Una noche estrellada en el santuario, en donde se puede apreciar la hermosura de la luna, aquel satélite natural que posee la tierra.
Que para muchos no debería tener un mayor significado, solo aquello que llega a reflejar la luz del sol, para que tengamos un tanto de visibilidad cuando las luces artificiales de la tierra se apagan y aun poder caminar entre la oscuridad.
Pero para otros, el simple hecho de poder contemplarla, tiene un mayor significado.
Más por como se ve esta noche.
Redonda, grande, se puede decir que está muy cercana a la tierra, por eso la hace lucir tan hermosa.
No todos pueden llegar a apreciar su belleza, pero no por eso significa que es menos.
Y eso lo logran ver ciertas personas.
Aquellos que siempre se han visto maravillados por ella, por su simple presencia.
A veces se ha dicho que una luna llena, reflejando por completo la cara de luz, tiene el significado y el poder de atraer a los amantes a que confiesen su amor.
O tal vez solo pasar un buen momento.
Dependiendo lo tímidos que sean esos corazones.
Por el momento, un cierto caballero se encuentra contemplando este espectáculo nocturno.
La noche despejada, las estrellas adornando a la luna, un ligero viento fresco, indicando que la estación invernal pronto estará presente, pero por el momento el otoño esta reinando.
Se encuentra parado, al pie de las escaleras del primer templo, puede que sea algo tarde, pero le es imposible no sentirse atraído a contemplar la espectacular luna.
Algo mágico le despierta en el corazón, sentimiento de nostalgia, que provoca un palpitar acelerado, pero tan agradable que lo hace sentirse consternado.
Pues su mente traer algo que desea tanto su corazón.
Un Anheló secreto, que no sería capaz de confesar por toda su vida.
Sin embargo no por ello significa que es menor lo que su corazón desea.
-Alguna vez… Tú y yo, contemplamos una hermosa luna como esta- Sonríe el caballero de Aries, con su mirada al cielo, lanzando un dulce suspiro, añorando viejos tiempos, que no parecen volver.
Los extraña, esos instantes en que eran solo unos niños, inocentes, fingiendo vivir una vida normal, lo cual ese privilegio les fue negado, pero sin arrepentimientos se presentan ahora.
Los momentos en que escapaba de noche, solo para ir con una sola persona, encontrarse y poder sentarse en una roca, en aquel bosque colindante con el santuario, admirando las estrellas y la luna.
Buscaban sus constelaciones que los rigen, riendo y hablando.
Bueno, el pelilila era quien más dedicaba palabras, el otro solo escuchaba, le gustaba más disfrutar la dulce voz del futuro Aries.
Esos momentos que no pueden volver, deseaba tanto tenerlos en el presente.
Pero debía ser realista.
Ya no son esos niños, ya no tiene oportunidades de pasar noches solo contemplando estrellas y no significar nada.
Y en realidad, no sería capaz de ir al sexto templo e invitar a su guardián a ver la luna.
Sería una estupidez a su pensar y dejaría en completa evidencia que su corazón y mente están en otro mundo.
En una idealización de un sentimiento que no ha sido capaz de expresar.
Y no lo hará nunca, se lo juró a sí mismo.
Aunque su corazón duela, es mejor mantenerse callado.
Conociendo a Shaka, este lo rechazaría sin dudar, dolería más ese momento, a jamás decirle nada.
Pues perdería a su amigo… Y no lo podría soportar.
No lloraría, no maldeciría, no odiaría, solo acepta lo que ha decidido, aunque duele y queme por dentro.
Después de todo, nadie ha sabido que sus sentimientos van directos a Virgo, solo él mismo y así planea mantenerse.
Sin embargo no niega que el hecho por el cual siempre que puede, donde la luna esta tan preciosa como lo esta noche, se fija en ella, sale a contemplarla hasta que el sueño lo logre vencer, es solo por los recuerdos que despiertan en él.
Y su memoria, de un instante atrevido, que fue capaz de vivir aun a pesar de la dulce inocencia de la niñez.
Un suspiro es lanzado con parsimonia de los labios del carnero dorado, sus manos van directamente a esos rosados labios, encogiéndose un poco de hombros.
-¿Cómo pude ser capaz de hacer eso?- Sus mejillas se sonrojan, al simple recuerdo de aquella noche.
---Flash Back---
En un aliento de valentía, a sabiendas que Shaka se había quedado dormido, recargado en la roca que usaban para contemplar la luna, aunque a veces lo hacían en el pasto fresco.
Mu lo vio, notando que esta vez sí estaba descansando profundamente y no meditando.
Ver ese rostro que le gusta, le daba tanta sensación en su mente, no era correcto lo que su corazón le dictaba, pero fue demasiado débil.
Quería que su primer beso fuera dedicado a Shaka.
¿De dónde había sacado esta idea?
En una ocasión, al momento de entrar a la sala patriarcal sin anunciarse.
Vio cómo su maestro Shion era besado por el caballero de Libra.
El hecho de ver que alguien tocara los labios de su maestro de esa manera, le pareció curioso, y más al contemplar como ambos hombres se sonrojan y sonríen, dándose un tierno abrazo.
Conocía que su maestro quería mucho al caballero de Libra, pero… No pensaba que a ese grado.
Además que la apariencia de Dohko era distinta esta vez, pero el cosmos igual, así que no existía dudas para la mente del niño que… Ese sentimiento podía ser diferente.
Claro que no pregunto, pero si se lo guardo por mucho tiempo.
Sin embargo… Sus sentimientos seguían creciendo, aun en ese infantil corazón.
En ese momento deseaba demostrar de algún modo, ese cariño especial que su corazón solo sentiente por el niño con el que siempre jugaba e invitaba, que se negaba a pasar tiempo con los demás menores.
Pero no con él.
Solo Mu era el único que dejaba entrar a ese reducido círculo de amistad.
Lo hacía sentí especial desde luego.
Creyendo que podría tener alguna oportunidad con quien quiere…
Sintiéndose único y especial, aunque fuera solo para los ojos del rubio.
Por todas estas circunstancias, creyó que sería buena idea… Inclinarse hacia el rostro dormido de su amigo, apretando sus pequeños puñitos, intentado razonar lo que esta por hacer.
Pero su corazón le dicta otra cosa, que lo haga, que sea muy valiente al hacerlo, total no tenía nada de malo.
Si el patriarca lo hacía con el viejo maestro.
No debía ser algo malo.
Apretando sus labios, bajando la mirada, sonrojado de sus mejillas regordetas, mira atento al Hindú, con los nervios en su ser y el corazón latiendo.
Se acerca para acortar la distancia de por medio, y así juntar sus labios con los del rubio.
Solo sería un contacto dulce, delicado, fugaz como estrella en el firmamento.
Se apartó después de eso, pensando en lo que ha hecho.
Es solo un niño de cinco años y acaba de entregar su primer beso a quien ama…
Su humor cambio, de ser un poco más valiente, a uno de nervios y arrepentimiento.
Lo hizo sin el permiso de Shaka, y eso debía ser algo malo.
Sus mejillas están más rojas de lo normal y no sabía para donde ir o que hacer…
Se quería ocultar y que nadie jamás lo volviera a ver.
La vergüenza lo inunda, como el palpitar de su corazón.
¿Cómo podría ver de nuevo a la cara al rubio?
Pero… Un simple beso, que aún existe en su mente, y es que…
No puede evitar sentir alegría en su inocente corazón, por haber dado esa muestra de afecto, creyéndola correcta, aunque hubiera sido mejor si Shaka estuviera despierto y así se un abrazo se diera paso al momento se separarse.
Pero las cosas no fueron así, está dormido…
Y pensando que esto no sería algo que él deseara o disfrutara, sería mejor no volver a hacerlo, ni mucho menos decirle.
Recupera su conciencia y prudencia, entendiendo que las cosas no siempre son así de fácil.
Y dándose cuenta que la valentía que tuvo, solo fue porque sabía que no sería rechazado.
-Prometo… Que no lo volveré hacer…- Se dijo para sí mismo, aun mirando a su amigo dormir, sintiendo pena por sus acciones.
---Fin de Flash Back---
Ese era su recuerdo más preciado, y el más vergonzoso de todos, pues… Desde ese instante él mismo decidió alejarse del rubio, no tan al extremo de no hablar con normalidad, pero si el hecho de ir a contemplar la estrellas y la luna.
Pues solo podría hacerlo que cometiera de nueva cuenta lo que esa noche ocurrió.
Y así crecieron.
Un corazón que aun anhela revelar un secreto que se juró no hacerlo, por un atrevimiento infantil, que aun cae en la inocencia e imitación.
Que desde luego encajo perfectamente con el sentimiento y significado cuando lo conoció en su conciencia juvenil.
Mu, lleva guardando y cargando su secreto de amor, por eso…
Toca sus labios, recuerda que solo dos segundos bastaron para ser feliz, pero igualmente condenarse a callar sus sentimientos
Temiendo ser rechazado por quien ama.
Puede que sea un pensar muy infantil aun, demasiado temeroso, y complicado de entender.
Pero cada persona lleva sus sentimientos, y deben ser respetados si desean ser confesados o no.
Incluso vivir su conflicto internó en paz, aun sabiendo que su misma cobardía pueda traerle un enorme problema, si no era capaz de confesarse.
Pues… Sufriría mas, si alguien le robara a quién ama.
Y aun así, no diría más.
En las noches de luna llena, se dicen que son para aquellos corazones que desean expresar un dulce sentimiento, uno de amor puro y genuino.
En donde pareciera que la magia se puede llegar a presentar.
Aun permanecía en su lugar, mirando con suma atención a la plateada luna, esa luz que proyecta es preciosa, y solo le trae recuerdos que desearía volver a vivir, pero sería imposible,
A veces añorar, es el sentimiento que te hace ver que estas vivo, que tus recuerdos son tan valiosos y preciados, que también que existen situaciones en donde debiste ser mucho más valiente.
Y claro, te arrepentirás… Desearías que las cosas fueran diferentes o que el tiempo se detuviera en el pasado y pudieras volver a hacer las cosas de formas diferentes.
Pero… No cambiaría el beso, eso era lo único que no quería quitar de sus memorias.
Aunque, no volviera a tocar los labios de Shaka, estaría bien, sobreviviría con su sentimiento.
Cierra sus ojos, suspira, bajando la cabeza, sintiendo que su corazón se acelera.
Piensa por un instante que es por los hermosos recuerdos de la infancia, pero realmente es porque su cosmos ha detectado algo que a Mu le costa hacer, por estar perdido en sus arrepentimientos y miedos.
Es solo cuando escucha algo, que puede darse cuenta.
-Hoy la luna es magnífica- La voz un tanto más grave que la de Aries, resuena en los oídos del primer guardián.
Lo hace girar, para contemplar al recién llegado, impresionado por que algo así, estuviera ocurriendo.
Justamente al pensar en esta persona, en quien su corazón pareciera anhela.
¿Acaso es su amor quien lo llamo?
O
¿La magia de una luna llena, es quien atrajo al verdadero amor del Lemuriano?
Lo que su corazón más añora.