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Chronosaurus por erickkbaj

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Capítulo XV: Efectos secundarios.

“Si ya decidí que camino tomar

¿Por qué sigo siendo influenciado?”

—Stary kids.

 

—Lo mejor será seguir a pie. —Todos los presentes asintieron mientras veían el autobús partir, la meta era realizar la excursión, aunque tomara otro rumbo.

Estuvieron de acuerdo y sujetando sus maletas empezaron a vagar por el camino de asfalto. HyunJin en el fondo sabía que algo no cuadraba en toda esta situación, ya que no encontraban un alma más con ellos, incluso de quienes se suponían estaban en el viaje con ellos. Los chicos parecían llevarse entre ellos, siendo honesto no tenía recuerdos de como siquiera llegó a conocerlos, pero todo en sus acciones resultaba tan natural que pensó estaría delirando por el fuerte calor que estaba ese día.

MinHo y BangChan desviaron su mirada hacia un carro abandonado, sencillo y grande, con el espacio suficiente atrás para llevarlos a todos, tenía pinta de un carro militar, pero nadie dijo nada. MinHo empezó a conducir y BangChan se subió de copiloto, los demás quedaron en los asientos traseros, sin alguna carpa que les cubra del sol. Sintió debajo de su saco un gran libro, no lo entendía y trató de leerlo, pero simplemente los símbolos estaban en otro idioma y su cabeza no daba para más.

Félix volteo a ver de reojo a HyunJin, escuchó claramente algunos susurros y la voz provenía de él, HyunJin se percató de lo mismo, empezaron a sentir una especie de comunicación entre ellos que hizo molestar a ChangBin.

—Déjame en paz. —La cabeza de todos los presentes empezó a doler, no sabían porque veían en sus recuerdos a su escuela derrumbarse en medio de temblores.

Fue tal la impresión que MinHo no pudo ver la reja que les impidió avanzar, había chocado y por fortuna la barrera era algo sencilla. Todos bajaron para ver si había algo grabe que afectara al vehículo, analizando el espacio en el que se encontraban.

SeungMin sacó debajo de su ropa un segundo libro, y HyunJin trató de quitárselo iniciando una pelea para ver su contenido, todos no sabían lo que pasaba, solamente los trataron de separar antes de que la discusión de volviera en golpes.

—Detente. Seguiremos avanzando hasta donde el carro llegue y ustedes se quedarán en silencio. —BangChan les ordenó y amenazó, su voz se sintió como una ley y todos se quedaron en el margen de la situación.

Regresaron a sus lugares para continuar con aquel trayecto en silencio. Todos ahora sentían una incertidumbre por el final, no saben cuál sería el destino de su trayecto y ahora todo parece tan difuso, sin embargo, nadie dice nada. MinHo empieza a sentirse nervioso al no ver fin en el camino, ni una sola curva, todo recto y tiene la sensación de que si se detiene por un momento algo los alcanzará y los atrapará, pero ¿Por qué tiene esos pensamientos?

Todo era una simple excursión, un día de campo que el maestro HwiTaek había organizado desde hace mucho tiempo y que todos en la universidad estaban entusiasmados con la noticia, y ahora solo estaban ellos, vagando en un campo sin fin y sin un rumbo fijo, con las sensaciones de tener amistades antiguas que a pesar de ello se mantiene la desconfianza por la falta de recuerdos con estas personas.

BangChan ve con naturalidad hacia los cielos, atardeciendo mientras continúan vagando en ese campo sin fin. Ve aquellos dos soles acercarse y ocultándose en el horizonte, sabe que eso no es normal ¿Alguien más lo puede notar? Sin darse cuenta, la noche cae y la luna roja los ilumina. JeongIn ve hacia las estrellas y entre ellas ve las nubes oscuras que sostienen una ciudad. Es ahí cuando una llanta se revienta y MinHo tiene que maniobrar para no descarrilarse y perder el camino.

Y como obra del destino el autobús donde estaban se detiene frente a ellos. Todos con una sonrisa de alivio bajan del carro y ven como hay personas dentro, sus demás compañeros, las puertas se abren mientras relámpagos iluminan el cielo nocturno. De la nada una chica que jamás vieron se detiene en la puerta del autobús, sus manos se alargan y deforman en grandes garras y empieza a atacar a aquellas personas. Los ocho chicos se detienen y huyen del autobús. Sobre los aires se ve una inmensa sombra volar sobre ellos, mientras el autobús es partido en dos y arrojado a los barrancos que empezaban a formarse.

Sobre este ven la sombra de una bestia aplastar la carcasa de metal mientras una segunda sombra se alza en los cielos. Huyen y gritan tanto como sus cuerpos se les permite, recorren ese campo de pasto sin fin hasta que el fuego les impide avanzar.

—¿No me reconoces? —De entre las llamas aparece JaeBeom, mal herido y con bastante enojo reprimido, viendo a BangChan quien instintivamente pone detrás de él a los demás chicos tratando de defenderlos con su pose.

—No sé quién mierda eres. —Responde BangChan, estando alerta ante cualquier movimiento del chico.

—Lo mejor es que te alejes. —JaeBeom voltea a ver al dueño de aquella voz de ultratumba. De entre las sombras aparece HoSeok con algunas heridas expuestas sobre su torso descubierto.

Sin atemorizarse avanza delante de los ocho chicos y girando su guadaña en mano rompe el espacio, liberando diferentes criaturas siniestras y deformes para atacar al chico. Con eso ganaría tiempo. Maniobra el arma y rasga al aire nuevamente, creando un portal para que los chicos atraviesen.

—¿Qué es lo que sucede? —HoSeok detiene las palabrerías de JiSung cubriendo su boca.

—Este mundo es el último, su mundo está a punto de destruirse y con él todo, entren y recuperaran sus recuerdos, este mundo no debió de existir. —Les apresura, Felix sostiene en su mano una brújula rota, sin saber desde cuando la tiene, ésta empezó a alocarse y señalar hacia el otro lado del portal que les abrieron.

Un ave en llamas gigante se alzó y todos con miedo cruzaron. HoSeok evade algunos ataques, pero finalmente es derribado.

—Una simple muerte de bajo rango no puede contra mí, un Dios, mucho menos contra los leviatanes que van detrás de esos idiotas… Ni siquiera tu preciado HyunWoo ¿Cuándo vas a dejarlo ir? —La lucha entre JaeBeom y HoSeok empieza, el segundo está muy débil pues ha estado tratando de detener a los leviatanes quienes persiguen a los ocho chicos a través de los mundos destruidos. Trata de ganar tiempo junto a HyunWoo, pero estan heridos, cansados y no creen poder aguantar más.

HoSeok es lanzado contra el suelo desde las alturas, uno de sus brazos y sus piernas estan quemadas, apenas sobrevive al golpe y enseguida siente una dulce caricia en sus mejillas. HyunWoo, con un brazo roto y una herida profunda que atraviesa su torso se sienta a su lado, los dos leviatanes se acercan poco a poco a ellos mientras entre las llamas consumen ese mundo. Un mundo donde solo los humanos convergen, donde las bestias del tiempo son solo un mito poco conocido.

—¿Está vez será como las pasadas? —Cuestiona HyunWoo escupiendo algo de sangre, tratando de alargar su tiempo de vida.

—YongGuk y HimChan nos eximieron del castigo… pero si no hay un mundo al cual renacer… —Las lágrimas empiezan a salir de los ojos de HoSeok, tantas vidas pagando el castigo por enamorarse de un humano, rompiendo las reglas.

—No importa… —HyunWoo sostuvo su mano y le dio un beso en sus nudillos. —Pude estar tantas vidas a tu lado, soportando el mismo amor y dolor, incluso si esto es un sueño no quiero despertar…yo este existiendo o no... me refiero mi cuerpo…no lo necesito para amarte más allá de la eternidad… —

—HyunWoo… HyunWoo. —HoSeok sostiene el cuerpo entre sus brazos y no quiere ver su rostro, con ojos cerrados. HoSeok ha visto apagarse esos ojos incontables veces, pero saber que esta será la definitiva le carcome por dentro y no quiere aceptarlo.

HoSeok lo apretuja entre sus brazos y se llena de su sangre, sus lágrimas caen y caen y sin darse cuenta las llamas los empiezan a consumir, junto a ese mundo con posibilidades infinitas que jamás serán escritas, el mundo del hubiera se hacía cenizas y las bestias del tiempo y la creación regresaban a donde todo inició.

***

—¿Realmente es amor? —

—¿Tú qué sabes de eso? Tu mera existencia es un capricho de la naturaleza. —

—El capricho de la naturaleza es perpetuar mi existencia mientras exista alguien o algo amando. Nuestra mera naturaleza es continuar con el flujo de la materia y la antimateria para mantener el equilibrio. Capricho es no aceptar que a quien amas esta perdidamente enamorado por otro. ¿No fue eso lo que inició todo esto? —

—Eros, eres el menos indicado para decirme eso. —

—Soy precisamente el más indicado. El amor que las cuatro primeras tenían para con sus creaciones me dio forma, pero quien me vio nacer fue el primer amor que se generó gracias a los humanos, aquellos que no estaban obligados a procrear para mantener una raza. YongGuk y HimChan, su amor me creo… y el resto es historia… —

—Y ahora no existen… ¿A dónde los llevó su amor? —

—¿A dónde nos llevó tu amor obsesionado por YongGuk? La primera guerra, aquella donde usaste a los leviatanes ocasionó un caos cuando asesinaste a YongNam… tu estuviste enamorada, pero tanto amor y despecho solo lo volviste odio, un odio por todo y henos aquí. En un mundo consumido por el fuego, has hecho del fuego algo atroz, cuando tu naturaleza es la energía y calor de la vida. No muerte y destrucción injustificada. —Eros camina hasta su lado sosteniendo una manzana para darle una mordida.

—Lo dices solo porque en medio del caos Zelos dejó de existir. —

—La personalidad de Zelos me iba a convertir en alguien llena de odio como tú. Algo que no puedes comprender… no vas a cambiar. —Retumbó aquel sonido característico del masticar humano.

—Tú y yo somos iguales. —

—Yo amo y odio… yo estoy completo. Zelos era solamente odio y rebeldía… no me daba el equilibrio que necesitaba y cuando dejé de insistir en su amor las cosas se calmaron, en cambio tú… lo has arruinado todo. —

—¿Qué haces aquí? ¿No debiste desaparecer con YongGuk y HimChan? —

—El amor existirá hasta que las cuatro primeras lo decidan… Solo soy un espectador más para ver el desenlace de esta historia. —

—Ya estan aquí ¿Qué deberíamos hacer? —Cuestiona SoYeon, entrando con una nueva apariencia con cabellos platinados a lo que queda de un palacio antiguo en Seúl.

—Seguirlos y destruirlos, antes de que logren su transformación final y antes de los demás afiches los alcancen. —

—Los perros del tiempo y la muerte finalmente estan muertos. —Narra YuQi entrando con su forma humana.

—Bien, YanAn. Vamos. —Jieun se levanta del trono que había hecho de restos humanos, su imponente vestido cobro vida entre llamas negras avanzando por el oscuro sitio, el mencionado espero y le siguió detrás. Quizá el único humano que quedaba con vida para ese entonces.

¿Cuál es el sentido de la existencia misma? Se preguntaba. En el pasado su parte humana no pudo evitar caer enamorada por los encantos de YongGuk, sabía que su corazón fue envenenado por la envidia y agonía y dolor, quizá solo había llegado tarde, siempre quiso cambiar esa parte en la historia, pero nunca lo lograba, así que destruir el tiempo se había convertido en su nueva meta. No importaban los efectos secundarios que eso traía, finalmente lo estaba consiguiendo y aun así las cosas seguían iguales, sus sentimientos no cambiaban, YongGuk no la amaba y ahora estaba muerto.

Arrastrar a otros a este sufrimiento le pareció entretenido, por ello cuando se topó con SoYeon no dudó en sacarle provecho a la situación y retar a la misma vida con sus nuevos poderes. Incluso si las cuatro primeras se aparecieran delante de ella ya nada podrían cambiar.

—Aquí es. —Murmuró YanAn al llegar a lo que quedaba de Seúl, una ciudad en ruinas en medio de una noche estrellada.

—Los leviatanes ya estan ocultos ¿Cierto? —

—Solo faltamos usted y yo. —

—De acuerdo. —Jieun atravesó la espalda del chico, sin muchas emociones en su rostro, sus ojos se iluminaron y con el cantar gutural de su idioma nativo creó una jaula en forma de pirámide alrededor de la ciudad, evitando que cualquiera pudiera salir o entrar, esta sería la última jugada, el final lo escribiría ella.

Notas finales:

Gracias por leer


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