Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La epifanía irónica por Katt-chan

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Espero que lo disfruten!

Karasuno parecía retornar un poco a la normalidad en un par de días. Su armador pelinegro aún se veía algo más arisco que de costumbre, pero al menos no se excedía con las demandas o la agresión física. Para ellos, Kageyama estaba superando rápidamente lo acontecido con Oikawa… excepto para cierto pelinaranja que lo veía con preocupación.

Algo que Hinata notó con los meses que compartió con su amigo desde que lo conoció, es que de alguna forma entendía mejor que el resto como funcionaba su mente y podía comprender cosas que ellos no. Por esa razón, sentía el orgullo de conocer al Rey de la cancha, algo que no cualquiera podía decir.

Sin embargo, después de descubrir la verdad sobre la relación que tuvieron Tobio y Tooru, comprendió algo nuevo sobre el manejo de sus emociones. Él sabía que el pelinegro era extremadamente orgulloso -todo el mundo lo sabía-, pero comenzó a notar ahora que ese orgullo era tan fuerte como para disfrazar su tristeza con enojo, probablemente por no querer verse vulnerable. Así fue como repasó los acontecimientos anteriores, comprendiendo que lo que más afectaba a Tobio no era el enojo que sentía porque Oikawa había logrado distraerlo y entorpecer la relación con su equipo, sino el dolor de que el chico que quería hubiese jugado con sus sentimientos. Notó también que después de que Oikawa le explicara como habían sucedido las cosas, él se vio más tranquilo, lo que reforzaba su teoría.

A pesar del mal humor del pelinegro, la relación entre Hinata y él se volvió más estrecha en esos últimos días. Tal vez Kageyama no habría compartido todo lo que ocurrió por voluntad propia, pero ya que el pelinaranja se enteró por casualidad, se comenzó a convertir en su confidente. El chico no lo juzgó, como él temía que podía ocurrir con sus compañeros de equipo, sino todo lo contrario, así que realmente apreciaba su compañía.

“Oye, Kageyama…” Dijo Hinata mientras se tiraban el balón en su habitación.

“¿Qué?”

“Quiero preguntarte algo, pero no te enojes, ¿sí?”

“¿Eso no es lo que dice la gente cuando va a decir algo que definitivamente hará enojar a la otra persona?” El pelinegro cuestionó con algo de sorna.

“¿Puedo preguntar o no?” Pronunció ligeramente hastiado el otro.

“Como quieras.”

“¿Cómo fue estar de novio con el Gran Rey?” Hubo un breve silencio, en el que el más bajo se fijó en su compañero para ver si lo había enfurecido. Sin embargo, en lugar de ello, lo vio pensativo.

“¿Por qué quieres saber?”

“Me da curiosidad, nunca imaginé que ustedes podrían terminar juntos.”

“Yo tampoco.” Respondió bajito, mientras posaba una pequeña sonrisa nostálgica en su rostro. “No sé, salíamos a practicar, o a jugar, o solo a caminar; y casi siempre estábamos en mi casa viendo el campeonato estudiantil nacional.” Terminó en un tono suave, casi soñador.

“Claro… ¿no será más bien porque así podían estar tranquilos?” El pelinaranja agregó con una sonrisa pícara. Al unirse más, Hinata decidió preguntar por la familia de Kageyama, y sin entrar en detalles le explicó que vivía con su hermana, quien por lo general estaba viajando.

“Cállate…” El armador se sonrojó recordando algunos momentos poco inocentes con el castaño.

“Suena a que fuiste muy feliz con él. De hecho, se te notaba que estabas feliz por esa fecha, solo que en ese momento no sabía por qué.”

“Supongo…” Lanzó un pequeño suspiro. “Bueno, pero ya se acabó.”

“Parece que estás más tranquilo con toda esta situación.”

“No tengo más que hacer. Ya lo saqué de mi vida, así que no tiene caso que siga amargándome con esto.” Hinata pensó un momento antes de volver a hablar.

“Pero… ¿No te gustaría volver con él?” Kageyama lo miró con el ceño fruncido.

“No.” Respondió tajante. “Dime, si fueras yo… ¿volverías con alguien que te hace eso?” El pelinegro lo miraba esperando que dijese algo, mientras él se sentía confundido.

“Pero lo perdonaste…”

“Una cosa es que le crea, y que no me haya utilizado cuando estábamos juntos. Pero desde que se metió en mi vida, todo ha sido… muy enredado y complicado… Es mejor que solo me enfoque en lo de siempre.” Hinata notó que había un toque de tristeza en su tono. “No quiero seguir hablando de él.” El pelinegro murmuró.

“De acuerdo.”

El pelinaranja se quedó callado mientras pensaba en la conversación con su amigo. Para él era obvio que Kageyama no estaba siendo del todo honesto con él; no creía que hubiese superado tan rápido la relación con Oikawa. Al verlos juntos el día del ataque de ansiedad del pelinegro, se dio cuenta de los profundos sentimientos que tenían el uno por el otro. Era cosa de ver lo destruidos que se veían ambos cuando Tobio decidió no continuar con la relación. Sin embargo, Kageyama decía estar tranquilo, así que no tenía más que confiar en él.

No fue hasta que otro día, cuando iban caminando juntos hacia el parque, que la máscara del muchacho se cayó.

“¿Te aprendiste las señales?” Preguntó Kageyama.

“Sí, creo que sí.”

“Aun tienes que hacer algo con tus recibimientos; son un asco.” Hinata infló sus cachetes, fastidiado.

“¡Deja de molestar! ¡Estoy trabajando en ello!” Luego se puso un poco más serio. “Aun me cuesta moverme para recibir bien la pelota…” Dijo mientras movía los brazos, como lo hacía cuando intentaba recibir. El pelinegro empujó sus muñecas hacia el suelo.

“Debes tener los brazos un poco más abajo. Y flexiona un poco más las rodillas.” El otro le obedeció.

“¿Así?”

“Más o menos, trata de-” Pero Kageyama dejó de hablar de repente. Cuando iba a preguntarle que ocurría, notó que miraba algo a lo lejos con ojos muy grandes mientras su rostro tenía una expresión de impacto e incredulidad. Siguió la vista del muchacho para ver que lo tenía así, cuando llegó al objetivo. Más alejado, estaba Oikawa caminando junto a una bella chica rubia que llevaba una enorme sonrisa. El castaño también sonreía suavemente mientras ella contaba algo muy animada sujeta del brazo del muchacho.

El pelinegro, por su parte, sintió que su corazón se estrujaba al ver esa escena. Ya sabía que su ex pareja era muy popular con las mujeres, y eso no le había importado mucho. Pero verlo tan cercano con otra persona, le dolía. No había pasado ni una semana de que ese mismo chico estaba fuera de su casa rogando por su perdón… y ahora veía esto.

Por eso se resignó tan fácilmente…

“¿Kageyama?” Dijo con cuidado Hinata haciendo reaccionar al otro, quien se dio media vuelta y comenzó a caminar rápidamente en dirección opuesta. Fue detrás de él, corriendo para alcanzarlo, hasta que el más alto se detuvo pesadamente en una banca con la cabeza gacha. “¿Kageyama?” Flexionó un poco las rodillas e inclinó su cabeza para poder ver el rostro de su amigo, para darse cuenta de que estaba llorando.

“¿Tan pronto se olvidó de mí?” Murmuró sin poder contenerse más. Hinata no sabía que decir para hacer sentir mejor a su amigo.

“Lo siento mucho.” Terminó expresando en un tono suave. El pelinegro secó bruscamente sus lágrimas, intentando obviar ese lapso de fragilidad que había expuesto.

“Hinata, ¿podemos dejar la salida para otro día?”

“Claro, no te preocupes.”

“Nos vemos mañana.”

Kageyama se alejó de ahí para ir directo a su casa. Al llegar, se encerró instantáneamente en su pieza, sin notar que su hermana estaba en la sala de estar. Se sentó en la cama cerrando los ojos con fuerza.

Yo lo rechacé, ya no somos novios… Pero de verdad creí que tardaría un poco más en reemplazarme.’ Su pecho dolía, y puso una mano sobre él para masajear suavemente mientras más lágrimas brotaban de sus ojos.

Te quiero mucho, Tobio.

Recordaba el rostro acongojado del castaño cuando se retiró de su casa el día que le dijo que no volvería con él. No paraba de pensar que habría pasado si hubiese dejado su orgullo de lado ese día y simplemente hubiese cedido ante sus impulsos de ir detrás de él para corresponderlo. Tal vez él sería a quien le sonriera… y tal vez no se sentiría tan miserable. Pronto, escuchó unos golpes en su puerta.

“¿Tobio?” Dijo Miwa con cuidado mientras abría la puerta. “¿Qué pasó?” Caminó hacia él y se sentó a su lado en la cama para luego rodearlo con un brazo. Era extraño para ella ver tan triste a su hermano, por lo que estaba realmente preocupada.

“Terminé con Oikawa-san.” Confesó el joven.

“¿Por qué? ¿Qué pasó?”

“La semana antepasada, el mejor amigo de Oikawa-san me fue a decir que él se acercó a mí para intentar sabotear a mi equipo de volley. Y cuando enfrenté a Oikawa por eso, me dijo que era cierto.” La mujer frunció el ceño, mostrándose molesta y confundida.

“Ese-”

“Espera… Que aún queda…” Le advirtió Tobio, antes de que se hiciera más ideas. “Después de que me confesó eso, lo eché de la casa e ignoré sus llamadas y sus mensajes. Pero hablamos unos días después, porque Hinata -un amigo de Karasuno- lo dejó entrar a la casa.” El pelinegro decidió dejar fuera la parte del ataque de ansiedad. “Y me dijo que sí se había acercado a mí para sabotear al inicio, pero que después me fue conociendo y realmente le comencé a agradar… Así que dejó ese plan. Me aseguró que todo lo que habíamos vivido como pareja fue real, y que me quería.” Miwa escuchaba con atención, y en ese momento, optó por intervenir.

“¿Y le crees?”

“Sí.” Dijo asintiendo con la cabeza. “Y se lo dije. Que le creía y que lo perdonaba.” Dicho esto, el joven bajó la vista mientras apretaba los labios, algo que le llamó la atención a la mujer.

“¿Pero…?” Le alentó para que continuara.

“Le dije que no quería volver con él. Todo era más simple cuando estaba solo, y quería volver a concentrarme en lo de siempre.” Miwa solo negó con la cabeza suavemente, imaginando el resto de la historia. “Y hoy lo vi con una chica muy linda caminando en la calle y- y…” Comenzó a sentir un nudo en la garganta. “Se veían tan cercanos, tan felices juntos… y yo…” Hizo una pausa para tomar una bocanada de aire. “No sé… pensé que era más importante que eso… que lo nuestro había sido más importante que eso…”

“Tobio, quiero que seas honesto conmigo.” Ella le dijo, poniéndose en cuclillas frente a él para mirarlo directamente. “Lo que te tiene así, ¿es solo porque parece que superó lo de ustedes muy pronto, o porque te arrepientes de no haber vuelto con él cuando tenías la oportunidad?” Miwa esperó pacientemente a la respuesta del joven.

“¿Lo primero?” El tono que utilizó era de mucha inseguridad. “¿No es tonto volver con alguien que hizo lo que él? Porque sí me comenzó a hablar como parte de un plan y también me hizo pensar un montón de mentiras con respecto a mis compañeros…” Comenzó a jugar con sus manos nerviosamente. “Aunque creo que después trató de remediarlo porque me insistía mucho con que saliera y conversara con ellos.” Dijo mientras reprimía una leve sonrisa de medio lado.

“A ver… creo que ambos sabemos que a veces las personas hacen cosas tontas que le hace daño al resto y eso no significa que sean malos necesariamente, ¿no?” Él sabía que ella se refería a sus propias actitudes cuando era más joven. Al recibir un débil asentimiento por parte del otro, siguió. “Lo que hizo Oikawa fue una mierda...” Dijo ella en forma siniestra, prometiéndose a sí misma tomar acciones al respecto, para luego cambiar a un gesto delicado. “Pero si lo perdonaste y verlo con alguien más te tiene así… ¿no has considerado que tal vez te enamoraste de él?” La pregunta descolocó a Tobio. “Créeme que entiendo las aprensiones que puedas tener, y entiendo perfectamente si no quieres volver con él. Pero piensa bien en lo que quieres, para que no te arrepientas después.” Miwa, al notar que el cuestionamiento realmente había calado en el muchacho, optó por dejar de presionarlo. “Tobio, mírame.” Le dijo, alzando su rostro para que la mirara. “Pase lo que pase, estaré aquí contigo… siempre, ¿de acuerdo?” Y terminó por darle un abrazo, que fue correspondido débilmente por el pelinegro.

Una vez que su hermana lo dejó solo, se recostó sobre la cama mirando hacia el techo completamente confundido.

¿Yo me… enamoré de él?

Notas finales:

Agradezco cualquier comentario o retroalimentación para mejorar ¡Muchas gracias! :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).