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Chronosaurus por erickkbaj

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Capítulo IX: Albedrío.

“No dejes que fluya dejándome atrás

Incluso, aunque quiera más, aunque sea un poco más”

—Stray Kids

 

La sangre que les recorría el cuerpo se manchaba rápidamente de la suciedad que emanaban las criaturas, sus venas saltaban a través de sus pálidas pieles. Los grandes cúmulos de sombras y materia tomaban la forma de los cuerpos de las siete almas que habían devorado. Arrodillados y sin poder respirar se sometían a las esencias que poseían sus cuerpos sin permiso alguno. Uno a uno iba cediendo el control de su cuerpo y así sus quejas y lamentos iban desapareciendo.

—Gracias, mi señora. —Yuqi bajó la cabeza agradecida con Jieun de su destino.

—¿Sabes cuántos necesito? —Jieun fue caminando hasta la chica quien le miró confundida. Se agachó a levantar la caja del suelo, quitando los restos de la masa caliente que consumió el cuerpo de Soyeon.

—No estoy entendiendo. —Sus piernas comenzaron a temblar, vio a su alrededor como de las cruces bajaban KuanLin, Shuhua, SooJin, Minnie y ChangGu.

—Los leviatanes pueden poseer los cuerpos humanos ocultando su verdadera forma, así como yo. Pero aun así necesitamos un recipiente más. —Pasó sus dedos entre sus cabellos ondulados sintiendo como el cuerpo de la chica temblaba. —Entiendo que tu devoción por mí es grande, traicionaste al amor de tu vida, a quién te trajo devuelta a la vida. —

—Usted lo hizo, no ella. —Dijo, tratando de hacer méritos y evitar aquel destino.

—Claro que sí, pero eres una simple mortal, un sucio ser que tan pronto tenga la oportunidad me traicionará, justo como lo hiciste con SoYeon. ¿Crees que no sabía de sus movimientos e intenciones antes de que vinieras a mí a decirlo? Ustedes los humanos siempre creyéndose superiores a todo, si tan solo supieras realmente todo… —Yuqi la interrumpió hincándose ante ella, suplicando.

—Le prometo que no sucederá, deme una oportunidad. —Los gritos de la chica se incrementaron cuando fue elevada poco a poco mientras Jieun recitaba más palabras en su idioma natal, saliendo una sombra en forma de serpiente que tomaba camino hasta ella. —No es mi favorito, pero estaba guardándolo para el final, tu castigo por ser una traicionara, al igual que SoYeon y los demás incluso por ser unos ineptos. —El cuerpo de Yuqi cayó al suelo, convulsionándose a los pies de Jieun. —Al menos KuanLin sirvió de algo, siempre pensé que su rostro quedaba con el tuyo, querido. —Acarició la barbilla de KuanLin, sus ojos continuaban sangrando hasta que la mano de la mujer pasó encima terminando con la posesión y sellando su cuerpo para el uso exclusivo de su leviatán favorito.

—Finalmente tengo el placer de verte en acción. —Unos pasos hacían eco, Jieun solamente sonrió al reconocer la voz.

—Me estaba preguntando en qué momento saldrías a unirte a la diversión. —Responde limpiando la sangre negra de los ojos del nuevo KuanLin.

—Iban a tomar a los cuerpos más cercanos así que no quise entrometerme. Creo que ese no había sido el trato. —JaeBeom camina a través de todo el desastre que es el lugar deteniéndose en el angelical rostro de Jieun.

—Por supuesto, espero no haber creado rencores. —Su vestido manchado se empieza a incendia, las llamas se consumen y al apagarse dejan debajo de ellas un vestido color vino hasta sus muslos.

—Claro que no, sospechaba que esto iba a ocurrir, después de todo… compartimos el mismo destino y viéndote me agrada la idea de ser quién te sustituya. —Sonríe, Jieun simplemente hace que el sitio se consuma en llamas mientras sus leviatanes se marchan.

—No fue casualidad… pero, tienes que decirme ahora. ¿Dónde encuentro a BangChan? —JaeBeom sonríe más, acercándose a la mujer para sostener su cálida barbilla, uniendo sus labios en un intenso beso.

***

Pensó que las cosas podían mejorar con el pasar de los días, pero estaba equivocado. MinHo quiso creer que estar en un mismo lugar viviendo y compartiendo podrían haberse acercado y formado lazos amistosos con todos, pero eso era algo ingenuo, todos estaban siempre de mal humor. WooSeok se la pasaba en todo momento en la biblioteca y Yuto siempre estaba desaparecido, en cuanto a BangChan, si podría decir algo, ahora todo era más incómodo que antes. Sumado a los constantes acechos que sentía a cada rato.

MinHo no podía soportar más la situación en la que BangChan le ignoraba, le miraba como si no quisiera verlo así que eso hizo. Mejor se la pasaría junto a WooSeok, estudiando o buscaría nuevos amigos. BangChan no quería saber nada, se sentía como una mierda de persona, Felix lo había bloqueado de todo sitio posible y las cosas con ChangBin se habían vuelto incomodas, se había quedado solo y sinceramente no le importaba. Llevaba días sin poder dormir adecuadamente y parecía que su mente le jugaba a ratos malas bromas, sus sueños eran cada vez más reales y se sentía peor al involucrar a MinHo en ellos, incluso a demás chicos que solo había visto unas cuantas veces en la universidad. Siempre era lo mismo, edificios destruyéndose, monstruos matando personas y gente asustada y atemorizada, como si fuera el fin del mundo.

—Gracias. —Regresó el encendedor al encargado de la tienda y sacó el humo de su cigarro una vez estuvo a la intemperie. Realmente nada valía la pena. Era la primera vez que salía en días y era mejor que estar solo, sabía que su actitud estaba arruinando el ambiente, sin embargo, nada de lo que quería lo podía tener, nada podía arreglar, todo lo estaba echando a perder, junto a su vida.

—Solo debes concentrarte. —Sintió una brisa fría junto al humo de un cigarro distinto al que él tenía.

—¿Qué? —Volteó a ver al dueño de aquella voz profunda, un señor alto con un aura calmada, vestido de mezclilla, con las uñas pintadas de negro junto a un cabello rizado.

—Para los humanos lo único que es seguro cuando llegan a la vida es la muerte, el tiempo se encarga de arrullarlos hasta que eso pase, pero se tiene el poder de decidir lo que será de ellos. Es una bendición no tener cadenas… Piensa en ello. —BangChan podía sentirse extrañado, incluso incomodo y era mejor irse de ahí, pero pudo sentir cierta conexión.

—Toda la humanidad es una estupidez. —Mencionó mientras la brisa de la tarde se llevaba el humo que exhalaba.

—Lo son… pero es fascinante. Recuerda que tanto lo bueno como lo malo pasará. Eres especial y deberías de tener cuidado, siempre hay alguien esperando por ti, pero también habrá alguien que estará celoso de ello. También existe la contraparte, aquella que te hace daño. —Los ojos de YongGuk brillaron junto a los de BangChan al ver como JaeBeom cruzaba la calle. Éste no le vio y no logró captar nada, BangChan olvidó aquel recuerdo, pero la advertencia de cuidado quedó marcada en su ser.

A pesar de ello su necesidad de amor y aceptación le hizo aceptar toda propuesta que JaeBeom buscaba, no podía negarse a sus labios y a su tacto lleno de mentiras, pero que aún le volvían loco.

No eran nada, tampoco era nada con MinHo, pero por donde lo viera se sentía como una infidelidad, sabía que se merecía todo el odio del mundo, sabía que MinHo lo odiaba y que nunca tendría una oportunidad y aunque con JaeBeom las cosas se habían salido de control sabía que ciertas necesidades estaban cubiertas. Casi no hablaban, solo aprovechaban el tiempo en el que su departamento se quedaba vacío para poder acostarse y disfrutarse el uno del otro. JaeBeom no había sido gentil desde entonces, sus embestidas eran cada vez más intensas y las marcas en la blanca piel del menor eran más notorias. Sus peticiones salían de su zona de confort, quería creer que era su libido, pero se sentía bajo un hechizo, no podía decirle que no, aunque muchas cosas no le gustaban, de su boca solo salían gemidos de placer aceptando a más personas en sus encuentros. Se sentía perdido.

Perdido y drogado en cada momento. La frialdad del chico lo estaba matando, sus amigos lo odiaban, había hecho que sus compañeros de habitación lo detestaran, perdió la amistad de ChangBin y había quedado como una zorra entre los chismes de la universidad, había perdido toda credibilidad y sentía que lo merecía, se castigaba aceptando cada petición que JaeBeom ordenaba. Las drogas comenzaron a nublar sus sensaciones, lo hacían disfrutar más y a la vez le quitaban los sentimientos que su tonto corazón emitía. Sabía que se estaba matando y nadie podía salvarlo. ¿En qué momento cayó an bajo?

***

—Yuto puede acceder tan fácilmente ¿Por qué? —HongSeok dejo su taza de té sobre la mesita que tenía enfrente. Desde hace días sentía que aquel viejo amigo lo estaba acechando, esperando el momento perfecto para tener aquella charla.

—Toma. —El clima entre las montañas altas donde HongSeok vivía se oscureció, las nubes reclamaron el cielo y el frío acompañó el ambiente. Mientras HimChan se sentaba delante de HongSeok y tomaba su taza de té negro, caliente.

—Siempre fue el destinado a tomar nuestro lugar. —Dio un sorbo, dejando la taza de porcelana sobre la madera de la mesa viendo a la Muerte a los ojos.

—¿De qué hablas? —Le miró confundido.

—Es increíble que lo hayas olvidado, o es acaso que simplemente no lo quieres recordar. ¿Sabes? Siempre me pareció hipócrita de tu parte que hayas castigado a WonHo de esa forma. Él se enamoró de un humano ¿Cuál es el error? Este desastre que padecemos es por el amor que el Fuego tuvo con Tiempo y por qué él te prefirió a ti. —Se cruzó de brazos al hablar, soltando varios suspiros.

—Ellos tuvieron un hijo … —Susurró mientras HongSeok le veía con sorpresa.

—¿Cómo? —Cuestionó.

—Convertí a WonHo en mortal… no sabía que su amor es predestinado, así que en alguna vida tuvieron descendencia… Las cosas son más complicadas de lo que crees, si tan solo te atrevieras a leer lo que hay en la biblioteca lo entenderías. Hay demasiadas leyes que se tienen que respetar para mantener el equilibrio en el universo, es más frágil de lo que crees. —HongSeok volvió su rostro serio, su aliento era frío. HimChan realmente estaba perturbado y temeroso, era la primera vez que lo veía así.

—Entonces, por eso Yuto… —

—Pensé que había muerto después de aquella guerra. Creé a su ancestro hace varios años, YongGuk me ayudó, él tiene ese poder, después de todo no solo es Tiempo, es Vida. —Sonrió con nostalgia y volvió su mirada a la porcelana frente a él. —Lo vigilaba desde entonces, a sus descendientes, pero seres como nosotros no podemos tener familia, nuestra vida humana se esfumó hace siglos. Usan el nombre de Yuto después de ciertas generaciones, pensé que el segundo Yuto había muerto en la guerra entre los reinos antiguos, pero de alguna manera su descendencia siguió existiendo. —

—El equilibrio existe, así como nosotros, si uno llegara a faltar todo se derrumba como un dominó. El caso es que a ti te faltan las lecturas que yo tengo. —HongSeok sonrió mientras terminaba su taza de té.

—¿De qué hablas? —Le miró extrañado de que usará esas palabras.

—Las cuatro primeras… Ellas son nuestro origen, el origen de todo. Ellas lo son todo, si llegaras a pensar en alguien más fuerte que nosotros juntos son ellas. Dejaron basta información para nosotros, nuestro viejo amigo Vacío tiene su propio libro, el universo tiene sus reglas, tu preciado libro que siempre lees, pero el que nos rige a nosotros lo tengo yo. —HimChan le mira incrédulo, estaba furioso, pero más curioso por entender más.

—Explícate. Y ¿Por qué tienes ese libro? —

—Los libros se siguen escribiendo. Los humanos constantemente van tomando sus propias decisiones y eso repercute en el futuro, para todos, incluyéndonos, esa fue la bendición y maldición que los humanos recibieron al ser creados. Ellos fueron creados bajo el libre albedrío, perfectamente imperfectos. Cosas como un humano enamorado de una parca cambian esos libros… Cosas como una mortal abriendo la caja de encierro del fuego cambian el destino. Nuestro destino es mantener este poder, si lo heredamos o no, no tiene relevancia hasta ahora. Yuto tiene que heredar el poder de la oscuridad y el de la muerte. —Murmuró dejando el libro sobre la mesa.

—Es demasiado poder para estar en una sola persona, por eso mismo no soporté aquel peso y me ayudaste tomando el poder de la oscuridad. Pero para que eso pase YongGuk y yo tendríamos que desparecer… YongGuk y yo… ¿Quién es el predestinado de Yuto? —Abrió sus ojos curiosos.

—Un chico llamado WooSeok, al inicio no sabía de qué se trataba todo esto, pero cuando las piezas fueron embonando una a una las conclusiones salieron sobrando. Yuto nunca fue tratado como un humano cualquiera, sus emociones a veces son demasiado transparentes. —Soltó un suspiro mientras sus hombros se relajaban.

—Pero YongGuk había escogido a BangChan para heredar su poder. —Murmuró con preocupación.

—Yuto mencionó que hay algo ocurriendo entre BangChan y un chico, MinHo…el caso es que sus energías son complementarias, pero manejan otro tipo de fuerzas, diferentes a las suyas… las vibraciones que salen de ellos son del tiempo, pero Yuto no ha logrado descifrarlo. —Baja la vista, observando como tu taza se rompía.

—No creo que MinHo sea capaz de heredar el poder de la muerte. —Murmura para sí mismo.

—No lo sabremos hasta que YongGuk haga el trato con BangChan. Pero hay cosas que debemos de ver claramente y que tú no quieres aceptar. —Habla poniéndose de pie, separando sus brazos para quitar la oscuridad de su hogar y hacer que el sol ilumine en ella.

—¿El qué? —Se cruza de brazos empezando a molestarse.

—YongGuk está demasiado nervioso porque ella ha estado accediendo al velo del tiempo. Estoy seguro que él sabe que pasará, o al menos sabe los escenarios posibles. —Cruza sus manos detrás de su espalda, quedando frente a frente a la Muerte.

—YongGuk podrá contra él. —Murmura, aunque no muy seguro de sí mismo, pues sabía que Jieun se estaba volviendo más poderosa al usar magia tan antigua.

—YongGuk debería de saber quién es el heredero perfecto de su poder, no debería de dudar y la única explicación que encuentro es que el futuro de todo está en manos de los humanos. —Ambos soltaron un gran suspiro, mostrando preocupación en sus rostros, pasarían los años, pero algunas costumbres y gestos humanos seguirán pegados a ellos.

Notas finales:

Gracias por leer <3 


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