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Sin mi, no eres nada por RLangdon

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-¿Quién eres?- y entonces sus dudas se despejaron para dar lugar a una fuerte opresión en el pecho, Naruto…no lo reconocía.
 
-Soy…- Sasuke miró a la enfermera, buscando alguna respuesta para el actual estado del chico. -Soy Sasuke, yo te…- y entonces reparó en sus palabras, no podía mencionar delante de la mujer el asunto de la subasta. Guardó silencio unos instantes tratando de razonar todo.
 
La enfermera se acercó a Naruto para retirarle el suero. Esa situación era por demás extraña, llegaba a suscitarse con más frecuencia en personas mayores que sufrían algún percance similar.
 
-Naruto, ¿lo conoces?- el aludido negó con la cabeza. Nunca antes había visto a ese sujeto, no entendía porque él decía lo contrario.
 
-Claro que me conoce- objetó el Uchiha, acortando la distancia que lo separaba de Naruto. Sujetó al chico con ambas manos de las mejillas para que lo viera fijamente a los ojos
 
-No sé quién eres- repitió el chico observando las abisales pupilas. Por un momento se sonrojó al notar la poca distancia que lo separaba del otro. Tomó las manos de Sasuke para hacerlas a un lado. –Y tampoco sé qué estoy haciendo aquí- continuó con seriedad, tratando de ponerse de pie. No pudo sus piernas flaquearon.
 
 
La enfermera se apresuró a devolverlo a la cama, ejerciendo una suave presión en el pecho del chico para que se recostara de nuevo.
 
-Será mejor que descanses un poco más, solo estas confundido- sonrió cálidamente, reconfortando momentáneamente a Naruto.
 
-Esto no puede estar pasando- profirió Sasuke cerrando los ojos. Consciente de sus errores pasados, el presente le estaba cobrando factura, y lo hacía con creces. –No es posible que no me recuerde- se puso de pie para dejar escapar un suspiro. 
 
-En ocasiones la amnesia es temporal- comentó la mujer mientras colocaba un nuevo suero al paciente de al lado.
 
-¡¿Me cree idiota?!...no me mienta- Sasuke observaba atentamente al muchacho recostado en la cama. Recordó su promesa de protegerlo, y la angustia se apoderó nuevamente de su ser. ¿Cómo proteger a una persona que no te recuerda?
 
-No le estoy mintiendo, joven- intentó la enfermera, dirigiendo una fugaz mirada a Naruto. –Es difícil determinar cuánto tiempo le tomara recordar. En algunos casos los recuerdos traumáticos dan lugar a la amnesia como un medio desesperado para olvidar los mismos.
 
-¿De modo que hay una posibilidad de que Naruto no vuelva a recordarme?- se sintió idiota al formular aquella pregunta pero necesitaba más una negación que una afirmación. No podía aceptar el hecho de que Naruto no lo recordara mas, quizás los recuerdos fueron dolorosos pero al menos estuvieron juntos en ello. Naruto ya no volvería a su lado si no lo recordaba. Por un momento se sintió sumamente egoísta, bajó la mirada.
 
-Si la amnesia persiste…- la enfermera dudó en continuar al notar el rostro afligido de Sasuke, pero era su deber decir la verdad. –Me temo que si.
 
-Maldición- Sasuke dio un fuerte golpe a la pared con su puño, quería descargar la impotencia que estaba sufriendo.
 
La mujer se cohibió ante tal acto de violencia.
 
-Creo que deberíamos dejar que el chico descanse- comento tímidamente, en un intento por calmar al muchacho y no verse obligada a llamar a seguridad.
 
Sasuke resopló, frustrado y derrotado. No tenía alternativa, salvo dejar que Naruto durmiera para que recobrara energías. Después pensaría en algo, tenía que hacerlo. Esta vez no se daría por vencido tan fácilmente. Tal vez no fue capaz de enfrentarse a esos sujetos extraños denominados Akatsuki pero lo que si podía hacer era brindarle todo su apoyo y comprensión a Naruto.
 
Salió de la sala con un aire de nostalgia impreso en el rostro. Tantas preocupaciones no le permitían pensar adecuadamente. Siempre lograba encontrar más de alguna solución a sus problemas y en ese momento ni siquiera era capaz de concebir uno solo. Al menos Naruto había despertado, tenía que ser un poco optimista, el chico ya no estaba en coma, sin embargo…no lo recordaba.
 
Por otro lado, Itachi también enfrentaría un proceso penal. Debía interceder a su favor, testificar, después de todo, su hermano había intentado ayudarlo. Era lo menos que podía por él.
 
El odio y el rencor lo habían conducido al borde del abismo donde se encontraba. Tenía la opción de seguir permitiendo a esas emociones que lo hundieran por completo, o…ponerse de pie y hacer frente a la situación. Dejar la maldita venganza de una vez por todas, no obstante, haría hasta lo imposible por proteger a Naruto de esos enfermos mentales que amenazaban con quitarle lo único que le quedaba, el único rayo de luz en su patética oscuridad.
 
Decidió prudente abordar un taxi en la avenida para ir a su casa. Tenía la opción de caminar pero sabía lo contraproducente que era seguir divagando en situaciones de las que no tienes control. Continuar pensando en lo ocurrido no iba a solucionar nada, solo terminaría por derrumbar la poca cordura que le quedaba. 
 
Ojala todo fuera más fácil, sería preferible ocupar el lugar del chico. Su vida ya era demasiado desdichada como para que siguiera sufriendo de esa manera, él no era nadie para decidir por el futuro de Naruto pero interiormente estaba convencido de que nadie más podría amarlo con la intensidad que él lo hacía. Compartía no solamente un sentimiento reciproco con el chico, a pesar de que este no lo recordara. También compartía el dolor de Naruto. Tal vez sus vidas habían sido diferentes pero al final el sentimiento era el mismo, él había perdido a sus padres, Naruto también, ambos estaban solos…error, ahora se tenían el uno al otro con la excepción de que Naruto ya no lo recordaba y quizás…nunca más lo haría.
 
Después de pagar la tarifa correspondiente al chofer, bajó del vehículo, metió ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón para adentrarse en su fría y solitaria casa.
 
Inhaló hondo para después dejarse caer sobre la silla junto a la mesa. Que difícil era tener que lidiar con todos esos problemas, sin embargo, ya estaba acostumbrado a enfrentarlos sin ayuda de nadie. Había sido así desde la pérdida de sus padres y el distanciamiento con su hermano mayor.
 
**
 
Llevaba casi una hora sentado en la sala de espera. Ninguna de las enfermeras le daba permiso de entrar. Ya se estaba desesperando. Habían transcurrido dos días desde la última vez que viera estable a Naruto, y sin embargo, ese día las enfermeras se comportaban de una manera extraña, pareciera que trataban de hacer tiempo o algo así.
 
Al carajo. Se levantó dispuesto a ingresar a la habitación del chico, ignorando las peticiones de las mujeres porque esperara afuera. Ya había esperado demasiado.
 
-Joven, por favor espere afuera- pedía una de las mujeres que recién salía de la habitación. Sasuke hizo caso omiso, pasó de largo a la enfermera para entrar al cuarto. –Tendré que llamar a seguridad- comentó preocupada al ver las tercas intenciones del muchacho.
 
-Naruto- sonrió al ver al chico despierto, recién tomaba asiento sobre la cama, después de haber caminado durante algunos minutos. La enfermera que se hacía cargo de él se aproximó a Sasuke.
 
-Disculpe, Naruto pidió no recibir visita el día de hoy- mintió nerviosa. En realidad Naruto les había solicitado amablemente que no le permitieran exclusivamente a Sasuke entrar a verle, quizás se debía a lo incómodo que se ponía con su presencia. Sasuke demostraba la misma confianza de siempre al acercarse a él. En algunas ocasiones había intentado besarlo. La enfermera había estado presente en dos ocasiones, sabía que no era su culpa pero debía cumplir con su trabajo.
 
-¿Qué?- Sasuke permaneció estático ante la afirmación. En lugar de estarse acercando a Naruto se estaba distanciando. El hecho de que Naruto no quisiera saber nada de él se lo confirmaba.
 
-Por favor, solo…- Sasuke no escuchó nada mas, se encaminó decidido a la cama donde yacía la persona que amaba, sin importarle en lo mas mínimo lo que opinara al respecto. Era una ironía que Naruto le profesara su amor apenas unos días atrás y ahora no quisiera ni verlo. Aunque entendía el estado del chico, no por eso iba a alejarse, Naruto lo necesitaba más que nunca en ese momento.
 
-Ah…señorita- Naruto trató de llamar a la enfermera apenas divisara a Sasuke a escasos centímetros de distancia. Cada vez que lo veía, se sentía muy nervioso y no entendía la razón. Ese muchacho insistía en conocerlo y eso era una vil mentira. No recordaba haberle visto hasta ese momento.
 
Sasuke dio un respingo.
 
-No te atrevas, Naruto- se apresuró a sentarse junto al chico, las orbes celestes lo veían confundido, curioso. Desde el día que había despertado mantenía esa mirada tan distante y desconfiada. A Sasuke le dolía inmensamente que no lo reconociera, pero tenía que ser fuerte y enfrentar la situación como era debido.
 
-¿Por qué vienes a verme?- preguntó cabizbajo. Aparte de él, también acudía un hombre de cabello platinado. Un policía. Se mostraba casi igual de atento que el muchacho, con la diferencia de que él no lo confundía, solo se limitaba a platicar un rato de trivialidades, se aseguraba de que no necesitara nada y después se marchaba. Ese hombre se llamaba Kakashi y lo tenía al tanto de la situación penal que sus padres estaban enfrentando. Todo parecía tan irreal, pronto vería nuevamente a sus padres, después de que les dejaran en libertad con derecho a fianza. No sabía el motivo por el cual habían sido acreedores a aquella multa. Kakashi nunca se lo menciono y él no quería saberlo.
 
-Soy Sasuke…Sasuke Uchiha- repetía tomando de las manos a Naruto, desesperado y ansioso de no poder dirigirse con la misma confianza de antes. Para Naruto él seguía siendo un extraño y eso le hería profundamente. –Te conocí en…- se mordió la lengua al reparar en lo dicho. –En una galería de arte, después te lleve a mi casa y…bueno- se rascó la nuca un tanto incómodo por la mirada extrañada de Naruto. Definitivamente no era el lugar apropiado para tratar de refrescarle la memoria al chico.
 
-Quiero que te vayas- admitió agachando nuevamente la mirada. Todo lo que le decía el muchacho solo lo confundía cada vez más. Él nunca había ido a una galería de arte, por la simple razón de que no le gustaba. Si lo conociera lo recordaría y sin embargo…no era así.
 
-No me iré- aseveró Sasuke dubitativo, tenía que hacer que Naruto recordara pero dentro del hospital era imposible tocar ciertos temas.
 
-Entonces le pediré a seguridad que te saque- separó los labios para llamar a una de las enfermeras, pero Sasuke se apresuró en cubrirle la boca con la mano.
 
-Escúchame por favor, Naruto- nuevamente su voz se quebraba, presa de la angustia y la incertidumbre. Lentamente retiró la mano de los labios del chico. Este ladeó la cabeza aun más confundido, solo quería que se fuera de ahí. No era la gran cosa, especialmente porque no lo conocía. –Solo dame un día. En tres días más te darán de alta, solo quiero que me des una oportunidad, déjame sacarte de aquí para hablar como es debido y después si no quieres saber nada de mí, lo entenderé- Naruto observó la desesperación en los ojos negros del muchacho, realmente se veía alterado, y aunque se sentía incomodo al estar con él, tal vez debía escucharlo, después de todo ese individuo le había visitado aun cuando no eran conocidos.
 
-Está bien- aceptó en voz baja, sin saberlo le devolvió una enorme esperanza a Sasuke. Quería estar solo, esperar a que sus padres fueran por él y retomar su vida.
 
**
 
Caminaban uno al lado del otro. Naruto se había negado rotundamente a subir al vehículo del Uchiha, principalmente por la desconfianza de ir con un desconocido. A Sasuke no le quedó de otra que aceptar la condición impuesta por el chico.
 
Naruto observaba confundido los locales a su alrededor. Los mercaderes y varios transeúntes abarcaban principalmente su vista. Sasuke se detuvo frente al establecimiento que estaba buscando, intentó tomar al chico de la mano pero este se negó enseguida.
 
Entraron al bar con la tensión caracterizando el ambiente.
 
-No voy a beber- anunció Naruto al ingresar. Sasuke asintió a la afirmación del chico, no era lo que tenía en mente de todas maneras.
 
-Solo quiero que veas el lugar- comentó en voz alta una vez que la música comenzó a retumbar adentro. Naruto lo observó confundido, ¿había pagado por ambos solo para que viera el lugar?... ¿con que objetivo?
 
Se limitó a caminar por los alrededores, observando de vez en cuando al muchacho a su lado, y a las personas que bailaban en el centro de la pista. Era un ambiente extraño, no recordaba haber visitado un lugar parecido con anterioridad, él no era como esas personas que gustaban de divertirse en esos lugares. Ni siquiera le gustaba el alcohol.
 
Sasuke caminaba a una distancia prudente, permitiéndole a Naruto observar a detalle el lugar en el que habían estado tiempo atrás. Tenía que reconocerlo, fue ahí donde lo llevó por primera vez y además, donde esos sujetos lo habían interceptado. Reparó en lo último, no quería que Naruto recordara eso ahora que lo pensaba mejor.
 
-No sé qué quieres que vea- admitió Naruto poniendo atención a las parejas que bailaban una nueva melodía, más lenta.
 
-¿Quieres bailar?- preguntó arqueando una ceja. Naruto se sonrojó ante tal cuestionamiento.
 
-No, ni siquiera sé bailar- confesó un tanto confundido.
 
-No necesitas saber- Sasuke lo tomó de la mano firmemente para guiarlo al centro de la pista, algunas personas centraron su atención en los dos recién llegados.
 
-¿Qué haces?- cuestionó Naruto con un fuerte sonrojo al sentir los brazos de Sasuke alrededor de su cintura. Sin duda esa situación era extraña, no le sorprendía en lo mas mínimo que los observaran de esa manera tan “peculiar” después de todo eran hombres.
 
-Solo cállate y sígueme, ¿quieres?
 
Naruto tragó pesadamente saliva, más que incómodo por las miradas curiosas y algunas asqueadas a su alrededor. Quería salir corriendo de ahí pero su cuerpo se congeló una vez que Sasuke comenzó a mover los pies acorde a la melodía.
 
No tuvo más remedio que seguirle el paso. Bajó la mirada para centrarse en los pies del otro. La tonada era lenta, por lo tanto, no le resultó difícil adaptarse, un paso adelante, dos hacia atrás, sencillo.
 
Sonrió al percatarse de que realmente podía hacerlo. Estaba bailando, aun sin saber. 
 
La mano de Sasuke aprisionó la suya y entonces se dio cuenta de la situación. Se apenó al notar sus acciones.
 
-¿Qué ocurre?- quiso saber el Uchiha cuando Naruto se detuvo.
 
-Ya no quiero bailar- musitó, claramente avergonzado por haberse dejado llevar en ese momento. Sasuke suspiró profundamente. Se resignó a acatar la petición del chico para salir de ese lugar, de todas formas había sido inútil ir allí, Naruto no recordó nada de lo sucedido pero muy en el fondo le alegraba un poco que hubiera sido así. No quería que Naruto recordara el incidente con aquellos sujetos, pero estaba consciente de que si deseaba que el chico lo recordara también debía rememorar esos momentos trágicos.
 
-¿A dónde vamos ahora?- preguntó Naruto al salir del establecimiento. Solo deseaba que ese día terminara pronto para volver al hospital, no se sentía muy bien pero tampoco quería decirlo.
 
-Tal vez recuerdes ese restaurante- dijo Sasuke en un murmullo, alzó la mirada para ver a Naruto. Que ganas tenía de abrazarlo y besarlo en ese mismo instante, pero no era posible. –Ahora vamos a comer.
 
Caminaron hasta la avenida para tomar un taxi. Naruto seguía igual de distante pero al menos había accedido a subir al vehículo.
 
Las horas estaban transcurriendo demasiado rápidas y aun no conseguía que Naruto recordara absolutamente nada, comenzaba a inquietarse pero debía ser paciente.
 
Una vez que entraron al restaurante, Sasuke se detuvo unos momentos frente a la mesa que había reservado aquel fatídico día en que Naruto había malinterpretado la situación con Sakura, quería ocupar la misma mesa pero no estaba disponible. Pagó discretamente a uno de los meseros para que desocuparan esa mesa. Era necesario que Naruto frecuentara los mismos lugares, solo así recordaría.
 
-¿Y?... ¿qué te parece el lugar?- preguntó al ver el semblante dubitativo de Naruto, tal vez había recordado algo.
 
-Es muy bonito- comentó sentándose frente a Sasuke, este lo observó decepcionado. No recordaba nada, ni siquiera porque ese lugar fue uno de los que presenció aquel momento de su malentendido.
 
-¿Qué les voy a servir?- preguntó el mesero acercando el bolígrafo a la libreta. Naruto miró curioso al hombre, era el mismo que les había atendido aquella vez. Sasuke se mostró interesado al ver la reacción pensativa del chico.
 
-Quiero ramen por favor- se limitó a ordenar, dejando de lado su duda sobre ese hombre. Quería preguntarle si alguna vez lo había visto pero entonces Sasuke comenzaría a hacerle preguntas que solo lo confundían.
 
-Lo mismo- pidió Sasuke entregando el menú al mesero. -¿Qué te ha dicho Kakashi cuando te visita?- cuestionó, un tanto celoso al saber que también el oficial pasaba tiempo con Naruto.
 
-¿Conoces a Kakashi?- arqueó una ceja, expectante.
 
-Pues, digamos que más de lo que me gustaría- respondió Sasuke con molestia. -¿Te ha hablado de mi?
 
-No- Naruto se mostraba algo ansioso con las preguntas. Sasuke lo notó enseguida, decidió no seguir preguntando para evitar alterarlo, lo último que necesitaba era que Naruto decidiera irse por eso. –Gracias- agradeció una vez que el mesero depositó el plato sobre la mesa. No tardó en empezar a comer. Realmente estaba hambriento, la comida del hospital era un asco y no sabía cuándo fue la última vez que comió su platillo favorito
 
Sasuke jugó un poco con los fideos. No tenía mucho apetito, no estando consciente de que Naruto no sabía quién era él. Le alegró ver al chico comer enérgicamente. Optó por empezar a comer al ver la mirada confundida que le dirigía el chico, se suponía que a eso iban, a comer…se suponía.
 
-Estuvo muy rico- exclamó Naruto dejando a un lado el segundo plato. -¿Ya podemos ir al hospital?- preguntó consternado. No negaba que le había resultado muy entretenido ese día pero ya quería regresar al hospital.
 
-Todavía no- anunció Sasuke poniéndose de pie, dejando el pago correspondiente sobre la mesa. –Iremos a mi casa- Naruto se estremeció al escuchar semejante cosa, ¿ir a la casa de un desconocido?... ¿a qué? –Ven- no le dio tiempo de preguntar cuando Sasuke ya lo llevaba de la mano hacia la salida, sus ojos se entornaron al observar a sus padres a escasos metros de distancia.
 
-¿Mamá?- parpadeó confundido al ver a la pelirroja. Sasuke presionó con más fuerza su mano para evitar que se alejara de su lado.
 
-Naruto- exclamó Kushina aparentemente preocupada. Corrió hasta el menor para abrazarlo fuertemente. Minato se aproximó hacia el muchacho de cabello negro.
 
-¡No vuelvas a acercarte a mi hijo!- amenazó dando un fuerte golpe en la mejilla de Sasuke, este se mordió los labios para contenerse de dejarse ir a los golpes con ese sujeto, después de todo seguía siendo el padre de Naruto.
 

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