Capítulo XVI: Draco y Aroa.
Aroa se encontraba mirando la bolsa de suero que colgaba sobre su cabeza, concentró su vista en el gotero, estaba perdiendo la paciencia. Pomfrey le había prometido darle de alta cuando la bolsa acabara, faltaba menos de la mitad, pero la gota no había forma de que bajara. Movió sus piernas, las sentía dormidas y estaba aburrida. Escucho los pasos de Pomfrey cerca de su cama.
— ¡No cae la gotita!—exclamó Aroa indignada, llamando la atención de Pomfrey, quien se acercó.
—Ya te dije anoche, que esa bolsa se demora ocho horas en vaciarse, aún queda una hora y media— explicó Pomfrey con una sonrisa, que solo decía que perdería la paciencia en cualquier momento.
— ¡Pero no cae!— exclamó impaciente, volviendo a mirar el gotero.
— ¡Deja de ver la gotita de una vez y trata de dormir!—exclamó al ver que Aroa volvía a concentrarse en el gotero. Suspiro frustrada al ver sonreír a Aroa porque había caído la gota.
Giró su cabeza, viendo como Draco entraba y señalaba a Aroa. Sonrió y decidió salir de la enfermería para distraer su mente. Draco se sentó en la camilla con los brazos cruzados, estaba molesto. Harry no le había tomado en cuenta en toda la clase de historia mágica y para colmo solo reía con el trío dorado. No tenía ganas de hablar con nadie y la enfermería en estos momentos era el mejor lugar para esconderse de la preocupación de su hermana y la curiosidad de Harry.
— ¿Por qué de nuevo no cae la gotita?—preguntó Aroa impaciente, mientras movía la bolsa para que cayera de una buena vez, llamando la atención de Draco.
Aroa suspiró y acomodo su cabeza en la almohada, suspiro, mirando a su primo con una sonrisa, tomó el catéter viendo como su interior. Draco estaba enfadado.
— ¿Quién te ignoro esta vez? ¿Harry o Eli?—quiso saber Aroa, sin dejar de mirar el catéter.
—Harry, no paró de reír con Ron y Hermione, para colmo cuando quería hablarle, le llamó Neville y se río con él—exclamó furioso, mientras observaba a su prima ¿Qué estaba haciendo?— Neville me las va a pagar.
—Oye, si le haces algo a Neville, te transformo en un hurón—advirtió, mientras volvía a mover el catéter para que las gotas cayeran más rápido, concentró su mirada en el pequeño tuvo, sorprendiéndose— ¡No, hay una burbuja en el tubo, se me va a meter en el cerebro y me voy a morir!—dramatizo, sentándose en la cama, para intentar, quitarse la aguja. —No me quiero morir, al menos quiero tener un fracaso amoroso como papá.
Draco llevo sus manos al brazo de Aroa para detener cualquier intento, jamás pensó que un simple aburrimiento, llevara a su prima a obsesionarse con un simple gotero, que para colmo ya había acabado con su paciencia.
— ¿Qué te pasa? Ahora entiendo por qué Pomfrey salió huyendo de ti—exclamó, llamando la atención de Aroa—Cuando te pones así, eres insoportable.
—Pomfrey me dijo que acabada la bolsa podría irme, dormí toda la noche pensando que podría irme en la mañana, pero aún no acaba y estoy aburrida de estar en este lugar—exclamó, comenzando a llorar, viendo como Draco rodaba los ojos.
— ¡Cállate, odio que una de ustedes llore!—exclamó Draco, llevando sus manos a sus oídos y cerraba sus ojos con fuerza. No le gustaba ver llorar a sus chicas, le partía el corazón.
Aroa paró de llorar al ver la reacción. Draco volvió a mirar a su prima, quien tenía la mirada baja. Sonrió, se acomodó a su lado, pasó su mano por debajo de su cabeza y ambos se acomodaron de lado, abrazándose. Aroa sintió como su primo la abrazaba.
—No quiero dormir—reclamó al reconocer la posición.
—Pero, yo si necesito dormir un poco, además así le darás un descanso al mundo—susurró, cerrando sus ojos. Él si necesitaba dormir.
Aroa iba a quejarse, pero se cayó al escuchar a Draco tararear y luego a cantar en susurros, en las primeras letras reconoció la canción Fix You de Coldplay. Cerró sus ojos, su primo necesitaba estar tranquilo unos segundos. Se concentró en la oscuridad que veía y en la canción que cantaba.
Su mente le trajo al suelo del bosque prohibido, reconoció el aroma al agua y tierra, sentía su brazo y cabeza húmedos, su mente se sentía confusa, pero eso no evito que mirara al animago que la había atacado, su cara estaba sucia y su mirada gris le dejó ver lo triste y apenado que se sentía, sus lágrimas limpiaron la mugre que había en su cara, levantó la varita temblorosa hacia ella, mordió su labio, como lo hacía su hermana cuando se encontraba en aprietos. Lo sintió dentro de su mente, viendo sus recuerdos y sus lágrimas se dejaron caer con más fuerza. Lo vio mover sus labios antes de caer en la inconsciencia.
Draco se acomodó al sentir la respiración acompasada de Aroa. Realmente necesitaba estar con Aroa un rato, ver a Eli con Fred y a Phoenix entusiasmada con Luna, le hacía sentir desplazado. Tal vez se sentía igual que Aroa cuando los veía a los tres juntos. Siempre como el mayor del grupo, intentó protegerlas a todas. Pero, no había podido hacerlo esta vez con Aroa.
Sabía que a veces era Aroa quien cuidaba de él, incluso de Eli y Phoenix, en especial cuando eran pequeños y se perdían en el bosque. Aroa siempre los encontraba, luego de darles un susto que los hacía separarse y volver a juntarse molestos cuando escuchaban su risa. Aroa siempre fue más valiente que los tres juntos, por ello, no le sorprendió cuando terminó en Gryffindor.
Pero el hecho de que fuera valiente no quería decir que pudiera soportar el dolor de sentirse desplazada. Él se sintió igual hoy, quería sentarse con Harry, pero Ron y Hermione le ganaron, Crabbe y Goyle se sentaron juntos, Eli se sentó con Pansy, Phoenix y Luna juntas como lo hacían hace cuatro días. Y él solo en el último pupitre. Ya a mitad de la clase no aguanto y pidió ir al baño. Se escabulló en un pasillo y llegó a la enfermería.
Sonrió, ver a Pomfrey queriendo matar a Aroa fue divertido, verla impaciente también. Escucharla llorar, le recordó el motivo de su visita. Ese dolor que lo sofocaba a veces y entristecía su mirada.
—No le digas a Eli, la razón de por qué estoy aquí—murmuró Draco.
—Tranquilo, lo que ocurre entre los dos, nunca se cuenta—susurró con una sonrisa—Pero creo que debes ir marchando de vuelta a clases. Eli se preocupará y la pondrás triste—comentó Aroa—no me gusta verla angustiada y te transformaré en un hurón si la veo así por tu culpa.
—Y dale con el hurón, porque no te concentras en la gotita mejor—pidió Draco fastidiado— Además ¿Por qué quieres transformarme en un hurón?
—Por muchas razones, la primera te verías muy tierno, segundo podrías morder a todos los que te caen mal y nadie sabría que eres tú y por último si te llevo en brazos y le digo a Harry que te cuide, pasaras un buen muy momento—contó, mostrando sus dedos, mientras se acomodaba para mirar a su primo Draco a la cara— ¿Qué dices?
—Suena muy tentativo, mordería muchos Gryffindor, comenzando por Fred Weasley, aunque eso de que Harry me cuide le da muchos puntos a tu locura—murmuró haciéndose el pensativo.
—Entonces ¿Si puedo convertirte en un hurón?—preguntó esperanzado. Draco vio como los ojos de Aroa brillaban de malicia.
—Claro, si dejas de comer dulces una semana—pidió a cambio.
—No hay trato—anunció, haciendo un puchero. Nadie le quitaba, ni le prohibía sus amados dulces.
Draco soltó unas carcajadas al ver la cara molesta de Aroa, fijó la atención en la bolsa que contenía el medicamento, viendo que no había avanzado casi nada. Sabía que debía volver a clases, pero por hoy realmente necesitaba a Aroa para alegrar su día con sus propuestas alocadas.