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Beautiful lies por RLangdon

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-Alguien me puede decir a qué elemento quimico me refiero- preguntaba Itachi con su caracteristico porte altivo, recorriendo a los alumnos con la mirada y esperando atento por la respuesta. -Naruto kun- sonrió a medias al detenerse junto al pupitre del bello muchacho. 
 
-¿Lodo?
 
Naruto se rascó la nuca cuando las risas hicieron estruendo dentro del salón. Algo apenado, esbozó una sonrisa y hundió el rostro entre sus brazos, sin saber del todo qué era lo divertido.
 
-Es yodo, Naruto- Kiba rompió en risas a su lado. Palmeó la espalda del rubio por el buen chiste, hasta que el ladrido de Akamaru se hizo presente.
 
Itachi escrutó al castaño con seriedad. Aunque había escuchado perfectamente el ladrido, lo que le molestaba no se centraba en ello, sino en el exceso de confianza para con Naruto. Desde el deliberado beso que le había robado al muchacho días atrás, no dejaba de pensar en él. Más concretamente en ambos. Y es que la atracción que existía entre ellos era innegable. Le gustaba Naruto. Pese a haberse reprimido y rehusado a aceptar sus sentimientos hasta ahora. 
 
-Ejem, lo siento- se excusó Kiba, fingiendo un acceso de tos. E Itachi reanudó la clase para evitar pensar en el acercamiento de antaño. 
 
Una hora más tarde sonaba el timbre del receso.
 
Todos los alumnos se precipitaron hacia la salida. Solo Naruto permaneció en su lugar, observando atento cada movimiento de Itachi, pensando que era el momento de decírselo. No quería esperar más, absolutamente no quería que la farsa continuara. Necesitaba ser sincero con Itachi si quería que la relación entre ellos resultara.
 
-Itachi, tengo que decirte algo- el aludido se posicionó a su lado, su semblante evidenció incertidumbre al advertir la seriedad en la expresión de Naruto. -No creo que estés enamorado de mi...
 
Decir la verdad no tendría porque resultar un obstaculo para nadie. Pero cuando una mentira deriva y se acompaña de otra, la telaraña de falsedad se amplia. Y entonces la verdad queda relegada e inaccesible. Lo más difícil para Naruto no era decir la verdad, sino decirla de una sola vez. Por ello optó por soltarla de a poco. Empezando por lo que consideraba más relevante, sin embargo, por alguna extraña razón, sus labios se negaban a cooperar. Fuera quizá porque en el fondo dudaba que Itachi fuera a aceptarlo con todos sus defectos y perdonarle aquella encrucijada concerniente a la pocima. 
 
La perorata que pretendía ser sincera, acabó volviendose banal al cabo de unos minutos. Arrepentido de su decisión inicial, Naruto se fue yendo más y más por la tangente, comentandole a Itachi una preocupación inexistente sobre los próximos examenes y su escaso conocimiento en los temas, después mencionó lo estresado que se sentía por haberse ausentado de su trabajo a causa de su ineficiente desempeño en clases, y remató con los gastos que se acumularían a finales del mes cuando debía entregar el alquiler. 
 
A pesar de que lo consideraba una tontería de último minuto, Itachi le escuchó atentamente, ofreciendose a apoyarle en todo momento, tanto con los estudios, como con los gastos. 
 
El rostro de Naruto se descompuso en una mueca de verguenza cuando el adulto le tendió el contenido de su billetera para que diera el adelanto del alquiler. Y su pena solo fue a más cuando no supo como deslindarse de sus nuevas y rídiculas mentiras. Quería decirle a Itachi la verdad sobre su trabajo y, había acabado alargando el hilo de mentiras con preocupaciones que no tenían lugar. 
 
-No quiero tu dinero- resopló, devolviendo lo que se le había ofrecido tan comedidamente. -Quiero que me lleves a mi trabajo.
 
Confundido, Itachi guardó el efectivo y se mostró más que dispuesto a acompañarle. 
 
Una vez en el estacionamiento, ninguno de los dos dijo nada. Itachi encendió la radio del vehículo y miró impaciente la expresión mortificada de su alumno.
 
-Si nos ven juntos, te meteré en problemas- murmuró Naruto junto a la ventanilla, mirando cautelosamente en derredor mientras aferraba su mochila sobre su hombro. -Veamonos afuera de mi departamento. Te mostraré en dónde trabajo- se mordió el labio inferior para no añadir nada más que pudiera delatarle. De nuevo comenzaba a dudar sobre todo. 
 
Aunque inconforme, una vez más, Itachi no tuvo más remedio que asentir. A cambio, Naruto le regaló una de sus invaluables sonrisas. 
 
-Te veré en un rato- se despidió con un ademán y siguió su camino.
 

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