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Cocina con el corazón por Mascayeta

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Miré el reloj en mi muñeca, ayer a esta hora me encontraba sentado con Anata recibiendo la notificación de que Takano Masamune iniciaba los trámites para la adopción de Kiseki.

Los resultados del DNA fueron entregados la misma tarde del examen, pero los trámites burocráticos establecieron la reunión para hablar de ellos hasta dos días después. Recuerdo el gesto de satisfacción de papá cuando determinaron que la acusación de que quise "engatusar" a Masamune era falsa y que Kiseki seguía bajo mi tutela hasta la fecha definida como límite para su análisis de subgénero, era un triunfo para mi orgullo. Sin embargo, Takano cumplió la amenaza y para demostrarme que iba en serio, envió a su madre como apoderada en el caso de adopción de mi cachorro.

No negaba que me dolía, pero tampoco podía juzgar al Alpha que amé por tantos años, bien dicen que el amor no nos permite ver más allá de nuestras narices, y lo que él sentía por Haitini lo llevaba a cometer barbaridades.

Eso me dejaba a portas de tomar una decisión en las semanas siguientes, el gobierno con la evidencia de que Kiseki era un Alpha dominante, me lo quitaría así tuviese independencia y estabilidad económica; lo único que los haría desistir era mi alianza matrimonial, o como aseguró Yokobô en son de burla, que el padre biológico de mi cachorro apareciera para responder por su crianza.

Irónico porque esa opción era una realidad factible; no obstante, al salir esa tarde de la clínica Kirishima evitó cualquier conversación, esperó que mis padres recogieran a Kiseki, y cuando vio a Henmi y Furogawa, me ordenó subir al coche de Yasuda para marcharse con Hiyori sin siquiera permitirle que se despidiera. Luego supe por Katou que viajó al Resort esa misma noche.

No sé qué esperaba de él. Mi lobo a diario recuerda el aroma a Canela haciéndome consciente del error que cometí hace cinco años con Kirishima, así como la manera en que evité buscar al padre de mi bebé por seguir guardando la esperanza de reencontrarme con Takano, que me pidiera perdón y pudiésemos vivir como una familia.

Resignado a mi mala suerte, me alisté para ir a desayunar y pasar a la cocina donde comenzarían las grabaciones finales. Por ser el primero en llegar comí sólo, tiempo que me permití evaluar las posibilidades dentro del concurso y fuera de él, dependiendo de los resultados en el primer desafío hablaría con papá quien le informaría a Servicios Sociales.

Al verme Aniki y Yuudai me dieron la bienvenida, la señora Yong se mantuvo a prudente distancia, algo que me extrañó, pero al ver como Mei-chan la saludaba, de inmediato comprendí que la presentadora influenció en su comportamiento.

Los acompañé comentándoles lo sucedido, aunque ninguno estuvo de acuerdo y menos Furogawa que me comentó lo que Anata le hizo a Henmi, ambos me dieron su apoyo en cualquier cosa que decidiera. Les agradecí y seguimos conversando hasta ser llamados a la sala de grabación.

Una vez dentro, Yasuda dio la orden de rodar y con esta vimos a Kayama-san y Kirishima ingresar. Mi Omega gimió haciendo que Aniki me tomará con disimulo de la mano, ¿para qué negar lo evidente?, hacían una pareja perfecta.

—Bienvenidos finalistas a Tōtsuki Rizōto.

—Después de las semanas compartidas —completó el castaño—, puedo asegurarles que esta última parte será la más difícil del concurso.

—Las condiciones cambiaron, tendremos un desafío de Salvación donde serán evaluados de manera individual por el plato que hayan preparado —volteando a la cámara que se le indicó Kayama terminó la explicación—, los peor punteados pasarán al reto de eliminación, y uno de ustedes tendrá que volver a casa . Todo esto ocurrirá cada dos días.

Aunque ya sabíamos que el tiempo iba a ser menos que la vez pasada, esa noticia confirmó el temor de la resistencia que nuestro cuerpo y mente debería mostrar para las pruebas.

Mei-chan continuó enunciando las condiciones, tres jueces: Gin Dojima gerente del Resort, un juez invitado por reto, y el tercer jurado era alguien que me comprobó que la vida era un dechado de casualidades, el hijo del dueño de O.D.A. Editorial, un consorcio anglo-japonés de trayectoria internacional, pero, sobre todo, porque el chico era el amor imposible de Takano: Onodera Ritsu.

—Por último, estaré yo como vinculo entre ustedes y el Resort, acompañando siempre a esta hermosa dama.

El verlo tomar la mano de Kayama y besarla con tanta galantería me hizo hervir la sangre, agradecí que Yukina comenzara a liberar su aroma para tranquilizarme, era ilógico que estuviese celoso, no sé para qué el imbécil me persiguió los días anteriores, por lo visto la "calentura" de su Alpha se frenó al comprobar que Kiseki era su hijo.

—Hoy nuestro juez invitado es un especialista en comida de eventos y fiestas, con ustedes Karl Valencé —dijo la rubia con una sonrisa tan falsa como ella.

Aplaudimos aterrados por el nuevo nivel de la competencia, si queríamos esos 250.000 dolares, no nos la iban a dejar tan fácil.

—Por favor Yokozawa-kun acércate —oír mi nombre fue raro, Kayama entornó los ojos en lo que cruzaba los brazos murmurando quien sabe qué cosa. Al frente de la mesa, el chef Valencé destapó una caja con diez cuchillos—. Elige uno y léelo en voz alta.

—Rojo.

Ser el primero tenía sus ventajas y desventajas, cuando quedaron formados los equipos me di cuenta de que no conocía a nadie, lo único que agradecí fue que en el cuchillo además del color no apareció la palabra Capitán.

Sin decir el reto nos pidieron elegir cinco ingredientes para preparar un plato y los dejáramos sobre la estación en la que trabajaríamos.

—El menú que va a hacer es para el evento conmemorativo de la Fundación Animal Protect —expuso Kirishima—, los mejores platos serán servidos para los invitados esta noche.

En ambos grupos nos miramos, la mayoría era proteína animal, lo más seguro es que los comensales serían vegetarianos, por eso el material para la comida se reducía a pocas cosas.

—Les daremos la oportunidad de coger tres ingredientes más para su preparación, así que piensen muy bien porque tan pronto dé la orden para abrir el mercado —anunció Dojima indicando la puerta que ahora estaba cerrada y cuidada por dos guardias—, tendrán dos minutos para tomarlos.

Observamos a nuestro capitán, una Beta con una falda ajustada y unos tacones que manejaba como si fuesen zapatillas de ballet. Su cabello castaño estaba agarrado en una cola de caballo dejando ver unos alegres ojos y una boca carnosa pintada de carmín que la hacía ver bastante provocativa.

Cruzó los brazos, analizó lo que estaba sobre la mesa, miró al juez Valencé, y se dirigió a él solicitándole algo que no entendimos, teníamos menos de diez minutos y ella parecía interesada en hacer vida social.

Sorpresa fue la risa del jurado invitado que de inmediato, asistido por producción, le entregó varios folletos de la fundación, la castaña nos los pasó pidiendo que leyéramos con atención. En el tiempo señalado cada uno tenía su función, y la mía era el postre, vaya responsabilidad cuando lo que sobró se reducía a una sandía y salsa jerk.

Aikawa Eri preguntó si requeríamos algún ingrediente, creí que me los iban a dejar, pero fue un sueño que se disipó al escuchar que todo se redujo a una opción.

—¿Yokozawa que necesitas para el postre? —Eri-san preguntó silenciando a los demás.

—Un frasco de jalea de ciruela.

La mujer asintió y tan pronto Gin-sama dio la señal caminó serena a recoger lo que faltaba. Comenzamos las preparaciones esperando conseguir la primera victoria con todos los platos del grupo, al final la mesa reflejó la satisfacción de haber cumplido el reto. La mesa se veía hermosa...

—¿Sabrá igual? —el comentario de Kirishima me molestó, dispuesto a contestarle, nuestra capitana se adelantó obligándole a hacerle un cumplido—. Me gusta esa confianza, así que háblennos de su comida.

Los jurados pidieron que los responsables de cada preparación explicaran sus platos.

Mi postre empezó mal y la cara de Onodera-kun demostró que seguiría igual, su pregunta generó una risilla en la presentadora logrando que mi paciencia cada vez más rozara su punto límite.

—¿Un asado para postre? —respondí de manera positiva a Ritsu-san solicitándoles que antes de hablar de mi preparación la probaran.

No tenía la menor idea de como sabría, vi ese plato en un programa y lo reproduje sin conocer las proporciones, es decir, podía estar cocinado a la perfección o ser un completo vomitivo.

El chef Karl tomó el cuchillo y el tenedor para rebanar el que supuestamente se mostraba como un delicioso jamón.

—Por favor agréguenle la salsa, es necesario para el asado.

Valencé sonrió porque solo él sabía que era lo que acababa de cortar, sus compañeros al estar al otro lado de la mesa no habían visto la sorpresa.

—Primero al juez más bello —dijo haciendo un guiño al editor de O.D.A.

Cuando cada uno tuvo su plato en las manos, les pidió saborearlo.

—¿Una sandía? —la frase sorprendió al otro equipo, ellos ya habían sido evaluados, y la repostera Usami Kaoruko fue la encargada de su postre, perfección y delicadeza en un delicioso mousse de coco con jalea de maracuyá, metido en una bola de chocolate.

Los jurados pidieron que saliéramos, en la sala de espera la capitana se aproximó para estrechar mi mano presentándose correctamente.

—Ganemos o perdamos, lo hicimos bien —dijo soltando la melena castaña—, si alguno se tiene que ir, pensemos que es porque le espera un bien mayor.

Fue la primera vez en todo el concurso que me sentí parte de este, más cuando Aniki y los demás se aproximaron para compartir su experiencia.

Una vez terminé de cenar me dirigí a disfrutar de la piscina del hotel, mi cuerpo necesitaba relajarse por todo lo vivido en la semana anterior, tranquilo dentro del agua me di cuenta de que extrañaba demasiado a Henmi. Furogawa me explicó que pidió quedarse en Tokio para acompañar a su sobrino. Al menos algo salió bien de esa tarde en la clínica, ellos lograron limar asperezas y convertirse en buenos amigos, sobreponerse a sus diferencias y mostrar quienes eran en realidad.

Suspiré y rogué porque fuese otra la manera de mantener a Kiseki a mi lado, pero el tiempo se acababa y con el mis opciones.

—Al fin y al cabo, los Omegas como yo nacimos para servir a los Alpha —dije en un susurro.

Salí para ir a producción, Yasuda me escuchó asegurándome que transmitiría el mensaje a Isaka-san y este a mi padre.

—Gracia Gou-san, ¿puedo pedirle un favor más? —pregunté con vergüenza, el hombre me solicitó continuar—. Quiero que Henmi y Yukina Kou sean mis padrinos, así que si puede lograr que vengan se lo agradecería.

 


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