Capítulo XIV: Laberinto.
“Esta es la lucha por mi mañana
Mi estado actual, es como si viera el futuro de ayer”
—Stray Kids.
Las extremidades que salían de la espalda de BangChan comenzaron a llenarse de plumas negras, su rostro comenzó a alargarse mientras sus manos pasaban a romperse para dejar en su lugar unas grandes garras. Era como los clásicos ángeles mitológicos, pensó MinHo. Maravillado por tal belleza de esa bestia peligrosa. Tan hermoso que no se dio cuenta que el suelo en sus pies desapareció. BangChan le sostuvo e hizo que se sostuviera de su espalda. Fuerte, suave, ensangrentada. ¿Seguía siendo BangChan? ¿Podría confiar en esta bestia que estaba en el lugar del chico?
Fue en busca de JaeBeom quien aún tenía a JeongIn. Cuando se dio cuenta de su presencia comenzó a huir de él, su cuerpo comenzó a cubrirse de llamas dando pasó al ave que anteriormente se había robado al pequeño chico. El instinto y la antigua confianza que sus energías mezcladas tenían, le permitió a BangChan comunicarse sin necesidad de palabras con MinHo. BangChan sostuvo a MinHo con sus garras y lo lanzó directo contra JeongIn para poder separarlo de JaeBeom.
Ambos chicos rodaron por encima de las azoteas de los edificios siendo sostenidos por HyunJin y ChangBin, manteniéndolos a salvo antes de que cayeran al vacío. Todos intercambiaron miradas al sentir esa conexión intensa y a flor de piel, por un momento el miedo de su naturaleza humano dejó de existir y la temible ave en llamas dejó de ser atemorizante.
La bestia en llamas se detuvo sobre la azotea de uno de los altos edificios, gritando con la fuerza suficiente para hacer que todas las ventanas de los demás edificios se rompieran. ChangBin y Félix se acercaron al borde de la azotea viendo como de los más profundo de donde se suponía no había nada, ni suelo las personas sin rostro y con las extremidades deformadas escalaban como arañas hasta ellos.
—¡Tenemos que irnos! —Los seres extraños llegan veloces hasta ellos y el temor regresa a ellos, tratan de escapar, pero estan siendo rodeados y acorralados.
ChangBin sujeta del brazo a Felix para evitar que esas criaturas lo sujetaron y de un solo golpe en la cabeza los destroza. Todos lo miran con asombro, pero no con el suficiente tiempo, seguían siendo atacados. ChangBin a duras penas podía él solo cuidar de Felix, los demás forcejeaban y eran arañados por esos seres. HyunJin finalmente recordó un hechizo de aquel viejo libro. Introdujo con la suficiente fuerza su mano en el interior del estómago de esos seres, extrayendo la sangre, recitando una frase en el idioma que imitaba los sonidos del lenguaje de HyungWon, soportando el asco de tocar sangre y tripas asquerosas.
Las criaturas infernales se petrificaron y pronto comenzaron a convertirse en polvo, gracias a HyunJin quién se doblaba para por fin vomitar. Felix notó como ahora la brújula apuntaba hacia uno de los edificios cercanos, justo en el borde de este mundo donde todo empezaba a desintegrarse. Fueron saltando de azotea en azotea. La bestia en llamas volvió a emitir otro grito y un crujido desde las oscuridades del suelo inexistente se escuchó, volvían de nuevo y en más número.
Todos se apresuraron a seguir mientras BangChan los defendía en su camino, detenía el fuego que era lanzado, sus alas enormes comenzaban a quemarse, pero él tenía el objetivo claro de protegerlos. JaeBeom en aquella forma se acercó y lo atrapó, estrellándolo contra un edificio, derribándolo en el acto. Al conservar el tamaño de un humano promedio, BangChan pudo escapar y acercarse más hasta donde los chicos se dirigían. Pero JaeBeom en su forma humano se abalanzó contra él, cayendo sobre la azotea en la que los demás chicos se encontraban.
—Vamos cariño, no sigas escapando de mí. —JaeBeom ejercía fuerza sobre BangChan, estando encima de él, inmovilizándolo contra el suelo. Sostuvo una de aquellas alas y la rompió, los quejidos de BangChan se hicieron presentes. Nadie sabía que hacer pues los seres extraños empezaban a alcanzarlos, la brújula dejó de moverse y nada más sucedía.
Hasta que JaeBeom recibió un golpe tan fuerte que lo alejó de BangChan. MinHo tenía su mano rota y llena de sangre, pero eso no importaba. Ayudó a ponerse de pie mientras ChangBin corría hasta JaeBeom. Sostuvo sus cabellos y chocó su rodilla contra su rostro, dejándolo en el suelo para darle una patada con la fuerza suficiente para arrojarlo lejos y hacia el vacío oscuro.
Estaba tan satisfecho y alivianado que no se percató de la presencia de WonHo, este cargaba una guadaña, cortando hacia el aire para abrir una especie de portal Inter dimensional. Sin palabras les señaló que cruzaran, uno a uno iba cruzando mientras con un simple chasquido de dedos las criaturas comenzaron a desaparecer. ChangBin se cubrió sus oídos cuando el grito de aquella bestia se volvió a escuchar y esta vez el fuego iluminó desde lo profundo consumiendo lo que quedaba de ese mundo.
—Será mejor que te apresures, llegará pronto. —Dijo, ChangBin corrió y finalmente cruzó. Aquel mundo fue consumido en llamas, haciéndose cenizas bajo la furia del fuego.
***
—Así que es eso lo que sucede. —Una voz tranquila y calmada se escucha en medio del lugar. Unos tacones hacen eco mientras se dirigen hacia la mujer con corona y velo cubriendo su cuerpo. —Por eso estamos juntas… —
—Así es… —MinHyuk hace una reverencia hacia Diana, la Luna, quién acaba de entrar en los territorios de su hermana gemela, NewSun.
—Todos saben que no podemos estar tanto tiempo juntas, hemos estado esforzándonos en no estarlo para evitar que todo se vaya a la mierda ¿No deberíamos despertar a las cuatro primeras? —MinHyuk niega, acercándose a la otra deidad.
—Ellas han sido muy precisas en su decisión de haber cedido su poder, y sabe que sus reglas para con los humanos es el libre albedrio que se les dio en su creación, cosa que no realizaron con los Chronosaurus y que desencadenó en la creación de los leviatanes. —Murmura aun con la cabeza hacia el suelo.
—No sirvió de nada, YongGuk y HimChan terminaron creando este caos, ahora HongSeok dejó de existir junto a ellos, los siguientes seremos nosotros. Nosotros elegimos esta forma humana para hablar contigo, nuestra forma es imposible de ver para un ser como tú, un simple sirviente del vacío. —Murmura con una mirada felina pesada la diosa del sol.
—Yo no lo llamaría así su majestad. —JooHeon entró junto a ChangKyun y KiHyun. —Nuestra capacidad humana nos limita, pero a la vez nos libera de las reglas de las cuatro primeras, en vez de ser algo humillante y despreciable, es más una bendición. —Las gemelas chasquean su boca y JooHeon no puede borrar su sonrisa.
—En vez de quejarse deberían de ayudar. —Menciona ChangKyun
—¿Más? El problema fue creado por ustedes. No olviden que YongGuk y HimChan fueron humanos, al igual que ustedes. Y ni olvidar el desastre que ShowNu y WonHo ocasionaron. —Diana se cruza de brazos rompiendo el espejo de la habitación. La Luna y el Sol eran exigentes y caprichosas, pero era solo una pinta, pues la existencia que solían tener y conocer era nuevamente amenazada y el miedo a dejar de existir o, mejor dicho, a la muerte era grande.
—El problema consiguió su propia solución. —Todos voltearon a ver a HyungWon entrando al lugar.
—¿Qué tratas de decir? —Cuestiona el sol.
—La naturaleza de WooSeok siempre estuvo ligada a YongGuk. —Se detiene unos momentos hasta quedar entre las hermanas, tomando asiento en uno de sus tronos. —Es descendiente de ShowNu y WonHo, después de todo quien originalmente recibiría el peso del tiempo en sus hombros era ShowNu, pero con los castigos de HimChan hacia WonHo y evitar la creación de más paradojas ese deber terminó cayendo en su descendencia mientras los perpetuadores del pecado original eran castigados. —
—¿Entonces cuál es el siguiente paso? —Comenta KiHyun a su líder.
—Guiar a los Chronosaurus de regreso a la dimensión donde el fuego este. Su heredero los está siguiendo, así que hay que detenerlo. La cabeza y favorito del tiempo ha descubierto y activado parte del poder. El resto hay que dejarlo en las manos de WooSeok y Yuto. No hay más opciones. —
***
—¿Por qué sigues dudando? —WooSeok se gira para ver de dónde provenía aquella voz.
—JinHo… —Nunca lo había visto antes, pero los recuerdos de YongGuk ahora suyos lo hacen reaccionar.
—Sinceramente es un problema que un humano como tú haya heredado el poder del tiempo, es algo que no alcanzaría una vida humana para comprender y, sin embargo, aquí estas, con un solo día de existencia con el peso de arreglar eones de desastres… —El pequeño de estatura chasquea sus dedos y cuando parpadean se encuentran al borde de una playa, con pasto encima, adornada con el fondo de una cascada que cae hacia arriba, planetas y estrellas en medio de un cielo celeste con dos soles. No era algo que no existiera, simplemente algo que los seres humanos eran incapaces de imaginar.
—No me pregunto por qué fui elegido. Me pregunto ¿Qué es lo que debo de hacer? —Cuestiona cerrando sus ojos sintiendo la brisa de aquel mar.
—Los Chronosaurus fueron las primeras vidas orgánicas que las cuatro primeras crearon. La perfección andante. Seres grandes, alas y plumajes espectaculares. Pero la ley de leyes incluso por encima de ellas es el equilibrio, el balance en el universo. Al momento de crearlos se crearon los leviatanes, podrían ser su némesis, su opuesto. No había mucho problema hasta que empezaron a destruir el mundo de los humanos. Criaturas a imagen y semejanza de ellas, libre de reglas y con la capacidad para decidir su futuro, su propio camino. Con ayuda de estos y los Chronosaurus encerraron a estas bestias en el fondo de los océanos… —Realiza una pequeña pausa mientras ve el paisaje. —Quienes pelearon a lado de ellas heredaron sus poderes y ellas finalmente decidieron descansar. YongGuk recibió a la vida, su hermano gemelo a la muerte. Yo a la luz, HimChan a la oscuridad y HyungWon al vacío. Es así como una nueva generación nacía, la creación y la vida explotó y el universo tomó forma, los océanos, vientos, amor y demás surgieron. Jieun se enamoró de YongGuk, pero este no le correspondió. Ella enloqueció cuando supo que HimChan era su amor verdadero y desató todo este caos. Consiguió algunos aliados, y logró liberar a los leviatanes. Finalmente, la guerra entre las deidades ocurrió. YongNam había muerto y HimChan para mantener el equilibrio consumió su poder y YongGuk pudo conseguir el poder del tiempo, de esa forma pudo encerrar a Jieun y los leviatanes. —
—¿Por qué no destruirla? —Su cabeza dolía mientras los recuerdos de aquellas épocas pasaban por su mente.
—Ninguno de los poderes debe de destruirse, no tendría sentido y no existiría un equilibrio… por ello debo de entregarte mi poder. —WooSeok le voltea a ver con confusión.
—¿Qué dices? No, pero si lo haces dejaras de existir… y no, es que no entiendo… —
—Principalmente HongSeok ya no existe, mi existencia es aburrida. Además, que su pupilo no la está pasando nada bien y alguien con el poder de la oscuridad y la muerte no debería de estar desequilibrado, por eso HimChan con tal de complementar y mantener con vida a YongGuk tomó el lugar de la muerte. Pero no soportó el poder mezclado de la Oscuridad y la Muerte, por ello cedió su poder a HongSeok, uno de los humanos que pelearon con ellos contra los leviatanes. Ahora Yuto tiene en su poder esas dos grandes fuerzas y la única forma para que lo soporte es que tu tengas el contrario de él. Ya qué eres el destinado a soportar el peso del tiempo… ahora tu deber es mantenerte con… —
—Luz y Vida. —
—YongGuk es vida, su amor y equilibrio con HimChan los llevaron a tomar el poder del tiempo juntos, pero fue YongGuk quien tomó esa responsabilidad. Al final si tu recibes a la luz ambos serán iguales y de esa forma podrán arreglar todo lo que sus predecesores arruinaron. —
Con eso en mente y con el recuerdo de su viejo amor, JinHo tomó las manos del alto chico, el brillo entre el agarre apareció, sintió arder, pero seguramente WooSeok lo pasaría peor. Los vientos los envolvieron mientras una de las manos de la luz se introdujo en el pecho de WooSeok y la otra en su cabeza. El cuerpo de JinHo comenzó a desintegrarse, los gritos del chico se mezclaban con el escándalo de los vientos y las olas de aquel mundo. Todo comenzó a temblar y la cascada se partió en dos.
Cuando todo acabó WooSeok quedó tirado en medio de la arena, desmayado, cansado por tanta información, por tantos sucesos increíbles y que apenas como humano podría procesar. A su lado, de entre la neblina oscura se formó una suave cama en donde Yuto lo recostó y cubrió con las sábanas, dejándole descansar y recuperar fuerzas antes de enfrentarse a su destino.
En el fondo de su ser Yuto estaba más calmado, ahora su poder estaba más tranquilo y no se sentía al borde de la destrucción. Sabía que era algo que pasaría, en el momento en que recibió el poder de su maestro. Alzó su vista hacia los cielos de aquel mundo, agradeciendo por la oportunidad de perpetuar su existencia con WooSeok. Una atracción a primera vista, un complemento magnético que ahora sin él, no podía existir.
—Estan en el último mundo. Han salido de aquel laberinto. —Murmura al ver los ojos de su amado, sabiendo lo que preguntaría.
—¿En qué lado cayeron? —Cuestiona sobando sus sienes.
—El supuesto… el mundo que debió de existir sin todos estos sucesos… está chocando con el real. Sugiero que dejemos que avancen solos y descansen hasta que entren al mundo real. —Yuto desvía su mirada al horizonte, apenas él pudo procesar la información y la tarea que JinHo le había tratado de explicar al igual que a WooSeok, se preguntaba si estaba lo suficientemente bien para soportar el siguiente paso.
—Bien… —Respondió antes de cerrar sus ojos, cayó dormido.