Despertamos…
Al haber permanecido hundidos en un letargo oscuro, sin sentir nada, ni escuchar, ni saber lo que atormentaba nuestro alrededor…
Obviamente creíamos que jamás volveríamos a ver esa luz del sol, sentir el viento en nuestro cuerpo…
Como la calidez de un abrazo, el volver a saber lo que es tener sentimientos… Sentidos…
Volvimos… Lo hicimos…
Gracias al gran cosmos de nuestro Diosa Atena, que en el momento que estuvimos tocando la tierra nuevamente…
El santuario quedó sumamente desprotegido…
Todos despertamos en diferentes zonas del mundo…
Confundidos… Sin saber…
¿El por qué estábamos de vuelta?
Pero aún con el sentimiento tan extraño que es el regresar de la muerte…
No era la primera vez, pero… Creímos que aquella vez, sería la última vuelta en que nuestras almas estuvieran en estos cuerpos…
Todo era igual… En nosotros no había pasado para nada el tiempo… Seguíamos siendo los mismos…
O eso deseaba pensar…
Cada uno tomó su tiempo para recuperarse…
Aunque revivimos, nuestros cuerpos poseían algunas heridas que necesitaban sanar, podíamos sentirnos en cierta forma, débiles…
Cuando cada uno empezó a sentirse listo…
Emprendió el viaje hacia el santuario…
Nuestro cosmos estaba constantemente fluctuando, no era algo que lograríamos volver a controlar de inmediato…
Por eso intentábamos hacer todo lo posible, para lograr volver a donde… Creíamos que teníamos aún un hogar.
Volver a ver el santuario… Lucía en cierta forma diferente, pero como si nada cambiaría…
Eso creí, hasta que sentí un cosmos que se dirigía hacia donde yo estaba, en donde me encontraba al llegar de nueva cuenta al santuario de Atena.
Lo vi… De nuevo lo vi…
Era mayor… Un poco más alto, lo distingue por aquello que compartimos como característica distintiva de nuestra raza…
Pronuncie su nombre en una duda… Pero, él no las tenía…
Me abrazo, aferrándose a mí, y yo, entendiendo que todo era verdad… La realidad superó a la ficción.
Y correspondí…
-¿Kiki?-
-Está de vuelta… Maestro, lo está…-
Las lágrimas cayeron de sus ojos y de los mío igual, me sentía feliz…
Con esta nueva oportunidad, no sabíamos que nos reparaba el destino.
Pero de a poco fuimos descubriendo cosas que nadie se estaba esperando… O bueno, no creíamos que tanto había transcurrido.
Aún son confusas aquellas palabras.
Cinco años pasaron desde la guerra santa, hasta este momento…
El impacto que todos sentimos al saber la verdad.
Todo lo que conllevó para los jóvenes de bronce, que ahora ocupan las armaduras que alguna vez portamos… Como Kiki ya es dueño de la mía.
Todo transcurrió sin nosotros… Es normal, nada se detiene por la pérdida de alguien.
No, eso no es cierto…
Quisiera tomarlo todo así de bien… Como lo quiero creer y sentir de esa manera…
Pero…
-Aún estoy abrumado-
-Aún no logro entender tantas cosas-
Cierto, se supone que yo debería ser el más indicado en entender todo lo que estaba ocurriendo.
Todos escuchamos las diferentes versiones, y creo que lo intentamos comprender de la mejor manera.
Pero…
No podía, no quería aceptar algo que yo no puedo cambiar…
Aunque ha pasado tanto tiempo…
Aunque las cosas cambiaron…
Como si se tratara de una recompensa, por un sinfín de luchas para defenderla, nuestras vidas volvieron…
Estamos aquí…
Pero yo, no quiero esto….
No lo puedo soportar… Por qué…
Tú no estás con nosotros…
Lo supe cuando, al llegar Shura… Atenas nos reunió a todos una última vez…
Nos contó mucho más de lo que sabíamos, pues deseaba comunicárnoslo al mismo tiempo…
Las sorpresas, cierto terror, y confusión…
Nuestro cosmos no volverán a ser los de antes, pero eso no significaba que nos desecharían sin más…
Teníamos la posibilidad de quedarnos en el santuario, irnos, hacer nuestras vidas como quisiéramos.
Cada uno escogió lo que creía mejor para sí mismo…
Cada quien, pudo tener a alguien importante con quien seguir en esta vida…
Mi duda siguió… No me pude concentrar esa vez…
Y tuve que preguntar.
-Diosa a Atena…-
-¿Sucede algo, Mu?-
-Me gustaría preguntarle… ¿Dónde está Shaka?- No pude seguir con el decoro, sin sentir la desesperación en mi corazón.
Sentía envidia de mis compañeros, como ellos podían estar junto a alguien especial, intentando volver a conectar…
Pero, yo no podía en ese sentido… No estaba él, y temía que ya no lo estuviera…
Quería solo que ella me dijera, que él fue el primero en llegar, y decidió alejarse de todo y todos.
Que estuviera aquí, y poder volver a verlo…
Sin embargo, no fue así.
-Shaka… El caballero de Virgo… Él… Nos ayudó mucho en aquella vez… Su espíritu aún luchaba para lograr que triunfáramos, para salvar a Seiya…-
En su rostro note melancolía y profunda tristeza…
¿Qué significaba eso?
-Logró alcanzar el Nirvana… Su espíritu no pudo a renacer… No podría jamás volver a la vida… Ya que ahora… Alcanzó la completa iluminación y… Por lo tanto, Shaka no puede reencarnar-
Escuche sus palabras.
Atento, mis ojos abiertos y admirándola, podía escucharla, podía notar que su cosmos también estaba triste, pero…
Yo, no podía hablar… Solo sentía como unas gotas cálidas de humedad recorrieron mis mejillas.
Sin moverme, me quedé allí de pie… Intentando procesar lo que me acaba de decir.
Después de eso… No pudo resistir más tiempo.
Yo no quería permanecer en el santuario… Ya no tenía un deber jurado, podía irme…
No soportaba ver el sexto templo y saber que ya no te encontraría meditando… En silencio, y en completa soledad.
Sé que Shun no tiene la culpa, pero verlo vistiendo Virgo… Me provoca un terrible vacío que solo quiero evitar.
Jamir, es el lugar que de nuevo me acogió…
Aunque mi cosmos ya no era como antes, aun podía ser quien ayudara a reparar las armaduras, dar mi sangre… Ser aún de utilidad, para que mi mente ya no esté pensando en terribles tormentos...
¿Cuántas veces he llorado sin parar?
¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde entonces?
Realmente no importa ¿Cierto?
Solo tengo conocimiento del tiempo, cuando Kiki viene… Y veo que ha crecido más…
Ahora él tiene una alumna… Me pide Concejos para saber guiarla…
Solo cuando estoy junto a ellos, siento que mi soledad y silencio se rompen y logró encontrar un débil sentido a esta vida.
Aun así, en el momento en que se van… Y todo en esta torre se queda en silencio…
Mis lágrimas caen… Y siento el vacío profundo de un abismo carcomiéndome desde adentro…
Donde no existe un final.
Donde, sin importar lo que creía, sentía y desee… No servirá de nada ahora.
En vida… No pude decirte nada…
Siempre temeroso en ese ámbito…
Pensando que algún día, en el futuro tendría el valor…
Me repetí eso de niño… Porque desde ese entonces ya sentía algo muy profundo por Shaka…
Querer, es el nombre que yo le di…
Cuando crecimos… Y nuestra distancia fue mayor…
Amor, fue la palabra que tocó a las puertas de mi corazón, solo para que él la recibirá.
No se podía, era peligroso…
Si lo hubiera intentando en ese momento, solo hubiera provocado que ambos estuviéramos en peligro.
La derroca del impostor…
La posibilidad de que lográramos vivir una efímera paz, sólo aquellos que quedábamos.
Y aun así, en ese momento mi valor no llegó.
Decidí que lo haría al día siguiente…
Que en el mañana próximo, diría mis sentimientos que crecían cada vez más fuertes dentro de mí corazón…
Pero no llego el momento, el instante se esfumó por completo…
Cuando la guerra santa estalló…
Otras dificultades sucedieron, pero esta fue la de mayor peso…
Ni aun así, ni por mero deseo de que lo supieras, no pude decirte nada.
Quise creer que en esta guerra… Podríamos ser ambos los dos sobrevivientes… Pero no…
Te fuiste antes, porque así fue tu deber, el destino que te tocó…
Cuando lo supe, debí haberme apresurado para alcanzarte y decirte todo pero…
No pude…
Y cuando creí que… Jamás volviera a verte, aun estando en el inframundo, te vi una vez más…
Y no hice nada, no dije nada…
En Asgard, mi voluntad de confesarte lo que deseaba, se fue con la curiosidad y deseos de saber lo que podíamos hacer para salvar esas tierras.
De nuevo me guíe pensando que al final habría oportunidad.
No la hubo…
En la vida separados…
Y en la muerte igual…
Sin embargo…
-¿Por qué solo yo, no tengo la gracia de tener a quien amo a mi lado?-
-¿Por qué todo avanza y yo me quedo aquí?-
-Añoro verte de nuevo-
-Shaka, los años han pasado, el tiempo se va enmarcando en mi conciencia-
-Puede que aparente una edad, pero sé que poseo más años…-
De nuevo quiero llorar, de nuevo… Mis lágrimas están cayendo…
Me derrumbó de rodilla al suelo…
Recargo mi cuerpo en la pared que esta junto a la ventana… La que da directamente hasta el vacío…
Veo lo que puedo…
Rodeado de mi soledad deseada…
Quisiera que mi vida acabará ya, pero… La longevidad de los Lemurianos es muy larga… Puede que yo deba vivir así… Por muchos años más…
Pero… ¿De qué sirve morir?
Si tú… No estás del otro lado esperándome…
Jamás lo estarás… Tú ya no serás alcanzado por mí.
Y nunca pude saber si… Algún día yo hubiera tenido oportunidad de estar a tu lado.
Mi voz rara vez la escucho… Pues no hablo con nadie más que con mí… Con Kiki cuando viene, o con aquellos caballeros que desean que repare su armadura.
La que más deseo reparar… La que quiero tocar, y saber los secretos que guarda, es la tuya…
-Virgo, dime… ¿Shaka, alguna vez sintió algo por mí?-
Mi pregunta que no tiene respuesta…
Ella no responde… Jamás lo hace.
-Nunca podrá contarme la verdad… Él mismo-
Debe creer que no es su derecho el contarme cualquier cosa referente a rus sentimientos… O… Puede que nunca sintieras algo, y ella no sepa que decirme…
Conservar esa habilidad, me da más penas que alegrías…
¿Por qué tuve que quedarme callado?
¿Por qué no tuve el valor de hablarte de frente?
Debí confesar este amor… Cuando tuve oportunidad…
Cuando… Pudimos hablar tranquilamente…
La última vez en aquella curva, era como si el destino nos dijera que era el momento de confesamos cualquier cosa, se hubiera podido quedar como un secreto de dos…
Y así, mi corazón sabría la verdad, por tus propios labios.
Y ahora descansaría de pensamientos del “Hubiera”
Pero me acobarde… Y no dije más que… Iría a enfrentar al enemigo con nuestros compañeros…
Me alegro tanto verte…
Los últimos momentos que lo hice…
Y ahora, no puede pasar ni un día sin que te traiga a mi mente y ruegue… A la existencia misma… Que al menos… En el momento de mi muerte, pueda… Encontrarme contigo… Un solo segundo y decirte…
-Te amo, Shaka…-
Sonrió aunque no lo quiera, las lágrimas surcan mis mejillas, cierro mis ojos, aun sintiendo los tibios rayos del sol en mi rostro, que se cuelan por la ventana y me indican que está anocheciendo.
De nuevo el frio se apodera de Jamir, está bien…
Me gusta sentir algo más que no sea solo este dolor.
¿Por qué?
¿Por qué no puedo de nuevo verte?
¿Por qué tuviste que hacerlo?
Si, si soy egoísta… Desearía que jamás hubiera alcanzado tu meta.
Perdóname, lo siento… Pero quería que estuvieras entre nosotros…
Si, entre los humanos, con deseos banales…
Por qué el amor es un deseo banal en toda la extensión de la palabra.
Por eso, aunque yo intente meditar para alcanzarte, no es mi camino…
Aunque lo intente hacer, no lo podré lograr… Es frustrante…
Mi pecho duele cada que respiro, mi corazón late de forma desesperada cuando te pienso…
Mis manos tiemblan al intentar buscar en la oscuridad la tuya…
Mi cuerpo se estremece al pensar que me he quedado solo, en medio del frío del olvido al que me deseo condenar.
El tiempo transcurre, la existencia misma es solo un suspiro, no logre convertirme en la persona que tú amaras…
Pero, una cosa… En mi mente también divaga cada que pienso en ti…
Si te hubiera contado mis sentimientos… ¿Aun así, hubieras escogido ese camino?
-Háblame… Hazme entender, que estoy perdiendo mi tiempo y mi nueva vida-
-Quiero saber… Solo una cosa…-
Hago la misma pregunta todos los días, aun esperando una respuesta que no llegara.
Eso no me impide que yo desee tanto saberla.
Mi corazón llora lágrimas de sangre todo el tiempo, mi alma está rota, soy un cascarón vacío, que solo está existiendo por hacerlo.
Sin deseos, ni propósitos me encuentro hoy.
Buscando una verdad que jamás llegará… Bajo la incertidumbre de una respuesta que nunca sabré.
-Shaka, ¿Fui digno de tu amor?-