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Destino por Iztaxochitl

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Notas del capitulo:

Espero que lo sigan disfrutando!

 

Amor para todos!!

El teléfono sonó en la oficina de Seto Kaiba, interrumpiendo su trabajo. Hiro sabía que no debía de pasar llamadas a menos de que fueran importantes, por lo que contestó casi de inmediato.


 


-¿Qué pasa Hiro?-


 


-Señor Kaiba, tiene una llamada del doctor Sakaguchi, dice que es importante- su secretario no se amedrentaba con su voz, por más dura o fría que fuera, y eso le gustaba.


 


-Comunícalo- escuchó como Hiro cortó la comunicación, y luego escuchó la voz del médico.


 


-Buenas tardes doctor-


 


-Señor Kaiba, gracias por atender mi llamada, por un momento pensé que no me comunicarían- el CEO cerró su laptop por un momento.


 


-¿Algo en lo que le pueda ayudar?- fuese como fuese el castaño, sabía que ese médico le había ayudado mucho, por lo que estaba agradecido.


 


-No es que necesite ayuda, más bien es que tengo buenas noticias. ¿Recuerda que hace un tiempo le hablé de un proyecto de unos colegas en el que quizá podría participar Serenity?- por supuesto que lo recordaba. El CEO había insistido en el tema en su momento, sin resultados positivos.


 


-Claro, lo recuerdo-


 


-Bien, pues hablé con uno de ellos y están teniendo resultados favorables en los pacientes, y ahora parece que pueden aceptar a Serenity para que tenga la posibilidad de recuperar el habla- la voz del doctor sonaba algo emocionada, aunque era evidente que se estaba conteniendo.


 


-Suena interesante. ¿Cuánto tiempo dura ese tratamiento?-


 


-Dependerá en su totalidad de la respuesta de ella ante los estímulos que le darán. Puede ser desde unas semanas hasta meses, aunque los pacientes tratados en general han estado respondiendo muy bien- al castaño no le preocupaba el dinero, por lo que optó por no preguntar por el precio. Si era verdad que con eso Serenity podría volver a hablar, estaba seguro que valdría cada centavo que le cobraran, sin importar cuantos fueran.


 


-Bien, hablaré con ella y le expondré la situación. Después me comunicaré con usted para darle la respuesta y de ser positiva para saber cual será el próximo paso- Seto no se atrevía a tomar una decisión de ese tamaño por ella. Ni siquiera por Mokuba lo haría.


 


-Bien, estaré esperando su llamada. Solo recuerde que entre más pronto comencemos, más pronto se recuperará- Seto agradeció y colgó la llamada. Quiso seguir con su trabajo pero no pudo concentrarse, así que pidió a Hiro que se comunicara con su hermano para decirle que lo vería en la mansión por la tarde, pues tenía que hablar con él y con Serenity. Por supuesto que iba a incluir a su hermano en la decisión, era Mokuba el más cercano a la castaña, y con quien se sentía más cómoda.


 


Estaba por irse a la mansión cuando se asomó Atemu.


 


-Kaiba, solo quería corroborar que este fin de semana con los muchachos- el egipcio entró por completo a la oficina, cerrando la puerta tras él.


 


-Sí, Mokuba ya tiene todo listo y Noah pasó hace rato a entregarme su propuesta en persona. Por cierto, revísala; se ve muy interesante- Yami tomó una carpeta para llevársela.


 


-Bien. Yugi está entusiasmado por ir. ¿Qué hay de Serenity?- el CEO guardó todo lo que tenía pendiente y se puso de pie, listo para irse.


 


-Esta algo contrariada. Quiere ir, pero no quiere que yo me quede, y a la vez no quiere dejar a su hermano solo. Es algo complicado, y más para una chica de 15 años como ella- Yami asintió.


 


-A veces parece tan madura que olvido que tiene 15 años- Seto suspiró.


 


-Ha pasado por mucho, y eso la ha hecho quien es ahora. Eso no es malo, aunque sí es algo fuerte. El punto es que ella también irá con ustedes, solo yo me quedaré- Yami se le quedó viendo.


 


-¿Estás seguro de eso? Sigo pensando que te caería muy bien venir con nosotros-


 


-Y yo te repito que no iré a ningún lado. Me quedaré y disfrutaré de mí mismo y mi soledad, y ustedes irán y se la pasarán bien juntos- casi hasta parecía una frase triste, pero la verdad es que el ojiazul siempre había disfrutado de estar solo; no lo consideraba algo malo.


 


-Bien, tú te lo pierdes. Pasaré por ellos el viernes por la tarde, para que les avises y estén listos- Seto asintió. Se despidieron y cada quien siguió su camino.


 


Seto llegó a la mansión no mucho después de eso, y Mokuba ya lo estaba esperando.


 


-Hermano, me llamó Hiro que querías hablar conmigo y con Serenity- la voz del pelinegro sonaba preocupada, así que Seto le revolvió los cabellos para aligerar el ambiente.


 


-Todo esta bien Mokuba, solo tengo algo que hablar con ella y quiero que estés presente. Tú y tu empalagoso novio- Seto le soltó una sonrisa burlona. Sabía que esos 2 pasaban muchísimo tiempo juntos, y aunque le daba más que gusto, le gustaba molestarlo con eso.


 


-Bueno, mi lindo y atento novio está adentro con ella- Mokuba quiso parecer molesto con su tono de voz, pero distó mucho de eso. Entraron y se dirigieron a la habitación de la castaña, que era donde los esperaban. Al llegar se saludaron, y Seto se sentó en una silla, mientras Serenity y Mokuba estaban en la cama y Noah estaba de pie en medio, esperando para traducir.


 


-Me llamó el doctor Sakaguchi hoy, y quería hablar conmigo acerca de ti. Al parecer hay un proyecto médico novedoso que está siendo exitoso, y quieren que seas parte de él. Si participas, podrías recuperar el habla- se hizo el silencio en la habitación. Todos estaban sorprendidos. Y tenía que ser Mokuba el que rompiera el silencio.


 


-¡Wow! Eso suena fantástico, ¿no lo crees?- volteó a ver a Serenity, quien en definitiva estaba atónita. Cuando regresó al planeta tierra, movió las manos para expresarse.


 


-Quiere saber si es un método seguro, y cuánto tiempo tomaría-


 


-Bueno, es algo novedoso y parece que está siendo muy efectivo. Creo que no nos pueden dar un 100% de probabilidades de éxito, pero parece que hay mucho por ganar. Y cuanto tiempo, depende de la respuesta de tu organismo ante el tratamiento. No estoy muy seguro de como funciona, pero si te interesa, podemos ir a platicar con el doctor Sakaguchi y con algún médico miembro de ese proyecto, y ahí preguntamos todo lo que quieras saber- a Serenity siempre le había parecido que Seto era una figura muy paternal. Le sonrió con cariño mientras movía sus manos.


 


-Dice que suena bien, y que le gustaría platicar con los doctores primero- había una chispa de tristeza en los ojos de la castaña, y Seto supo que también le gustaría consultarlo con su hermano, pero no era posible en esos momentos.


 


-Bien. Entonces arreglaré todo para que cuando regresen nos reunamos con él y ese equipo, y una vez que platiquemos con ellos podrás tomar tu decisión- la castaña asintió y se levantó a darle un abrazo a Seto, quien la recibió con los brazos abiertos.


A Mokuba y Noah les pareció una escena conmovedora.


 


Después de eso bajaron a cenar todos juntos, y luego cada quien se fue a su habitación.


 


En el cuarto de Mokuba, él hacía un intento de hablar con Noah, pero este se lo estaba, casi literalmente, comiendo a besos.


 


Nada más habían cerrado la puerta y Noah se había abalanzado sobre él, sin dejarlo casi ni respirar.


El beso era profundo y apasionado, como todos los que le daba Noah cada que llegaban de noche al cuarto. Cuando no pudieron aguantar más, se separaron y Noah lo abrazó.


-Te amo- le susurró al oído, e hizo que la piel del pelinegro se erizara.


 


-Yo también- Mokuba le sonrió, y Noah volvió a besarlo, conduciéndolo para quedar recostados en la cama. Si bien tenían años juntos, nunca habían «pasado a segunda base» (palabras de Yami), porque Noah no se había atrevido.


Si bien Mokuba ya le había dejado entre ver que él estaba de acuerdo, Noah no quería apresurar las cosas en ningún sentido.


 


Aunque en momentos como este, con Mokuba debajo de él, abrazando su espalda, y casi gimiendo entre suspiros, era sumamente difícil contenerse.


Noah separó sus labios y pegó su frente a la de su chico, cerrando los ojos.


 


-Noah... yo...- la voz de Mokuba sonaba avergonzada, y con mucho deseo en ella. Estaba seguro de lo que Mokuba quería, pero era él quien no estaba seguro de dar ese paso todavía.


 


Noah entreabrió los ojos y los clavó en los negros. Después de eso, se levantó sin decir nada y se fue al baño. Mokuba resopló frustrado. No entendía muy bien por que, cada vez que parecía que iba a pasar algo más, Noah se arrepentía y se retiraba. Solía pensar que algo hacía mal, pero reflexionando muchas veces, se dio cuenta de que era algo más personal del peliverde, pues no podía pensar en algo que él estuviera haciendo mal.


 


Y como joven hormonal, se estaba cansando de eso.


Así que, por primera vez desde que conocía a Noah, o quizás en su vida, decidió tomar las riendas y dirigir la situación.


 


Se quitó la camisa, quedando semi desnudo, y fue al baño tras Noah, quien se estaba lavando la cara. Se paró en el marco de la puerta, calculando sus próximos movimientos.


 


Cuando Noah notó su presencia, se quedó como congelado, sin saber qué hacer con exactitud.


 


-¿Mokuba?- pero el pelinegro no dijo nada. Se acercó a Noah, lo tomó de la mano y lo llevó junto a la cama.


 


-A veces eres un idiota, ¿lo sabes?- Noah se sorprendió. Eran muy pocas las ocasiones en las que escuchaba a Mokuba decir groserías. No supo que contestar.


 


Mokuba lo empujó a la cama, en donde cayó sentado, y gateó encima de él, hasta quedar ambos recostados, pelinegro sobre peliverde.


Mokuba lo besó con pasión y con deseo, y Noah le correspondió como si su vida dependiera de ello.


 


Sin dejar de besarse, Mokuba comenzó a acariciar todo lo que estaba la mano. Pecho, abdomen, hasta que llegó a la hombría, que acarició sobre el pantalón, haciendo que Noah gimiera en el beso.


Antes de que Noah se diera cuenta de qué estaba sucediendo, Mokuba le quitó los pantalones y la ropa interior con una agilidad nunca antes vista, y comenzó a masturbarlo.


Noah tuvo que agarrar una almohada y gritar en ella, de otra manera estaba casi seguro de que sus gemidos se hubieran escuchado por toda la mansión.


 


Momentos después, y sin previo aviso, Mokuba engulló la hombría del peliverde, haciéndolo tocar el éxtasis. Mokuba lamía y chupaba como si realmente supiera que era lo que estaba haciendo, y Noah estaba en las nubes.


 


No pasó mucho tiempo antes de que el peliverde se viniera en la boca de Mokuba, quien ya tenía su ropa interior embarrada de su propia semilla; al ver a Noah así no había tenido la capacidad de contenerse. Tragó toda la semilla de su novio, y después se sentó.


 


Noah estaba acostado con una almohada en su cara. Su pecho subía y bajaba con intensidad, tratando de recuperar la respiración acompasada.


 


Entonces, el pelinegro se sintió avergonzado. ¿Habría ido demasiado rápido? Él y Noah habían esperado mucho. Este era su primer encuentro íntimo. ¿Y si se había acelerado y ahora Noah estaba enojado con él?


 


Se pronto se sintió de lo más inseguro, y todo crecía a medida de que Noah seguía oculto tras la almohada.


 


-Noah...- se aventuró a decir el pelinegro, pero su novio pareció no escucharlo.


 


-Noah, yo... lo siento- fue entonces que el peliverde se quitó la almohada de la cara, y se sentó. Estaba despeinado, semi desnudo, y aún no había recuperado del todo su respiración. Pero vio temor en los ojos de Mokuba, y supo que necesitaba de él.


Lo tomó de la barbilla y le dio un beso tierno en los labios, transmitiéndole amor, calmando así al pelinegro.


 


-No te disculpes, no hay por que hacerlo- Mokuba se sonrojó.


 


-Es que... por un momento, pensé que quizás estabas enojado conmigo por...- Mokuba bajó la mirada, y Noah lo tomó de la mejilla y lo obligó a verlo a los ojos.


 


-No estoy enojado, para nada. Apenas y estoy bajando de una deliciosa nube a la que me subiste, no podría estar enojado- la sonrisa sincera y las dulces palabras de Noah hicieron que se relajara. Todo estaba bien.


 


-Lamento si fui muy rápido- ahí estaba de nuevo. Era el Mokuba inseguro que había conocido, y que poco a poco había ido tomando más confianza. Noah entendía que su novio necesitaba de él para sentirse bien, y aunque no le gustaba que dependiera de él, estaba ahí para apoyarlo en lo que necesitara.


 


-Escúchame bien. No fuiste demasiado rápido. Yo he decidido ir lento contigo. Soy algunos años mayor, y tú apenas estas dejando de ser un adolescente. No quiero que en unos años pienses o sientas que yo me aproveché de ti. Por eso no he dado ningún paso más allá, no por que no quiera, o no sienta deseo por ti. Es todo lo contrario, pero quiero ir lento, para que te sientas seguro- Mokuba se sintió conmovido por las palabras de su novio. Todo ese tiempo solo había pensado en su bienestar emocional, y eso lo hizo sentirse feliz.


 


-Muchas gracias- los chicos se sonrieron y se besaron con ternura. Después se asearon y se dispusieron a dormir, como siempre, Noah con Mokuba entre sus brazos.


 


A pesar de ser jóvenes, estaban felices compartiendo esa etapa de sus vidas.


 


 


Era el viernes al medio día, y Seto estaba trabajando en su estudio. No había ido a Kaiba Corp, y no iría en todo el fin de semana. En realidad, estaba adelantando algo de trabajo para poderse relajar el fin de semana. No es que tuviera un plan específico de que iba a hacer con tanto tiempo libre, pero al menos no tendría que conectarse a trabajar por obligación, a menos de que surgiera algo urgente.


 


-Hermano, estamos listos y Yami está por llegar. Nos gustaría que nos acompañaras- Seto levantó la vista y en el marco de la puerta estaban Mokuba y Serenity, ambos con ropa cómoda y deportiva, observándolo expectantes.


 


-¿No olvidan nada?- Mokuba rió ante las palabras de su hermano.


 


-No, no te preocupes. Y si olvidamos algo, podremos solucionarlo. Ya no somos niños, sabes...- Seto les sonrió.


 


-No, niños no. Chiquillos desordenados y revoltosos sí- el CEO sonrió, y los menores se rieron.


Bajaron juntos a la sala a esperar.


 


-¿Que hay del empalagoso de Noah? ¿Por qué no está encima de ti? Hasta raro te ves sin él- Mokuba frunció el ceño sin estar molesto en realidad.


 


-Fue a buscar unas cosas a mi habitación-


 


-Deberías decir nuestra habitación. Prácticamente vive contigo ahí- el CEO soltó una risita burlona.


 


-¿Y eso... te molesta?- Mokuba aprovechó para tantear un terreno que tenía tiempo queriendo tantear, y no había podido antes.


 


-¿Por qué habría de molestarme? Te lo he dicho siempre, tu felicidad es mi felicidad- los ojos del castaño le transmitieron al menor que estaba siendo sincero, por lo que le sonrió. Serenity empezó a mover las manos, sin que le entendieran con claridad.


 


-Serenity dice «¿Ves? No tenías nada de que preocuparte, tu hermano te apoya»- Noah tradujo mientras venía entrando, y Mokuba se sonrojó.


 


-Mokuba, que te quede bien claro. Aquí, en Europa o América, solo o acompañado de quien sea... tu felicidad es mi felicidad. Siempre- Mokuba no pudo evitar una gran sonrisa, ni unas lágrimas furtivas que salieron mientras se levantó a abrazar a su hermano, manifestando todo el amor que sentía por él.


 


-Muchas gracias hermano- dijo el pelinegro mientras se limpiaba las lágrimas. Noah y Serenity solo observaban la tierna escena.


 


-No tienes nada que agradecer, soy tu hermano y te lo digo en verdad. Ahora, Yami debe de estar por llegar y es un desesperado que no le gusta que lo hagan esperar, así que vayamos afuera- Noah enarcó una ceja, y Serenity rió.


 


-¿En verdad estás criticando esa faceta de Yami? Si tú eres igual o peor- era más que evidente la confianza que se tenían castaño y peliverde; no cualquiera le hablaba así.


 


-Sí, pero yo soy Seto Kaiba y él no- todos rieron y salieron al jardín. No tuvieron que esperar mucho cuando vieron una camioneta llegar. Yami y Yugi se bajaron y saludaron a todos. Un par de empleados subieron el equipaje mientras Seto se despedía de todos.


 


-Ya, si solo se van por un par de días. Me van a hacer pensar que tengo más vacaciones- Seto no era del tipo bromista, pero a veces le salía esa faceta cuando estaba con su hermanito, y últimamente no le daban ganas de reprimirse aunque estuvieran con más gente.


 


Todos se despidieron, y en menos de diez minutos Seto estaba entrando a la mansión. La sintió algo grande. Sentía raro de estar solo ahí.


 


Miró la hora; 3:10 de la tarde. Sintió un poco de hambre y se dirigió a la cocina. Si bien cuidaba su alimentación, no era muy exigente, como se podría pensar de alguien en su posición. Con un sandwich y una ensalada tendría suficiente hasta la noche.


 


Iba entrando a la cocina cuando vio a alguien sentado de espaldas a él. Se quedó helado, petrificado. La persona que estaba frente a él tenía una simple playera blanca, y unos jeans algo gastados. Pero estuviese en donde sea que estuviese, él podría reconocer esa cabellera rubia de inmediato.


Sintió que la habitación le dio vueltas, y lo último que pudo distinguir fue una mirada preocupada. Después, todo se volvió negro.


 


 


 

Notas finales:

Bonito día!

Hermosa noche!

 

Amor para todos!!


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