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Beautiful lies por RLangdon

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El agua helada sobre su rostro le ayudó no solamente a deshacerse de los residuos de maquillaje, sino también a espabilar un poco. 
 
Cuando Naruto vio su reflejo en el espejo del lavabo, supo que si la culpa pudiera manifestarse a tráves de una imagen, sería la misma que exhibía su propio rostro en esos momentos. 
 
Se sentía sucio, falso, traicionero. Y sin embargo su corazón tenía el atrevimiento de acelerarse por dos personas diferentes que compartían lazos sanguíneos. 
 
¿Cuánto más debía caer para reaccionar? 
 
Amaba a Itachi Uchiha. Su profesor, aquel apuesto y refinado joven de inteligencia sublime. No obstante, Shisui Uchiha no se quedaba tan atrás en galantería. Era córtes, pero también salvaje y apasionado. Ambos por separado poseían cualidades que embelesaban a Naruto. 
 
Aunque Shisui no estaba al tanto de quien era realmente. Él quería a Naruko. Y por ende, Naruto debía darle a quien él quería. 
 
Semanas antes todo lo que deseaba era alejarse de Shisui Uchiha, pero no podía seguir negando lo que su corazón albergaba por aquel joven. 
 
No fue capaz de liberarse a tiempo de sus propias mentiras, y ahora estas amenazaban con engullirle. 
 
En más de una ocasión pensó decirle a Itachi la verdad, como también en multiples encuentros quiso revelarle a Shisui que no era chica. Y sin embargo su cobardía por perderles seguía interponiendose en el medio. 
 
Para cuando llamaron a la puerta, Naruto ya había terminado de organizar un poco su departamento. Abrió, forzó una sonrisa alegre e invitó a pasar al joven. 
 
Tan pronto estuvo dentro, Itachi se apresuró a engullirle la boca. No con menos efusividad, Naruto correspondió al arrebato, fundiendose ambos en un prolongado beso. 
 
Al apartarse, Naruto fue a tomar asiento sobre la alfombra junto a la mesita del comedor, donde ya había dispuesto las guías de matematicas que Itachi le había proporcionado semanas antes. 
 
No le había pasado desapercibida la decepción de Itachi cuando faltó a clases sin justificante. Simplemente le había dicho que tuvo que cubrir otro turno en el restaurante y el tiempo se le fue de las manos.
 
Cuando Itachi empezó con la explicación del primer problema, Naruto intentó con todas sus fuerzas poner atención y concentrarse, pero pasados unos minutos, fue incapaz de retomar el hilo en el segundo enunciado. 
 
Estaba recostado boca abajo, con los codos apoyados en la alfombra y el mentón descansando sobre sus manos mientras sus vivaces ojos azules trataban de seguir la lectura que, en poco tiempo, se tornó pesada y aburrida. 
 
Bostezó dos veces y sus parpados se cerraron. Después no supo nada más. 
 
Itachi se interrumpió bruscamente a mitad de la oración para confirmar lo inevitable. Naruto se había quedado dormido, tal como solía hacer últimamente. 
 
Le preocupaba ser testigo del cambio abrupto del chico. Naruto había pasado de tener una hiperactividad más bien desbordante, a mostrarse cansado y apagado durante las clases. 
 
Lentamente Itachi lo cargó en brazos para dejarlo sobre la cama. 
 
Trabajo, escuela y noviazgo. 
 
¿Sería aquella combinación lo que estaba repercutiendo con su estado de ánimo actual?...
 
Despacio, se alejó de la cama para verlo dormitar un rato. 
 
...¿O habría algo más? 
*
 
-¿Me pasas la sal?
 
Ante la entusiasta petición de su primo, Itachi atinó a asentir pensativo antes de llevar a cabo la acción de entregarle el condimento. 
 
Vio a Shisui masticar sonriente y de muy buen talante su trozo de filete y responder de igual ánimo las preguntas de su padre, quien se había mostrado bastante complacido del súbito cambio de caracter, pues semanas atrás a Shisui le había acometido una suerte de depresión que le acompañaba hasta la empresa. Y ahora, semejante nube de tristeza se había alejado de forma repentina para dar paso a un sentimiento de plenitud que no le era desconocido a Itachi. 
 
Terminada la comida, Fugaku se retiró para regresar al despacho. Shisui le seguiría en pocos minutos, pero a Itachi le carcomía la duda. Había esperado el momento idóneo para formular la pregunta, misma que soltó tan pronto su padre cerró la puerta. 
 
-Entonces, ¿Me vas a decir a qué se debe ese derroche de felicidad?
 
Itachi alzó una ceja y miró interrogativamente a Shisui cuando el silencio se prolongó más de la cuenta. 
 
-No sé a qué te refieres- contestó Shisui al cabo de unos segundos. Después se encogió de hombros y miró el plato casi intacto de su pariente. -¿Te vas a comer eso?
 
Negando con suavidad, Itachi le aproximó su plato. 
 
-Sabes muy bien a que me refiero- insistió algo más severo. -Estás de muy buen humor a diario y pareces...
 
"Enamorado"
 
-Extraño- remató, desviando sus pensamientos al saberse irritado por una vaga y tonta conjetura. 
 
Shisui dejó de comer. Pasó a beber rápidamente su soda de naranja y se limpió los labios con la servilleta. 
 
-¿Recuerdas a la chica que saca las copias en la empresa de mi tío?-  preguntó mirando hacia la puerta.
 
Itachi pareció pensarlo un momento. Sus cejas dejaron de tensarse repentinamente. 
 
-¿Te refieres a Izumi?
 
Cómo no recordar a la chica con la que asistía al jardín de niños y la escuela elemental. Izumi había estado enamorada de él desde su infancia, pero solo habían sido amigos antes de que su padre lo transfiriera a un colegio de paga. Sabía vagamente por su padre que ella servía de secretaria actualmente en la compañía, y saber que Shisui mostraba repentino intéres hacia ella, le había aliviado sobremanera. 
 
-Si- Shisui volvió a beber despreocupadamente de su refresco. -Izumi es linda y considerada. Quizá me reúna más tarde con ella en la empresa. Podría invitarle un café. 
 
Itachi asintió, ya sin ánimos de seguir preguntando. Suspiró un poco más aliviado y decidió beber su vaso con agua para aplacar la resequedad que, de pronto, le había acometido.
 

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