Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La epifanía irónica por Katt-chan

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Espero que lo disfruten!

Hinata estaba consternado viendo como su compañero masajeaba con una mano su pecho sobre la ropa, mientras que con la otra tironeaba el cuello de su playera. Tenía sus ojos cerrados con fuerza, de los que no dejaban de brotar lágrimas, manteniendo una expresión de dolor en su rostro. El pelinaranja notó que no estaba respirando de forma normal y lanzaba pequeños gemidos angustiosos.

“¿Kageyama? ¿¡Kageyama!?” Le llamó afligido, pero el otro no parecía escucharlo. “¿Qué tienes? ¿Qué te duele?” Intentó nuevamente sin éxito, por lo que se comenzó a desesperar. No sabía qué hacer, no sabía cómo ayudar a su amigo.

“¡Tobio, por favor!” Seguía gritando el de Seijoh afuera de la casa. Hinata se quedó pensando un momento. Necesitaba ayuda, y si Oikawa estaba dispuesto a dársela, tendría que dejarlo entrar; la salud de Kageyama era lo más importante en ese momento. De esa forma, bajó velozmente las escaleras, llegó a la puerta principal y la abrió.

“Gracias a Dios, Tobio. Yo-” Pero en ese momento vio que no se trataba de su amado. “¿Hinata?”

“¡No hay tiempo! ¡Algo le ocurre a Kageyama!” Gritó volteando su cuerpo para volver con el pelinegro.

“¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Dónde está?” Preguntó alarmado Tooru.

“En su habitación.” Hinata sintió como el otro lo empujaba para ir corriendo directo a la pieza del muchacho, y luego comenzó a moverse con rapidez detrás de él. Cuando llegó a la habitación, el pelinaranja vio que el mayor estaba arrodillado frente al otro. Oikawa comenzó a inspeccionar al pelinegro.

“¿Tobio?” Le llamó, pero tuvo el mismo resultado que el más bajo. Volteó a ver a Hinata. “¿Hace cuánto rato está así?”

“No sé, un par de minutos…” El castaño tomó su muñeca, notando que estaba muy sudada y que el chico podría tener taquicardia.

“¿Qué estaban haciendo justo antes?”

“Literalmente estábamos acá conversando, y de repente se puso así.”

“Parece ser un ataque de ansiedad.” Murmuró seriamente. “Prepárate para llamar a urgencias cuando te diga.” Luego, se concentró en el muchacho pelinegro. Intentó quitar sus manos sobre su playera, pero el chico no se dejaba hacer. Optó entonces por abrazarlo con fuerza y susurrarle al oído. “Tranquilo, estás en tu casa. Estás sano y salvo en tu casa…” Decía mientras le acariciaba la espalda y la cabeza con la yema de sus dedos. Sintió que la respiración del joven parecía regularizarse lentamente. “Así, lo estás haciendo muy bien… Tranquilo, que estoy aquí contigo… Todo está bien…”

Hinata, quien veía la escena de lejos, estaba extremadamente confundido. Sin embargo, escuchaba también como las inhalaciones de Kageyama eran menos urgentes y veía como sus hombros se comenzaban a relajar. En ese momento, dejó salir un suspiro aliviado.

“¿Qu- qué pasó?” Murmuró de repente el pelinegro. Tooru lo soltó lentamente sin alejarse mientras seguía acariciando su cabello. “¿Cómo entraste?” Preguntó con el ceño fruncido.

“Tuviste un ataque de pánico, y yo-”

“Sal de aquí.” Kageyama comenzó a empujar al otro sin mucha fuerza.

“Tobio, tengo que decirte-”

“No quiero oírlo. Vete, por favor…” Hinata notó con impacto las lágrimas y la desesperación en la voz de su amigo. Así, decidió que debía intervenir, pero Oikawa se adelantó.

“Te quiero. Desde que te besé por primera vez… te prometo, te juro, que fui totalmente honesto con mis sentimientos.” Kageyama lo quedó mirando con ojos muy abiertos.

“Pero, lo que dijo Iwaizumi-san… Tú me dijiste-”

“Es cierto que la primera vez que me acerqué a ti fue para…” Se detuvo un momento para pensar en sus palabras. “No fue con buenas intenciones. Eso es cierto.” Terminó entre resignado y avergonzado.

“Es cierto entonces que a propósito influiste para que pensara cosas que no eran sobre Karasuno…” Confirmó débilmente el pelinegro, a lo que el mayor asintió apretando los labios.

“Pero eso cambió cuando te conocí mejor, te lo juro. Yo… debí decirte la verdad cuando comenzamos a salir, para aclararte todo el asunto con tus compañeros. Lo siento.” El castaño dijo suplicante. Luego, tomó el rostro del menor y comenzó a acariciarlo con sus pulgares. “Pero créeme que incluso antes de besarte, comencé a disfrutar estar contigo. Y cuando me preguntaste por qué decidí salir contigo… también te estaba diciendo la verdad. Nos entendemos, lo pasamos bien y te encuentro verdaderamente adorable.” Le dijo sonriendo con ternura. “Realmente te quiero, Tobio.”

Kageyama lo quedó viendo impresionado. Ambos permanecían en silencio sin saber que más decirse.

“¿¡QUEEEEEEEEEEEEEÉ!?” Los dos amantes saltaron por el grito de Hinata, que los apuntaba con su dedo índice luciendo totalmente choqueado.

--

“Entonces, recapitulemos…” Dijo el pelinaranja quien aún estaba algo alterado. Se trasladaron a la mesa del comedor para poder responder todas las preguntas que hacía el más bajo. “Tú…” Señaló a Oikawa. “Hiciste un loco plan para perjudicar a Karasuno poniendo a Kageyama en nuestra contra…”

“Podría decirse, pero-” Pretendió defenderse el mayor, para luego ser interrumpido por Shoyo.

“Y pasaron tiempo juntos, comenzaste a pasarla bien con Kageyama, dejaste el plan y un día simplemente lo besaste.”

“Básicamente…” El castaño dijo resignado.

“Y tú…” Esta vez, el rematador apuntó a su amigo. “…dejaste que te besara y después de eso decidieron que se gustaban y comenzaron a salir.”

“Sí.” Fue la respuesta del pelinegro.

“Y estuvieron juntos como un mes y algo hasta que Iwaizumi-san fue a decirte sobre el plan.” Confirmó Hinata.

“Más o menos…”

“Increíble…” Shoyo terminó murmurando mientras negaba con la cabeza. Lanzó un suspiro y luego volvió a mirarlos. “¿Y ahora qué?” Kageyama mantenía la cabeza gacha, y Oikawa lo volteó a ver.

“Eso depende de Tobio.” Lo dicho atrajo la atención del aludido. “Yo ya te dije toda la verdad, y sabes que te quiero. Pero aún no me has dicho si me crees… o si me perdonas.” El pelinegro tomó aire y se preparó para hablar.

“Te creo… y te perdono…” Dijo en un volumen bajo, con una expresión levemente tímida. El castaño sintió un gran alivio, y no pudo reprimir una sonrisa.

“Tobio, te prometo que-”

“Pero no voy a volver contigo.” Hubo un silencio incómodo. El mayor tenía ganas de llorar, pero hizo todo su esfuerzo para no hacerlo. “Pasaron tantas cosas, y no tengo cabeza para lidiar con todo esto. Quiero enfocarme en el campeonato, en el volley, en mi equipo…” Oikawa asintió lentamente con la cabeza.

“Lo entiendo…” Dijo en un susurro para después aclararse la garganta con dificultad. “Bueno, me conformo con que sepas que lo que vivimos fue real…” Luego puso su mano sobre la del menor. “Porque lo fue... lo sabes, ¿cierto?”

“Sí.” Hinata vio como ambos tenían su vista gacha con una expresión triste y llena de dolor, mientras se reusaban a mirarse.

“Tal vez sea mejor que me vaya.” Oikawa susurró y Kageyama asintió con la cabeza. Pronto el castaño se levantó para caminar hacia la salida mientras el dueño de casa lo seguía.

“¿No quieres llevarte algunas de tus cosas?”

“Si no te molesta, me gustaría venir en otro momento por ellas.” Le respondió con una sonrisa triste al abrir la puerta. Salió de la casa y se quedó ahí inmóvil, para luego voltear la cabeza para mirar al pelinegro. “Te quiero mucho, Tobio.” Dicho eso, se alejó.

Kageyama lo vio irse y cerró la puerta. Por un breve instante, tuvo la urgencia de salir corriendo detrás del muchacho para decirle que lo quería también.

“¿Estás bien?” Hinata preguntó con preocupación. “¿Estás seguro de que eso es lo que quieres?”

“Sí, es lo mejor.” Susurró sin mirarlo.

“Es que… te ves muy triste…”

“Créeme que es lo mejor.” Dijo subiendo la escalera hacia su habitación. “Es lo mejor…”

El pelinaranja lo siguió con la mirada sintiéndose intranquilo. Al oírlo decir eso, no sabía si intentaba convencerlo a él, o a sí mismo.

--

Oikawa al alejarse una cuadra de la casa de su oficialmente ex pareja, comenzó a llorar silenciosamente con el corazón roto. Cuando el joven le había dicho que lo perdonaba, se ilusionó al instante. Sin embargo, no todo podía ser tan simple.

Caminó de vuelta a su hogar, y escaló el árbol junto a la ventana de su habitación para entrar en ella sin que su madre lo note. Tocó su ventana con delicadeza para que Iwaizumi la abriera, quien se quedó atrás en lo que mantenía la puerta cerrada y convencía a su mamá que seguía en la casa.

“¿Y bien? ¿Cómo te fue? ¿Pudiste hablar con él?” Su amigo lo recibió mientras entraba.

“Sí.” Le contestó cerrando la ventana una vez dentro.

“¿Por qué tienes esa cara? ¿Acaso no te creyó?”

“Me creyó, y también dijo que me perdonaba, pero no quiso volver conmigo.” Al ver que su compañero estaba por romper en llanto, lo abrazó con fuerza.

“Lo lamento mucho.” Se separaron rápidamente, y Hajime puso su mano sobre el hombro del otro. “Oikawa, yo… de verdad, lo siento…” Terminó diciendo, bajando la vista.

“Al menos sabe que realmente lo quise… que lo quiero.” Frunció el ceño mientras negaba con la cabeza. “Soy un idiota. Si hubiese sido honesto con él antes, no le habría hecho tanto daño.” Volteó a ver a Iwaizumi. “¿Sabes cómo lo encontré?” Dijo riendo irónicamente, mientras seguía llorando. “Estaba teniendo un ataque de ansiedad.” El otro abrió mucho los ojos.

“¿Qué? ¿Y está bien?”

“Pues… Espero que el hecho de que sepa que lo que vivimos fue real le sirva para que se sienta menos ultrajado. Pero no lo sé…”

“De seguro estará bien. Es un chico fuerte.”

“Sí…” Susurró el capitán. “Y tal vez sea mejor para él si me mantengo lejos.”

Iwaizumi desconocía si efectivamente el pelinegro estaría mejor sin Oikawa a su lado. Sin embargo, algo le decía que la felicidad de su amigo estaba junto a ese muchacho.

Notas finales:

Agradezco cualquier comentario o retroalimentación para mejorar ¡Muchas gracias por la oportunidad! :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).