Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Captive por rivaida

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Se había vuelto casi una rutina el hecho de que Eren visitara el departamento de Levi cada tarde durante la semana. Levi lo llamaba durante el transcurso de la jornada para invitarlo a cenar día tras día, con el pretexto de que no podía cocinar y quería comer comida cocinada en casa.


Eren nunca se negó a ninguna de las llamadas del mayor, es más, las esperaba con ansias cada vez, porque así podía pasar tiempo con el pelinegro y disfrutar de veladas llenas de risas y buenos momentos… Aunque claro, por lo general era así, no obstante existían aquellas excepciones, donde todo era un caos de discusiones y pequeñas batallas por dominancia, iniciadas principalmente por las simples pataletas de Eren.


El castaño se sorprendía de la confianza que sentía con el detective para dejarse llevar de esa forma con sus emociones, le tenía tal sentimiento que era imposible contenerse con cada cosa que quería expresar, incluso sus verdaderos sentimientos eran dichos en voz alta, cada vez con más confianza y seguridad, esperando llegar al corazón implacable del mayor. Por lo tanto, abusaba un poco de los límites impuestos por Ackerman e invadía sus espacios personales, con excusas tontas para poder tocarlo.


De ese modo, Eren logró compilar varios tipos de conocimientos en torno a Levi con tan solo dos semanas. Dos semanas en donde logró conocer al mayor casi por completo, había tenido la oportunidad de estudiarlo y tomar nota de cada reacción, gesto, sonido, acción que realizaba y en qué tipo de situación se desencadenaba. Atesoró cada momento a su lado como nunca.


El Levi hogareño era su favorito, de todas las facetas que había logrado ver a lo largo de los días. Desde luego el Levi detective era el que se llevaba el primer lugar de entre todos, jamás iba a negar lo sexy que se veía Levi con su traje y el arma colgada del arnés que cubría sus hombros, espalda y cruzaba por su pecho. Aún tenía aquella imagen grabada a fuego en sus recuerdos, de la primera vez en que fue a visitarlo a la estación de policías.


Como era de esperarse, con el paso de los días Levi había comenzado a frecuentar la clínica para recibir el tratamiento adecuado y recuperar la movilidad de su hombro, y cada día volvía con un mejor aspecto y siempre ansioso de regresar a su trabajo y estar en acción nuevamente. Eren lo veía con algo de aprensión, porque temía a que nuevamente le sucediera algo peligroso, sin embargo, sabía que era un sentimiento inútil cuando Ackerman llevaba ejerciendo su profesión por más de una década.


Aquellos eventos de seguro no eran inusuales para él.


¿Qué tipo de cicatrices tendrá en su piel?, pensó mientras lo miraba quitarse el abrigo aquella tarde.


Aquel día había pasado por él a la clínica luego de haber salido del trabajo, y se habían dirigido al departamento del mayor para comer, donde el menor, como ya era habitual, debía de cocinar.


Se quitó la chaqueta mientras miraba al mayor, y colgó la prenda en uno de los percheros junto a la puerta, acto seguido se quitó los mocasines para calzarse las pantuflas.


– ¿Quieres tomar una ducha antes? – Preguntó Levi mirándolo desde el pasillo.


– No tengo ropa para cambiarme.


– Puedes usar algunas de mi hermano, es menor que tú pero tiene la misma complexión.


– Si no es molestia entonces sí me gustaría.


– Bien, luego me ducharé yo mientras tú cocinas.


Eren asintió con una sonrisa de medio lado, observando cómo el más bajo ahora podía mover ambos brazos sin problema alguno, salvo uno que otro quejido por el dolor que le quedó en el área, se veía casi en el cien por ciento de su capacidad, pero aún le quedaba una semana de tratamiento que cumplir y esperaba que siguiera las indicaciones al pie de la letra.


Levi le indicó dónde estaban las toallas y le entregó un cambio de ropa para luego dejarlo solo en el baño. Eren cerró la puerta y se recostó contra la misma soltando un suspiro junto a un sonrisa.


Era la primera vez que Levi le ofrecía tomar una ducha en su departamento, y a pesar de que lo pilló por sorpresa, la idea no hacía más que gustarle, por lo que simplemente se despojó de todas sus prendas e ingresó a la ducha, tomando el champú para aplicarse un poco. De inmediato el característico aroma del mayor llegó a su tracto olfativo, haciéndole sonreír complacido.


Así que esté es el champú que usa, pensó, comenzando a tararear una canción por lo bajo mientras se dedicaba a enjugarse la espuma y luego tomar el respectivo jabón para embadurnar su cuerpo con el mismo.


No podía sentirse más afortunado que en ese momento, sintiendo el olor del mayor en cada producto. Todo olía a cítricos y manzanas verdes.


Una vez terminó de enjugarse la espuma, salió tomando la toalla para secarse con rapidez. Limpió el espejo del vapor que se había encerrado en la habitación, y se vistió sin más preámbulos, encontrando incluso un par de calzoncillos entre las prendas que le había extendido el mayor. Sonrió al ponérselos, Levi siempre pensaba en todo, era increíble.


Terminó de vestirse y salió del baño en una nube de vapor, llevando su traje en las manos, aún con el cabello goteando pequeñas perlas de agua, suavemente por las puntas.


– Dios, eres un desastre – Murmuró Levi desde el sofá cuando lo vio llegar con el cabello goteando y la ropa arrugada por todos lados.


– ¿A qué te refieres? – Eren se miró a sí mismo sin comprender a qué se refería, creyendo que llevaba la camiseta al revés o algo, pero no encontró ninguna imperfección en su vestir.


– Un traje arrugado y maltratado y el cabello mojado.


– Ah… Pero eso no es nada, ¿Tienes alguna bolsa donde pueda guardarlo para llevármelo?


– Sí, espera ahí.


Levi se levantó y caminó hacia su habitación donde desapareció por unos minutos mientras Eren se tocaba el cabello y lo acomodaba hacia atrás, puesto que le cubría los ojos. En ese momento se percató de lo mucho que le había crecido el pelo, le llegaba casi hasta la línea de la mandíbula, tal vez ya era hora de un corte.


– Dame eso, inútil.


El mayor le arrebató el traje de las manos y comenzó a doblarlo pulcramente con delicadeza, siguiendo las líneas del planchado. Eren solo pudo mirarlo con una sonrisa enternecida mientras soltaba un suspiro bajo. Definitivamente cada día se iba enamorando más de cada pequeño detalle que el azabache tenía con él.


– Eres increíble, muchas gracias.


Cuando Levi le extendió la bolsa de papel con toda su ropa pulcramente ordenada, Eren aprovechó para estrecharlo entre sus brazos y reír con suavidad, meciéndose ligeramente con el cuerpo del mayor al compartir aquel acto.


Ackerman se había acostumbrado de sobremanera a las muestras repentinas de afecto que tenía Eren con él, por lo que a esas alturas simplemente se dejaba hacer por el menor y sonreía complacido por aquello, abrazándolo suavemente del mismo modo.


Porque sí, Levi se había encariñado con aquel torbellino de emociones que era Eren, y eso estaba más que claro con todas las permisiones que le daba. Aquel castaño de ojos verdosos había logrado derribar muchas de sus barreras en solo un par de semanas, y no estaba exagerando cuando decía que aquello le asustaba de cierto modo, pero también lo emocionaba y le hacía querer ver cómo sería todo cuando más tiempo transcurriera. Quería ignorar el temor que se instauraba en sus entrañas cada vez que pensaba que le quedaba solo una semana para volver al trabajo y probablemente todo cambiara luego… Quizás hasta ahí llegaba la burbuja de tranquilidad y risas, tal vez incluso ahí se terminaba todo.


No quería seguir pensando en que Eren podría dejarlo en un futuro no tan cercano a causa de su trabajo, por lo que sacudió la cabeza y restregó la mejilla en el hombro del menor, soltando un sonoro suspiro, sonriendo al notar el aroma cítrico en el castaño. No estaba acostumbrado a olfatear ese tipo de olor en Eren, gustaba de su característico olor a lluvia y rayos de sol. Porque a final de cuentas, ese era el aroma que Levi evocaba cada vez que pensaba en Jaeger.


Eren era muy expresivo con sus emociones, explosivo y ligeramente dominante. Cuando quería algo, lo imponía bien claro hasta que lo conseguía. Era inesperadamente sensible y muy honesto, carecía de habilidades para mentir, lo cual Levi adoraba en él, porque siempre que lo pillaba intentando mentirle, era tan fácil someterlo a decir la verdad, sus ojos miraban a cualquier dirección y la punta de su nariz se arrugaba ligeramente mientras asomaba el ápice de su lengua para relamerse los labios un par de veces y pasaba saliva. Levi lo había estudiado también, y casi podía asegurar que conocía una gran cantidad de sus artimañas.


Razones suficientes para que Ackerman se hubiera encariñado con aquel castaño. Luego de casi un mes de estar en contacto constante, se había acostumbrado a su presencia y sabía que lo iba a extrañar de sobremanera en el trabajo, sin embargo si se trataba de Eren, tenía la pequeña esperanza de que las cosas podrían ser diferentes y realmente funcionar a futuro como una pareja.


Pareja ¿Qué diablos pasa conmigo?, pensó Ackerman, luego de percatarse de sus pensamientos. Negó con la cabeza y se apartó suavemente del menor al empujarlo un poco y dar un paso atrás.


– Iré a tomar una ducha – A ver si de paso me calmo un poco.


– Prepararé la cena entonces.


– Yo haré la ensalada cuando salga.


– Trato hecho, cariño.


Levi se estremeció al escucharle llamarlo de ese modo. Al principio Eren había comenzado a utilizar aquel apodo como un juego, sin embargo se percató de lo mucho que le gustaba cuando era dirigido a su mayor, por lo que comenzó a usarlo de forma inconsciente y cercana. Desde luego que Levi había reclamado los primeros días, sin embargo con el tiempo había renunciado a seguir protestando, a pesar de que cada vez le tomaba por sorpresa y reaccionaba de ese modo, con un cálido sentimiento brotando de su pecho y un estremecimiento por su espina dorsal.


Eren por su lado, se dirigió a la cocina para comenzar su labor, amarrándose el mandil a la cintura para no mancharse la ropa y luego tomó la liga que llevaba en la muñeca para amarrarse los cabellos más largos hacia atrás en un intento de mantener la vista despejada, suspirando frustrado cuando algunos mechones más cortos se escaparon, haciéndose paso hacia su frente.


– Algo es algo – Murmuró derrotado, comenzando a cortar las verduras en finas piezas para luego ir agregando todo a la cacerola donde haría la sopa para aquella noche. Sopló uno de los mechones que se situó en su frente, haciéndole cosquillas en la zona, y siguió con su labor, buscando el resto de ingredientes en la nevera, tamborileando los dedos en la puerta al no encontrar lo que necesitaba.


Frunció el ceño rebuscando por todo el interior con algo de incredulidad, no podía creer que ya se hubiera acabado la manteca. Tuvo que negar con la cabeza soltando un resoplido a la vez que cerraba la puerta de la nevera con algo de frustración, no podía sofreír las verduras sin ese ingrediente.


Tendría que salir a comprar antes de que fuera más tarde, por lo que caminó a la salida, pero se detuvo antes de tomar su abrigo. Ya que podría tardar más de la cuenta, era mejor avisarle a Levi que saldría y así no preocuparlo… Aunque dudaba que así fuera, pero de todos modos se encaminó por el pasillo en dirección al baño.


Grande fue su sorpresa al encontrar el mismo vacío, tal como lo había dejado minutos atrás. Se rascó la nuca mirando tras la puerta por si el pelinegro estaba escondido, lo cual era absurdo, pero no quedaba de más. Se quedó allí, apoyado tras la puerta, inclinándose para recoger un calcetín que se le había caído sin percatarse. Lo tomó y entonces volvió a incorporarse, encontrándose con un Levi desnudo de espaldas a su persona.


No supo cómo reaccionar. Se quedó estático en su posición, sin saber si tomar la puerta para esconderse más detrás de ella ante la vergüenza que de pronto le invadió. No supo si hablarle para hacerle notar su presencia allí y poner a ambos en una situación incómoda, o solo quedarse con la boca abierta embelesado, sintiendo el rostro y las orejas ardiendo por lo que veía.


Eren sostuvo la puerta con más fuerza mientras Levi regulaba el agua para ingresar a la ducha ¿Acaso no le importa dejar la puerta abierta y que yo pueda entrar? Aunque ya estoy dentro, pero él no lo sabe.


– Puedo jurar a que te va a dar un ataque cardíaco – Murmuró la voz tranquila de Levi, quien ingresó a la ducha, dándole una mirada de soslayo con una media sonrisa en sus labios – Si vienes a espiar deberías hacerlo mejor.


– No… No, yo no… Solo vine a… Comprar… – Eren habló de forma atropellada, bajando la mirada al suelo luego de haber obtenido una completa vista frontal del cuerpo desnudo del detective, ya que las puertas de la ducha eran de vidrio traslucido, pudo ver completamente todo. Y con todo se refería a todo.


Incluso en “eso” está bien dotado, pensó, sintiendo el rostro arder todavía más al percatarse de sus pensamientos que corrían a mil velocidades distintas, creando un cortocircuito en su capacidad de formular alguna frase coherente.


– Aquí no está la tienda para que puedas comprar – Se burló el mayor tomando el champú sin pudor alguno. Se giró de frente para mirar a Eren, deleitándose con las expresiones que éste hacía al no saber a dónde mirar ni qué hacer.


– ¡L-Lo sé! – Exclamó ahora más iracundo que avergonzado, Levi estaba disfrutando demasiado el avergonzarlo, y eso solo lo hizo sentir un poco humillado por haber terminado en aquella situación sin querer – Como sea, iré a comprar, hace las ensaladas.


Y acto seguido se marchó, azotando la puerta tras de sí al dejarla cerrada, escuchando de fondo la risa de Levi, lo cual le hizo sentir aún más molesto de lo que ya se encontraba, a pesar de que no tenía motivos para estarlo luego de haber sido él quien cometió el error.


– Ese maldito – Gruñó apretando los puños mientras tomaba las llaves y abandonaba el departamento, olvidando por completo su abrigo y zapatos.


No fue hasta que se encontró de pie frente a la tienda de conveniencia, con las luces neón reflejándose contra su rostro, que se percató de que solo había salido con pantuflas, y la gente a su alrededor lo miraba como si fuera una extraña criatura. Al menos había tenido la suficiente cabeza como para haber tomado dinero, de otra forma tendría que haber vuelto y enfrentarse a las burlas de Levi.


Negó con la cabeza, queriendo eliminar esos pensamientos. Caminó hasta que las puertas automáticas se separaron para dejarle pasar, y se adentró al local mirando entre los pasillos por el ingrediente que le faltaba. No tardó demasiado en tomar la manteca y dirigirse a pagar con rapidez, todo el tiempo mascullando en contra del mayor, manteniendo la mirada iracunda y el ceño fruncido.


Hasta que la vergüenza volvió a atenazarlo, haciendo que sus orejas se tornaran rojas al igual que sus mejillas.


Desde luego que sus ojos no pudieron apartarse de Levi, no todos los días tenía la oportunidad de verlo desnudo, tal como llegó al mundo, mostrando todos sus atributos con total confianza y un toque presumido en sus facciones.


Eren se había quedado delirando acerca de aquella imagen, tanto así que no se percató de que la persona de la tienda le estaba entregando el vuelto, el cual tomó luego de unos minutos y se marchó con rapidez.


La manteca se encontraba fría por haber estado en el frigorífico, por lo que se la llevó a las mejillas mientras caminaba de vuelta al departamento de Ackerman, esperaba que de ese modo bajara un poco la temperatura de su rostro. Sin embargo, era imposible, llevaba la imagen de Levi pegada a los ojos, y solo se mantenía soñando despierto con las porciones de piel que pudo vislumbrar.


¿Tenía marcas en la espalda y pecho o fue mi imaginación?, pensó el menor, picando el botón del piso correspondiente una vez llegó al ascensor.


Soltó un suspiro sonoro, recostándose en la pared metálica mientras sonreía levemente. Todo rastro de molestia se había esfumado. Sobrepasado el shock inicial, ahora se encontraba completamente deleitado con lo que había podido ver. Ahora había descubierto que quería volver a verlo desnudo, en otra situación más comprometedora, donde preferentemente Eren se encontrara bajo su cuerpo mientras Levi…


– ¿Muchas fantasías sexuales? Se te cae la baba – Interrogó el mayor mirándolo desde la puerta del departamento una vez el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron.


Eren lo fulminó con la mirada, casi arrojándole la manteca por la cabeza ya que se estaba metiendo con sus nervios y eso solo lo ponía de mal humor.


– Cállate, pervertido.


– Y yo soy el pervertido – Se rió Levi dejando la puerta abierta mientras seguía secándose el pelo. Siguió su rumbo por el pasillo, dejando detrás a un desconcertado y nuevamente avergonzado Eren.


Jeager miró la espalda del mayor e intentó visualizar nuevamente las marcas que había visto. Tenía curiosidad por saber de dónde provenían, porque no eran simplemente cicatrices, parecían… Originadas por algo que llevaba siempre puesto ¿Una faja? Entonces la mente del menor se iluminó al recordar el arnés que llevaba con él de forma constante.


Caminó por el pasillo en dirección a la cocina, se lavó las manos y tomó nuevamente el mandil para ceñírselo a la cintura antes de retomar su labor. Sintió a Levi tras suyo mirándolo fijamente, y le dio un fiera mirada por sobre el hombro, lo cual solo hizo que el mayor se riera nuevamente, sin inmutarse más allá de eso, sin siquiera apartar la mirada.


– Me gusta cómo se te ve el cabello así.


Dijo Levi con simpleza, soltando un comentario de ese talante sin previo aviso. La bomba que lanzó hizo que Eren resbalara con la cuchara en la cacerola y se quemara el dedo meñique con el borde de aluminio, siseando por ello y llevándose de inmediato el dedo a la boca, maldiciendo en voz baja mientras su pulso disparado no dejaba de recordarle lo que había escuchado segundos atrás.


– Deja de molestarme.


– No lo hago, simplemente es lo que pienso – El mayor se encogió de hombros caminando hasta él para tomarle la mano herida y llevarla bajo el agua, tomando una crema de quién sabe dónde, para luego de secarle el dedo, poder aplicarle un poco del gel refrescante y luego poner una curita – Listo, no me mires así, hay un botiquín detrás de ti, ciego.


– Por un momento creí que podías ver el futuro.


– También tengo esos poderes – Bromeó el pelinegro, riendo luego de ver la mirada seria del menor.


– ¿Podrías decirme si en el futuro eres mi novio? – Preguntó Eren con un tono de voz completamente serio, haciendo todo el esfuerzo del mundo por no dejar que el calor subiera a su rostro al mantenerle tanto tiempo la mirada al mayor.


Se centró en la sensación de las manos ajenas alrededor de la propia y pasó saliva con lentitud, suspirando por lo bajo y relamiéndose los labios ante la cercanía de sus rostros. Levi se veía ligeramente sorprendido, algo muy poco habitual en él, y cómo no sentirse sorprendido luego de que Eren soltara una pregunta como esa.


El mayor no sabía qué responder. Por lo que optó por la respuesta más ambigua que podría zafarlo de comprometerse demasiado, a pesar de que se notó sintiendo un cosquilleo agradable por todo el cuerpo a la vez que sentía sus latidos aumentar en rapidez, llevando una sensación cálida que se expandió de su pecho al resto de su cuerpo.


– Todo es posible en el futuro, depende de cómo evolucionen las cosas – Se encogió de hombros rompiendo la atmósfera de inmediato, huyendo de aquella tensión que se había originado entre ambos al estar tan cerca.


– Levi… Me gustas – El castaño bajó la mirada, reteniendo la mano del mayor para entrelazar sus dedos y darle un suave apretón, luego se llevó la unión a los labios para darle un tierno beso a los nudillos adversos – Han transcurrido dos semanas, y aunque quiera rehuir el plazo establecido, no puedo huir para siempre.


Las palabras que musitó el menor fueron totalmente improvisadas, ni siquiera Eren tenía planificado expresarlas en voz alta ese día, hasta que de un momento su corazón sintió que era lo correcto y ahí estaba, con un miedo en la profundidad de sus entrañas, miedo al rechazo. La mitad de su raciocinio estaba confiado de haber logrado ganarse el corazón de Ackerman, sin embargo la otra mitad estaba confiada de que iba a ser completamente rechazado y aplastado como una cucaracha. Tragó con dificultad y soltó un suspiro tembloroso, armándose de valor para enfrentar la expresión del mayor.


Eren pensó encontrarse una mirada aterrada, llena de pánico o incluso indiferencia y frialdad, sin embargo, ver que la expresión de Levi estaba tan relajada como siempre acostumbraba a su alrededor, le hizo soltar el aire restante con alivio. No necesitó de más para sentirse victorioso de antemano, incluso el pelinegro le regaló una media sonrisa y se inclinó peligrosamente cerca de su rostro.


– ¿Crees que te dejaría verme desnudo así nada más? Más vale que empieces a tener fantasías sexuales y te sientas tan frustrado de no tenerme que te esmeres en ser el mejor pretendiente – Susurró el mayor contra los labios del más alto.


Eren soltó un jadeo involuntario por aquella provocación y se sintió sumamente tentado a cortar aquella ínfima distancia entre sus bocas para consumar el tan ansiado beso, sin embargo Levi solo dejó un casto beso en la punta de su nariz y se apartó con una mirada divertida y una sonrisa coqueta.


– ¿Eso fue un desafío?


– Tómalo como quieras.


– Puedo fantasear contigo desnudo entonces.


– Pervertido.

Notas finales:

Muy buenas, gentecitaaaa, aquí les traigo el penútimo capítulo de esta historia. Como siempre, espero que lo hayan disfrutado y muchas gracias por leer hasta aquí, lamento lo extenso del capítulo pero brotaron ideas y no quise cortarlo.


El próximo domingo será el ansiado final... Me siento algo emocionada y nerviosa por ello, pero espero que sea bonito todo.


En fin, muchísimas gracias nuevamente por el apoyo y las lecturas que me dan constantemente, se siente bonito ver que la audiencia va creciendo. 


Por favor, cuídense mucho y nos estamos viendo el próximo domingo!


Lxs quiero mucho!!


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).