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Sin mi, no eres nada por RLangdon

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Le miró por sobre su hombro herido, se trataba de Sasuke, no le cabía la menor duda, el parecido que el chico tenía con Itachi era sorprendente, inclusive aquellos matices escarlata en sus oscuras pupilas, una retorcida sonrisa enmarcó su pálido rostro, la similitud se limitaba al físico, podía ver a través del Uchiha un odio incomparable, superaba en creces al de su hermano.

-No lo repetiré- anunció Sasuke, avanzando con paso seguro al interior del dormitorio, reprimiendo las enormes ganas de descargar el cartucho del arma sobre ese maldito. Al menos ahora estaba convencido de que sus sospechas eran acertadas, estaban detrás de Naruto.

-Así que lograste evadir a Pain- Orochimaru se incorporó de la cama, su rostro era de completa calma a pesar de la clara amenaza que significaba Sasuke.

-¿El sujeto con perforaciones?- se mofó, aunque interiormente sentía la sangre hervirle, no solamente le habían arruinado sus planes, si no que ahora tendría que lidiar con otro obstáculo. –Solo lo inmovilice- continuó, acercándose más hacia la cama, dirigió una fugaz mirada a Naruto, el cual yacía inconsciente sobre la misma, su ropa había sido rasgada, no obstante aun conservaba los bóxers, de cierta forma le alivió haber llegado a tiempo.

-Eres muy confiado- rió Orochimaru, posicionándose enfrente del Uchiha, acortando la poca distancia que los separaba, una sensación indescriptible le recorrió el cuerpo al fijar su ambarina mirada en las orbes escarlatas. –Te diriges hacia la oscuridad- traspasó excitación en las palabras y se relamió los labios.

-Cállate- ordenó Sasuke, apuntándole directamente a la cabeza, su dedo índice se posaba con firmeza sobre el gatillo del arma, solo un movimiento y acabaría con esa basura, no, debía controlarse, un paso en falso y todo su plan para encontrar a Itachi se venía abajo.

-Impulsivo, tal como dijo tu hermano.

Su piel se heló ante aquellas palabras, de modo que su hermano estaba inmiscuido con esos bastardos, no sabía qué tramaban, pero tenía una vaga suposición de lo que querían. Entrecerró los ojos. No estaba dispuesto a dárselos.

-Tienes determinación- admitió Orochimaru. –Pero te falta poder- miró sublime como el Uchiha reaccionaba ante su afirmación, sintió el frío metal del arma posarse sobre su frente, no se inmutó, Sasuke era impulsivo pero no imbécil, por tanto si realmente tuviera la convicción de matarlo, lo habría hecho desde la entrada.

-No me conoces- sentenció el Uchiha.

-No hace falta, el destino suele actuar de manera imprevista- sus ojos brillaron cual si hubiese encontrado algo de suma importancia…y así era. –Vine por el Kyubi pero ya que será empleado para fines puramente egoístas, ¿Por qué no ser egoísta también?- inquirió en tono siniestro.

Sasuke escuchaba con suma atención cada palabra, procesando aquella información, más no podía concluir nada, no comprendía con exactitud a qué se refería con “Kyubi”.

-Si eres capaz de alcanzar ese poder mediante la oscuridad, quisiera ser yo quien te lo otorgue- Orochimaru miró hacia el techo. –Ahora tengo otro propósito en mente y tu Sasuke. –bajó sus pupilas hacia el confundido chico. –Formas parte de él, aunque- guardó silencio unos segundos, pensativo. –Los sentimientos te debilitan, debes eliminarlos- sonrió, seguro de si mismo.

No lo previó, simplemente el movimiento de Orochimaru fue más veloz de lo que hubo pensado. Un dolor agudo le punzó en el hombro, ardía, quemaba, ese maldito lo había mordido. Por un momento Sasuke se paralizó, sus piernas flaquearon súbitamente, se dejó caer de rodillas aún sin soltar el arma, ¿Qué rayos le había hecho?... ¿Veneno?

Se forzó a encañonar hacia la puerta pero ya era tarde, el maldito se había ido.

Apretó con fuerza la mandíbula, forzándose a mirar la herida, observó perplejo la extraña marca de los colmillos, habían formado una especie de...estigma, una forma irregular oscura. No daba crédito a lo sucedido, era imposible.

Recobró la compostura, había bajado la guardia. Se apoyó sobre sus codos para levantarse, esa clase de errores podían costarle la vida, frunció el entrecejo, ¿Por qué simplemente no lo mató?

Guardó el arma en la mochila, los documentos del chico estaban ahí dentro también, junto a las demás armas sin licencia. Consciente del poco tiempo que disponía, volvió a colocarse la mochila.

-Naruto- reparó en el muchacho que yacía sobre la cama, debía darse prisa o podrían volver.

Se encaminó hacia el rubio, lentamente el dolor en su hombro iba disminuyendo, una idea superflua le invadió, era como si…se tratara de un sueño, no podía permitirse divagar y menos en un momento así.

Tomó la ropa de Naruto, era inservible, resopló frustrado. Se retiró la playera y se dispuso a colocársela al rubio.

Lo cargó en brazos, recordó al otro raro sujeto de cabello rubio, sopesando la creencia de que fuera el mismo que le seguía en el estacionamiento una semana antes, no sabía quiénes eran pero si lo que querían…a Naruto.

Por otro lado, su hermano estaba con ellos, una razón más para considerarles como enemigos, actuar impulsivamente no le llevaría a nada, debía centrarse y hasta el momento había permitido que fallas insignificantes le restaran información, odiaba saberse manipulado, posiblemente Itachi lo considerara una simple pieza de su juego, cualquiera que fuese.

Bajó las escaleras con sumo cuidado, el dolor en su hombro ya era casi imperceptible, situación que lo desconcertó, no se trataba de veneno como había supuesto, su anterior teoría se basaba en que, al estar su visión periférica centrada al frente, bien el sujeto pudo emplear ese punto ciego para suministrarle la sustancia por medio de algún objeto punzocortante, y posteriormente hincar sus dientes para simular el acto, sin embargo no era posible ya que el veneno actúa de manera rápida en el organismo, a esas alturas no podría si quiera moverse.

Inhaló hondamente, cerciorándose de que no le siguieran, esta vez debía ser cuidadoso, esos sujetos eran peligrosos, aunado al hecho de que tenía que ocultar sus “herramientas” en algún lado y después recuperarlas, una vez que fuera el momento apropiado.

Caminó por entre la multitud, siendo observado por algunas personas, no le sorprendía en lo mas mínimo, después de todo llevaba al chico semidesnudo consigo. Le restó importancia al asunto, esas personas no estaban en sus cinco sentidos ahora, solo el morbo les incitaba a mirar, algunas tomadas en exceso, otras bajo la influencia de sustancias.

Divisó a la chica de cabello rosa recargada sobre la barra, sobresalía del resto con aquella inusual vestimenta, la cual consistía en un diminuto vestido rojo y zapatos de tacón alto. Ahí estaba quién lo traicionó en el pasado, una herida sobre otra, y ella era responsable de una de las tantas cicatrices emocionales.

Ya no le importaba, es más, la había superado por completo. Lo meditó un segundo, podría serle de utilidad.

Avanzó sin mayor dificultad hasta la barra, la chica estaba de espaldas esperando su trago, había ingerido con anterioridad sustancias ilícitas, se sobresaltó cuando la mano del joven le tocó el hombro para llamar su atención.

-¡Sasuke!- exclamó con radiante alegría de ver al chico en ese lugar. No lo creía, por un momento juró que era obra del alcohol, pero no. Lo observó con detenimiento, Sasuke no llevaba puesta su playera, sostenía a un chico rubio entre sus brazos, permaneció expectante.

-Es mi primo- mintió, no subestimaba la inteligencia de la chica, aunque poco le importaba lo que ella pudiera opinar al respecto.

-¡Sasuke!- esta vez la chica lo abrazó con fuerza, dejando escapar el llanto. No le importó que la miraran, estaba sumamente arrepentida de lo que había hecho y a pesar de no poder remediarlo, se sentía inmensamente feliz de ver a Sasuke de nuevo.

-Te...extrañé- musitó, soltándose del abrazo, depositó al rubio en el suelo, recargando la espalda del mismo junto a la barra.

-Estás… ¿molesto conmigo?- interiormente quería saber la respuesta, necesitaba saber si Sasuke aun la odiaba por lo ocurrido, un sentimiento le volcó en el pecho, fue entonces que supo lo enamorada que seguía de Sasuke, no le había olvidado.

-Dejé eso atrás hace mucho- respondió, frunciendo levemente los labios. –Te ves hermosa- comentó, haciendo alusión a su vestuario. La fémina se sonrojó ante el halago.

-Gracias, Sasuke yo…

Posó su dedo índice sobre los labios de Sakura, esta lo miró fascinada. 

-¿Podrías…hacerme un favor?- inquirió, quitándose la mochila, Sakura asintió sin saber de qué se trataba. –Necesito que guardes esto por mi- le entregó la mochila, la chica la tomó al instante. –Solo por unos días, y además…- agregó mordiendo ligeramente sus labios, ella lo miraba embelesada. Sasuke no solo era extremadamente sexy e inteligente, poseía cualidades que nunca antes había visto en un chico. –Me gustaría charlar contigo otro día, digo…si es que puedes.

-Por supuesto que sí- una enorme sonrisa acompañó sus palabras, el hecho de que Sasuke no solo la perdonara, sino que además le diera otra oportunidad, le hacía sentir una felicidad que creyó no recuperar jamás, en ese momento sentía nuevamente ese sentimiento aflorar en su interior, con más fuerza.

-Bien- Sasuke sonrió con autosuficiencia. –Debo irme, mi primo bebió de mas, ¿Te parece si nos reunimos dentro de dos días en la cafetería de la plaza?- cargó de nueva cuenta a Naruto en sus brazos. Sakura asintió de inmediato con la esperanza de volver a ser novia de aquel que tanto amó y seguía amando.

No dijo nada mas, se dirigió a la salida con la certeza de no ser seguido, una victoria por una derrota, quizás su hermano dispusiera de mas información ahora, pero por nada del mundo le dejaría ganar, no solamente tendría el descaro de quedarse con el chico, también se encargaría de llevar a cabo su venganza, al menos…ya tenía una marioneta.

***

Cortar el efecto de la droga le costó más trabajo del que hubo pensado. Ciertamente se trataba de una sustancia fuerte la que le había sido suministrada al chico.

Se valió de sus escasos conocimientos, tuvo que alojarse en un hotel hasta que Naruto recobrara el conocimiento, permaneció tres horas junto al muchacho. Le había humedecido el rostro infinidad de veces, incluso resultó toda una odisea darle a beber algunos sorbos de café.

Aunado al hecho de tener que salir a comprar unos pantalones para Naruto a esas horas de la noche.

Finalmente el chico reaccionó, volviendo en sí, lentamente abrió los ojos, visualizó manchas blancas a su alrededor, las cuales tomaron forma poco a poco.

Observó con atención los muebles, se trataba de una habitación pequeña, miró a su derecha, Sasuke lo observaba con detenimiento.

-¿Dónde estamos?- preguntó sujetándose la cabeza, aun se sentía levemente mareado, no recordaba lo que había sucedido horas antes, de lo único que estaba consciente era de no estar en la casa de Sasuke.

-En un hotel- habló con desgano, aunque satisfecho de que el chico al fin despertara. –Tenemos que irnos- se levantó de la cama, las pupilas azules lo siguieron hasta la puerta. -¿Te vas a quedar ahí?- cuestionó con arrogancia, cruzado de brazos.

-No- lentamente se incorporó de la cama, sentía su cuerpo ligeramente entumecido, pero no le dio importancia.

***

Naruto había permanecido en silencio los quince minutos que duró el trayecto dentro del taxi, miraba por la ventana recordando lo sucedido en aquel bar, Sasuke dejándolo solo, él siendo interceptado por un sujeto desconocido, y después…nada, era todo lo que recordaba, además de haber despertado en un hotel y estar convencido de no tener relaciones con Sasuke.

Descendieron del vehículo, el Uzumaki aún escéptico, frustrado, perturbado por el sofocante silencio que el Uchiha se esmeraba en conservar, ya le había preguntado apenas salieron del hotel sobre el incidente y Sasuke solo se había limitado a decirle que alguien lo buscaba, y ¿Quién era ese alguien?, ¿Cómo sabía su nombre? y ¿Qué quería de él?

Decidió no hacer ninguna pregunta más, aunque de igual manera el encaprichado Uchiha no se dignaría a responderle.

Finalmente llegaron a la entrada de la casa, la oscuridad de la noche les impedía ver mas allá de lo que alumbraban los faros públicos, Sasuke retrocedió un paso.

No tuvo necesidad de sacar las llaves, la cerradura de la puerta había sido claramente forzada. Naruto lo observó con un deje de temor en la mirada, ¿Sería posible que supieran el domicilio de Sasuke?

Una sutil y sombría sonrisa delineó los labios del Uchiha, empujó la puerta, Naruto le siguió de cerca.

Las luces estaban encendidas, algunos cajones donde guardaba los utensilios de cocina estaban afuera, papeles botados por el piso, pero nada dañado.

Naruto parpadeó confundido, claramente no había sido obra de algún ladrón puesto que no se habían llevado nada, más bien, parecían haber estado buscando algo, retrocedió por inercia cuando el crujido de la escalera rompió el silencio sepulcral de la casa.

Sasuke se mantuvo impasible, fijando su mirada en el arrogante policía que bajaba las escaleras con la orden de cateo a la vista. Sasuke rodó los ojos con indiferencia, sabía que no tardaría en conseguirla, por tanto debía deshacerse de las armas y un par de archivos de Naruto, al menos esa situación le había resultado claramente predecible.

-Me tomé la libertad de revisar arriba también- sonrió con despotismo. –Me disculpó por el regadero- miró los papeles que yacían en el piso, Sasuke frunció los labios, apático.

-¿Encontró algo, oficial?- preguntó con soberbia.

-Desafortunadamente no- admitió traspasando una sonrisa en sus palabras. Naruto observaba con extrañeza a Sasuke, ya sabía que revisarían el lugar, por ese motivo lo había llevado consigo… ¿cierto?

-Ah, Naruto pero que descortés soy- sonrió dirigiéndose al chico, el cual se limitó a pasar saliva temiendo que Sasuke se molestara por no comentarle su encuentro con él. –Pareces cansado- prosiguió, inclinándose ligeramente hacia el rubio, este se mantuvo inmóvil.

Kakashi acercó el dedo pulgar a la comisura de los labios de Naruto, pasando a retirar una gota del café que Sasuke se encargara de darle minutos antes.

-Creo que su deber aquí ya terminó- profirió Sasuke con seriedad, se mantenía recargado en la pared con los ojos cerrados y ambas manos dentro de los bolsillos, aparentemente indiferente ante las acciones de Kakashi, aunque, interiormente sentía deseos de romperle la cara.

-Es cierto, mañana solicitaré una orden para interrogarlos a ambos por separado- observó la gota en su dedo pulgar. Naruto le sonrió amablemente. –A propósito- se dirigió nuevamente al rubio, acercando los labios al oído del chico de manera que solo él pudiera escuchar, Naruto se tensó. –Me gustas- dijo en un murmullo, los hermosos ojos celestes se abrieron por completo al escucharlo, un tenue rubor se expandió inevitablemente por sus mejillas, sus labios temblaron. –Nos veremos después- se despidió en ademan, saliendo de la casa, sin observar a Sasuke, cerró la puerta tras de sí.

Las pupilas oscuras se posaron en las celestes. Naruto le observaba con detenimiento, estaba seguro de que Sasuke no había escuchado aquella confesión que bien podría haber sido una mentira, pero no tendría sentido mentir en algo como eso.

-Sasuke…- no tuvo tiempo de decir más, el interpelado se encaminó velozmente en su dirección y acto seguido cubrió su boca con ambas manos, restringiéndole el habla. Naruto alzó la mirada temeroso pero sobretodo confundido. Una discreta seña de parte del Uchiha fue más que suficiente para mantenerse en silencio.

Sasuke retiró lentamente la mano de la boca del chico para comenzar a andar por toda la casa, inspeccionando cada objeto, cada mueble, cada rincón. Naruto lo observó bajar las escaleras haciendo añicos algún objeto entre sus manos.

Sasuke permaneció dubitativo un instante, buscando un punto ciego de la casa que le permitiera dar con la ultima cámara, y ahí estaba, justo sobre la puerta, apenas perceptible, tuvo que valerse de una silla para alcanzarla, desprendió de golpe los cables, arrojando la diminuta cámara al suelo para después destruirla con el pie.

Sonrió, convencido de haberse deshecho de las cinco cámaras ubicadas en diversos puntos de la casa. Ciertamente Kakashi sería un dolor de cabeza, pero no iba a permitir más inconvenientes de los ya existentes.

Reparó en el momento exacto donde el policía se acercó demasiado a Naruto para murmurarle algo al oído.

-¿Qué fue lo que te dijo?- inquirió, entrecerrando ligeramente los ojos, esperando la respuesta del chico.

-Me…- dudó. –Me dijo que…fuera puntual en el interrogatorio- sonrió, consciente de la mentira, no sabía de qué manera reaccionaria Sasuke pero definitivamente no se lo diría. El silencio lo incomodó bastante, Sasuke se limitó a entornar los ojos ante la respuesta.

-Mas te vale no decir nada fuera de lugar, Naruto- se encaminó al chico, este retrocedió a cada paso que el mayor daba en su dirección. –Limítate a responder lo que te pregunten- continuó acercándose, Naruto hizo una mueca de dolor cuando su espalda se impactó contra la nevera. –No menciones la salida de esta noche, en dado caso de que te lo pregunte, dirás que acudimos a la casa de una compañera mía- colocó ambas manos a los costados de la cabeza de Naruto, quien instintivamente cerró los ojos. -¿Te ha quedado claro?

-S-si- tartamudeó, forzándose a mirar las abisales pupilas de Sasuke, negras como la oscuridad de la noche, cada vez que lo miraba a los ojos, sentía que…podía perderse en ellos.

No reaccionó hasta que sus labios fueron apresados por los de Sasuke, cerró los ojos, el Uchiha mordió su labio inferior con fuerza, Naruto abrió ligeramente los labios para dejar escapar un leve gemido, acción que aprovecho el mayor para adentrar su lengua en la cavidad contraria.

Correspondió con la misma intensidad el beso, mientras su espalda descendía con suavidad hasta llegar al piso.

Después de unos instantes, Sasuke se vio forzado a separarse de los labios del rubio. 

El menor inhalaba y exhalaba agitadamente, sintió aquel beso asfixiante.

Sasuke miraba con detenimiento el cuerpo de Naruto, estaba fascinado por lo que veía. Puesto que anteriormente no se había dado el lujo de observarlo como ahora. 

Posó la mirada en la marca que tenía Naruto en el abdomen, similar a… miró su hombro de reojo, decidió no tomarle importancia, ya le preguntaría después.

****

La habitación se iluminó tan pronto como los dos últimos integrantes de la organización ingresaran en la misma.

Se había mantenido absorto en la conversación con Hidan, el cual le proporcionó los datos obtenidos, no eran suficientes para dar con el domicilio de su hermano.

Sus ojos se abrieron en asombro, intentó mantenerse neutral una vez que hubo escuchado de boca de Pain el nuevo objetivo de Orochimaru, Akatsuki se caracterizaba en gran parte por la confianza entre ciertos miembros pero ahora que Madara se había proclamado el nuevo líder, y al no poder objetar al respecto, debía buscar otra alternativa que le permitiera estar al tanto de toda la información del grupo.

Deidara y Pain eran los únicos miembros de fiar, una chispa de alivio despertó en su interior al enterarse de que había sido Pain el elegido para capturar al Jinchuriki. Su hermano estaría a salvo, no obstante la alianza no duraría mucho, los miembros comenzaban a dispersarse, motivados por sus propios ideales, el claro ejemplo de ello era Orochimaru.

No sabía con exactitud qué era lo que esa serpiente rastrera buscaba en Sasuke, ni la razón para interesarse en el mismo, sin embargo le conocía lo suficiente para hacerse una idea de la nueva obsesión de Orochimaru. Debía mantenerlo vigilado de ahora en adelante.

-Vaya, no estaba enterado de que tu hermano portara armas- comentó Deidara, observando el hombro herido de Orochimaru. –Aunque tiene pésima puntería- agregó, intentando contener la risa. Orochimaru parecía no estar al tanto de los claros insultos hacia su persona. Permanecía ensimismado, rememorando la imagen del obstinado pero sensual chico de cabello negro.




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