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El voto de Parcas por yaoiana

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Notas del capitulo:

Hola a todos y todas, muchas cosas han pasado que han retrasado este cap, no obstante, esperamos que les guste nuestro capítulo final.

Muchas gracias a quienes nos acompañaron de principio a fin, con sus mensajes o con su lectura silenciosa. 

No sabemos si continuar o no, la verdad no tenemos ideas claras, si se les ocurre algo o desean continuación, agradecemos nos comenten.

 

Un abrazo enorme. 

Renacimiento

 

–       Te ves… tan diferente- mencionó mientras le acariciaba la mejilla.

 

–       Ya te hacía ver rayos en la cama, tan solo me faltaba la apariencia para ser el rey de los dioses -  comentó Hades con superioridad-.

 

–       Ja¡ me retracto, no estás para nada diferente - fingió molestia el menor mientras sus mejillas se tornaban rojas por el descarado comentario de su amante.  Hades seguía siendo el mismo dios soberbio que amaba.

 

–       Te encanta que sea así, en la cama nunca te quejas por mis comentarios.

 

–       ¡Cállate! Además… explícame lo de la descendencia, soy un hombre ¿si sabes que no puedo parir verdad?

 

–       Soy un dios ¿Crees que será imposible para mi embarazarte?

 

Hasta ese momento nunca se había  planteado el tener una pareja amorosa y mucho menos tener descendientes, al final ambos eran hombres y aún con Hades no pensaba en eso.

 

–       ¿Re… realmente puedes hacer algo así?

 

–       ¿Creías que planeaba tener mi descendencia con alguien más? Además, la profecía por la que nos maldijeron era por nuestra unión y nuestra descendencia, ¿nunca pensaste en eso hasta ahora?

 

–       Pues… no, realmente no pensé que pudiese tener hijos, es decir, literal saliendo de mí– el azabache no pudo evitar sonreír y abrazarlo, de cierto modo su inocencia le daba ternura.

 

–       Bueno, ahora que sabes que tú serás quien tendrá a nuestros hijos ¿qué piensas?

 

–       Que eres un abusivo, ¿por qué he de ser yo? Si eres un dios podrías tu tenerlos

 

–       Seamos sinceros… disfrutas gemir debajo de mí, lo natural es que yo sea quien implante su semilla- mientras lo dijo lo abrazó por la espalda acariciando su vientre, eso provocó un enorme sonrojo en el castaño.

 

–       Tonto…- susurro aceptando lo que su amado decía -vamos los demás esperan la celebración de nuestra victoria.

 

En ese momento todos los caballeros, dioses aliados, espectros y demás criaturas celebraban su victoria, mientras los dioses opositores agachaban la cabeza mostrando sumisión, sin embargo, no estaban felices por lo sucedido. Saori desde luego estaba alegre de saber que el Pegaso estaba bien al igual que los demás caballeros, pero triste porque su padre ahora sufriría por la maldición dictada por Hades. Su mente estaba realmente confusa.

 

Una semana muy atareada pasó luego de la gran batalla que resonó en todos los reinos.  Hades no aceptó su ceremonia como regente hasta haber realizado lo más importante y eso era contraer nupcias con Seiya.  Es por eso que el Inframundo y el Olimpo eran un caos en aquellos momentos, pues ambas celebraciones se festejarían el mismo día y en ambos reinos.  Si bien muchos dioses hubiesen creído que el Inframundo era un castigo, para Hades no era así, él amaba aquellas tierras áridas y las seguiría gobernando, solo que se apoyaría más en su esposo y sus jueces. A pesar de que el Averno era más grande y con más exigencia, gracias a sus ejemplares soldados era un lugar muy seguro, al contrario del Olimpo, que al ser la casa de los dioses, creían que no necesitaba normativas, que no necesitaban jurisprudencia y por eso era el lugar de los placeres y tentaciones de los dioses… ese lugar sí necesitaba más de la presencia de Hades.

 

Hécate y Pandora eran las más emocionadas, corriendo de un lado a otro, organizando la ceremonia de matrimonio en los Campos Elíseos.  La azabache estaba tan entretenida que por su afán chocó contra alguien.

 

–       Lo siento, no me fije…- dijo la mujer quedando muda al ver la figura-

 

–       ¿Cuál es el alboroto aquí?- respondió el fénix.

 

–       ¿Por qué no estuviste en la batalla?

 

–       Quería que mis hermanos se dieran cuenta solos del engaño de Atenea, además, Hades me prometió con su vida que te protegería.  Me da confianza de cierta manera.

 

–       Bueno, ya que estás aquí, ayúdame a organizar la boda de mi señor y Seiya, y tal vez tengamos tiempo para los dos.

 

El hombre fue arrastrado por la mujer quien lo puso a cargar cosas de un lado para otro, los tres jueces del infierno veían divertidos la escena.

 

–       ¿Tú estás bien con que la señora Pandora salga con ese caballero?- preguntó Minos a Radamantis.

 

–       Aprecio mucho a la señora Pandora, si esa es su felicidad, yo la apoyaré. Se lo merece después de tantos siglos de sufrimiento.

 

–       Siento que las cosas cambiarán mucho con el matrimonio en el inframundo, pero no puedo negarles que mi señor Hades me sorprende, ser el gobernante supremo del Olimpo y el Inframundo… es un honor pertenecer a sus filas - dijo con convicción Garuda.

 

–       ¿Mi señor también les preguntó a ustedes si querían estar en el Olimpo? - indagó el rubio.

 

–       Si, a mí me dijo que respetaba la decisión que tomara, pero que necesitaba guerreros fuertes del Inframundo para poner control en el Olimpo- mencionó Grifo.

 

–       Yo acepté quedarme aquí, apoyaré al amo Seiya- comentó Radamantis.

 

–       También yo.

 

–       Yo igual- concluyeron los tres jueces del infierno.

 

***

 

En la sala  principal del Palacio del Averno,  dos hombres se daban un abrazo fraternal.  Hades y Poseidón se abrazaban con respeto y formalidad.  Toda la escena, ante unos atentos ojos chocolates.

 

–       Cuéntame hermano, ¿ a qué debo tu visita?

 

–       Sé que andan muy ocupados - mencionó el rey del mar mientras miraba a su hijo- pero vengo por dos asuntos.

 

–       Te escuchamos.

 

–       Lo primero, sé que Zeus obró mal, pero es nuestro hermano, no lo puedes dejar prisionero, Hades. Los aprecio a ambos.

 

–       Te comprendo Poseidón, no puedo darte una respuesta sobre eso ahora, Zeus tiene que hacerse responsable de sus actos y actos irresponsables de su parte están marcados en cada piedra de la Tierra. Él también debe reflexionar y espero que comprendas que eso no es negociable, cuando alguno de nuestros familiares está por mal camino, es deber del linaje corregirlo, es lo que hago.

 

–       No hay una forma… ¿menos radical?- preguntó con lástima el segundo hermano.

 

–       Con él, no la hay - dijo el mayor con sensatez.

 

–       Bueno, el otro asunto… es que vengo a traerles un regalo, o mejor dicho, a devolver algo.

 

Seiya entrelazo su mano con Hades y lo miró con duda, ¿qué podría devolverle su padre?, ¿acaso el puesto de príncipe?, si era eso, pensaba rechazarlo de inmediato.

 

–       Vine a devolverte tu inmortalidad y una disculpa. Debí confiar en tus capacidades y defenderte, tal vez si lo hubiera hecho, toda esta guerra se habría ahorrado.

 

–       No tenías forma de saberlo en ese entonces… ya las cosas pasaron y son así, estoy feliz y es lo que importa.

 

Hades suspiró enamorado, la inocencia y el don del perdón que poseía su futuro esposo era de admirar.  En todo el universo no había un ser más divino que Seiya y sentía un júbilo inmenso al saber que lo desposaría y reinaría con él, para toda la eternidad.

Solo hubo necesidad que aquel tridente lo tocara, para sentir como su cosmos y vitalidad se multiplicaban, hacía parte nuevamente de los inmortales. 

 

–       Gracias… padre- hacía tanto tiempo que no mencionaba esas palabras por lo que le resultaba realmente extraño hacerlo.

 

–       Es un honor que vuelvas a llamarme de esa manera a pesar del mal que pude haberles hecho.

 

–       Esto también es raro para mí así que no esperes un gran abrazo.

 

–       ¡Jajaja! Claro que no nunca fui tan paternal debo admitir.

 

El castaño miro alegre a su amado pues casi todo estaba listo para pasar su vida eternamente con Hades, desde el inicio debió ser así, sin embargo, no se arrepentía, pues por todo lo sucedido sentía que su amor se había hecho aún más fuerte.

 

–       Aclarado todo esto eres bienvenido a celebrar nuestra unión, ya casi todo está listo y será una gran celebración.

 

–       Es un poco extraño, ahora serás mi yerno, agradezco la invitación, daré un paseo por los alrededores, nos vemos en la celebración.

 

Sin más Poseidón se retiró, tenía gran curiosidad por ver el vasto lugar, era árido pero finalmente era el inframundo y el reino que ahora su hijo gobernaría junto a su hermano.

 

–       ¿Estás bien?– preguntó Hades al ver el rostro serio de su futuro esposo.

 

–       ¿Por qué estaría mal? Ahora ya no soy un simple mortal, estoy mejor que nunca volviendo a ser un semidiós.

 

–       Me alegra que te regresará tu inmortalidad, ahora tendrás más resistencia y no tendré que contenerme en nuestra primera noche como esposos.

 

–       ¿Acaso solo piensas en eso?

 

El menor se hizo el desentendido cuando escuchó la hermosa risa de su amante. Hades era tan diferente a su lado, que amaba eso, amaba ser de esas pocas personas que realmente conocían al majestuoso dios.

Sin más espera, partieron a la ceremonia de matrimonio, aunque si era sincero, estaba más preocupado por la toma del trono de Hades como dios del Olimpo.

 

–       Todo estará bien, solo disfruta nuestro día - dijo el mayor para la sorpresa del Pegaso y es que Hades lo conocía también, que con solo mirarlo bastaba para saber que le pasaba.

 

–       Das miedo, sal de mi mente- movió su cabello dándole a entender que saliera de su cabeza.

 

–       Tú solo me pones en tu mente y eso es bastante halagador para mi.

 

Seiya iba a replicar pero su futuro cónyuge lo tomó de la mano para iniciar.  Todo estaba muy bien preparado gracias a Pandora y Hécate. Sus súbditos estaban allí y las personas más allegadas a Seiya.

Si bien la celebración del matrimonio en la antigua Grecia consistía en una ceremonia en tres partes, que duraba tres días: proaulia, que era la ceremonia de pre-matrimonio, gamos, que era el propio matrimonio, y epaulia, que era la ceremonia que se llevaba a cabo después de la boda, Hades y Seiya celebraron la segunda etapa, el gamos.

 

Iniciaron con el sacrificio de algo cada uno, esto con el fin de que los otros  dioses como Hestia, bendijera a los esposos en el matrimonio. Seiya se cortó el pelo en señal de su pureza y Hades una copa de sangre como muestra de su fortaleza y compromiso.

Hécate los bañó con lutróforo de oro, la cual tenía loutra o en otras palabras,  agua bendita.

Luego de estar bañados por el líquido bendito, Hestia pronunció unas palabras en griego antiguo y le ofreció a Hades una manzana dorada, este la mordió y luego fue el turno de Seiya para hacerlo.

 

–       Ahora que han comido del fruto del Edén, se han comprometido con el conocimiento y el equilibrio. Cada uno ha dado bocado al mismo fruto, significa que ambos padecerán la dicha y la desgracia, la hambruna o la gula, la muerte y la vida, porque ahora son uno solo y solo uno. ¿Aceptan con generosidad y humildad esta unión?

 

–       Si aceptamos- dijeron ambos sin necesidad de mirarse.

 

–       Ahora cada uno pondrá en la mano del otro, la argolla que representará su unión ante los demás. Todos sabrán que los dos desde ahora, comparten un mismo corazón.

 

Hades fue el primero en poner la argolla sin ningún titubeo, Seiya por su parte, estaba algo nervioso y falló dos veces, luego respiró hondo y más tranquilo lo logró.

 

–       Desde ahora, ambos son consortes. Saluden a los recién casados.

 

Después de terminar el betrothal (el intercambio de anillos entre los cónyuges)  por fin podría iniciar la coronación, para lo que Seiya y Hades tuvieron que inclinarse para que Pandora y Hécate colocaran las coronas.

 

–       Con estas coronas no solo se simboliza el reinado sobre la familia que hoy comienzan a formar, sino, el reinado que ambos comienzan como nuestros nuevos regentes.

 

Tras una reverencia ambos se levantaron, tomaron las copas de vino que se les entregó y brindaron.

 

–       Con esta copa inicia nuestro camino juntos.

 

Dijeron ambos mientras tomaban el vino. Tras terminar la ceremonia comenzaba una gran celebración, llena de vino, comida y todo lo que los dioses pudiesen necesitar.

 

Mientras tanto Hades y el Pegaso no dejaban de intercambiar miradas y sonrisas, alegres al por fin unir su destino como era debido. El amor que ambos sentían el uno por el otro era visible para todos los presentes, dejando claro que ellos siempre debieron estar juntos.

 

Saori no estaba del todo feliz pues el ver al Pegaso, su Pegaso en brazos de Hades le hacía doler el pecho, por fin entendía lo que todos intentaban decirle cuando expresaban lo mucho que cuidaba y le prestaba atención a Seiya. Quizá si sentía algo por él, pero ahora solo podría verlo con un hermano a quien apoyar y proteger, en realidad a ella no le importaba que ellos rigieran, debía admitir que su padre podía llegar a ser algo tirano y ahora entendía más el enojo de Pegaso y Hades al verse obligados a estar separados cuando se notaba lo mucho que se amaban.

 

Los espectros vieron la oportunidad perfecta para acercarse más a su dios y manifestarle el honor que era servirle al igual que lo hicieron con Seiya.  Los caballeros de Atenea, también manifestaron su respeto con el nuevo regente de todos los dioses y con cariño felicitaron a su amigo castaño.  Todo era folklor y festejo, sin embargo, la fiesta debía continuar en breves momentos en otro escenario.

En ese mismo instante, el Olimpo estaba perfectamente decorado, un ágora estaba hermosamente lleno de flores blancas y había puestos para todos los dioses que observarían, cómo después de tantos siglos, no era Zeus quien los lideraría.

 

Todos los dioses, soldados y sirvientes tomaron asiento cuando vieron a Hades en el pedestal central del Ágora, al lado estaba su ahora esposo, Seiya de Pegaso y era escoltado por sus tres jueces.

Los presentes estaban expectantes por las palabras y mandato que marcaría esta nueva era.

 

–       Dioses presentes, soldados y súbditos, este es el inicio de una nueva era, una era donde regirá el equilibrio a favor de la relación dioses-humanos. Desde mi rol como regente del Averno, he visto cómo la humanidad cada vez se deteriora más y es también debido, a que como dioses, hemos abandonado el papel de ser sus guías.  El poder, egoísmo, odio, sentimientos tan banales, nos han quitado poco a poco lo que nos caracteriza como divinos, haciendo que ante los ojos humanos, seamos catalogados como insensatos, indiferentes y poco respetables; ya no somos alabados, porque no los escuchamos- comentó con sensatez Hades mientras era observado por un conmovido castaño.

 

–       Desde ahora como el dios del Olimpo - continuó Hades- practicaremos una justicia universal o general y una  justicia particular. Ambos tipos de justicia implican dos aspectos estrechamente ligados: Un aspecto objetivo (dikaion), que remite a procedimientos e instituciones, y un aspecto subjetivo (dikaiosynê), el cual se refiere a un modo de ser (hexis), caracterizado por un comportamiento consciente de respeto a las normas inherentes a los procedimientos e instituciones.  Es decir, que tanto dioses, semidioses, humanos y todo ser consciente existente, se regirá por normas como el altruismo, la escucha, el control de sus placeres, la empatía y solidaridad, quién no viva así, será llevado a juicio. Es por eso, que Balrog de Lune, quien desempeñó un papel digno en el inframundo, será el juez supremo y encargado del Olimpo- mencionó el nuevo rey  mientras invitaba al espectro a pasar adelante.

 

Balrog sorprendido, caminó hasta estar al lado de su gobernante y se inclinó. No había esperado tal cargo ni tal confianza en su papel. 

 

–       A su lado y como consejero, estará Shaka, quien antes era el caballero de Virgo del Santuario, el será consejero y mediador en esta ardua tarea- dijo el azabache mientras observaba como el rubio se acercaba y tomaba la misma posición que el espectro- ¿ aceptan ambos, este nuevo rol en sus vidas y se comprometen a realizarlo con excelencia?

 

–       Si aceptamos- comentaron los dos al mismo tiempo.

 

–       Bien, como muestra de este nuevo inicio y con mucho conocimiento de causa, me permito informar que Atenea, será despojada de su cargo como protectora de la tierra - mencionó ante la sorpresa de los demás dioses y algunos caballeros del santuario-. Ella no ha estado a la altura de su cargo como diosa de la sabiduría y la protección, no ha cumplido con sus papeles a cabalidad, no ha cuidado como debería de la tierra y se ha inmiscuido en asuntos que no le conciernen, sólo por su capricho.  Por eso, no cumple con los valores que he mencionado con antelación y no es digna para este cargo- mencionó Hades- Atenea, te sentencio a convivir con los humanos cumpliendo con los principios de altruismo, servicio y sabiduría, dones que has olvidado y que es de vital importancia para que recuperes tu divinidad; no tendrás a cargo a nadie, todo dependerá de tu desempeño.

 

–       Hades… - susurró muy bajo Seiya, pues le parecía que era algo muy fuerte para Saori. Tan solo tuvo una negativa de su marido y supo que no había más por discutir.

 

–       Acepto con humildad mi sentencia- dijo la mujer y era lo mínimo que podía hacer para pedir perdón por lo que no hizo por los humanos y por el martirio que puso en Seiya.

 

–       Bien, en reemplazo, la tierra estará gobernada por Odysseus de Ophiuchus, humano con grandes dotes que ayudó con altruismo a las personas que lo necesitaron, aún si no fueran funciones de su cargo como caballero.  También es una forma de reivindicarnos como divinos, al juzgar y exiliar a este caballero de la peor forma, sin un adecuado juicio- mencionó Hades mientras el hombre se presentaba a su lado y se inclinaba-  ¿Odysseus, juras proteger a la tierra con los principios anteriormente mencionados, mantener el equilibrio y evitar guerras que lastimen a los humanos?

 

–       Acepto, mi señor– digo con solemnidad el nuevo gobernante de la Tierra.

 

–       Por último, quiero manifestarles y mis espectros pueden dar fe de ello, que soy un dios abierto al diálogo, siempre y cuando sea respetuoso y tengan argumentos para debatir.  Espero que colaboremos para volver a nuestras épocas de oro.

 

–       ¡ Viva Hades, el nuevo rey del Olimpo! - se escucharon los gritos por parte de los espectros.

 

–       ¡ Viva Hades, el nuevo rey del Olimpo!- se escuchó ahora a los caballeros del Santuario, a lo cual, se sumaron los demás soldados a cargo de los otros dioses.

 

Hades bajó del pedestal y se acercó a su esposo para robarle un fugaz beso. Sabía que sería odiado por los demás dioses, pero no le importaba, desde antes ya lo hacían.  Tal vez ante los ojos de ellos, podría parecer un régimen, pero no era así, todo era en pro del equilibrio y evitar que más humanos sufrieran a manos de los desbordantes e imparables placeres divinos.

 

La celebración por fin había dado inicio y tras hacer los respectivos nombramientos, cada uno se hizo cargo del puesto asignado. En cuanto a los dioses que estaban en contra, no se les había asignado ninguna tarea de importancia con la finalidad de que no se rebelaran. Hades sabía lo astutos que eran y por ende, dotó de especial vigilancia el Olimpo, tanto con espectros como algunos caballeros del Santuario de su confianza.

 

 

Un año después…

 

–       En serio que eres imposible- decía un joven castaño mientras hacía una mueca.

 

–       Vamos, tranquilízate mi querido Pegaso.

 

–       Dijiste que llegarías a cenar conmigo para celebrar nuestro aniversario.

 

–       Solo llegué un poco más tarde, el ser el gobernante del Olimpo no es tarea sencilla– espetó con cuidado y cariño su respuesta, pues su esposo parecía una bomba de tiempo cada vez que le decía algo.

 

–       Ya lo sé, pero de vez en cuando estaría bien que delegues algunas cosas.

 

–       Bueno ¿seguirás molesto o podemos empezar con la celebración?– dijo intentando alivianar el tema.

 

El castaño no podía molestarse en serio con el azabache, siempre encontraba la manera de que lo perdonara.

 

–       Si vuelves a hacerlo no te perdonaré.

 

–       ¡Hecho!

 

Con 8 meses Seiya apenas y podía moverse, constantemente debía ser ayudado por su abultado vientre y debía de admitir que le aterraba el parto, nunca había imaginado poder estar en esa situación.

 

–       ¿Te molestarías si te digo que tengo miedo?

 

–       ¿Miedo de que?- el azabache acaricio la mejilla de su conyugue.

 

–       Del parto, sé que no debería, pero vaya nunca imaginé esto, me emociona un bebé, nuestro pero… a la vez me aterra el dolor y el no ser un buen padre.

 

Después de todo, él no había tenido un padre en sus  vidas como mortal y el único que conocía, Poseidón, no era el mejor ejemplo de paternidad.

 

–       Lo harás bien, yo estaré para ambos y todo saldrá bien.

 

Pegaso no pudo evitar sonreír y besarlo en agradecimiento por calmar sus inquietudes.

 

–       Bueno entonces tráeme unos gyros, muero de hambre.

 

–       ¿No que  ya había pasado tu etapa de los antojos?

 

–       Sigo embarazado eso no pasa, así que tendrás que traérmelos.

 

–       Quien diría que el gobernante del Olimpo tendría que estar a merced de un pequeño Pegaso y cumplirle todos sus caprichos.

 

–       Mira que no me embaracé solo, así que no te quejes y aliméntanos.

 

Hades lo abrazó por la espalda y posó sus manos en el abultado vientre de Seiya.  Esperaban a su primer hijo y heredero de los reinos.  En ese año, Pandora e Ikki habían tomado nupcias, ya se había desdibujado esa brecha entre espectros y caballeros del santuario, pues ahora todos trabajan en conjunto por el bien de la humanidad.

Era tanto en lo que tenían que enfocarse, que con rapidez olvidaron el destino errante de la diosa Atenea. Ella viajaba por cada rincón del planeta, observando el mando de Ofiuco y del soberano Hades. Los humanos eran más serviciales, más solidarios… levantaron nuevamente templos y oraban los nuevos dioses porque se sentían escuchados.

La naturaleza abundaba otra vez, gracias a la ayuda de Gea, jamás la tierra estuvo tan próspera.

Si bien la profecía abordaba el fin de una era, nunca se dijo que el renacimiento sería tan loable y próspero. “No juzguemos nada por su aspecto, sino por la evidencia. No hay mejor regla.”

FIN


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