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Sin mi, no eres nada por RLangdon

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Las miradas de los Akatsuki se centraron en el agente. Fue hasta ese momento que advirtieron lo que podía suceder. Debían ser precavidos, habían esperado demasiado tiempo para cumplir con su objetivo. No podían permitir que todo se arruinara por unos simples entrometidos.
 
-¿Naruto?- Kakashi miró en dirección del chico de ojos azules, definitivamente algo andaba mal. Comenzó a acercarse lentamente, esos sujetos parecían peligrosos, y ciertamente lo eran, aunque no sabía con exactitud lo que querían.
 
-Será mejor terminar esto rápido- murmuró Madara. –Sasori- el aludido asintió a la orden. Sabía lo que tenía que hacer, entregó la segunda navaja a Naruto, este permanecía de pie a su lado, sus ojos no denotaban expresión alguna, quizás su cuerpo estaba presente, sin embargo su mente se encontraba divagando. No era capaz de controlar sus acciones, solo obedecía.
 
El agente no se dio cuenta del sujeto de ojos color ámbar que se dirigía hacia él. Estaba tan concentrado tratando de averiguar qué sucedía que no se percató de su presencia, hasta que fue sujetado con fuerza de ambos brazos por la espalda, para evitar que interfiriera.
 
-¿Qué demonios?- trató de zafarse pero su fuerza era inferior por mucho a la de ese tipo de mirada similar a la de un reptil.
 
Lo único factible que pasó por su cabeza era que se trataba de alguna pandilla de delincuentes que quería ajustar cuentas con Sasuke. Eso no le sorprendería en lo mas mínimo, sobretodo, teniendo en cuenta la amplia lista de errores del muchacho. No obstante, Naruto también estaba presente. No iba a dejar que le hicieran daño. No sabía cuánto tiempo demoraría la patrulla en llegar al lugar, pero tenía que ser rápido o las cosas empeorarían.
 
-Naruto- Sasuke retrocedió al comprender las intenciones del chico. No quería aceptarlo. Naruto estaba peleando en contra de su voluntad, y él no estaba consciente de lo que buscaban esos individuos, entre ellos su hermano.
 
-Sasuke…- vociferó Itachi dando un paso al frente.
 
-Lo siento Itachi- Deidara empuñó la navaja, dispuesto a cumplir con la orden que le había sido asignada. El susodicho entornó la mirada hacia Deidara. No lo haría, era imposible, Deidara había estado a su lado desde el comienzo. Lo había apoyado.
 
Ya nada tenía sentido. El primer golpe que arremetió Deidara le hizo una leve herida en la mejilla, gracias a que se había alcanzado a mover hacia el lado contrario.
 
-Deidara, ¡¿Qué estás haciendo?!- preguntó, sujetando su mejilla con ambas manos. El ardor se expandía por todo su rostro.
 
El resto de los miembros se encargaba de vigilar el área para evitar que más personas indeseadas se acercaran al lugar.
 
-Yo…- un par de lagrimas brotaron de los ojos del rubio, tenía que acatar la orden.
 
*
 
Sasuke seguía indeciso y confundido al ver que Naruto estaba fuera de si.
 
-¡Naruto, por favor reacciona!- lo tomó firmemente de los hombros, pero sin importar cuantas veces lo nombrara, el chico parecía no escucharle. Avanzó hacia el frente con la navaja en su mano derecha, notó como Sasori movía con destreza sus dedos, era como si…como si de alguna manera lo estuviera manipulando a su antojo.
 
-Sigue perdiendo tu tiempo, porque el Kyubi no te reconoce- elevó ambas manos ligeramente. Naruto avanzó otro paso, lanzó un fuerte golpe que Sasuke apenas pudo detener con su antebrazo.
 
-¿Cómo lo hace?- se preguntó interiormente, tratando de comprender cómo el pelirrojo podía controlar a Naruto de esa forma. El fuerte quejido a sus espaldas lo alertó, forzándose a distraerse al escuchar la voz de su hermano. Se dio la vuelta para observar a Itachi siendo atacado por el chico de cabello rubio, teniendo la misma trágica situación que él estaba padeciendo en esos momentos.
 
-Itachi- aquella distracción fue más que suficiente para que Naruto atentara una certera puñalada en su hombro, rasgándole la tela de la camisa y parte de la piel. Frunció inevitablemente el entrecejo ante el agudo dolor del que era preso, sujetó la herida con fuerza, algunos caminos de sangre eran visibles sobre la camisa.
 
Kakashi permaneció estático unos segundos. Naruto realmente estaba tratando de matar a Sasuke. Naruto si era el responsable de la muerte de aquella muchacha. Incluso había querido matarlo a él, sin embargo algo andaba mal, ese no era Naruto, ese definitivamente no era el dulce y tímido chico con el que había convivido durante el transcurso de una semana.
 
-Realmente te amaba, Deidara- Itachi no tuvo más alternativa que comenzar a defenderse. Era su vida o la de su amante. Estaba pagando muy caro por haber ingresado en esa organización de la cual apenas conocía una parte de sus retorcidas ambiciones. Pensó conocer a Deidara, creyó poder confiar en Deidara, lo cierto es que nunca debió hacerlo, ese error podía costarle la vida.
 
Sasori reía al ver como Sasuke se limitaba a esquivar los golpes que Naruto le dirigía con la navaja en la mano. La expresión en el rostro de Sasuke era motivo de sobra para seguir divirtiéndose. Realmente no quería lastimar a Naruto. Era entretenido observar como las personas son capaces de permitir que los sentimientos triunfen sobre la razón. Sasuke debía actuar con frialdad y sin embargo no lo estaba haciendo.
 
-¡Naruto, detente!- el rubio arremetía con fiereza el arma en dirección de su cuerpo, y sin importar cuán rápido fuera Sasuke, sus energías se estaban debilitando. Ya no podía seguir a la defensiva. Tenía que empezar a atacar, pero era imposible. Demasiado daño le había hecho a Naruto como para agredirlo nuevamente. Aun si solo se trataba de un simple contenedor sin mente, seguía siendo el cuerpo de Naruto, y el daño que le generara también lo resentiría el chico.
 
-¡Sasori, deja de jugar!- la voz de Madara interrumpió al pelirrojo de su actual entretenimiento. Debía terminar con ello pronto.
 
-Confié en ti- confesó Itachi, bajando la mirada, sin dejar de sujetar el brazo de Deidara. Su mano sangraba a consecuencia del filo que había lacerado su palma. Quería creer que todo era una pesadilla pero estaba consciente de que era real. Su hermano iba a morir, él iba a morir, y todo por una utopía. Solo deseaba recuperar a su familia, volver a tener lo que una vez le hizo feliz. Que Sasuke sonriera como lo hacía antes , cuando sus padres estaban en casa, y cuando él estaba a su lado.
 
-Naruto- Sasuke cayó de espaldas en el suelo al tratar de esquivar la puñalada que iba directo a su rostro. Naruto subió a horcajadas sobre su cuerpo para después sujetar su cuello con ambas manos. Iba a asfixiarlo.
 
-Es una pena que la diversión termine tan rápido- decía Sasori en tono aburrido. Kakashi sacudió la cabeza al ver lo que Naruto estaba por hacer.
 
-¡Naruto, no lo hagas!- gritó con todas sus fuerzas. – ¡Na…!- un fuerte golpe en el estómago lo hizo caer de rodillas en el suelo. Pain le había silenciado, sacándole el aire con un fuerte puñetazo, tal vez no era necesario, Naruto estaba bajo el control de Sasori, pero no debían arriesgarse.
 
Sasuke miraba con suma tristeza los ojos celestes, sin poder hacer nada para sacarlo del trance.
 
-Na-Naruto- la presión que el chico efectuaba en su cuello era demasiada, la respiración comenzaba a faltarle.
 
Trató de sujetar ambas manos de Naruto, sin éxito alguno. Todo había sido su culpa. Podía haber evitado que Naruto fuera encontrado por esos bastardos de haber realizado la denuncia correspondiente de aquella ilegal subasta a la que había acudido. Ya era tarde para arrepentirse, pronto su vista se tornó borrosa, no resistiría mucho.
 
El cuarzo verde que pendía del cuello de Naruto captó su atención. No recordaba habérselo visto con anterioridad, quizás Kakashi se lo había regalado, o tal vez…
 
Acercó su mano hasta el collar para tirar de él, desprendiéndolo del cuello del chico. Naruto recobró la consciencia. Se percató de lo que estaba haciendo. De inmediato se apartó de Sasuke, observó sus manos, el Uchiha tosía estrepitosamente, casi se ahogaba.
 
-¿Por qué no lo matas?- Sasori observó escéptico como el chico retrocedía con lágrimas en los ojos, asustado de sus propias acciones. De no tener control sobre su propio cuerpo, y de haber estado a punto de matar a la persona que amaba.
 
Así como había matado a Sakura, ¿es que todo tenía que hacerlo mal?...si sus padres lo habían vendido era porque no lo querían. No contaba con la ayuda de nadie hasta que Sasuke lo adquirió en esa subasta. Sasuke amaba a la chica que había asesinado, y él no podía estar con Kakashi, porque…no lo amaba, ¿para qué seguirse mintiendo?, al menos debía ser capaz de poder decidir qué hacer. Ya no lastimaría a nadie más, no de nuevo.
 
Itachi abrazó el cuerpo inerte de Deidara, le había apuñalado en el estomago con su propia navaja. Cerró los ojos unos momentos. No pudo seguir sujetándolo, descendió con suavidad el cuerpo sobre el asfalto. Tenía que hacerlo, no entendía el motivo que tenia Deidara para obedecer a Akatsuki. Siempre se había mostrado indiferente a los intereses de los demás miembros, le había prometido estar a su lado hasta el final y lo había traicionado. Observó la sangre de sus manos, el liquido carmesí que pertenecía a Deidara. Bajó la mirada, deprimido.
 
Naruto sonrió con melancolía. Nunca más volvería a ser un estorbo para nadie. Acercó el filo de la navaja a su abdomen, justamente donde aquel sello maldito le había sido impreso. Ya no sería el experimento de esos extraños. Escuchó el grito de Sasuke a sus espaldas, pidiéndole que no lo hiciera.
 
Ya era tarde para arrepentirse.
 
Se dio la vuelta solo para murmurar un último te amo. Los ojos de Sasuke se abrieron en asombro. No escuchó las palabras pero pudo leerlas de los labios de Naruto.
 
La navaja traspasó con suma facilidad la piel. Sasuke corrió a pesar del inmenso dolor que sentía. Naruto cayó de rodillas. Lo sujetó entre sus brazos. Un fino hilo de sangre descendió de la comisura de los labios de Naruto.
 
Sasori se petrificó al ver lo ocurrido. El resto de los integrantes observaban atónitos al chico. Veían como su última oportunidad para llevar a cabo su plan se desvanecía entre los brazos de Sasuke.
 
-Por favor- pedía entre lagrimas, presionando el cuerpo de Naruto contra su pecho, sin poder reprimir mas el llanto. Naruto lo observaba con dulzura, a pesar de todo lo ocurrido, y del daño que le había producido, aun así lo amaba. Lentamente acercó sus labios a los de Sasuke, apenas un roce, no pudo más, sus ojos se cerraron, el cansancio se apoderó de su cuerpo.
 
-¡Naruto!- Kakashi empujó con un fuerte codazo a Orochimaru para después correr hasta el chico. Se abstuvo de acercarse. Sasuke lo sujetaba con fuerza, no quería soltarlo, no iba a soltarlo, las lágrimas impregnaban el rostro apacible de Naruto.
 
Kakashi reaccionó. Se apresuró a sacar el celular del bolsillo de su pantalón para llamar a la ambulancia, tal vez…aun no era tarde.
 
El sonido de las sirenas se hizo presente en el lugar, volteó a sus espaldas pero ninguno de los sujetos estaban ahí. Todos se habían marchado al presenciar la precipitada acción de Naruto. El único presente era el chico de cabello negro que no dejaba de observar el cuerpo sin vida de Deidara.
 
Los oficiales se acercaron con rapidez en dirección de Sasuke, sabían que era él por la descripción dada anteriormente por Kakashi.
 
-¡No!... ¡Suéltenme!- Sasuke empujaba en vano a los policías que trataban de separarlo de Naruto. –No voy a dejarlo, no puedo dejarlo- pero no fue escuchado, los agentes debían cumplir con su deber, muy a pesar del sufrimiento que padecía el joven.
 
-Sasuke Uchiha, queda arrestado por falsificación de documentos y falsedad de declaración.
 
Las esposas le fueron colocadas con rapidez. Su cuerpo fue empujado con fuerza contra el cofre de una de las patrullas para inspeccionar que no llevara ningún arma consigo.
 
Kakashi se arrodilló frente al cuerpo de Naruto para tomarlo entre sus brazos. Acercó sus dedos medio y anular al cuello del chico para tomarle el pulso. Aun seguía con vida pero no debía alegrarse. Estaba perdiendo demasiada sangre. Se quitó la chaqueta con rapidez para hacer presión sobre la herida, deteniendo levemente le hemorragia. Si la ambulancia tardaba. Naruto iba a morir.
 
No debía moverlo o se arriesgaría a que la hemorragia se intensificara, aunado al hecho de que podía haber perforado algún órgano interno.
 
-Todo va a estar bien- murmuraba con un nudo en su garganta, observando el rostro tan angelical de Naruto. Un chico cuya vida lo había llevado a ese punto crítico, orillándolo hasta el grado de dar su vida por la de Sasuke.
 
Sus palabras ya no valían nada. Observó como la patrulla se alejaba con Sasuke. Algunos oficiales se habían acercado hasta el otro muchacho para interrogarlo sobre lo ocurrido, mientras que unos cuantos realizaban las llamadas correspondientes.
 
La sirena de la ambulancia lo reconfortó de sobremanera, aunque cierta angustia no le dejaba tranquilo.
 

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