. Mas tarde se enterarían de que, de hecho, el rubio omega destinaba gran parte de ese dinero para mantener ciertos lujos a los que se había acostumbrado al estar casado con Tony.

 

—No es prudente que hagan eso —dijo Stephen ante las amenazas de sus suegros sobre dejar a Rogers en la calle y contratar a algunos guardias y tal vez reclusos para hacer ver su suerte a Barnes, no que no se lo merecieran, pero eso podría ser contraproducente para Peter, sin mencionar que James sería un daño colateral.

—Bien, bien, no sacaré a Rogers a patadas, ni haré que unos matones le den su merecido a ese bastardo, remedo de alfa —masculló Howard. —Por ahora…

 

 

 

Peter se despierta con un sudor frío, el terror se apodera de cada uno de sus sentidos. La sensación de las manos, la lengua y los dientes recorriendo su cuerpo no desaparece a pesar de que ya no sueña con lo que Barnes le había hecho. Está paralizado por el miedo, las emociones y los nervios al revivir su última experiencia con su padrastro una y otra vez, y no puede obligarse a hacer nada más que quedarse tirado en la oscuridad.

 

Después de unos minutos, logra recobrar el sentido y sentarse, respirando tan rápido y trabajosamente que se sorprende de no haber tenido un ataque de pánico. Peter está exhausto, más cansado de lo que ha estado en mucho tiempo, pero sabe que no podrá dormirse pronto.

 

Se dirige al baño, como todos en la casa, su habitación cuenta con su propio servicio privado. Se acerca al fregadero, gira la manija del agua fría del grifo y se echa agua en la cara. Se queda allí durante unos segundos, mirándose en el espejo, y está disgustado con lo que ve. Su camisa tiene un corte lo suficientemente bajo como para que pueda ver la parte superior del chupetón en su clavícula.

 

Se obliga a sí mismo a apartar la mirada del espejo, no quiere ver el ser desagradable en el que se ha convertido su reflejo.

 

No quiere sentirse así, sabe que él no es el monstruo, pero la idea fue plantada en lo más profundo de su mente.

 

¿Algún día podría regresar a la normalidad?

 

 

 

Continuará….

 

 

 

 

Bueno, hasta aquí el nuevo capítulo, espero les guste la aparición de los abuelos Stark.


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