Capítulo XIV: Causa, efecto.
Draco despertó sin sentir la necesidad de abrir sus ojos, había bailado y reído toda la noche con la fiesta que habían hecho los de Gryffindor, jamás pensó que su cama iba a ser tan cómodo como hoy, se volteó con la intención de cubrirse con el cubrecamas, pero se sintió confundido cuando toco un cuerpo que no era el suyo. Abrió sus ojos, exaltado, retrocedió casi al instante al reconocer a Harry durmiendo a su lado. ¿En qué momento Harry había llegado a su cama? Observo a su alrededor confundido al hacerse esa pregunta en su mente. ¿Por qué su cuarto estaba tan cambiado?
Se observo a sí mismo, suspirando aliviado al ver que traía puesta la ropa de ayer, desvió su mirada hacia Harry viendo como este se despertaba dando un bostezo y llevando sus manos al velador para ponerse sus lentes y ver más nítidamente.
— ¿Por qué estás asustado Draco?—preguntó Harry con una sonrisa, mientras se levantaba de su cama.
—Eso no te importa—contestó Draco con desconfianza, mientras tomaba su varita y con un movimiento, cambiaba su ropa, para irse a desayunar.
—Tan amable como siempre—comentó Harry con ironía, dejando un beso en la mejilla de Draco antes de ir a despertar a Ron y Blaise.
Draco se sonrojó y se volteó hacia la cama de Ron, viendo como su amigo Blaise dormía abrazado a Ron, realmente no recordaba absolutamente nada de cómo había terminado en las camas de tercer año de la sala común de Gryffindor, pero se alegraba de sentir que esa distancia con Harry se acortaba cada día más.
—Blaise, vamos arriba, tenemos que desayunar—despertó Draco, golpeando a su amigo en la cabeza, haciendo que este despertara de mal humor—Harry, te espero abajo, voy a ver a mi hermana.
—Está bien, bajó en unos minutos—concedió con una sonrisa alegre.
Draco bajó las escaleras hasta llegar a la sala común de Gryffindor, suspiro un poco molestó al ver que Eli reía junto a los gemelos Weasley, no le gustaba mucho la idea de ver a su hermana menor con ellos, pero debía aguantar si quería que su hermana Eli fuera feliz por unos segundos. Se sentó en el sillón, viendo como su hermana se levantaba y se paraba en frente.
— ¿Dormiste bien?—preguntó Eli con una sonrisa picará. Draco sonrió.
—No me quejo—contestó, haciendo sonreír a su hermana menor.
— ¿Has visto a Aroa o Phoenix? No las encuentro —comentó Eli con preocupación.
—Acabo de despertar, así que no tengo idea—respondió con una sonrisa.
—Yo vi a Phoenix leyendo una revista que le prestó Cho y luego fue a buscar a Aroa que fue al cuarto de su padre—comunicó Fred con una sonrisa, mientras abrazaba a Eli por los hombros.
—Nadie te pregunto, Weasley—comentó Draco con desagrado.
—Draco—llamó Eli con enojo, viendo como su hermano rodaba los ojos con fastidio.
—Estamos listos para ir a desayunar, rápido tengo hambre—pidió Harry, llegando a la sala común, con una sonrisa.
Draco asintió con la cabeza y se incorporó para ir al gran comedor a desayunar, tenía que admitir que estaba igual de hambriento que todo el grupo. Entraron al gran comedor sentándose cada uno en su mesa, a pesar de eso Harry siguió conversando con Draco, quien no se había sentado.
Lo que pasó luego fue un suceso de segundos, que no supo denominar buena o mala suerte. Draco recordaba que estaban hablando de quidditch junto a Harry, sintió un empujón que lo hizo caer encima de Potter, este lo miró divertido, pero cuando intentó incorporarse sintió un segundo empujón que provocó que le robara un beso a Harry.
Harry se sorprendió ante el beso y por impulso se hizo hacia atrás, empujando a Hermione, quien vertió su café en Ginny, quien gritó al recibir el líquido caliente en su ropa, esta se fue atrás pegándole a Fred, quien golpeó a su hermano George con un cabezazo en la nariz. George vertió su té en la mesa, haciendo que el líquido mojara la ropa de Angelina, quien se hizo a un lado, haciendo que Lee Jordán se atorara con su comida y los demás asustados al ver que se ahogaba, acudieran a su ayuda.
Ron se levantó cuando ayudó a Blaise a incorporarse, pero perdió el equilibrio, volviendo a empujar a George, quien aún se recuperaba del golpe, volvió a empujar a Fred, este recibió ahora un golpe en la nariz.
Draco sonrió al ver el efecto dominó que había provocado Harry, pronto se dio cuenta de que su amigo miraba hacia su hermana menor Eli Malfoy, haciendo que todo el grupo dirigiera su mirada hacia donde estaban las hermanas Snape, las únicas culpables de crear todo este problema.
Aroa y Phoenix se miraron nerviosas, al ver que todos tenían una mueca de molestia en su rostro. Aroa se ocultó detrás de su hermana por instinto, quien sonrió aún más incómoda. Regresó su mirada a Eli, quien solo le miró divertida. Suspiró, como odiaba ser el mayor de esas tres.
—Lo siento Harry, fue mi culpa—se disculpó, mordiendo su labio con algo de rabia. Harry le devolvió la mirada sonrojado, mientras trataba de no mirarlo—Debí estar sentado.
—No, yo, yo—trato de explicar, todo había pasado muy rápido y le había causado una reacción equivocada a lo que había planeado—Mejor, terminemos de desayunar antes de que vayamos a practicar quidditch. —comentó frustrado, viendo como Draco, asentía y se alejaba de su lado.
Aroa y Phoenix observaron la disculpa con los brazos cruzados, sintiéndose culpable al ver la mirada triste de Draco. Eli no pudo evitarlo y solo les dio el zape que se merecían por no asumir la culpa por andar corriendo por los pasillos.
—Le deben una disculpa a Draco, porque si no—amenazó, viendo como ambas hermanas le miraban asustadas.
Aroa miró a su hermana y prefirió volver a la mesa de Gryffindor, se sentó viendo como todos se limpiaban, tratando de volver a desayunar tranquilos. Dennis le observo con una sonrisa divertida.
—Ustedes dos juntas son muy divertidas—comentó Dennis riendo, ignorando la mirada molesta de los afectados, mientras bebía de su leche.
—Perdón venía tan concentrada en mi hermana que no me di cuenta de lo que estaba haciendo—se disculpó con Dennis, mientras se servía leche.
—No te disculpes, fue una buena broma. En especial, cuando los gemelos se pegaron entre sí y Jordán se ahogó—hizo saber Neville divertido a ambos menores.
—Oye, no te burles de nosotros—se quejó Fred aún adolorido, mirando a Neville.
—Fue divertido, aunque doloroso—se quejó George divertido—menudo jaleo armaron en unos segundos.
—Oigan ¿Ustedes saben donde están los profesores?—preguntó Neville, dándose cuenta de que la mesa de profesores llevaba vacía desde que los alumnos llegaron.
—Están todos en la oficina del director Dumbledore, esta mañana han llamado hasta a los prefectos—comunicó Hermione, viendo como Aroa dejaba de beber leche con una clara mueca de dolor.
— ¿Por qué allí?—preguntó Aroa con una sonrisa.
—Están allí por muchas cosas, creo que al final podremos salir afuera del castillo y hacer bromas en lugares más amplios—bromeó Fred, viendo a Aroa llevar sus manos a la cabeza.
—Ya era hora, ya llevamos dos meses sin poder salir—comentó George con una sonrisa, mirando a Aroa— ¿Aroa te encuentras bien?
Aroa sonrió y volvió a beber su leche, tratando de ocultar su mueca de dolor.
— ¿Aún te duele la cabeza desde el accidente?—preguntó Neville preocupado, llamando la atención de todo el grupo.
—Estoy bien, el dolor de cabeza es por otra cosa—contestó nerviosa, mientras volvía a beber su leche.
Todo el grupo le observo sospechoso unos segundos antes de volver cada uno a su propio desayuno, acción que agradeció Aroa antes de seguir desayunando, no quería comentarle a sus amigos que le dolía la cabeza por culpa de confundir los vasos de la fiesta, haciendo que se emborrachara. Sonrió cuando los ojos de Hermione le miraron, como forma de agradecimiento al no revelar su secreto.