Capítulo LIV: El Grim.
Aroa sacó la carta que Pomfrey le había dado a Tonks de su mochila y la metió en su calcetín antes de ponerse las pantuflas y salir de su saco de dormir, guardó silencio unos segundos, asegurándose de que ya nadie del campamento estuviera despierto, bajo el cierre de la carpa y asomo la cabeza hacia afuera. Observo para ambos lados con algo de urgencia y salió lo más rápido que sus pies le permitieron, camino por alrededor de las carpas con el máximo cuidado, sonrió triunfante y se internó unos treinta metros en el bosque antes de apoyarse en un árbol y sacar la carta junto a su varita.
—Lumus—nombró, viendo como la varita dejaba salir una luz que le ayudó a ver la carta, la dejó en el suelo e hizo caer un pedazo de capa sobre ella, antes de pronunciar—Lacarnum inflamarae.
Unas llamas azules salieron de la varita de Aroa, observo para ambos lados con cuidado de que nadie la mirara, concentró sus ojos en el fuego, viendo como poco a poco este consumía la tela de la capa y la carta. No sabía porque estaba haciendo eso con exactitud, sólo obedecía porque lugar con esa voz le enfermaba hasta el punto de hacerla caer en cama afiebrada y desde que su hermana le había pedido darle un respiro, realmente quería cumplir esa promesa con todas sus ganas.
Su mirada se alzó asustada, sus ojos se llenaron de sorpresa al ver a Collin, Dennis y Hator agachados frente al fuego, estos tres le sonrieron culpables, vio como Collin Creevey, ponía sus manos alrededor del fuego para calentarlas.
—Amo este fuego, calienta mucho mejor que el de la chimenea—comentó Collin a Aroa, ganándose su atención.
— ¿Qué estás quemando?—preguntó Dennis curioso—No serán las cartas de declaraciones de George Weasley y Hermione Granger ¿verdad?—molesto a su amiga, ganándose una mirada de odio de ella.
—No la molestes—defendió Hator a Aroa, empujando a Dennis haciendo que este cayera al suelo.
—Oye no molestes a mi hermano—le recrimino a Hator con una mirada molesta.
—No peleen alzaran la voz y no castigaran a todos por no estar en nuestras carpas—exclamó Aroa molesta al ver que estaban a punto de ponerse a pelear entre ellos—Vamos, vengan a mi carpa, allí podremos estar tranquilos y así evitaremos un castigo mayor, que estando afuera.
Los cuatros chicos se levantaron. Collin deshizo el fuego y los otros tres taparon los restos que quedaron con tierra, se limpiaron las manos y volvieron todos juntos al campamento. Hator se acercó a su compañera para protegerla de algún peligro que hubiera. Aroa fue la primera en detenerse al escuchar algo arrastrarse por en medio de las ramas.
—Lumus—volvió a pronunciar, llamando la atención de los chicos, causando que miraran en dirección hacia donde alumbraba ella.
Collin fue el primero en ponerse delante de Aroa al ver que algo se movía entre las ramas, sacó su varita dispuesto a atacar, pero se sorprendió cuando Aroa empujó a todos para acercarse a las ramas y agacharse ante ellos.
—No le hagan daño, es la rata de Ron—comentó Aroa, tomándola entre sus manos con cuidado.
Había escuchado de las discusiones que Ron y Hermione tenían en el gran comedor en frente de todos que Scrabbers estaba enferma desde antes de entrar a Hogwarts y que Ron cuidaba mucho de ella, por ese mismo motivo.
—Crookshanks no—gritó Dennis al ver que el gato se lanzaba a los brazos de Aroa y esta se alzaba para esquivarlo, mientras que lanzaba una patada que el animal alcanzó a esquivar sin dejar de bufar con ira.
Todos observaron a Dennis molestos ante el grito que pudo haber alertado a alguien en el campamento, pero más le preocupaba que el gato no dejaba de bufar y mostrar sus garras en dirección a la rata que no paraba de temblar en los brazos de Aroa.
—Ron tiene razón esa bestia es un monstruo—exclamó Collin, desconfiado al ver que el gato no paraba de maullar enrabiado.
—Callen a ese maldito gato, llamara la atención de los profesores o de algunas criaturas del bosque—advirtió Hator al ver que el animal no se callaba en ningún momento.
—Hermione me va a matar—pronunció Aroa, apuntando con su varita—Petrificus Totalus—nombró, viendo como el animal se quedaba congelado en el lugar y solo movía sus ojos molestos—De verdad, lo siento.
Todos se quedaron quietos como estatuas ante el miedo de que uno de los profesores se haya levantado por el bullicio del gato o algo aún peor haber llamado la atención de alguna criatura del bosque. Aroa apretó a Scrabbers contra su pecho al sentir el leve aroma del perro venir en su dirección.
—Corran, el perro viene—susurró, alertando a sus amigos.
Dennis fue el primero en correr a su tienda, bajo el cierre sintiéndose desesperado y llamó con las manos a sus compañeros para que se ocultaran en ella. El primero en entrar fue Hator, luego Aroa, seguido por Dennis y finalmente Collin, quien intentó cerrar la carpa, bajando el cierre. Todos se sorprendieron cuando el perro se lanzó en contra de ellos, tratando de entrar en la carpa. Collin recibió un par de apretones que lo hicieron gritar asustado, mientras que su hermano menor pateaba la cabeza del animal para alejarlo de la carpa y poder encerrarse.
Todas las carpas del campamento se abrieron al escuchar los ladridos del perro junto a los gritos de Collin, que fueron seguidos por los alaridos de las niñas de primero y segundo. Aroa pateó al perro en el hocico, haciendo que este retrocediera e intentó una vez más bajar el cierre mientras escuchaba los aullidos del animal, pero el perro al ver que Aroa, era quien ocultaba a la rata volvió a atacar. Aroa cerró sus ojos asustada, al leer las intenciones del perro de atacarla, como la noche del accidente, pero se sorprendió al observar que el perro salió disparado hacia la derecha del lado de la carpa.
—Expelliarmus—pronunciaron Severus y Remus al mismo tiempo, viendo como el perro salía volando para azotarse contra un árbol para luego salir huyendo al interior del bosque.
— ¿Qué fue eso?—preguntó Collin asombrado—preguntó a los tres exaltado, mirándolos, pero ellos le observaron aterrados.
Aroa fue la primera en reaccionar ante la pregunta de Collin, aun sintiendo su corazón acelerado por el miedo, la rata de Ron se escondió en uno de los bolsillos de su pijama temblando. Collin fue el primero en salir de la carpa para saber qué había pasado con el animal al escucharlo aullar y luego salía huyendo. Vio como la profesora Mcgonagall corría a ellos y los obligaba a salir rápido para saber su condición.
— ¿Están bien?—preguntó la profesora Mcgonagall, examinándolos uno a uno con cuidado antes de sonreír aliviada.
—Era el mismo perro que nos atacó esa noche—pronunció Dennis aterrado, llamando la atención de todos los alumnos de primero y segundo que poco a poco comenzaron a susurrar sorprendidos.
—Silencio—exclamó Snape, haciendo que todas obedecieran en el acto—empaquen sus cosas se acabó el campamento—anunció a ver el sol del amanecer.
Todo fue muy deprisa luego del ataque, los profesores empacaron rápido y llevaron a los niños al castillo lo más pronto posible. Aroa, Dennis, Hator y Collin se quedaron al lado de Snape por órdenes de la profesora. Hasta los chicos de tercero a séptimo se sorprendieron al verlos en el desayuno en vez del almuerzo como estaba previsto.
A pesar de que todo el mundo quería saber la verdadera razón de ese cambio imprevisto ningún niño de primero o segundo hablaba. Ginny y Luna fueron las primeras y muchos quedaron asustados al ver que el mismo perro que había atacado a la señora gorda había atacado a los chicos de primero a principios del curso.