Capítulo LX: Última oportunidad.
Phoenix terminó de cenar, bebiendo el último sorbo que quedaba de su jugo de calabaza, observo de reojo hacia la mesa de Gryffindor viendo a su hermana menor, comía su postre mientras conversaba con Ginny y Collin. Después giró su cabeza hacia la mesa de profesores, viendo que su padre comía como si fuera lo más importante del mundo. Regresó su vista a su mesa, viendo como Draco le sacaba la lengua a Eli solo para hacerla enojar mientras comía. Sus ojos volvieron a viajar ahora a la mesa de Ravenclaw, viendo como Luna leía el quisquilloso mientras bebía de su jugo de calabaza. Parecía que todo estaba en orden por el momento.
— ¿Quieres madurar?—escucho a Eli hablar, mientras veía a Draco le sacaba la lengua por segunda vez.
— ¿Por qué? Nuestro padre se enterara de esto—comentó, burlón Draco, haciendo que su hermana rodara los ojos y le sonreía con arrogancia.
—Tú sabes perfectamente que yo no necesito de papá para saber defenderse sola—declaró con una sonrisa, haciendo que Phoenix y Blaise se miraran satisfechos.
—Pero qué carácter, deberías sonreír y aguantar más, si no quieres que papá se entere de que salías con Fred—comentó, haciendo que Eli le mirara con rabia.
— ¿Celoso de que yo hubiera tenido novio y tú no? Deberías ser más valientes si quieres que Potter te tome atención—comentó, haciendo que Draco se llevara la comida a la boca de mal humor—Así me gusta, calladito te ves más bonito—sonrió, antes de dedicarle una mirada a Phoenix—Te vas a atrever a hablar con Aroa o nos vamos a la sala común de Slytherin.
—Mejor cálmate, a mi no me hablas así porque no te sirve, a mi no me callas de esa manera—le advirtió Phoenix con una sonrisa, bebiendo del jugo de Eli, mientras esperaba que ella se calmara.
—Mi adorado hermanito me saca de quicio a veces—comentó Eli, irónica, pisando el pie de su hermano por debajo de la mesa, mientras hablaba con Phoenix.
—Ya, pero dándole un pisotón solo generas más pelea—le comentó Phoenix, viendo la mueca de dolor de Draco—Voy a hablar con Aroa antes, permiso—se disculpó, levantándose de la mesa al verla salir junto a Dennis y Hator—Nos vemos en la sala común de Slytherin.
Camino a paso rápido al ver que su hermana se detenía en la puerta principal y le esperaba con una sonrisa, cuando vio la señal de que hablaran un poco.
—Los veré en el vestíbulo—dijo a sus amigos— ah y por favor, no hablen de quiddicth, porque los voy a matar yo, si vuelven a pelear por quien gana la copa de las casas—advirtió con sus amigos con una sonrisa para nada inocente.
—Claro…—contestaron Hator y Dennis nerviosos, ante la mirada de su amiga.
Aroa volvió a sonreír al ver que Phoenix cerraba la puerta del gran comedor y la tomaba de los hombros para llevarla al pasillo que iba hacia el vestíbulo, le preocupó por unos segundos ante la mirada ansiosa que le dirigió su hermana mayor.
— ¿Estás lista para dar el paseo con Tonks?—preguntó Phoenix un poco preocupada.
—Nosotros sí, solo falta que terminen de cenar los profesores—comentó Aroa, sin entender del todo la pregunta.
—No me refería a eso—comentó sonriendo, a veces olvidaba que su hermana no comprendía del todo cuando estaba nerviosa—Te preguntaba si estaba lista para lo que vas a decir.
—Ah, perdón…—se disculpó con una sonrisa—realmente no lo sé, todo se verá en el paseo—confesó nerviosa—Voy a seguir el consejo de tío Regulus, pero no estoy completamente segura—murmuró, pensando en la nota que había recibido del gato de Hermione.
—Solo debes relajarte y decir lo que recuerdas, pero no importa si no recuerdas nada, no te preocupes, recuerda que es la última vez—aconsejo Phoenix, un poco nerviosa de su hermana menor.
—Está bien—dijo con una sonrisa—Debo irme ya—aclaró al ver pasar a su padre y Mcgonagall.
—Bien, buena suerte, mañana hablamos—aviso Phoenix con una sonrisa.
Aroa camino hacia el vestíbulo, girándose por última vez antes de despedirse con su mano de Phoenix y quedarse al lado de sus amigos. Tonks fue la primera en salir hacia afuera, empapando su cuerpo gracias a la ayuda que caía sin descanso, seguido de ella sus amigos y por último los profesores. El aroma a tierra mojada invadió su ser, las condiciones aquella noche eran distintas, pero la oscuridad ayudaba bastante a la memoria de los chicos, quienes se sentían aliviados al poder recordar algo más de lo habitual.
—Observen con cuidado, si recuerdan algo solo díganlo—pidió Tonks a los tres, comenzando a bajar las escaleras hacia la casa de Hagrid. Seguida de toda la comitiva.
Todos se detuvieron a las afueras de la casa de Hagrid, viendo que este entraba al hipogrifo en su casa para refugiarlo de la lluvia.
—Estábamos limpiando las gradas antes de venir aquí, Dennis y yo estábamos peleando porque estábamos cansados y Aroa nos advirtió sobre un aroma que nos vigilaba—contó Hator al ver el entorno de la noche y la mirada de sus compañeros.
—Sentí un aroma a pelo de perro húmedo entremedio de esos arbustos—señaló Aroa hacia los árboles, llamando la atención de su padre.
—Limpiamos hasta que se hizo de noche mientras el hipogrifo dormía allí—siguió Dennis señalando el lugar, viendo que Tonks anotaba—apareció una fogata, cuando Hagrid apareció.
—Es cierto, les traje una bandeja con pescados para que comieran y luego fui a cenar en el castillo—contó Hagrid, sonriéndole a Dennis, quien se veía contentó al recordar.
—Estábamos comiendo cuando apareció…el perro…—recordó Aroa, mordiendo su labio, quería confiar en la nota que había recibido de su padre Sirius, pero aún sentía miedo. Observo a su padre Severus, viendo que este asentía para que continuará—le dimos de comer pescado y se marchó—hablo, mirando a sus amigo y luego al suelo.
—No recuerdo cuando volvió, pero cuando atacó al hipogrifo fue cuando echamos a correr para librarnos de él—comentó Hator, alejándose del grupo para caminar casi al comienzo del bosque—El perro me ataco aquí—susurró para sí mismo, recordando los gritos de sus amigos y el suyo propio cuando el perro le mordió.
— ¿Quieren ver el lugar donde fueron encontrados?—preguntó Tonks a Dennis y Aroa con algo de duda al ver la reacción de Hator.
—Yo sí—confirmo Aroa, sorprendiendo a Severus, quien le miró preocupado. Dennis solo asintió con la cabeza.
Tonks asintió con la cabeza y avanzó por los caminos del bosque prohibido, seguido de la profesora Mcgonagall y Snape, Aroa observo el lugar con algo de nerviosismo, había pasado por esos lugares tan rápido aquella noche que le era un poco difícil reconocer el aroma de tierra mojada a ese paso. Dennis se quedó tensó en un lugar.
—Aquí—murmuró Dennis sorprendido—Aquí me atacó a mi—hizo saber a Tonks, viendo a Aroa a los ojos para que terminara de decir lo que sabía.
Aroa avanzó unos pasos más allá, haciendo que su padre la siguiera preocupado.
—Aquí lance el encantamiento patronus—aviso marcando con el pie y para seguir caminando—Aquí me atacó y me hizo caer hasta rodar a la laguna de allí—comentó, recordando que su padre Sirius le miraba asustado mientras caía—me golpee la cabeza con la rosca y sentí su aroma hasta que papá Severus me encontró—declaró, mirando a su padre a los ojos.
Tonks observo en silencio la mirada que le dedicaba Aroa a Severus y luego a ella, no era necesario preguntar qué hechizo había sido, porque Aroa le había mostrado el recuerdo de esa noche.
—Gracias, pueden volver al castillo, ha funcionado mucho mejor de lo que esperaba—comentó Tonks contenta—Buenas noches, Aroa.
Aroa asintió, sintiendo el aroma de Sirius unos kilómetros más allá del bosque prohibido. Se dejó guiar por su padre y amigo de vuelta al castillo pidiendo que por favor no hubiera represalias por ello.