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Corazón Puro por Erzsebeth

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Notas del capitulo:

Siento que este y el siguiente son los capítulos que tiene más parecido a la película, así que espero que no se les hagan muy aburridos :(

John despertó ante los gritos preocupados de Abe, tratando de ubicarse. Su cabeza le dolía horrores lo cual hacía todo este proceso más difícil. Cuando pudo enfocar, descubrió que estaban fuera del mercado, en la carnicería por donde habían entrado. Abe estaba frente a él, mirándolo con preocupación y podía distinguir a Hellboy y Kraus discutiendo a unos pasos de ellos, sanos y salvos. Llevo su mano a su cuello, podía sentir que su collar seguí ahí y eso le dio cierto tipo de alivio.

—¿Todos están bien? No te lastimaron ¿Verdad Abe? —John intentó incorporarse, pero sus piernas le fallaron. Por suerte estaba cerca de la pared y pudo apoyarse encima de esta.

—Sí, estoy bien, pero no te preocupes por mí, tú fuiste quien se desmayó —Abe estiro su mano para ayudarlo a levantarse—, has sufrido un pérdida considerable de sangre, pero no puedo ver ninguna herida abierta.

—No es prioridad ahora, estoy bien. Necesitamos ponernos a salvo —Fue en este momento cuando notó a la persona detrás de Abe, la misma que había visto en el mercado, pero ahora con el rostro descubierto. Su piel era blanca y adornada con dorados diseños intricados, en particular sobre la nariz. Sus ojos también eran dorados y su largo pelo llegaba hasta bajo sus hombros. Era realmente una belleza. Notó en su mano un brazalete con un sello familiar. —Y a usted también alteza.

—¿Cómo…?

—Su brazalete —respondió—, además, conocer cada detalle de las leyendas es parte de mi trabajo y si el príncipe de Bethmoora sigue por aquí, podría suponer que la princesa también.

Ella asintió al verse reconocida —Mi nombre es Nuala y mi hermano es quien busca romper el trato hecho con la humanidad hace tantos años. Mi padre selló el ejército dorado al ver la destrucción y muerte que causaron y prometió no volverlo a despertar jamás. Por eso dividió la corona, el único objeto que podría controlarla, y les dio un pedazo a los humanos como prueba de su alianza.

Para este momento Hellboy se había acercado con curiosidad, reconociendo la historia que la mujer contaba, una historia que había oído hacía tantos años, su historia favorita de la infancia… Déjale al profesor el usar culturas antiguas como historias infantiles.

—Pero mi hermano —Nuala siguió—, mi hermano nunca estuvo de acuerdo. Robó la pieza de los humanos y la que mi padre tenía… mató a nuestro padre con tal de conseguirla. Mi deber es proteger la última pieza que queda y este pergamino que tiene la ubicación del ejército.

—Myers, tenemos que protegerla. Si su hermano es quien causó el incidente de la subasta y es quien envió a ese troll por nosotros, su vida está en grave riesgo —exclamó Abe, casi rogando.

—No podemos llevarla así de fácil, hay protocolos y reglas que seguir —Kraus, que hasta este momento solo había estado oyendo la discusión sin decir nada, interrumpió.

Y John sabía que tenía razón, el llevarla así sin más ocasionaría problemas en el buró, más de lo que ya tenía. Aun así…

—La chica acaba de perder a su padre y su propio hermano trata de matarla ¿No crees que es suficiente? ¡Necesita nuestra ayuda! —Hellboy gritó.

—Yo me encargaré del papeleo, de todo lo que sea necesario. Yo tomaré responsabilidad por ella frente al buró si eso es lo que se requiere, pero no podemos dejarla sola —dijo John, su voz sonaba cansada, rendida.

—¿Disculpa? —Kraus respondió, mirando a John con incredulidad—, hasta hace cinco minutos estabas inconsciente sin motivo aparente. ¿Cómo responderás por ella si no puedes responder por ti mismo?

—Puedo responder por mí mismo, solo que ahora no es el momento, tenemos problemas más grandes. Tenemos que ponernos todos a salvo. Y cuando digo todos, me refiero a todos —respondió, mirando a la princesa que se había quedado incomoda al verlos discutir por si culpa.

—Yo respondo por ella, si no quieres aceptar la propuesta de John —aventuró Abe—. Kraus tiene razón, en tu estado actual no puedes hacerte cargo de ella, pero yo sí —miró a Kraus que parecía satisfecho de que entendieran su perspectiva. —Pero John también tiene un punto, no tenemos tiempo para quedarnos discutiendo sin sentido, debemos ponernos a salvo.

Kraus murmuró algo en alemán que nadie logró entender, empezando a salir del lugar con la mano sobre el botón de su comunicador. Distinguió que hablaba con Liz, pidiendo que fuera a buscarlos; parecía su manera de darles a entender que él también comprendía su perspectiva. Sintió una mirada sobre él, volteando para notar a un Hellboy que lo miraba intensamente, que al verse descubierto desvió la mirada.

Nuala se acercó a John, sujetándole de la mano con timidez

—Gracias por ayudarme… —P ero al momento de tocar su mano, Nuala abrió la boca con sorpresa, sus ojos mirándolo entre confundida y asombrada. —Tu… tu eres… —se llevó ambas manos a la boca—. Mi hermano no puede saber esto, si lo descubre, él…

—¿Princesa? —Abe se acercó al verla tan afectada. John solo miró sin comprender sus palabras.

—Creo que tienen algo que me pertenece —una voz a sus espaldas hizo que todo el equipo volteara. Enfrente de ellos, un hombre que era la viva imagen de la princesa, pero cuyos ojos se veían oscurecidos, cansados y su cuerpo estaba lleno de cicatrices. Tenía la apariencia de un guerrero. —Tú —apuntó a Hellboy con una especie de lanza—, mataste a mi amigo y lo pagarás.

—Hermano, por favor ¡detente! —Nuala trató de acercarse, pero Hellboy se interpuso entre ambos.

—Si tienes un problema conmigo, adelante. Pero dejarás a la señorita fuera de esto.

—Tu, demonio, creatura indigna. ¿Cómo te atreves a aliarte con los humanos, esos seres inferiores que nunca te aceptarán? Tú eres su enemigo y estás aquí jugando a ser su mascota.

—¿Alguna vez te callas? —Hellboy levantó su arma, listo para disparar.

El príncipe solo sonrió, buscando algo en su bolsillo. —Yo no haría eso, si fuera tú — Enseñó su hallazgo al grupo, una especie de frijol del tamaño de su puño que brillaba con un verde fosforescente.

—¡No hermano, no! —Nuala exclamó a espaldas de Hellboy.

—¿Acaso eso es…? —Antes de que John pudiera terminar su oración, el príncipe arrojó el objeto que empezó a saltar hacía ellos.

—Es solo un frijol —gritó Hellboy confundido, sin hacer nada para tratar de detenerla, pero viéndola avanzar.

—¡Está buscando agua! —gritó la princesa mientras la semilla ya había saltado más allá de su posición, dirigiéndose a la calle.

Abe se abalanzó sobre la semilla, tratando de detenerla, pero viéndola escapar de entre sus manos con cada salto, hasta que finalmente cayó en la alcantarilla sin que pudieran evitarlo. Hellboy volteó a buscar al príncipe con la mirada, pero este ya había desaparecido.

Un temblor bajo sus pies puso a todos en alerta, una enorme criatura humanoide y del mismo verde fosforescente apareció, rompiendo el concreto, empezando a creces desmesuradamente. Era más grande que los edificios que la rodeaban y su apariencia la acercaba más a algo vegetal.

—Ese es un elemental ¡Creí que estaban extintos! —John exclamó.

—¿Un qué?

—Un dador de vida y destructor, un dios del bosque —respondió Nuala.

La creatura empezó a destruir todo a su paso, arrojando autos, destruyendo los edificios cercanos, y avanzando peligrosamente hacia ellos.

—Necesitamos poner a los civiles a salvo —En algún momento, Liz había salido del camión y se había unido a su grupo.

—Debemos poner a la princesa a salvo —Abe continuó.

—Agente Hellboy, tienes que detener a esa criatura antes de que destruya la ciudad —Kraus gritó para llamar la atención del grupo.

—Okay entonces, voy a necesitar a mi gran bebé.

John lo supo en ese momento, Hellboy mataría al elemental. El último de su especie, una criatura con un poder de vida, venerada como un Dios a lo largo de los siglos

—¡Debe haber otra manera! —gritó sin ser consciente, notando las miradas de todos. —Quiero decir, es el último elemental del que tenemos conocimiento ¿No sería más útil el mantenerlo con vida? —Sabía que sus esfuerzos serían inútiles, pero tenía que intentarlo.

—¡Está destruyendo la ciudad! Al menos que uno de ustedes, cerebritos, pueda decirme como detenerlo, no tenemos otra opción —Hellboy anunció, sacando una de sus armas del camión y cargándola—, puedes estudiarlo después de que le vuele la cabeza.

—Lo… lo sé. Lo siento. Tienes razón.

John se veía tan triste. Hellboy se sintió culpable, pero sabía que no dijo ninguna mentira. Este era su trabajo, proteger a los civiles de los monstruos y demás creaturas.

—Princesa, por favor entre al camión, ahí estará a salvo. Liz encárgate de los civiles, entre nosotros eres quien causa menor impresión. Abe y yo buscaremos la mejor estrategia para acabar con esta criatura —Kraus empezó a dar órdenes, haciendo el plan en su cabeza.

—Yo iré con Rojo —exclamó John. Ese era su papel usual, servir de apoyo para Hellboy.

—Agente Myers, usted se quedará en el camión también.

—¿Qué?

—Estás demasiado débil para esto, agente. Y puede que "lo tengas bajo control" o como sea que lo hayas dicho, pero si no le dices lo que ocurre a tu equipo, no haya nada que podamos hacer por ti.

John se quedó callado, sabía que Kraus tenía razón y que era su culpa por no confiar en su equipo pero aun así… no quería quedarse sin hacer nada, siendo una carga para el equipo.

—John por favor, necesito que te quedes a cuidar a la princesa por mí —Abe dijo, y John sabía quera su forma de tratar de hacerlo sentir mejor, parte del equipo.

—Está bien Abe, lo haré.

—Oye, si descubres la manera de recuperar esa sangre que vendiste y te alivias lo suficiente, te espero en la primera línea —Hellboy exclamó y sabía que estaba siendo rencoroso, pero le dolía saber que John le había mantenido este secreto. El mercado troll, el hecho de que estuviera usando su propia sangre cómo moneda de intercambio. Podría haber muerto en una de esas visitas y John no podría haber hecho nada al respecto… tenía derecho a guardar rencor.

John no dijo nada, aunque las palabras le afectaron más de lo que dejaba demostrar, pero ¿qué podía contestar? Sabía que él tenía razón. Decidió concentrarse en la princesa —Sígame su alteza, estará a salvo en el camión. —La acompaño a subirse, sacando su arma por precaución. —Y ustedes, tengan mucho cuidado.

Los tres lo miraron con cierta tristeza y culpa, pero sabiendo que era lo mejor. Hellboy preparó su arma con las palabras Big Baby escritas y salió, el resto del grupo siguiéndolo para cumplir con sus tareas asignadas.

—¿Agente Myers? Gracias por hacerte responsable por mí, incluso cuando no me conoces…

—No es nada, no te preocupes. Puedo ver que eres una buena persona en tu corazón. Además, si Abe ve algo en ti, sé que no puedes ser mala.

—Mi corazón… tu corazón es el más valioso aquí Myers. Un corazón puro, y uno humano sobre todo, hacía siglos que no veía uno en persona.

John la miró en silencio, como dudando si seguir con la conversación. Pero sus palabras tenían sentido y no había podido encontrar más al respecto en los libros que había estudiado, esta era su única oportunidad. —¿Qué quieres decir con eso? Sé que soy diferente, sé que mi sangre es lo suficiente extraña para que la gente la deseé, que puedo usarla para algunos trucos y hechizos, aunque siempre me dejen cansado; en los últimos casos he podido reconocer las huellas de energía de seres paranormales, puedo distinguir de que clase o especie son… por eso la reconocí su alteza, no fue por el brazalete. Abe ya me había dicho lo de "corazón puro" alguna vez, pero nunca le dio importancia, así que yo tampoco. Hasta hace poco, lo investigué pero no había ninguna información relevante, solo rumores de que habían existido a lo largo de la historia… ¿Pero a que se refieren?

—Tu… Bueno, primero que nada tengo que decir que no tengo idea de cómo has sobrevivido por tanto tiempo si ni siquiera sabes que eres. —Notó la mirada de John, que no parecía saber cómo reaccionar. —Quiero decir, ¡eres un faro de magia! No solo tu sangre, todo tú. Aquellos que nacen puros de corazón son capaces de controlar y transformar toda clase de energía a su alrededor. Puedes hacer cualquier hechizo, sin necesidad de ingredientes específicos, con solo decirlo. Hechizos que requerirían cantidades de magia que ningún otro ser vivo podría manejar… tu puedes manejar eso y más. Por supuesto, eso deja sus secuelas, más aún cuando tu cuerpo no se ha acostumbrado del todo.

—Eso explica mis desmayos... —John estaba procesando la información. Sabía que había algo diferente con él pero, ¿a tal grado? ¿Cómo es que nadie se había percatado antes? —Entiendo eso pero, ¿Qué quieres decir con que debería estar muerto?

La princesa dudó —Eso… una persona como tú… las personas de corazón puro suelen vivir apenas unos años. No por nada eres conocido como un "faro", todos aquellos que tengan conocimiento de lo mágico pueden percibir esta clase de poder, y tratan de usarlo en beneficio propio, a costa de la vida de la persona. Pero tu… hay algo en ti que impide que pueda detectar tus habilidades, a menos que te toque. Parece una especie de barrera, aunque no sé qué la esté proyectando. —Ella se levantó para inspeccionarlo mejor. —Incluso si eso fallara, eres mate de Anung un Rama, dudó que alguien se atreva a lastimarte o robarte. Los demonios suelen ser muy peligrosos cuando les quitan a sus mates.

—¿Pudiste sentir eso también? Por favor, ¡no le cuentes a Hellboy! —había pánico en su voz—, él… fue un accidente. No esta consiente de lo que hizo, y ahora sé que todo fue mi culpa. Hellboy solo me escogió como su mate a mí por este poder, ahora lo entiendo. Aún estoy buscando la manera de solucionar todo esto sin que salga lastimado, así que por favor, guarda el secreto.

Nuala lo miró sin saber cómo responder, pero encontrando sus palabras —Tu secreto está a salvo conmigo, pero…a él le importas. Lo pude notar en el poco tiempo que llevo con tu equipo, en la manera en que te miraba mientras salíamos de aquel lugar, cómo si su mundo se desmoronara al verte inconsciente. Eres importante para ellos y también me has ayudado. Por eso… —Ella extendió sus brazos, sujetando a John. Un brillo surgió en sus ojos, enfatizando el color dorado de estos y transformándolos en algo parecido al sol.

El dolor de cabeza de John y la sensación de cansancio y debilidad desaparecieron en un segundo —¿Cómo…?

—Soy una sanadora. Ese es el don con el que nací. Mi hermano tiene la capacidad de transportarse a cualquier lugar que deseé con solo pensarlo, siempre y cuando conozca su ubicación y muchas veces he envidiado su don… pero ahora, ahora puedo ser útil para alguien, para usted. Estoy feliz de tener mi habilidad.

—Habilidad —sus palabras le dieron una idea—. La habilidad con que nací me permite controlar energía a mi alrededor ¿No es así? —Esperó a que ella asintiera—, entonces, ¡tal vez no tengamos que matar al elemental!

—John, creo que entiendo lo que piensas y yo tampoco quiero ver al último elemental que existe morir por culpa de mi hermano, pero lo que planeas es muy arriesgado. Apenas acabas de descubrir lo que eres en realidad, ¡no has tenido la oportunidad de practicar usar tus habilidades! La clase de poder que posee un elemental… John… puedes entrenar tu cuerpo para soportarlo, pero necesitas tiempo para aprender a hacerlo

—Tiempo es lo que menos tenemos princesa, si no hago algo, será el fin de toda una especie. Tengo que hacer esto, incluso si me cuesta la vida —¿Qué vale una vida insignificante como la mía ante una majestuosa creatura milenaria?

La princesa notó la decisión en su mirada. —Nuala. Puedes llamarme Nuala si estás dispuesto a arriesgar tu vida así, eres más digno de usar mi nombre que nadie más. Solo espero que esta no sea la última vez que lo usas.

—Nuala —John dijo con una sonrisa—, no puedo prometer nada, pero haré todo lo que está en mi poder para poder volver a llamarte así.

John salió del camión, asegurándose de cerrarlo detrás suyo —Liz, ¿me copias? Tengo un plan para detener a la criatura. Necesito que vengas a vigilar a la princesa por mí, por favor. —Cuando Liz le respondió, empezó a correr en dirección de la creatura, de donde la había visto marchar por última vez. Esto tenía que funcionar.

Notas finales:

Escuchen AMO la secuencia inicial de la película y Hellboy chiquito, pero yo creo que funcionaba más de manera visual que en texto, por eso decidí exponer la leyenda como lo hice… Además, quería darle más protagonismo a Nuala, mi chiquita bonita.
Aun así espero que lo hayan disfrutado


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