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¡¡¡CUENTA HASTA 10!!! por Orseth

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Un mes antes

 

 

            -Espera, no entendí… -dijo sentado a la mesa a la hora del té, con Lucius en la cabecera de la mesa y a Narcisa a la derecha, frente a él.

            -¿Por qué no? fui muy claro –respondió Lucius tomando un sorbo de té.

            -Entonces… -dijo aun sin creerlo- ¿estás echándome de Malfoy Manor?

            -No estoy echándote, solo dije que debes prepararte para dirigir lo que algún día será tuyo.

            -Acabo de graduarme en economía ¡la tinta aun está fresca en mi título! ¿Qué más preparación quieres?

            -Obviamente eso no es suficiente.

            -¿Y vivir en un departamento de mierda si lo es?

            -Draco cuida tu vocabulario –dijo Narcisa moviendo una cucharita en su taza.

            -¡Pero…!

            -Voy a repetir todo lo que he dicho –interrumpió Lucius dejando su taza de porcelana en su platito- Y por favor, esta vez pon atención.

            Draco se cruzó de brazos y apretó los labios sin más opción que escuchar a su padre.

            -No falta mucho para que cumplas veintitrés años, es tiempo de que pienses más que en fiestas.

            -Acabé una carrera universitaria, es obvio que no me la paso en fiestas.

            -Draco deja hablar a tu padre.

            Resoplando  volvió a quedarse callado.

            -Los tiempos malos pasaron, supimos salir adelante, yo con mis negocios, tu madre salvando nuestra reputación y tú en la escuela, así que lo que sigue es seguir preparándote para algún día dirigir las empresas Malfoy -Draco miró su taza de té para evitar rodar los ojos ante ese discurso oído cientos de veces, lo que le interesaba era lo que venía después- Pagué la renta de un departamento por un mes, más el depósito, vivirás ahí, suspenderé por completo tu mesada mensual y cancelaré tus tarjetas.

            -¿¡Qué?!... ¡espera, eso no me lo habías dicho!

            -Te conseguí un trabajo con un buen amigo mío, por lo que vivirás de tu sueldo.

            -¡Pero, pero…!

            -Pagarás tu propio alquiler, tu propia comida, ropa y todo lo demás… aunque bueno, en ropa no creo que gastes, con todo lo que tienes es más que suficiente.

            Literalmente, aun con la boca abierta miró a su madre.

            -Hijo –dijo ella conciliadoramente- Hacemos esto porque te amamos.

            -¡No quiero imaginar si me odiaran!

            -Debes mantener tu trabajo y tu departamento por un año, eso es todo –dijo Lucius.

            -¿¡Pero todo eso de qué me va a servir?!

            -Eso te hará madurar para comprender la importancia de algún día dirigir el imperio Malfoy.

            -¡Se supone que siendo tu asistente iba a aprender eso!

            -No es lo mismo desempeñar un trabajo que comprender la importancia de ese trabajo, se trata de valorar tanto tu esfuerzo como el de los demás y al mismo tiempo saber cómo actuar poniendo por delante los intereses de la empresa.

            -¿Qué? –exclamó sin entender nada.

            -Tampoco tendrás elfos domésticos, a menos claro que puedas comprarte el tuyo.

            -¡Haces esto para castigarme por ser gay! –exclamó golpeando la mesa  con las manos al tiempo  que se ponía de pie.

            -Respecto a eso… -dijo Narcisa removiéndose en su asiento- hijo, el que guardes revistas de hombres desnudos bajo tu cama no significa que seas gay.

            Draco abrió la boca sonriendo incrédulo ante la negación de sus padres.

            -Enfrentar al mundo te hará un hombre, hijo –exclamó Lucius.

            -¿Y que soy ahora, un marciano?

            -Draco…

            -¡Papá no puedes hacerme esto!

            -Aun tendrás la  mesada de este mes para que compres lo que consideres necesario.

            -Todo esto es un error –continuó sin sentarse- en primera no tenías ningún derecho de husmear bajo el colchón de mi cama –dijo señalando a Narcisa.

            -Fue necesario.

            -¡Pero…!

            -El asunto es… -interrumpió Lucius sobándose el puente de la nariz- que hoy es viernes, tienes todo el fin de semana para instalarte en tu departamento y empiezas el lunes en tu nuevo empleo.

            -Pero papá… -exclamó ya con voz suplicante sentándose de nuevo.

            -¿Eres capaz Draco?... dime de una vez que no aceptas porque no quieres o porque no puedes.

 

 

_____________

 

 

 

            El departamento realmente estaba bien, al menos para una persona pues constaba de dos habitaciones, una sala, un pequeño comedor, una cocina y un baño además del cuarto de lavado y de un pequeño espacio para albergar  a un elfo domestico.

            -Ya está todo en su lugar amo –exclamó Iggy, el joven elfo domestico que se compró usando parte de sus ahorros… que ciertamente no eran muchos.

            -Bien.

            -La despensa ya está llena también amo ¿desea que sirva la cena?

            -No, retírate, me voy a dormir.

            -Sí amo.

            Entró a su habitación sin terminar de sentirse en su casa, todo era raro e inusual y para colmo pensar en presentarse en su nuevo empleo al día siguiente hacía que le diera un vuelco en el estómago.

 

 

______________

 

 

            Sin embargo al día siguiente estaba quince minutos antes de las ocho de la mañana en la oficina de su nuevo jefe.

            -Sí, tu padre es un buen amigo del señor Hanson –dijo Albert Wayne presidente de la compañía- y me encomendó que me ocupara de ti, sin embargo también me dijo que soy libre de usar mi propio criterio en cuanto a tu desempeño, por lo tanto te aclaro que no es lo mismo el haber llegado aquí, a mantenerte en el puesto.

            -Lo sé señor Wayne.

            -Nuestra empresa se dedica a hacer muebles de maderas finas con diseños exclusivos.

            -Lo sé señor Wayne, sé que “Ébano Future” tuvo este año ventas por más de ochenta millones de galeones y con proyecciones muy alentadoras para el año que viene y eso, reitero que no lo digo yo, sino el mercado internacional, hay un artículo referente a eso en la revista “Mundo empresarial”.

            El señor Wayne sonrió al ver al chico frente a él y es que Draco en verdad había hecho su tarea pues a pesar de detestar todo aquel loco y disparatado plan de su padre para convertirlo en un “verdadero hombre”, deseaba demostrarles que él no era ningún chico tonto y que sus preferencias no eran ningún impedimento para desempeñar un trabajo que dejara el apellido Malfoy en alto, por lo tanto iba a aplicarse al 100%, además de que no se había quemado las pestañas en la escuela durante años para nada.

            -Escucha Draco, seré sincero contigo, cuentas con los estudios mas no con la experiencia para este puesto, tienes esta entrevista conmigo solo porque tu padre se lo pidió al señor Hanson  y él me dio la libertad de tener la última palabra, sin embargo estoy dispuesto a darte la oportunidad de demostrar tu valía; la señora Kenneth ha sido mi asistente durante quince años y lo ha hecho  muy bien, pero se ha retirado para dedicarse al 100% a disfrutar su familia, algo muy respetable pues ha construido un buen patrimonio para vivir con tranquilidad, así que para ese puesto hay solicitantes muy bien capacitados y con experiencia, pero intentémoslo contigo.

            -Gracias señor Wayne, daré todo mi esfuerzo.

            -No espero menos, recuerda que aquí no eres más el hijo del empresario Lucius Malfoy, sino mi asistente, espero disciplina y esfuerzo.

            -Y así será señor.

            -Bien, ahora ve al departamento de recursos humanos, está listo tu contrato, léelo con calma y firma si estás de acuerdo, también te darán tu credencial y cuando estés listo regresa aquí e instálate en el escritorio que está frente a mi oficina.

            -Gracias señor Wayne.

 

 

_______________

 

 

            -En un rato te entrego tu credencial –dijo la encargada de recursos humanos- en cuanto esté lista yo te la llevo.

            -Gracias.

 

 

_____________

 

 

            En cuanto llegó a su nuevo lugar de trabajo, percibió de inmediato todas las miradas de las personas que estaban en los escritorios aledaños.

            -¿Ese chico que aun huele a pañales será el asistente del señor Wayne?  -murmuró Celestine Ferguson a Agnes Evans  simulando que le mostraba un documento.

            -¿Y qué esperabas?  Es el hijo de Lucius Malfoy.

            -Me parece muy injusto, cualquiera de nosotros podría ocupar ese cargo, yo por ejemplo.

            -¿Ah sí?

            -Sí, tengo ocho años laborando aquí, tengo mucha experiencia.

            -Sí pero te falta un titulo –dijo Angus Floyd, otro secretario que se había acercado a tomar agua del dispensador que estaba ahí.

            -Cómo sea –respondio ella- seguro su papá le compró el titulo también y solo sabrá calentar el asiento, ya veremos si como ronca duerme.

            -Seguro –convino Agnes- aquí no estará papi para hacer su trabajo.

 

 

________________

 

 

 

            Los diferentes departamentos habían recibido la indicación de entregarle informes a Draco para que hiciera un balance general, por lo que Agnes y Celestine aprovecharon para presentarse.

            -Aquí está mi informe –dijo Agnes.

            -Gracias.

            -Y el mío –dijo Celestine- por cierto, la de recursos humanos me pidió que por favor te entregara tu credencial, mucho gusto Lucas.

            -¿Lucas? –Repitió frunciendo el ceño verificando su nombre- ¡no soy Lucas, mi nombre es Lucius!... Soy Draco Lucius Malfoy, esto está mal.

            -Un simple error, ve a reclamar, seguro te la entregan hoy.

            -Sí, iré enseguida –respondio levantándose.

            -Bien… Lucas.

            Se giró a echarles ojos de pistola mientras ellas se alejaban riendo.

 

 

______________

 

           

            Su nombre fue arreglado y la credencial que portaba en su pecho llevaba su nombre correcto, sin embargo…

            -Aquí está el informe Lucas.

            -Draco, soy Draco.

 

_____________

           

            -Lucas te toca cambiar el garrafón del agua –dijo Agnes desde su lugar.

            -Me llamo Draco y el personal de mantenimiento se encarga del agua.

            -Te gusta hacerlo enojar –dijo Celestine riendo.

            -Sí, es divertido.

            -Lo sé querida, lo sé.

 

 

____________

 

 

            -¡Son un cactus en el culo, Blaise! –exclamó mientras se secaba el cabello en su habitación.

            -Te molestan a propósito –respondio Blaise desde la chimenea- no les hagas caso.

            -Pero ya llevo una semana, al menos deberían disimular que les caigo mal, les arde que yo ocupe el puesto.

            -Pues sí, ellos llevan años y de repente llegas tú.

            -¿Y yo qué culpa tengo?... es verdad que me falta experiencia pero estoy mejor preparado que ellos, sobre todo en la inclusión de tecnología en el ámbito laboral, ya se pueden usar computadoras sin que la magia las afecte, soy bueno con las máquinas y ellos son dinosaurios, ya les dieron cursos y siguen como piedras; además Blaise, sino fuera yo ten por seguro que tampoco iban a elegir a ninguno de ellos.

            -Eso es verdad, son puestos y responsabilidades muy distintas, pero fuera de eso ¿cómo te sientes en el trabajo?

            -Estoy agotado pero me gusta, creo que estoy haciéndolo bien, además ya le agarré el gusto a vivir solo, puedo acceder a mi habitación secreta ya sin que sea secreta.

            -Sí, recuerdo que tenías que cuidarte para entrar a esa habitación en Malfoy Manor.

            -Lo que me pesa mucho es tener las tarjetas canceladas, tengo que almorzar en una cafetería súper corriente.

            -Tienes tu sueldo, pide algo a un restaurante.

            -¡Eso lo gastaba en un centro comercial en un día! oh Blaise siento que estoy perdiendo el glamour y luego esta ese estúpido de Angus, un tipo de cuarenta años que siempre deja su café en la copiadora ¡le he dicho fácil unas veinte veces que no lo haga! Pero le entra por una oreja y le sale por la otra.

            -Son de la vieja escuela Draco, nunca usaron nada de eso hasta hace poco tiempo, usaban hechizos para sacar copias, que ciertamente es más sencillo cuando se trata de un par de copias, no de docenas, para eso es muy funcional la copiadora, es solo que se niegan al cambio.

            -Ese no es mi problema y luego esta Celestine que no deja de llamarme “Lucas” –Blaise comenzó a reír- no es gracioso.

            -Oh si, si lo es… bueno, ya debo irme.

            -Ok nos vemos luego.

            -Adiós Lucas.

            -¡Hijo de…!

 

 

____________

 

 

            -Draco organiza un almuerzo para la junta de mañana, vienen unos inversionistas.

            -Sí señor Wayne.

            Imaginó que había restaurantes  a los que solían recurrir para estas ocasiones, pero decidió  elegir por su cuenta, por lo que después de escucharlo hablar por teléfono, Celestine se le acercó con una tarjeta.

            -Toma Lucas, aquí es donde suelen contratar el servicio de almuerzos.

            -Gracias volován, pero el encargado de este almuerzo soy yo.

            -¿Có-como me llamaste?

            Celestine, de cuarenta y siete años y casi noventa kilos lo miró boquiabierta.

            -Volován –repitió alzando la vista- perdón, es que olvido tu nombre.

            Aun con la boca abierta, lo único que atinó a hacer, fue darse la vuelta y regresar a su lugar furiosa.

            -¡Me llamó volován! –masculló sentándose de golpe en su silla.

            -¡Lo sé, lo sé! –exclamó Agnes riendo por lo bajo.

            -Maldito niño rico.

            -Y hablando de riqueza… -respondio Agnes levantándose y acercándose al escritorio de Draco.

            -Draco, hoy te toca invitar el almuerzo.

            -¡¿Eskiusmi?! –exclamó mirándola mientras levantaba las cejas.

            -Sí cariño, eres el nuevo, hoy es tu turno.

            Una respuesta sarcástica estuvo a punto de salir de su boca, pero al mismo tiempo pensó que si todavía le quedaba un año por delante conviviendo con ellos, bien podía hacer un esfuerzo para al menos llevarse bien.

            -De acuerdo.

 

 

___________

 

 

            Pero cuando recibió la cuenta de aquel pequeño restaurante en donde solían almorzar, casi se va de espaldas.

            -¡Es casi la mitad de mi sueldo! –pensó poniendo su mejor cara y pagando- en la vida vuelvo a invitar a estos glotones gorrones.

 

 

_____________

 

 

            Al día siguiente, antes de que llegara a trabajar, alguien abrió el cajón de su escritorio y sacó la tarjeta del restaurante en el cual había encargado el almuerzo para la reunión.

 

 

______________

 

 

 

            Eran en total cinco ejecutivos los que llegaron a la reunión, la cual se desenvolvió sin problemas, hasta que llegó la hora de tomar el café.

            El señor Wayne miró a Draco y este asintió, pero al salir no vio a ningún mesero esperando, por lo que llamó al restaurant para ver porqué el retraso.

            -Pero el servicio fue cancelado a primera hora.

            -¡Pero eso no es posible, yo no cancelé nada!

            -Lo siento señor pero no hay ningún servicio en camino -Draco bajó el teléfono mirando hacia el frente con cara de pánico- O-ok… ¿Cuánto tarda en venir ahora?

            -Lo siento señor, estos servicios se deben programar con anticipación.

            -¡Sí pero entienda que yo no cancelé nada, ustedes cometieron un error, deben ocuparse de esto!

            -No es un error señor, de hecho la cancelación fue hecha a las 7:45 am.

            -¿Y quién canceló?

            -No tengo ese dato señor.

            -¡Pues deberían tenerlo, yo no cancelé nada y necesito el servicio!

            -Lo siento, no podemos hacer nada al respecto.

            -¡Pero es urgente! ¿¡Qué no entiende que lo necesito?!

            -Se puede hacer un pedido pero tardaríamos un poco en llegar y además solo sería el repartidor, no habría servicio de meseros.

            -No será necesario, gracias.

            Colgó y llamó a otro donde básicamente le dijeron lo mismo.

            -Draco ¿Qué pasa con el almuerzo? –preguntó el señor Wayne atrás de él.

            -Yo… es que…

            -Habla ya –insistió con gesto serio.

            -No hay almuerzo.

            -¿Cómo?

            Draco no pudo evitar sentirse intimidado por la severa mirada de su jefe.

            -No sé cómo pasó, pero alguien canceló el servicio y…

            -No me importa cómo sucedió, tú tenías que confirmarlo.

            -Lo hice ayer señor Wayne, de verdad.

            -Debes aprender a ser más eficiente y precavido, asegúrate de cumplir con tus obligaciones como debe ser –concluyo con el ceño fruncido y dándose la vuelta regresando a la sala de juntas.

            Se quedó parado sin saber cómo reaccionar, entonces miró a los otros tres escritorios y encontró a los tres secretarios mirándolo con un gesto de… ¿diversión?

            El resto de la mañana fue un infierno pues el humor del señor Wayne se había agriado y le estaba gritando por cualquier insignificancia.

            -¿Lo ves Lucas? –dijo Celestine acercándose a su escritorio con voz conciliadora- debes apoyarte en los que tenemos experiencia, si le hubieras hablado al restaurante que yo te dije, estas cosas no habrían pasado, ellos nunca nos han quedado mal, no tienes porqué probar cosas nuevas si ya hay algo que funciona; como dijo el señor Wayne, debes ser más eficiente.

            Draco apretó los labios y resopló por la nariz como toro de lidia antes de responder:

            -Cállate maldito volován relleno, seguramente fue alguno de ustedes quien canceló el servicio.

            -¿¡Cómo te atreves a llamarme así?!

            -¡Porque eso eres además de una maldita ardida envidiosa!

            -¡Voy a reportarte por esto!

            -¡Repórtame con tu madre!

            -¿¡Qué pasa aquí!? –exclamó el señor Wayne saliendo de su oficina.

            -Me acerqué a ofrecerle mi ayuda para el próximo almuerzo y comenzó a insultarme –respondio ella con lagrimones saliendo de sus ojos- me sentí muy mal al verlo equivocarse así, así que pensé que podía ayudarlo.

            -¡No es verdad, es que…!

            -Draco a mi oficina –interrumpió dándose la vuelta.

            Sintiéndose impotente, solo le mandó una mirada asesina antes de seguir a su jefe.

            -Señor Wayne, lamento el escándalo, yo…

            -Escucha Draco –interrumpió sin siquiera sentarse- no tienes porqué desquitarte de tus errores con tus compañeros.

            -Pero es que…

            -No he terminado.

            -Sí, perdón.

            -Sí te ofrecen ayuda es porque ciertamente tienen más experiencia que tú, así que te disculparás con Celestine.

            -¿Qué?... pero yo no hice nada malo señor.

            -Draco por favor,  habías sido muy eficiente, no me hagas pensar que eres un chiquillo caprichoso y creído como todos dicen.

            Draco se le quedó mirando y al cabo de algunos segundos esbozó una sonrisa forzada diciendo:

            -Sí señor, me disculparé.

            -Bien.

            El señor Wayne llamó a Celestine a la oficina y Draco no tuvo más opción que disculparse.

            -Esta bien Draco, no hay de qué avergonzarse en que tus mayores sabemos más.

 

 

_____________

 

 

            Ni siquiera salió a almorzar debido al tremendo entripado que se cargaba y ver a aquel trió sonriéndole con condescendencia y burla no ayudaba en nada.

            -Draco ven por favor.

            Colgó el teléfono y entró a la oficina.

            -Toma, haz seis carpetas.

            Salió con un fajo de documentos rumbo al cuarto de copiado.

            -Ya que vas a la copiadora ¿puedo encargarte estos documentos? –Dijo Angus  dándole una carpeta- es que ese aparato del demonio me odia.

            -¡Oh yo también! –exclamó Agnes levantándose y poniéndole otra carpeta sobre el fajo que llevaba.

            -¡Qué bueno que te estás ofreciendo querido Lucas! Eres muy amable –añadió Celestine sonriendo al tiempo que colocaba más documentos en la pila que ya había.

            Solo los miró, no dijo absolutamente nada, solo se dio la vuelta y se dirigió al cuarto de copiado.

            -¿Lo ven? –Dijo Celestine  satisfecha- ese niño solo necesitaba que le dieran una lección, no tardará en correr a los brazos de su millonario padre y alguno de nosotros podrá ocupar ese cargo como corresponde.

 

 

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            Llegó al cuarto de copiado y miró la maquina frente a él… y el jodido vaso de café de Angus encima; apretó los labios y lo colocó sobre una repisa y procedió a sacar las docenas de copias, tardó cerca de una hora, solo faltaba armar sus carpetas y listo, pero al girarse a tomar los plásticos en donde los iba a acomodar, accidentalmente golpeó el vaso volcando el contenido en el montón de documentos copiados.

            Se quedó mirando el desastre sin hacer nada, viendo gotear el liquido marrón hasta el suelo; entonces dejó los plásticos en la mesa y salió de ahí, llegó hasta su lugar, sacó su varita de un cajón y apuntando a su silla la trasformó en un bate de beisbol, lo agarró con ambas manos y se dirigió hasta el escritorio de Angus, quien lo miró sonriente extendiendo su mano esperando sus documentos… sonrisa que se congeló al ver a Draco con el bate alzado con ambas manos… solo alcanzó a arrojarse a un lado de la silla.

            -¡Te dije mil veces…! ¡que-no-pongas-tu-maldito-café-en la-máquina-copiadora! –gritó al tiempo que estrellaba el bate en la computadora y las cosas que estaban sobre el escritorio.

 

 

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