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Beautiful lies por RLangdon

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Naruto se entretenía viendo por la ventanilla del coche, experimentando cierto malestar en el estomágo a medida que el vehículo dejaba atrás la avenida. Luego dejó de observar el paisaje para mirar directamente su reflejo en el vidrio.
 
¿Qué estaba haciendo? 
 
Itachi ni siquiera pretendía anunciar su llegada con antelación, y tampoco tenía la certeza de que Shisui no estaría presente como la vez pasada. Si se presentaba siendo él mismo, ocasionaría demasiado dolor. No solamente a Shisui por haberselo ocultado, sino también a los padres de Itachi. 
 
Aún recordaba la expresión de anhelo que tenía Mikoto cuando le previno de tener nietos muy pronto. 
 
Definitivamente no iban a aceptarlo. 
 
Y Shisui...tenía que hablar con él antes y decirle la verdad. 
 
-¿Podrías detener el coche? - preguntó, mordiendose el labio y conteniendo a duras penas las lágrimas. Aferró la manija de la puerta e Itachi le observó completamente confundido. 
 
-Estamos a cinco calles de mi casa-contestó, girando la llave contra su voluntad para apagar el motor. -¿Qué pasa?- inquirió intrigado. Sus ojos lo recorrían de lado a lado, buscando una respuesta convincente en el rostro ajeno. 
 
Había un letrero junto al coche que anunciaba el cambio de cruce. Naruto volvió su atención a él para no tener que seguir viendo los inquisitivos ojos de su profesor. 
 
-Tengo que pensarlo- declaró, forzando inútilmente la puerta. Previniendo aquella reacción, Itachi acababa de accionar los seguros y ahora estaba atrapado. Acorralado entre sus mentiras e indecisiones. 
 
-No estaremos mucho tiempo- dijo Itachi en tono conciliador ante la mirada dolida de su acompañante. -Solo quiero que te conozcan. Necesito que mis padres sepan de una vez que no eres una chica.- al no tener respuesta, suspiró. -Tendrán que aceptarte o perderme a mi. Nos iremos tan pronto se enteren. Te dejaré en tu departamento e iré a dormir a un hotel. 
 
Consternado, Naruto sentía que se hundía más y más en la tristeza. 
 
¿Cómo había permitido que las cosas llegaran a tales extremos? 
 
Cuando había deseado que Itachi fuera franco con su familia, no lo había hecho. Y ahora, ahora era muy tarde. No podía herir a Shisui de esa forma, o permitir que Itachi se enterara de lo que tenían. Estaba en una absurda encrucijada. 
 
-Solo unos minutos- repitió Itachi la petición. Naruto soltó la puerta, se volvió hacia el joven y accionó rápidamente los seguros para bajar y emprender la huida. Conforme se alejaba, escuchó perfectamente el llamado de Itachi, pero no se detuvo hasta llegar a su casa. 
 
Ya en la cama Naruto decidió apagar el telefono. El miedo de sus propias acciones lo había succionado por completo. No sabía cómo hacer frente a la situación. Había permitido que sus sentimientos se mezclaran entre dos personas y ahora estaba condenado a elegir. Tenía que herir los sentimientos de uno de ellos, tenía que sincerarse o los perdería a ambos. 
 
En medio de las lágrimas, apagó la lampara de su cómoda y se sostuvo la cabeza. No podía pensar en ese estado. 
 
A pesar de que intentó varias veces dormir, no lo consiguió. Hasta el amanecer no pudo dejar de pensar en todo lo acontecido desde que había comprado la pócima. Aquella sustancia había sido el inicio de sus problemas. Pero nada podía hacer para revertir los hechos. Él había tomado una desición al comprar la pócima, y debía elegir nuevamente a quien amaba en realidad.
 
Con la angustia plasmada en el rostro, se levantó para darse un baño.
*
 
Itachi apenas si pudo probar bocado del desayuno. La conducta de Naruto con respecto a él le anunciaba una futura ruptura. 
 
Naruto se veía desinteresado en la asesoría que le daba para mejorar sus notas, en sus citas parecía tener siempre prisa y ahora esto. No solo no había querido que lo presentara a sus padres, sino que encima le había dicho que "tenía que pensarlo"
 
¿Qué cosa debía pensar, en su relación? ¿En qué se estaba equivocando o qué era lo que le hacía falta para que tuviera que meditar en lo que tenían?
 
-Tía Mikoto.
 
La voz de Shisui en el pasillo terminó con su escaso buen humor matutino. Dejó los waffles a un lado y se apresuró a beberse el resto del café para tomar su maletín de la mesa. 
 
Debía impartir clases en menos de media hora. No podía estarse lamentando cuando ni siquiera tenía contexto para pensar. Naruto debía explicarle qué le ocurría y tal vez todo podría seguir como antes. 
 
-Comadreja, ¿Por qué tanta prisa?
 
Cuando Shisui se interpuso en su camino, Itachi exhaló profundamente agobiado. Realmente no quería retrasarse porque debía hacer algunos repasos para el próximo examen que daría. 
 
-Shisui, no puedo hablar ahora. Tengo que...- al principio no lo vio, pero al acercarse otro paso, un profundo hueco se abrió en la boca de su estómago. 
 
Shisui parpadeó confundido ante el semblante palido y perplejo de su primo. 
 
-¿Qué?, ¿Qué pasa? 
 
En silencio, Itachi lo hizo a un lado y siguió su camino. En su retina había quedado impresa la visión de un largo cabello dorado en el cuello del saco de su pariente. 
 
Su mente se volvió un lío, y le tomó al menos cuatro intentos poder encender su propio coche. 
 
-Maldición- molesto, golpeó el volante y arrancó justo cuando Shisui salía para preguntarle por su extraña reacción. 
 
Camino a la escuela se saltó dos semaforos. No se detuvo hasta llegar al estacionamiento. Difícilmente aparcó en su lugar de siempre y se quedó un rato inerte, con la mandíbula tensa, mirando al frente y sosteniendo con desmedida fuerza el volante en un burdo intento de tranquilizarse. 
 
Ahora todo empezaba a cobrar sentido. 
 
"Asi que era eso" 
 
Poco a poco dejó de aferrar el volante y permitió a sus brazos caer a los costados. Sentía una molesta resequedad en la garganta y tenía los labios tan tensos que, sabía que de intentar decir algo, lloraría. 
 
Pero el era un Uchiha. Y ningún Uchiha lloraba. Estaba terminantemente prohibido. Su padre se lo había inculcado muy bien. 
 
Tuvo que lidiar por varios minutos con una lucha interna que debatía sus deseos por ir a romperle la cara a su primo o buscar a Naruto para exigirle una explicación. Cuando sus ganas de regresarse cobraron fuerza, lo vio llegar. 
 
Naruto entró corriendo al salón e Itachi hizo acopio de todas sus fuerzas para controlarse. 
 
No podría dar la clase si no se tranquilizaba. 
 
Irritado, se retiró una solitaria gota del lágrimal derecho, carraspeó para aclararse la garganta y se dirigió al salón de clases. 
 
Su primer intento de abordarlo fue fallido pues Naruto se encontraba rodeado de sus amigos y compañeros. Asi que Itachi se vio obligado a ir directamente al escritorio. Puso su portafolios sobre la mesa y pasó lista. Esperaba poder confrontar visualmente al Uzumaki pero este se limitó a alzar el brazo cuando lo nombró. 
 
Reprimiendo el enojo, Itachi sacó el libro de ejercicios. Su mente maquinaba sin cesar. 
 
¿Cuánto tiempo? 
 
Recordó la expresión de alegría en Shisui, la reticencia de Naruto por ir a su casa. 
 
Con firmeza, anotó un ejercicio en el pizarrón. No podía esperar. Necesitaba saberlo. Quería comprobar que su mente no le estaba haciendo una mala jugada al redirigirle hacia algún malentendido.
 
Presto a averiguarlo, Itachi ignoró las manos que varios de sus alumnos habían levantado en pos de responder. 
 
-Naruto kun- llamó con cierta molestia en el tono. No podía evitarlo. No era ni siquiera dueño de sí mismo en ese momento. 
 
Algo turbado, Naruto se levantó. Tenía las mejillas encendidas y la mirada perdida, pero Itachi lo atribuyó a los nervios. Lo vio arrastrar los pies hasta llegar a la pizarra. Se acercó para susurrarle su duda al oído pero nuevamente las emociones lo dominaron al tenerlo cerca. Si pronunciaba aquella fatal palabra, se desharía otra vez por dentro. No era el momento. Aún no. 
 
Le entregó el marcador que Naruto tomó débilmente. Itachi estaba al tanto de que no había estudiado. Y ahora creía comprender la razón, más no la aceptaba. 
 
Naruto deslizó la punta para trazar una letra que se convirtió en una irregular e interminable línea recta cuando sus rodillas tocaron el suelo antes de que se desplomara. Una exclamación de sorpresa resonó en el espacio.
 
-¿Naruto kun?
 
Itachi lo tomó de ambos brazos y, al ver que no reaccionaba, colocó su palma sobre su frente. Estaba hirviendo en temperatura. 
 
-¡Traeré a la enfermera!- se ofreció Kiba antes de salir corriendo del salón. 
 
Itachi se mordió con fuerza los labios antes de decidirse a cargarlo en brazos. 
 

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