"No engañaras a tu marido"
No. Así no era.
"No cometerás adulterio"
Si. Así era.
Sin embargo, y pese a que la frase daba insistentemente vueltas en su cabeza, Naruto no puso reparo alguno en que Sasuke lo besara en los labios. Estaban en la sala de profesores, encerrados bajo llave y disfrutando de la compañía del otro.
-Quedate más tiempo- pidió el Uchiha cuando el sonido de la campana resonó dentro de las instalaciones.
Muy a su pesar, Naruto se apartó de él, retirando el brazo que estrechaba firmemente sus hombros. Entre más intentaba poner una limitante entre Sasuke y él, menos podía alejarse. Aquello no tenía rumbo, no podía seguir en una relación que no iba a ninguna parte. El hecho de que se vieran a escondidas ocasionalmente no significaba nada.
Lo peor de todo era que Naruto empezaba a sentirse dividido entre lo que quería y lo que necesitaba.
-No eres para mi, Sasuke- le sostuvo la mirada cuando él le acarició la mejilla con el dorso de la mano.
-Si no lo soy, ¿Por qué insistes en verme?
Naruto separó los labios, pero no dijo nada. No era él quien lo buscaba, sino su terco, rebelde y tonto, corazón.
***
Los besos hoscos de Madara poco y nada podían equipararse a los apasionados de Sasuke. Naruto lo notó un día y se sintió terriblemente asqueado, no solo por compararles, sino también por pensarlos simultaneamente.
"Perdoname padre, porque he pecado"
Con un gesto de preocupación, contempló a Madara desvestirse frente a él, y por un instante deseó que fuera Sasuke y no él quien lo tocara.
Momentos antes de que iniciara el acto, un ruido hizo eco por la habitación. No se trataba de uno de los juguetes de Boruto ni de sus juegos de video. Naruto enmudeció y el pánico afloró en cada gramo de su piel cuando reconoció el sonido de su propio telefono reverberando dentro de sus pantalones. Pensó en arrojarlo lejos, en romperlo, en lanzarlo dentro del vaso de agua sobre el buró de la cama, pero ya era tarde. Madara lo había escuchado.
-Dámelo- su mirada oscureció, mantenía el brazo extendido hacia Naruto, quien, terriblemente ofuscado, se vio obligado a hacer caso.
No era tan descuidado como se pudiera llegar a suponer, ya que, toda conversación, era eliminada en el momento. Se trataba de una llamada, el menor lo supo al ver a Madara llevandose el artefecto al oído.
Nada pasó. Naruto se mordía fuertemente el interior de las mejillas, inmovil, paralizado.
Cuando Madara observó la pantalla, Naruto relajó el cuerpo, mostrandose neutral, deshinibido.
-Un numero privado.
-Quizá se equivocaron de número- se desentendió, arrepintiendose poco después de haber hablado. Sin embargo, Madara siguió pensativo.
Naruto se dijo en ese momento, que debía tener más cuidado.
***
Se deslizó lentamente sobre la erección, manteniendo ambas manos sobre el pecho de su amante como medio de apoyo, después se movió en un constante y lento vaivén, amoldandose a un ritmo cadencioso y apropiado para ambos.
-Dios- soltó Sasuke en medio de su desesperación, maldiciendo en su fuero interno que Naruto no fuera más rápido. Sentía que estallaría en cualquier momento.
Y como si Naruto leyera su pensamiento, comenzó a acelerar cada uno de sus movimientos, permitiendo que el miembro lo penetrara por completo para luego deslizarse cual felino hacia adelante. En otra ocasión posiblemente sintiera culpa, pero no en esta. Estaba vestido con aquel rídiculo traje, por lo tanto se dijo a sí mismo que en realidad era Naruko y no él quien mantenía relaciones. Reacio a quitarse el atuendo, la peluca o el maquillaje, accedió a intimar con el Uchiha en una de las tantas escapadas dentro del restaurante. Era gracioso y a la vez excitante tener a Sasuke de esa manera, recostado boca arriba, con los botones de la camisa abiertos y la bragueta abajo mientras él hacía el resto.
-Creo que voy a correrme- le advirtió el Uchiha de un momento a otro, sintiendo el suave deslizamiento por su hombría. Naruto lo ignoró monumentalmente, siguió besando su pecho expuesto y agitando las caderas, adelante y atras, cada vez más rápido, hasta verse inundado con la semilla de su amante, tensandose a su vez sobre este y corriendose en la tela frontal de la falda.
El sexo con Sasuke Uchiha era demasiado bueno para dejarlo pasar. Acicalandose el falso cabello rubio, Naruto se disponía a bajarse del cuerpo del otro cuando fue tomado de la muñeca con presteza. En cuestión de segundos su espalda golpeó contra la colchoneta y, una vez más, Sasuke se abría paso entre sus piernas para penetrarlo.
"Mide el tiempo" se dijo Naruto al ver la aguja del reloj avanzando, pero el placer que sintió ante las duras arremetidas de Sasuke, acabó nublandole la mente.
-Asi, Sasuke- lo alentó, al poco tiempo sus bocas colisionaban en un profundo y húmedo beso.
***
-¿En dónde te habías metido?
Naruto apenas pudo controlar su nerviosismo al verse frente a su esposo, quien, impaciente, tamborileaba los dedos sobre la mesa. Estaba ebrio de nuevo. Boruto puso mala cara ante su llegada.
-Fui a la barra de ensaladas- se excusó Naruto, tomando asiento rápidamente junto al mayor. Ya no medía sus propias acciones, se estaba metiendo en líos para nada. Solo una aventura amorosa.
"Love affair" solían llamarle en algún sitio.
Ebrio, Madara lo tomó del rostro para besarlo, pero antes de que sus labios se rozaran, se detuvo.
Bajo la mesa, las rodillas de Naruto comenzaron a temblar.
-¿Qué es este aroma?- el cuestionamiento fue acompañado de una suave olfateada en el costado de su cuello. Naruto permaneció con los ojos cerrados en todo momento, hasta que Madara se apartó finalmente. -Vamonos.
No había molestia en el tono. Naruto dejó escapar en aire acumulado y tomó a Boruto de la mano, quien llevaba un dibujo trazado en una servilleta.
-¿Qué es, Boruto?- preguntó curioso, quitandole la servilleta de las manos. El menor sonrió al responder.
-Son mi Sensei y tú.
Tales palabras hicieron que Madara frenara en seco sus pasos.
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