Capítulo XX: Las hermanas Snape (Parte II)
Cedric retiró su mano de la boca de Aroa para dejarla respirar, mientras aún la llevaba de la cintura hasta el campo de quidditch, se detuvo al ver aparecer a Ginny Weasley y Hermione Granger en el pasillo, Hermione acudió a Aroa rápido, dejándola rápidamente detrás de su espalda.
— ¿Por qué la estás llevando como si fuera un saco de papas?—preguntó Hermione con enojo, mientras Cedric le pedía ayuda a Aroa.
—No me miren así, la salvé de una pelea de serpientes y la llevaba al campo de quidditch—habló, viendo como Aroa asentía para que ambas le creyeran— ¿Por qué Eli Malfoy quería llevarte allí?—preguntó a Aroa.
—No lo sé, me pidió recitarle algo a Draco, pero no sé dónde está—habló Aroa, alzando sus hombros.
—Puedes irte a tu casa, nosotros nos haremos cargo de Aroa—concedió Hermione tomando su mano. Cedric abrió y cerró su boca, entendiendo la orden al ver que Aroa se sonrojaba un poco.
Aroa se despidió con la mano de Cedric antes de irse con Ginny y Hermione. Por unos segundos, se sintió alegre, pero luego cambió su expresión a una de curiosidad al no saber dónde la llevaban.
— ¿A dónde me llevan?—preguntó a Hermione y Ginny.
—Mamá, ya trajo el regalo que le pediste—avisó Ginny, haciendo sonreír a Aroa con una sonrisa. —Vamos al salón para que puedas verlo.
—Genial—murmuró Aroa alegre, mientras se adelantaba a las chicas.
Hermione se le quedó viendo, Aroa se veía realmente tierna con el gorro en forma de león en su cabeza y eso hacía latir su corazón de manera extraña. Por un lado, Aroa le recordaba a Phoenix, cuando la conoció en primer año, el gorro ni le toco la cabeza y ya había sido seleccionada en la casa de Slytherin, a la semana la vio unida a los gemelos Weasley haciendo bromas al profesor Snape, la pudo conocer mejor gracias a un paseo al interior del bosque prohibido cuando les tocó ser compañeras. Luego se hicieron más cercanas, trataron de ser novias, pero no funcionó.
Por otro lado, Aroa era tan diferente a Phoenix, era hiperactiva, solo se quedaba quieta cuando estaba concentrada o durmiendo, no tenía miedo a demostrar como realmente se sentía, era directa al igual que Phoenix, tal vez un poco más amable para decir las cosas que su padre y hermana, burlona y traviesa. Pero Aroa la confundía, mirarla significaba recordar esos momentos con Phoenix y ella aún no podía separarlas.
—Oye ¿Te encuentras bien?—preguntó Ginny al ver el cambio de expresión en el rostro de su amiga.
—Sí, solo estaba pensando—pronunció, sonriendo para que no se preocupara.
— ¿Estás pensando en Phoenix de nuevo?—consultó Ginny, viendo a Hermione con preocupación.
—No puedo evitarlo, Ginny. Aroa me la recuerda todo el tiempo, pensé que este año sería más fácil, pero es peor— aviso en un susurró a Ginny.
— ¿Has pensado en alejarte de Aroa?—preguntó Ginny en un susurró a su amiga.
—No quiero alejarme de ella. Aroa no tiene la culpa de cómo me siento—habló con una sonrisa sincera—Estoy segura de que ni siquiera sabe qué ocurrió entre su hermana y yo. Además si me alejo de ella, podría herir sus sentimientos.
— ¿Cuándo vas a dejar de preocuparte por los sentimientos de los demás y comenzar a preocuparte por los tuyos?—pronunció Ginny, llegando a la sala común de Gryffindor. Aroa le miró y Ginny sonrió.
Aroa siguió sonriendo para que Hermione y Ginny no sospecharan que había escuchado la conversación. Se sintió un poco culpable y confundida, jamás pensó que ella provocaría esa confusión en su amiga. Quería ayudar a Hermione, pero algo le decía que era mejor no intervenir. Aun así, necesitaba saber qué tipo de relación había tenido con su hermana. Tendría que hablar sobre su trato con Luna para poder conseguir algo de información.
— ¿Te gusta?—preguntó Ginny, sacándola de sus pensamientos.
Aroa puso atención al obsequio que había pedido a la madre de los Weasley, no le puso atención y observo de reojo a Hermione, su expresión mostraba felicidad, pero su mirada reflejaba sentimientos encontrados, sus ojos se cruzaron por unos segundos y pudo ver el dolor que enfrentarse a ella le causaba. Hermione notó el cambio de expresión en Aroa y se preocupó.
—Aroa ¿Estas…?—llamó Hermione preocupada, pero se vio interrumpida por Aroa.
—Me gusta mucho el chaleco—comentó a Ginny con una sonrisa. —A mi hermana, le encantará estoy segura.
Aroa sonrió sin saber qué más decir, no quería estar allí, incomodaba a Hermione y eso no le gustaba nada. Sentía que le estaba haciendo daño. Agradeció, cuando Neville grito desde la sala común que faltaba una hora para el partido de Gryffindor y Hufflepuff, que llevaran un impermeable para ponerse en las gradas. Salió en dirección a su cuarto, despidiéndose con la mano antes de ir por su impermeable negro.
Phoenix camino por los pasillos de Hogwarts buscando a su hermana, se sorprendió cuando vio que llovía afuera en el patio del castillo, la mayoría del alumnado se dirigía a la salida, que llevaba al campo de quidditch así que desistió de buscar a Aroa dentro del castillo y hacerlo afuera, pero fue detenida por su padre, quien la sostuvo del brazo. Phoenix observo a su padre, nerviosa.
— ¿Dónde está tú impermeable?—preguntó Severus al verle sin él.
—Estaba tratando de encontrar a Aroa y no tuve tiempo de ir a buscarlo—explicó a su padre, pero guardó silencio cuando Severus hizo un movimiento de varita y le dejó puesto su impermeable. —Gracias. Por cierto ¿Has visto a Aroa pasar?
—No. La última vez que vi a tu hermana, fue con ese asqueroso chaleco de uno de los Weasley—Hablo Severus con desprecio—Ganas no me faltaron de no considerarla mi hija.
—No seas dramático, solo está entusiasmada—habló Phoenix, mirando a su padre con una sonrisa.
— ¡Papá, Phoenix!—nombró Aroa, abrazando a ambos, sintiendo como su hermana le correspondía el abrazo y su padre se tensaba—Como los quiero ¿Si saben que los quiero, verdad?
— ¿Qué quieres conseguir?—preguntaron ambos a la vez. Aroa estaba muy cariñosa.
— ¿Por qué sospechan que quiero algo de uno de ustedes, cuando soy cariñosa?—preguntó molesta, llevándose ambas manos a su cintura.
—Porque tú no eres cariñosa, a menos que quieras algo—le contestaron a la vez. Aroa hizo un puchero.
—Tú, ven conmigo—señaló, tomando a su hermana de su impermeable—Me debes una larga explicación, sobre ese trato tuyo con Luna—amenazó, acercando su cara a la de su hermana, quien sonrió alzando los hombros.
— ¿Un nuevo trato? Ya empezaste a cambiar cosas por dulces—regaño Severus a Aroa, quien le miró nerviosa—Como me enteré de que estás invadiendo la privacidad de alguien, te vas a enterar—advirtió, viendo como Aroa se ocultaba debajo del impermeable de su hermana.
Phoenix abrazo a su hermana y la obligó a caminar a oscuras, para alejarse de la cara de enfado de su padre. Una vez estuvieron fuera, tomó la mano de su hermana para ir al campo de quidditch.
— ¿Dónde te habías metido? Llevaba una hora buscándote, ya dime ¿Qué tipo de trato tienes con Luna? Si no me lo dices, te lanzaré del puente—amenazo, tomando a su hermana de la cintura para hacer la acción de lanzarla, haciendo a su hermana gritar.
—Te lo diré, pero primero dime ¿Qué tipo de relación tenías con Hermione?—condiciono, llamando la atención de su hermana ante la pregunta inesperada.
— ¿Por qué preguntas eso?—comentó sorprendida. No había hablado de Hermione desde hace casi seis meses—Además no me pongas condiciones, yo pregunté primero ¡Contéstame!
—Bueno yo—habló, mirando para ambos lados—El trato es guardar un secreto, bueno no es tan secreto, bueno si o no, aunque tal vez—comentó, viendo como Phoenix le miraba con una mirada de pocos amigos—Luna me pidió unas fotos tuyas de niñas porque tú le gustas—confesó, cerrando sus ojos, esperando él zape que le daría su hermana.
Phoenix levanto su mano con intención de darle un zape a su hermana, pero se detuvo al escuchar lo último. Sonrió, a Luna le gusta ella, pero dejo de sonreír al recordar que su hermana siempre pedía algo a cambio.
— ¿Cuál fue el cambio que hiciste con ella a cambio de ese secreto?—preguntó Phoenix, como se enterara de que le hizo algo a luna, sí que la golpeaba.
—Dulces—mintió con una sonrisa—cinco bolsas de dulces y una de helado—rectifico—Ahora tú.
Phoenix dejó de sonreír al ver que era su turno, pensó que jamás iba a tener que hablar de Hermione nuevamente con nadie que no fuera Eli o Draco tal vez, pero si Aroa había rotó uno de sus tratos era porque realmente le interesaba aquella información.
— ¿Te gusta Hermione?—preguntó Phoenix un poco confusa.
—Eso no viene al caso. Si digo si, tú dirás no siento nada, si digo que no dirás entonces eso no te incumbe y al final no sabré que paso entre ustedes—habló sorprendiendo a Phoenix al ver que su hermana tenía razón—Solo contéstame dos preguntas.— ¿Fueron novias?— pregunto interesada
—No, siempre nos mantuvimos en el proceso de conocerse—confesó Phoenix, viendo como su hermana le miraba seria.
— ¿Sientes algo por ella, ahora?—consultó nuevamente a su hermana.
—Aroa, si estás interesada en Hermione adelante, yo no me voy a interponerme en nada de lo que quieras lograr con ella—confesó, viendo la reacción de su hermana, quiso decir más, pero Eli y Draco le llamaron.
— ¡Phoenix, Aroa rápido! ¡El partido está por comenzar!—gritó Draco, llamando la atención de ambas. Phoenix se giró hacia Aroa, tratando de volver al tema, pero Aroa le pronuncio algo que no supo entender bien.
—Ya te interpusiste sin darte cuenta—susurró, para luego pasar por al lado de su hermana y correr hacia el campo de quidditch.
— ¡Aroa. Espera!—exclamó Phoenix. Draco y Eli se mostraron preocupados cuando Aroa pasó por al lado de ellos.
— ¿Otra vez estaban peleando?—preguntó Draco preocupado.
Phoenix negó con la cabeza antes de dirigirse al campo de quidditch, dejando a los hermanos Malfoy con una cara de preocupación al ver la mirada de su prima.