Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La epifanía irónica por Katt-chan

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Espero que lo disfruten!

Algo raro estaba pasando, Kageyama estaba seguro. Cuando volvió a reunirse con sus compañeros después de su escapada clandestina, sentía que lo miraban más que otras veces. Siendo honesto, lo estaban poniendo nervioso. Intentando buscar una explicación para ese extraño comportamiento, lo único que se le venía a la mente era el plan de su hermana que lo tuvo que dejar en boca de los muchachos sin duda. Trató de ignorarlos, pero le estaba costando bastante ya que los jóvenes no estaban siendo para nada sutiles.

Pasó un rato más y, algo hastiado de las constantes miradas sobre él, fue donde Hinata para hablarle en confidencia.

“Oye, ¿por qué mierda todos me están mirando?” Masculló molesto. “¿Me delataste acaso?” Le terminó diciendo con un tono asesino.

“No, ¿cómo se te ocurre?” Pero notó que el pelinaranja estaba incómodo con su cercanía, y miraba hacia todas partes, excepto hacia su dirección.

“¿Te pasa algo?” Kageyama preguntó serio.

“Hablemos después, ¿sí?” Y dicho eso, se alejó rápidamente, dejándolo confundido. Sin embargo, pronto recuperó la compostura y continuó con la práctica.

--

Una vez que ya habían concluido, todos se alistaban en la sala del club para retirarse a sus hogares. El pelinegro veía a su amigo, quien estaba algo callado para ser él.

¿Qué le pasa?’ Se preguntó extrañado. ‘¿Tal vez tiene hambre…? Mmm… Sí, eso debe ser, debe tener hambre…’ Buscó entre sus cosas y sacó la bolsa con las botanas sobrantes del viaje. No habían sobrado muchas, por lo que pensó que podría aprovecharlas como colación por un par de días. De entre ellas, sacó una barra de dulce junto a un jugo, para luego acercarse a su compañero. “Oye, Hinata. Toma.” El pelinaranja quedó viendo los alimentos con desconfianza.

“¿Por qué me das esto?”

“¿Para que te lo comas…?”

“¿…Gracias…?” Dijo un aturdido Hinata, recibiendo las botanas. Kageyama asintió y se alejó de ahí para seguir ordenando sus cosas. Después de un rato, el pelinegro podría jurar que escuchó un par de risitas, pero no le dio mucha importancia. Y así fue hasta su casa, donde -como ya era costumbre- lo esperaba su pareja. Ambos entraron rápidamente al hogar, mientras discutían sobre que cenar. No estuvieron ahí dentro ni 5 minutos, cuando alguien golpeó la puerta con urgencia. Los dos muchachos se miraron confundidos antes de que el dueño de casa fuera a abrir la puerta.

“Ah… Hinata.” Pero el joven pelinaranja no respondió el saludo, sino que solo entró.

“Tenemos que hablar.” Comenzó diciendo sorprendentemente serio. “¡Ni te imaginas la fregada que se mandó tu novio!” Reclamó molesto moviendo los brazos de forma exagerada.

“Ohh~ Chibi-chan~” Habló contento Oikawa, algo divertido con la expresión molesta del menor. “¿Qué cuentas?”

“¡No me vengas con ‘qué cuentas’! ¿¡Tienes idea de los problemas que tuve por las fotos que mandaste al grupo!?”

“¿Cuál es el problema?” Pero al castaño no parecía que realmente le importara lo que sea que haya ocurrido, haciendo rabiar más a Shoyo.

“Oye, un momento, ¿de qué estás hablando?” Preguntó Kageyama frunciendo el ceño.

“De esto.” Hinata sacó su celular para mostrar el grupo junto a todas las fotos del pelinegro. Tobio endureció aún más sus facciones mientras le quitaba el aparato al otro y miraba una a una las imágenes que claramente eran de su viaje a Tokio.

“¿Cuándo las tomaste?” El pelinegro preguntó sorprendido mirando al castaño.

“Te ves bien, ¿no?” Le respondió con orgullo. Antes que Kageyama pudiera replicar, el más bajo volvió a reclamar.

“¡Todo el equipo las vio! ¡Y ahora juran que yo te las tomé y que estoy enamorado de ti, Kageyama!” Hubo un pequeño silencio, hasta que Oikawa se comenzó a reír a carcajadas en la cara de Hinata. “¡No es divertido!” Vociferó y luego volteó a ver al pelinegro. “¡Dile, Kageyama!” Pero, para su desgracia, el chico apretaba los labios reprimiendo reírse también.

“Es algo divertido…” Murmuró Tobio.

“¿Ah sí? Pues entonces también te parecerá divertido que Noya-san y Tanaka-san quieren ‘ayudarnos a estar juntos’. Y que tu showcito con los dulces les hace pensar que yo también te gusto a ti.” El rostro del armador de primero se puso serio en un instante.

“¿Qué?”

“Por eso nos pasaban mirando en el entrenamiento de hoy… ¡Están pensando puras tonteras!” Dijo algo desesperado. “Y creo que Sugawara-san y Azumane-san incluso piensan que ya estamos juntos en secreto… Maldito Tsukishima.” Susurró molesto el pelinaranja, frente a lo que Oikawa se comenzó a reír nuevamente.

“Esto se pone cada vez mejor…” Logró decir entre risas el mayor.

“¿Qué ves en él, en serio, Kageyama?” Sin embargo, el aludido hizo caso omiso de las palabras de su amigo; en su lugar, parecía estar meditando muy concentrado.

“Sabes, tal vez solo deberíamos estar juntos…” Las risas pararon en un instante, mientras los ojos muy abiertos de Hinata y Oikawa miraban directamente al joven después de decir esas palabras.

“¿De-de qué rayos estás hablando?”

“Si piensan que estoy contigo, sería más fácil ocultar que estoy con Oikawa-san.”

“¿Quieres… que finjamos ser pareja frente a Karasuno?” Preguntó el pelinaranja incrédulo.

“No.” Tobio le dijo con serenidad. “Solo que no es tan malo que piensen que estamos juntos. Eso es todo.”

“Por un momento pensé que querías tener un trío conmigo y el enano…” Murmuró Oikawa aliviado, ganándose una mirada de entre repulsión y espanto por parte de los otros dos. Algo incómodo, se aclaró la garganta para recuperar su compostura. “B- bueno… pero tampoco creo que sea para tanto. Si están tan convencidos, entonces hacerles entender que no son pareja va a ser aún más desgastante. Es más fácil que lo dejen ser no más, ¿qué importa?” Pero Hinata los miraba a ambos totalmente impactado.

“¡¿Están hablando en serio?! ¡No quiero ser su pantalla!”

“¡Oye! ¡A ninguno nos conviene que haya drama en Karasuno ahora que está comenzando el campeonato! ¡Y ya sabes que pasaría si se enteran que estoy con este!” El más bajo comenzó a meditar la idea.

“Emm… Tobio-chan… Hablas como si fuese terrible estar conmigo…” Oikawa intentó ocultar el ligero dolor que sintió con un tono de broma.

“Ellos aun creen que te estuviste aprovechando de mí por dos meses completos para perjudicarnos…” Le explicó el pelinegro con más tranquilidad. “Solo quiero mantener la calma en el equipo por ahora, ¿sí?” Frente a lo dicho, influenciado por el tono ligeramente preocupado de Tobio, el castaño terminó por asentir con una pequeña sonrisa resignada.

“Y hace poco las cosas se comenzaron a calmar desde que Iwaizumi-san fue a Karasuno.” Hinata aportó para luego detenerse un momento. “Ya, está bien.” Terminó diciendo con resignación. “Pero no haré ningún show de pareja contigo frente a los muchachos.”

“¿Eres sordo o qué? Solo deja que piensen la estupidez que quieran y concentrémonos en el campeonato. Punto.”

“¡Sí, ya entendí!” Shoyo dijo bastante más tranquilo. Hubo un breve silencio antes de que el más bajo volviera a hablar. “Estoy comenzando a pensar que el Gran Rey no es una muy buena influencia para ti… Se te están pegando sus malas costumbres de hacer planes locos para tu beneficio personal…” Hinata masculló con sus brazos cruzados. El pelinegro lo quedó viendo de forma sombría para luego intentar agarrar la cabeza de su compañero con la mano para apretarla, sin éxito. Mientras trataba nuevamente de alcanzarlo, la voz de su pareja captó la atención de ambos.

“Bien, bien. Ya que solucionamos esto… ¿qué vamos a cenar?”

“Iré a ver que hay para cocinar.” Kageyama dijo yendo hacia la cocina, mientras Hinata lo seguía de cerca.

“¿Puedo quedarme a cenar?” Preguntó el pelinaranja.

“Bueno.”

“¡Tobio-chan~! ¡Llamaré a Iwa-chan para que se nos una a cenar también!”

“Está bien…” El pelinegro rodó sus ojos mientras exploraba la mercadería. Finalmente, decidió hacer una sopa de fideos, logrando que Hinata le ayudara. Para sorpresa de Kageyama, su compañero era un buen ayudante de cocina, a diferencia de su pareja que como siempre se dedicaba más a mirarlo que a intentar hacer algo. Unos minutos más adelante, alguien tocó la puerta y el castaño fue rápidamente a abrir para recibir al otro estudiante de Seijoh, quien entró a la cocina con una sonrisa junto al otro.

“Hola, chicos.”

“Hola.” Dijeron los menores al unísono.

“¿Necesitan ayuda con algo más?” Iwaizumi preguntó gentilmente.

“Esto estará listo pronto. ¿Podrían preparar la mesa para comer?” Ante la solicitud del pelinegro, Oikawa se acercó rápidamente hacia donde estaban los platos y los cubiertos, mientras su compañero lo seguía.

Pronto, los cuatro se sentaron a comer en un ambiente bastante ameno, aunque también algo extraño y confuso. Si a alguno de ellos les hubiesen preguntado hace un mes si se imaginaban en una situación como esa la respuesta habría sido sin duda que no. Pero cada uno se vio disfrutando de la velada, sobre todo al tomar más confianza.

“Esto está muy sabroso, chicos.” Felicitó el as de Seijoh, frente a lo que ambos muchachos se sonrojaron levemente.

“Te lo dije, Iwa-chan. Mi Tobio-chan tiene las manos de un ángel.”

“¡Iwaizumi-san!” Dijo de repente el más bajo. “¡Golpea al Gran Rey!” Hajime, sin preguntar, solo le dio un zape a su amigo, que lo tenía convenientemente a su lado.

“¿¡Por qué fue eso!?” Oikawa reclamó mirando desde Iwaizumi hacia Hinata.

“¡Deja de intentar presumir a Kageyama! Aun no te perdono por mandar las fotos y generar una situación incómoda con mis compañeros.” El as frunció el ceño para luego volver a golpear al castaño.

“Eres demasiado asqueroso, Mierdakawa.” Después, Hajime se dirigió al joven pelinegro. “Si te llega a hacer algo, me avisas.”

“Ok, Iwaizumi-san.”

“¡Pero, Tobio-chan!” Oikawa miró al menor como si lo hubiese traicionado.

“¿Qué?” Preguntó Kageyama en un tono tranquilo. “Si eres pervertido. ¿Qué es eso de tomarme fotos a escondidas? Y, ¿un trío con Hinata? No puedo creer que hayas dicho algo tan asqueroso, aun como broma…”

“¿¡Yo soy el pervertido!? ¿Quieres que te recuerde cuando me pedías que te-?” Sin embargo, no pudo continuar porque el pelinegro, completamente rojo, puso rápidamente su mano sobre la boca de su pareja para callarlo. Hajime, endureciendo más sus facciones, lo volvió a golpear.

“Te estás ganando una paliza.” Advirtió su compañero en un tono peligroso.

“Está bien, me callo.” Tooru murmuró rápidamente concentrándose en su plato.

Terminaron compartiendo, ya dejando de lado ese tema, permitiéndose seguir disfrutando de la velada, hasta que Hinata e Iwaizumi decidieron que era tarde y se fueron. Oikawa mientras tanto se quedó con su pareja, ordenando todo antes de ir a dormir.

“Oye, Tobio, ¿lo de las fotos te molestó?” Preguntó en un tono serio el mayor. No imaginaba que sería algo malo o indebido, pero luego de escuchar las recriminaciones sobre ello, ya no estaba tan seguro.

“Tienes suerte que Karasuno no se haya enterado de que estábamos juntos, sino ahí sí que tendríamos un problema.”

“Lo sé, pero jamás imaginé que el enano estaba con tus compañeros o que le revisaran el celular. Solo quería compartir esos momentos con alguien, porque-” No pudo seguir ya que Kageyama le dio un suave beso en los labios. “¿Y eso?” Preguntó confundido el castaño.

“Para que te calles.” Oikawa entrecerró un poco sus ojos. “Lo de las fotos… fue algo raro, la verdad. ¿No me podías decir que querías sacar fotos simplemente?”

“Bueno, yo-”

“Fue raro, pero no estoy molesto.” Oikawa suspiró aliviado ante la aclaración del menor. Ya más tranquilo, se acercó a Kageyama para abrazarlo por detrás.

“Oye, ni se te ocurra cambiarme por ese enano cabeza de zanahoria, ¿oíste?” El castaño bromeó.

“¿Cómo es posible que alguien crea que me gusta Hinata de esa forma?” Dijo más para sí mismo el menor.

“Las personas ven lo que quieren ver… ¿Te dije alguna vez que las fanáticas de Seijoh creen que Iwa-chan y yo haríamos bonita pareja?”

“¿De verdad? Imagino que a Iwaizumi-san no le hace mucha gracia.”

“Nada de nada…” Se rio el mayor.

“Oye…” Comenzó a decir el pelinegro mientras se daba vuelta para ver directamente al otro. “Dejando de lado todo esto de las fotos… me gustó mucho el viaje. Gracias.” Ambos sonrieron suavemente mientras se miraban con cariño.

“Feliz cumple mes atrasado, Tobio-chan.”

 

FIN

Notas finales:

Agradezco cualquier comentario o retroalimentación para mejorar ¡Muchas gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).