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La epifanía irónica por Katt-chan

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Notas del capitulo:

¡Espero que lo disfruten!

El fin de semana había pasado. Iwaizumi se había preparado mentalmente para que su amigo se molestara con él por arruinar sus planes cuando se determinó a exponerlo. Esperaba que lo ignorara un par de días, que hiciera un berrinche, que lo insultara. Pero cuando la madre de Oikawa lo llamó preocupada diciendo que su hijo estaba encerrado en su habitación y que apenas comía supo que algo andaba muy mal. La mujer le preguntaba si él sabía que había ocurrido, algo que no supo cómo responderle así que solo dijo que lo ignoraba. Ya siendo día de escuela, y la primera vez que lo vería después de que fue a su casa a confrontarlo, esperaba que su madre estuviese dramatizando y el chico solo estuviese ligeramente molesto. Sus esperanzas se fueron a la basura al verlo entrar al salón con un aura sombría. Lucía cansado, malhumorado y deprimido. Cuando se sentó en su puesto, justo a su lado, notó que también tenía los ojos particularmente rojos.

“Hola.” Dijo brevemente Iwaizumi. El otro lo volteó a ver sin cambiar la expresión de su rostro para rápidamente mirar hacia la pizarra del salón.

“Hola.” Su voz, usualmente alegre y cantarina, estaba apagada. Después de eso, Hajime solo se quedó en silencio mientras lo miraba de reojo. Pasada la jornada de clases, el as de Seijoh rogaba por que su amigo se animara y dejara esa extraña conducta. No hubo tal suerte. Todo el equipo al poner los ojos sobre su capitán supo que no estaba bien. El entrenador, que no tenía tiempo ni ganas de lidiar con problemas de adolescentes, optó por motivar a su alumno con un regaño.

“Oikawa, enfócate. Aparte de Shiratorizawa hay otros equipos difíciles, como Datekou o Karasuno. No hay que subestimar a ninguno de ellos.” Exclamó seriamente en el gimnasio, frente a todos los jugadores.

“Sí, claro…” Comenzó a murmurar Kindaichi con sorna. “Cuando al Rey se le caiga su acto de niño bueno, Karasuno no llegará muy lejos.” No muchos oyeron el comentario, pero lamentablemente para el estudiante de primero su capitán sí lo hizo.

Oikawa sintió que se llenaba de rabia. Su vista se tornó roja mientras volteaba peligrosamente a ver a Yuutarou. En un abrir y cerrar de ojos, agarró de la solapa al otro y lo azotó contra la pared más cercana.

“¡Le vuelves a llamar así y te mato, ¿entendiste?! ¡TE MATO!” Gritó zamarreándolo y golpeándolo varias veces contra la pared.

“¡OIKAWA!”

El grito del entrenador no tuvo efecto sobre el castaño, que seguía con la vista fija en el menor con la apariencia de querer cumplir con su amenaza, en tanto el menor se veía derechamente aterrado. Tuvo que ir Iwaizumi a hacer que su amigo soltara al de primero.

“Contrólate.” Le ordenó en voz baja.

“Oikawa, quedas suspendido una semana.” Uno de los profesores asistentes sentenció, impactando a todos los miembros del equipo, incluido el entrenador.

“Un momento…” Intentó intervenir Sadayuki, ya que Tooru era su jugador más valioso.

“Entrenador, usted sabe que tenemos tolerancia cero con las conductas violentas. Eso es para todos.”

“Al diablo con esto.” Refunfuñó el capitán, soltándose del agarre de Hajime iracundo para luego salir de ahí. Hubo un momento de silencio incómodo en el gimnasio.

“Ok, muchachos… Comencemos la práctica.” El entrenador dijo con incomodidad, para que en silencio todos obedecieran.

Después del episodio, Iwaizumi se convenció que lo que sea que estuviese pasando con su amigo era grave. Intentó hablar con él por teléfono sin éxito, y cuando llamó a su hogar, su madre le informó que había castigado al joven por la suspensión. Eso significaba, sin salidas, sin celular y sin visitas. No fue hasta un par de días después que tuvo la conveniente escusa de llevarle los deberes que se había perdido que logró tener la aprobación de la mujer para ir a verlo a su casa.

Así fue como entró a su habitación, encontrándolo recostado sobre su cama alzando una pelota de volley.

“Oikawa…” Pronunció Hajime, mientras cerraba la puerta.

“¿Qué haces aquí?” El otro murmuró con una voz rasposa sin mirarlo.

“Te traje los apuntes y las tareas.”

“Déjalo en el escritorio.” Dijo mientras dejaba el balón a un lado y se comenzaba a levantar de la cama. Iwaizumi obedeció, para luego quedarse parado mirando a su amigo, por lo que el otro lo miró con una ceja alzada. “¿Se te ofrece algo?”

“¿Estás molesto por la suspensión o por lo de Kageyama?” Oikawa lo seguía viendo con un gesto entre molesto y aburrido sin decir palabra. “¿Por qué reaccionaste así con Kindaichi? Siempre le celebraste sus insultos a Kageyama.” No hubo respuesta, lo que comenzaba a exasperar a Hajime. “¿Qué mierda te está pasando?” Después de un momento en que el capitán permaneció en silencio, decidió hablar finalmente con una voz grave.

“¿Por qué no hablaste conmigo antes de ir con Tobio?”

“¡Intenté hablar contigo! Me dijiste que habías desistido de hacer ese estúpido plan con Kageyama y que no volverías a verte con él, y fue una mentira.” El capitán comenzó a gruñir mientras lucía realmente furioso.

“¡Eso fue hace más de 2 meses! ¡Las cosas cambiaron!”

“¡¿Ah, sí?! ¡¿Y cómo?!”

“¡ME ENAMORÉ DE ÉL! ¡ASÍ!” Al instante, Hajime abrió mucho los ojos mientras veía como la furia desaparecía del rostro de su amigo, para mostrar una profunda tristeza en su lugar. “Me enamoré completamente de él… y ahora cree que solo lo usé y me odia.” Iwaizumi se quedó en silencio intentando asimilar lo que le decía. Él lo conocía; ese aspecto destruido y agobiado de Oikawa no parecían fingidos. De pronto, la adrenalina del momento se fue disipando, y el capitán se sentó pesadamente en el suelo, tomando su cabeza con las manos en tanto la escondía entre sus piernas.

“¿Te enamoraste de él?” Preguntó casi en un susurro. Fue en ese momento que lo oyó llorar suavemente. ‘¿Qué fue lo que pasó entre ellos?

“¿Por qué no me diste la oportunidad de decirle la verdad?” Oikawa sollozó. “¿De explicarle como sucedieron las cosas realmente?” Iwaizumi se acercó a él y tomó su antebrazo con delicadeza para hacer que se pusiera de pie.

“Párate…” Murmuró incómodo, mientras el otro le obedeció lentamente. “Supongamos que te creo… ¿Por qué continuaste con todo esto del plan por tanto tiempo?”

“Dejé eso después de las dos semanas…”

“Pero estuviste juntándote con él todo este tiempo.”

“Sí, porque realmente lo comencé a pasar bien con él, y luego…” Lanzó un suspiro. “…Me di cuenta de que me gustaba. Intenté remediar la relación de Tobio con sus compañeros, de verdad…” Dijo suplicante. “Pero el daño ya estaba hecho.” A estas alturas, Iwaizumi estaba masajeándose la sien.

“Entonces, me estás diciendo que querías mantenerte cerca de él para poder confesarte, ¿es eso?” Oikawa tragó con dificultad. “¿Eso es lo que te tiene tan deprimido y enojado?”

“No…” Antes que Iwaizumi volviera a preguntar, siguió hablando. “Nosotros ya estábamos juntos. Con todo esto, quedó herido porque cree que su primer amor fue una farsa.” Después de esto, la habitación cayó en un silencio sepulcral.

El as de Seijoh no sabía que decir; definitivamente no se esperaba eso. Ya era una sorpresa que Oikawa se haya enamorado de Kageyama, de entre todas las personas. Pero ¿qué además el menor lo hubiese correspondido? Era algo demasiado surreal. Al poco rato, se recobró un poco del impacto y pensó en como proceder. Su amigo parecía sincero, sin embargo, no estaba del todo convencido.

“Y no fue una farsa…” Confirmó débilmente, ganándose una mirada furiosa del otro.

“¡Por supuesto que no! Puedo ser un bastardo y tener una pésima personalidad, como dices tú, pero jamás haría algo como eso.” Tooru se calmó cuando notó que aparentemente había logrado convencerlo. “Iwaizumi, tienes que ayudarme.” Terminó diciendo con desesperación.

“¿Qué? ¿Por qué debería?” El as rebatió incómodo y molesto.

“¡Porque si simplemente hubieses hablado conmigo, esto no habría pasado!”

“¿Y qué podría hacer yo? ¿No tendrías que aclararle eso tú?”

“Estoy castigado hasta que termine la semana, ¿recuerdas? No puedo salir, ni comunicarme con él. Y aunque lo hiciera, igual me ignoraría.”

“Pero yo-”

“Solo necesito saber como está.” Oikawa lo miraba suplicante. “Por favor…”

Iwaizumi sintió un tick en su ojo. Realmente no quería involucrarse, pero ese chico era su amigo, y se comenzó a sentir responsable por todo ello. Terminó por lanzar un gruñido frustrado.

“Déjame pensar en algo…”

Notas finales:

Agradezco cualquier comentario o retroalimentación para poder mejorar ¡Muchas gracias! :D


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