Hoy se cumplían 3 años desde que Harry había desaparecido de la casa de sus tíos.
Cada año transcurrido te pesaba como una tonelada de rocas.
Cómo el año anterior, Remus y tú estaban en un sórdido silencio. Escuchando las campanadas del reloj marcar el medio día.
A pesar del calor de inicio de verano sabias que ambos siente un frío que quema.
El silencio es roto por la entrada del pequeño Draco al salón donde están.
-papi, me enseñas el hechizo winguardium leviosa otra vez- su vocecita aguda se clava en tu cerebro.
Es agradable tener al niño cerca generalmente, pero hoy solo te tortura lentamente al pensar si Harry sería como el, si estaría bien sea donde sea que esté.
Remus voltea en tu dirección, sabedor del dolor que la presencia del niño causa en ese día específico.
-mañana dragón, este no es buen momento- Remus se levanta y acaricia su cabeza para acompañarlo a salir del salón guiándolo con una mano en su hombro -ve a tu habitación por favor-
-no te tortures Siri- no te diste cuenta ni en qué momento llego a tu lado -no fue tu culpa-
Sus palabras tienen las mejores intenciones, pero suenan tan vacías al competir con la culpa que te traga vivo.
-debí estar ahí Remus- murmuras amargamente y sientes su mano en tu mejilla - yo debía cuidarlo, les falle-
-no digas eso Sirius- la severidad de su tono chocaba con su cálida y reconfortante mirada -tu haz hecho todo por hallarlo, es culpa de Dumbledore por dejarlo con esos muggles y no ayudarte a demostrar tu inocencia-
Ambos atrapados en el dolor de aún no tener a Harry con ustedes, no notaron la entrada de Lucius.
-lo han hallado, debemos movernos rápido-
La urgencia en su voz te hacen comprender que no es precisamente el ministerio quien a encontrado a Harry.
-¿quién lo hago?- preguntas con una voz ahogada.
-Mcnair y Mulciber-
Eso más que un par de nombres, sabes que es una sentencia.
-¿cómo lo sabes Luc?- pregunta Remus preocupado.
-está juntando a algunos para ir por el niño- le responde tranquilo, muy seguramente escondiendo de Remus información que pueda alterarlo en su estado.
-debemos actuar ya-
Te paras de forma intempestiva casi corriendo hacia la puerta.
-iremos- suelta Remus con convicción, deteniéndote un momento para observarlo espantado.
Remus, por más bueno que sea en duelo, no puede luchar en su estado.
-no irás a ninguna parte- la voz de Lucius suena firme y preocupada -en tu estado no puedes luchar-
El rubio se acerca y le toma la mano para sentarlo en el sillón.
-estoy de acuerdo con la rubia- dijiste sorprendiendo al castaño -con esa barriga no podrías ni enfrentar a Draco-
Remus te mira ofendido.
Está apunto de gritarte cuando la intempestiva entrada de Draco los hace guardar silencio.
-no puedes ir a pelear papi- dice el niño en sollozos lastimeros, sentado en su regazo acurrucado -algo puede pasarte a ti y a mi hermanita-
Nadie dice nada.
Solo observan al niño llorar.
-hasta Draco sabe que es peligroso que vayas- dices sonriéndole agradecido por frenar una discusión que podría quitarles mucho tiempo.
-no te preocupes Remus, Sirius y yo somos suficiente para enfrentarlos- le dice hincándose a su lado abrazándolos a ambos.
Sin nada más que decir salen dejando a Remus- consolando Draco.
-¿cómo lo haremos?- preguntaste empezando a sentir la adrenalina corriendo por tus venas.
-él chico se encuentra en un orfanato muggle bajo el nombre de James- te dijo mirándote de reojo mientras se sacaba la túnica para quedar en un elegante traje gris perla -nos haremos pasar por empleados de gobierno muggle para llegar a él y tomarlo antes de que nada más pase-
-suena demasiado fácil- refunfuñaste.
Esperabas más acción.
-generalmente los planes sencillo funcionan mejor que los complicados juegos de los gryffindors pulgoso-
Salieron de la mansión a paso rápido.
-nos apareceremos cerca del orfanato- dijo antes de voltearse hacia ti y transfigurar tus ropas en un traje similar al suyo -espero que sepas conducir, por qué necesitaremos hacernos pasar por muggles- la última frase le hizo poner una expresión similar a la que ponía cuando te llenabas de lodo en tu forma canina y te le encima as para ensuciarlo.
-afortunadamente par ti rubio, soy un excelente conductor- por un momento paso por tu mente cuando la pelirrojo los obligó a ti y a James a aprender a conducir al estilo muggle.
El viaje fue relativamente corto. Estacionaste y dejaste que Malfoy se encargará de hablar, mientras tú investigabas con la mirada tratando de buscar a Harry.
Una de las encargadas los guiaba al que decía era el cuarto del pequeño prongs.
Al entrar estaba vacío, junto a la cama que debía pertenecerle a Harry había un buró dónde una foto con los que supusiste eran todos los niños del orfanato, y en medio de todos, un niño con un inconfundible parecido a James sonreía a la cámara.
-manda un patronus al ministerio- gruño Lucius mientras colocaba a la chica inconsciente en una de las camas aledañas.
-¿por qué?- rezongaste pensando en lo que se volvería la noticia de haber hallado a Harry.
-esta aquí-
Miraste por la ventana y efectivamente, unos 10 mortífagos estaban apareciendo en el patio desierto.
No perdiste el tiempo y enviaste un patronus directamente a Moody sabiendo que el aparecería enseguida.
Salieron de la habitación, tratando de buscar a Harry para salir corriendo de ahí.
Acaban de salir por una puerta lateral para rodear a los mortífagos al no haber encontrado a Harry, cuando oyeron a uno gritar.
-Potter acabada de huir dentro del bosque, tras el-
No pensaste más, saliste corriendo detrás de esos malditos infelices.