Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sin mi, no eres nada por RLangdon

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sus labios vibraron temerosos al notar la blanca espuma proveniente de la boca de Naruto. Definitivamente tenía que apurarse.

-Sasuke- Kakashi corrió a su encuentro pero era tarde. El aludido había encendido con rapidez el motor para echar el vehículo en reversa, no tenía tiempo que perder en estupideces.

No estaba razonando. No estaba al tanto de cuantos semáforos en rojo se había pasado. Solo tenía una cosa en mente y era llegar rápido al hospital. Sus manos temblaban involuntariamente a medida que transcurrían los segundos.

Sudó frio al ver de reojo al chico en el asiento y las contracciones de su cuerpo, las cuales no cesaban. Ni siquiera recordó llevar el frasco de píldoras consigo para que los médicos inspeccionaran la dosis consumida y actuaran con más efectividad.

Su mente estaba aturdida, nublada por el simple hecho de pensar en lo que hizo. Las convulsiones se volvían más violentas a cada minuto. Pisó el acelerador sin importarle nada más. Si algo llegaba a pasarle a Naruto, no se lo perdonaría jamás.

Estacionó el automóvil con rapidez para cargar al chico sobre su hombro. Con esfuerzo se abrió paso entre las personas que esperaban ansiosas su turno. Naruto debía ser atendido con urgencia. Llamó la atención de una de las enfermeras en cuanto la vio por el pasillo.

Bastó con que la femenina observara al chico para darse cuenta de la sobredosis. Apenas y pudo rozar la mano de Naruto. En menos de dos minutos los médicos ingresaron al rubio en una de las camillas para hacerle un lavado de estómago.

-¿Por qué?

Sasuke se recriminó mientras caminaba de un lado al otro. Mordiendo sus labios con un ansia descomunal, no sabía el verdadero motivo de su proceder.

Solo recordaba estar molesto con Naruto por su encuentro en el hospital con Kakashi. Estaba consciente de lo que había hecho, pero no podía asimilarlo por más que lo intentara.

Sujetó su hombro y cerró los ojos en un intento de disipar el fuerte dolor que se expandía por todo su cuerpo. Seguramente se estaba sugestionando por lo ocurrido.

-¿Qué rayos le hiciste?- no reaccionó a tiempo, ni siquiera lo vio venir. El fuerte golpe que impactó contra su rostro lo hizo caer irremediablemente al suelo. En presencia de los demás pacientes que esperaban su turno.

Escupió la sangre que manaba del interior de su boca para después ponerse de pie y observar con odio al responsable.

-No te incumbe- carraspeó, frunciendo el entrecejo. No tuvo tiempo de devolverle el golpe a Kakashi cuando los encargados de seguridad se acercaron para sacarlos a ambos de la sala de espera.

Se vio obligado a salir junto a Kakashi, estaba cada vez más ansioso y desesperado al no tener noticias de Naruto. Ni siquiera llevaba una cajetilla de cigarrillos para calmar los nervios que rápidamente lo consumían.

-¿Por qué pediste que lo dieran de alta?- inquirió el agente con molestia. Conteniendo las enormes ganas de golpear a quien se suponía cuidaría bien de Naruto. Se había equivocado respecto a Sasuke, el muchacho claramente no iba a cambiar su conducta hostil, aun después de lo sucedido. ¿Por qué no valoraba a Naruto como él lo hacía?... ¿cuál era su patética excusa ahora?

La vida de Naruto estaba sumida en un abismo de dolor y confusión. Un chico que fue entregado por sus propios padres a unos criminales con los cuales se había inmiscuido el hermano de Sasuke. Sin importar qué método emplearan, no habían conseguido que los individuos detenidos confesaran absolutamente nada. El caso de Naruto se solventaba únicamente en la declaración de Itachi y no era el aporte suficiente para encontrar a los responsables de querer dañar al chico.

Kakashi suspiró para no rebajarse al nivel de Sasuke. De nada servía la violencia, sin embargo, era frustrante tener que lidiar con un sujeto como Sasuke que no sabía qué era lo que quería. Si no tenía a Naruto, lo buscaba, y si lo encontraba, lo alejaba de una u otra forma. Que individuo tan más contradictorio. Sasuke no era una persona apta para cuidar de Naruto, siendo que lo había lastimado en veces pasadas. Esta vez no sabía qué había ocurrido con Naruto pero bastaba con ver a los ojos de Sasuke para notar el terrible arrepentimiento que los mismos reflejaban.

Aun recordaba la primera vez que había visto a Naruto en aquel puente. Su mirada tan triste, tan apagada, su semblante pensativo, distante a lo que sucedía a su alrededor. Todo seguía igual o peor. Naruto merecía ser feliz, él podría hacerlo feliz, él podía hacerlo sentir mejor porque lo amaba. Quizás no era correspondido de la misma manera, sin embargo no tenía porque ser un impedimento.

Estaría para Naruto cuando lo necesitara, se lo había dicho en el hospital y seguía sosteniendo firmemente sus palabras. Lo rescataría de esa relación tan insana que tenía con Sasuke, una relación que no hacía más que perjudicarlo.

Un chico tan hermoso y carismático como Naruto merecía tener una vida mejor. Aquella que le había sido arrebatada por sus progenitores. El único obstáculo era Sasuke y se aseguraría de que no se acercara mas a él, por el bien de Naruto.

-Le pediré a Naruto que solicite una orden de restricción en tu contra- expuso con seriedad, observando al afligido muchacho que iba y venía de un lado a otro sujetando su cabeza con ambas manos. Pareció no haberlo escuchado ya que continuó con su tormentosa caminata, como si eso fuera a resolver sus problemas, como si hundirse en sus propios pensamientos ayudara a cambiar sus impulsivas acciones.

Pateó una lata de aluminio mientras caminaba. Harto de divagar en lo que hizo y no encontrar ningún motivo válido para su comportamiento.

Naruto sufría a su lado, lo había tratado como basura por sus estúpidos celos hacia Kakashi. Eso era todo.

¿Cuántas veces más lastimaría a la única persona que le importaba?

Y es que a pesar de que su hermano se había disculpado por todo, seguía molesto. Seguía buscando venganza no solamente por su tortuoso pasado, sino también por el de Naruto.

Venganza… ¿con qué finalidad?

Al momento de adquirir a Naruto, ansiaba consumar su venganza contra Itachi por haberlo abandonado justamente cuando más lo necesitaba. Le había dado la espalda después de la muerte de sus padres. Su venganza se convirtió en lujuria al descubrir lo bien que le hacía estar con Naruto, las reacciones que el chico propiciaba en él.

Solamente era sexo. La confesión de Naruto lo había cambiado todo. No quería aceptarlo, no quería darse cuenta de su estúpido enamoramiento porque había prometido no volver a enamorarse luego de su rompimiento con Sakura. Nada podía hacer, nadie decide de quien se va a enamorar. Naruto lo amaba y se lo había confesado abiertamente. En cambio él cedía ante sus impulsos, sus celos, cualquier sentimiento que se suscitara en su interior, menos el jodido sentido común.

Demasiados tropiezos lo hacían dudar sobre sí mismo. La única persona que le importaba, era a la que mas hería.

Tocó su boca con su dedo medio, dolía. Se lo tenía merecido. Naruto había intentado suicidarse por su culpa

Todo lo que hacía estaba mal. Seguía dependiendo de las píldoras, del cigarrillo, de Naruto. Si no tenía las tres, entonces no era nada.

Al demonio, podía dejar las píldoras y el cigarrillo pero no a Naruto. No renunciaría a él porque su vida no tenía sentido al lado de otra persona.

Se detuvo cuando el cansancio se lo exigió. Alzó la mirada para ver fijamente a la enfermera que recién salía de la sala de urgencias. Ni siquiera reparó en Kakashi o en lo que hacía.

-¿Cómo esta?- preguntó con un deje de desesperación en la mirada.

-Está descansando, se recuperara- sonrió con nostalgia. –Será necesario que acuda a terapias con un psicólogo.

Sasuke asintió ante lo dicho. Sabía que Naruto no estaba bien, aun desde antes de que lo conociera el chico ya cargaba con problemas personales, familiares.

-¿Puedo verlo?- ignoró la fiera mirada que el agente le dirigía. Quería verlo en persona, no le bastaba con saber de su estado, necesitaba corroborarlo con sus propios ojos.

Fue hasta la habitación correspondiente apenas la mujer le indicó que podía hacerlo. Kakashi cruzó los brazos con renuencia. Siguió de cerca al Uchiha para esperar a que saliera y poder ver a Naruto.

Sasuke cerró la puerta de la habitación en cuanto estuvo adentro. Naruto estaba recostado de espaldas. Justo del lado de la ventana. Seguramente había despertado.

-Naruto- se acercó lentamente a la cama. -¿Estás despierto?- tomó asiento al borde del colchón. Absteniéndose de mover el cuerpo del chico. No encontraba las palabras adecuadas para expresarle su arrepentimiento, para pedirle una disculpa digna y, sobretodo, una justificación que respaldara su actuar.

-Ya no por favor… perdón- abrió grandes los ojos al escuchar los murmullos que salían de los labios de Naruto. Se levantó de la cama para poder verlo de frente. Seguía dormido, su frente estaba ligeramente perlada por el sudor, presionaba con insistencia los párpados. Estaba teniendo una pesadilla. –Perdón Sasuke.

El interpelado se dejó caer de rodillas en el suelo. Naruto le pedía perdón en sus sueños, ¿hasta donde había llegado?

Cerró los ojos tratando de asimilar lo sucedido, escuchando el constante pesar de Naruto.

Temor… era lo único que le había generado al chico. Un profundo temor y un sentimiento de culpabilidad que rayaba en lo estúpido. Naruto no debía pedir disculpas. Naruto no tenía por qué sentirse culpable de algo que no había hecho.

-Puedo cambiar- se increpó a sí mismo, abrió los ojos para ver a Naruto, este se removía incómodo sobre la cama, sumido en la misma pesadilla. –Puedo cambiar- repitió, imaginando que Naruto lo escuchaba.

-¿A quién tratas de convencer?- cuestionó Kakashi, ingresando a la habitación. Había escuchado la patética frase del Uchiha. – ¿A él o a ti mismo?- observó con disgusto a Sasuke, quien, prontamente se puso de pie, ignorando por completo la presencia del agente.

Lo odiaba. Odiaba que ese maldito tuviera razón. De nada servía tratar de convencer a Naruto siendo que ni siquiera él mismo estaba seguro de poder lograrlo, ¿realmente podía cambiar?

No estaba en sus cinco sentidos cuando estuvo con Naruto. Recordó haber ingerido algunas píldoras en el baño, pero fue todo. Se estaba hundiendo en sus propias acciones, en sus decisiones precipitadas y arbitrarias.

Inhaló profundo y exhaló lentamente antes de dignarse a ver a los ojos a Kakashi.

-No quiero que te le acerques- comentó apático, ganándose una mirada recriminatoria del agente.

-Era justamente lo que iba a decir- espetó frunciendo el ceño.

-Que Naruto decida- se aventuró a decir Sasuke, consciente de que el chico podía odiarlo después de lo ocurrido.

-Naruto no está en condiciones de decidir nada- tomó asiento junto a la cama para acariciar los cabellos dorados del chico, tratando de tranquilizarlo de su tormentoso sueño. –Ya que no fuiste capaz de cuidarlo, lo hare yo- asumió con seriedad. Quería dejarlo claro.

-No sé qué paso- admitió, suavizando la mirada. Conteniendo el líquido salino que amenazaba con salir de sus ojos. –Estábamos en la recámara y…- cerró los ojos en un intento por recordar cada palabra que decía. –Tomé esas píldoras…- fue todo, lo último que recordaba fue haberle gritado a Naruto sin motivo aparente. Nada encajaba, todo estaba inconcluso y falto de fundamento.

-Y le ofreciste a Naruto de tu medicamento controlado- intuyó Kakashi, molestándose cada vez más. Lo que decía Sasuke no tenía coherencia. Había ingerido píldoras y, según lo dicho por la enfermera, Naruto también. Estaba ahí por sobredosis, ¿Qué caso tenía preguntar el resto?, era claro que Sasuke tenía la culpa de todo.

-Yo no…

-Está bien si te gusta ser un vago. –le interrumpió Kakashi. Harto de las excusas idiotas del muchacho. - Un criminal egoísta que disfruta de desperdiciar su vida. Pero no incluyas a Naruto en ello- aseveró la mirada, dando a entender que no lo dejaría volver a su lado. Era suficiente. Aunque Naruto llegara a perdonarle sus errores, no permitiría que estuvieran juntos.

-No soy como piensas- contradijo, no muy convencido de sus palabras. Si era un criminal ya que había faltado a varias normas, pero fue por ello que logró sacar a Naruto de aquella subasta. Gracias a sus acciones precipitadas e impulsivas pudo conocer a Naruto. Era lo único bueno que había hecho en toda su asquerosa y miserable vida, y lo único de lo que no se arrepentía.

-Eres peor- masculló Kakashi, apartando la mirada. Cansado de dialogar con una persona que no aceptaba sus errores, en lugar de ello intentaba justificarlos. Era ridículo.

Su vida también había sido dura y no por ello era igual a Sasuke. Había perdido todo cuanto poseía para poder dedicarse a su empleo. Ciertamente no era una buena persona. También había cometido errores de los cuales se recriminaba con constancia, entre ellos el haber permitido a Naruto volver con ese criminal inestable.

-Júzgate a ti primero- resopló Sasuke, dirigiéndose a la puerta, se devolvió apenas hubo tocado la perilla. -¿Qué quieres de Naruto?- quiso saber, entrecerrando los ojos. La sonriente enfermera ingresó antes de que el agente pudiera responder a la interrogante.

-Lo lamento pero no pueden estar dos personas a la vez- hizo ver, observando a ambos individuos.

-Volveré más tarde- anunció Sasuke en voz baja mientras se disponía a abandonar forzosamente la habitación. Quería que Naruto estuviera despierto para poder conversar con él. Para pedirle perdón una vez más. No le importaba lo que le dijera Kakashi, la única opinión de relevancia era la de Naruto. Necesitaba saber con urgencia qué había pasado con exactitud, cuál fue el motivo que lo llevó a esposar nuevamente a Naruto y lo más importante… ¿Por qué intentó quitarse la vida?

Se encaminó al parque más cercano apenas hubo dejado el hospital. Su nivel de ansiedad era alarmante, no obstante, no volvería a ingerir sustancias dañinas. No más alcohol, no más tabaco, no más píldoras.

Podía hacerlo si se lo proponía. Ya había dejado las pastillas por un tiempo, superó el síndrome de abstinencia. O eso creía.

Necesitaba persuadir a Naruto de su decisión, hacerle ver que podía cambiar. Demostrarle que podía controlarse, lo único indispensable para poder lograrlo era tener a Naruto consigo.

Anduvo sin rumbo fijo una vez que llegó al área verdosa. Pasando de largo a las personas a su paso. Pensando una y otra vez en Naruto, en lo que pasaría si decidía dejarlo de nuevo.

No tenía sentido adelantarse a los hechos. Lo que decidiera Naruto tenía que respetarlo. Por lo menos tenía que actuar con madurez por una vez en la vida.

Le dolía. Le dolía inmensamente que Naruto se fuera de su lado otra vez, especialmente porque no recordaba mucho de lo sucedido, ni lo que le llevó a actuar de ese modo.

Se dio la vuelta en cuanto se percató del callejón sin salida al que había llegado en sus divagaciones. El gesto de dolor se expandió al sentir la fuerte punzada en su hombro. Ardía, quemaba.

Bajó la manga de su camisa para inspeccionar mejor aquella zona. Notó una parte irritada, pasó su mano con suavidad sobre la piel.

Alzó la mirada en cuanto escuchó los pasos provenientes en su dirección. El húmedo trozo de tela le fue colocado con rapidez sobre la boca. Trató de apartarse pero no pudo. Su vista se nubló en consecuencia de la sustancia que impregnaba la tela. Era formol y no podía sentirse más idiota por haberse adentrado en ese sitio.

Sus párpados se cerraron inevitablemente

**

-¡Sasuke!- despertó de golpe, con su corazón latiendo con mucha rapidez.

-Tranquilo- musitó Kakashi, atrayendo con cuidado el cuerpo de Naruto para abrazarlo. El chico lo observó confundido, desvió la mirada del agente para ver con detenimiento el lugar. Nuevamente estaba en el hospital.

Suspiró al recordar lo sucedido, reprimiendo las lágrimas.

-Soy un inútil- balbuceó, recordando las hirientes palabras de Sasuke. Era cierto, se sentía un inútil porque ni siquiera podía cuidarse por su cuenta, siempre necesitaba de alguien más. Ya no quería ser un estorbo.

-No eres un inútil. –profirió Kakashi en el oído de Naruto. -Quien te lo haya dicho lo es- respiró la suave esencia proveniente de su cuello. Lo adoraba.

-Si lo soy, ni siquiera tengo dinero- correspondió el abrazo forzosamente. Reparando en su situación económica, de haber tenido dinero, se habría evitado todo. Solo tenía que pagarle a Sasuke para que lo dejara ir, pero no contaba con solvencia económica.

-¿Quieres dinero?... ¿cuánto necesitas?- Kakashi cuestionó, apartándose del abrazo, buscando en sus pantalones su billetera. Naruto sonrió melancólico. Necesitaba dinero pero quería ganárselo por su cuenta, conseguir algún empleo que le permitiera valerse por sí mismo y evitar depender de otros.

-No, gracias- rechazó la billetera del agente en cuanto le fue entregada. Kakashi asintió, no muy conforme con la decisión del chico.

-¿Por qué lo hiciste, Naruto?- quiso saber, refiriéndose a la ingesta de píldoras. La resolución en la mirada de Naruto cambio drásticamente.

-Porque no valgo nada, porque soy basura, porque mis padres me abandonaron, porque Sasuke me odia- enumeró una razón tras otra sin si quiera hacer una pausa, ni detenerse a pensar mucho. El agente enarcó una ceja ante semejante criterio.

-En primer lugar, vales mucho- rozó la mejilla de Naruto con su mano derecha. –Cualquier cosa que te haya dicho ese vago para hacerte creer que eres basura, no es verdad. Eres importante, y si Sasuke, tus padres o cualquier otra persona no puede ver eso, es porque no te merecen- intentó hacer contacto visual con el chico pero no lo logró.

Naruto mantenía su cabeza agachada, apretaba con fuerza las sábanas con cada palabra que le decía. 

–Ninguna razón es suficiente para querer quitarse la vida. No olvidas el pasado, aprendes a vivir con ello- sonrió cuando Naruto se atrevió a alzar la mirada para contemplarlo en silencio. –Te amo- unió sus labios con los de Naruto en un rápido movimiento, sin darle tiempo al chico de reaccionar. Cerró los ojos para intensificar el beso. Naruto lo imitó, permitiendo que las lágrimas se deslizaran una a una por sus mejillas, humedeciendo ambos rostros.

Estaba tan confundido, tan triste y necesitado de alguna muestra de afecto que no se negó en lo más mínimo, Sasuke lo odiaba y él ya no iba a pedirle que cambiara. No buscaría en los brazos de Sasuke lo que tanto necesitaba, lo amaba y mucho pero no podía seguir a su lado.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).