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Beautiful lies por RLangdon

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Nota: Este capítulo se lo dedico a Akane-Uzu-Uchi con motivo de su cumpleaños. Sé que es mañana, solo que me surgió un compromiso y probablemente no pueda publicar mañana, asi que mejor prevenir. 
 
**
 
Por la forma en la que Shisui lo veía al acariciarle con suavidad las mejillas con los pulgares, Naruto se sintió incapaz de comunicarle su encuentro con Itachi en el colegio. No se sentía en condiciones de relatarle que él ya se había enterado días atrás de su regreso a la ciudad y, además, supuso que Shisui mantenía una especie de barrera hacia todo lo que concernía a su primo. Ya fuera por mera rivalidad entre ellos o debido a cómo se habían dado las cosas entre los tres hasta desembocar en una situación terriblemente molesta. El hecho era que Shisui nunca hablaba de Itachi. Procuraba censurarle en todas las conversaciones que tenían que ver con trabajo o familia, pese a que Itachi debería ser un tópico usual en ambas, puesto que eran parientes y trabajaban en la misma empresa. 
 
Naruto cerró los ojos ante el sorpresivo beso, recostandose de espaldas en el colchón tan pronto Shisui lo empujó con firmeza del pecho. 
 
Definitivamente no era el momento de comentar su encuentro con Itachi. 
 
Intentó infructuosamente concentrarse en el cálido y lascivo beso, responder con torpeza a las caricias repartidas por toda su anatomía, trató de borrar la imagen de Itachi entre cada roce de lenguas...
 
"Te amo, Naruto."
 
Pero no pudo.
 
Tuvo que incorporarse, interrumpiendo de golpe las acciones de su novio y, al reparar en la mirada llena de extrañeza que Shisui le dirigía, volvió a acercarse para besarlo, excusándose poco después, alegando que se sentía cansado. 
 
En parte así era. Le agotaba su eterno ir y venir entre devaneos románticos. Ahora amaba a Shisui. 
 
Pero seguía queriendo a Itachi. 
 
Corrección, seguía amandolo. 
 
¿Por qué no podía simplemente decidirse y estar con uno de ellos? 
 
No importaba qué hiciera, seguía pensando en uno al estar con el otro. Con Itachi había sido lo mismo al comienzo de su relación. Ahora que Itachi regresaba para decirle abiertamente que lo perdonaba y que aún lo amaba, sus sentimientos volvían a ser confusos. 
 
-Mañana debo trabajar turno doble- le avisó Shisui desde la orilla de la cama, poniendose el saco. 
 
Naruto esbozó una sonrisa comprensiva. 
 
-También debo ayudar a Haku en el restaurante- anunció, yendo de vuelta a gatas sobre la cama para abrazar a Shisui de la espalda. 
 
Solo era un crío egoísta y confundido, con un corazón que se dividía entre dos personas. 
*
 
-¡Orden treinta y cuatro!
 
Cuando Áyame pulsó la campanilla, Naruto casi derrapó hasta la ventanilla de la cocina del restaurante. Maniobró con la bandeja y casi cayó en un descuido al aproximarse a la tercera mesa junto a la entrada. 
 
Odiaba cuando se juntaba la clientela porque no les daban un solo respiro. Ni siquiera había tenido tiempo ese día para comer su infaltable tazón gratis. Daba igual. Podría llevarse uno y cenarlo en su departamento. Shisui también le había comentado que tendría mucho trabajo ese día, asi que no se verían hasta mañana. 
 
-Que pesado- terminando de entregar el último pedido, tomó asiento en una de las pocas mesas vacías y se aireó un poco el pecho con uno de los servilleteros. 
 
El uniforme era fresco, pero estaba demasiado entallado y al correr un buen rato entre las entregas, se sentía acalorado. 
 
-Eh, disculpe. Enseguida lo atiendo- murmuró sin dignarse a mirar al osado cliente que se había sentado en la otra silla. Era ingenuo por creer que su trabajo acabaría cuando terminara con la repartición de pedidos. Aún quedaba hora y media para cerrar. 
 
Iba a levantarse cuando el atrevido comensal lo tomó de la muñeca, con tal fuerza que prácticamente lo obligó a sentarse de nuevo. 
 
Entre repetitivos parpadeos confusos, Naruto fue a replicar, pero toda queja murió en medio de su garganta cuando los incisivos y profundos ojos negros de Itachi Uchiha le escudriñaron con aplomo.
 
-En la escuela actúas como si no me conocieras. Aún después de lo que te dije, sigues ignorandome. 
 
Naruto se volvió despacio hacia él. Los ojos de Itachi despedían un destello rojizo intermitente bajo la potente luz del restaurante. 
 
-Me tratas como si nunca hubiesemos tenido nada- continuó el Uchiha con su semblante impasible. -Aún después de haberme engañado.
 
Fue la última frase la que logró hacer reaccionar a Naruto. La increpación había llegado, tarde, pero lo hacía. Aquello por lo que tanto temió en el pasado, se materializaba ahora a modo de queja.
 
-Y decidiste huir de la ciudad sin decir una sola palabra en lugar de encararme- las palabras salieron por si solas. Era el impulso y el enojo lo que le orillaba a expresar abiertamente su tardío reclamo. Aunque estaba consciente de que la culpa era exclusivamente suya, pero le dolía ver a Itachi haciendo lo que debió hace meses. Quizá las cosas habrían sido diferentes entonces, pero ¿Qué caso tenía que lo confrontara ahora?
 
-Me fui porque te amaba- expresó Itachi en el mismo tono neutro, apenas evidenciando un leve rastro de dolo al contraer las comisuras con suavidad. -Me alejé porque no soportaba la idea de perderte. Y porque no podía aceptar que me traicionaras con mi propio primo.
 
Bien. Lo había dicho. Y aunque le mortificó un poco la expresión alícaida de Naruto, debía sacarse esa maldita espina de una vez por todas. 
 
-¿Por qué con él, Naruto?- le increpó, sosteniendole la mirada. Las pupilas azules del Uzumaki se habían puesto vidriosas por las lágrimas que tan forzosamente estaba reteniendo. -Habiendo cientos, no- se corrigió. -Miles de tipos en la ciudad, y tenías que ir a liarte con Shisui. Dime ¿Tan bueno es en la cama que no te importó denigrarte para poder estar con ambos?
 
El semblante entristecido se había ensombrecido ante las hirientes palabras. Naruto apenas si podía controlar el temblor de sus labios. Cabizbajo, apretó con fuerza los puños. 
 
-No era por eso- se defendió. -Shisui también bebió la pócima y no dejaba de pedirme una oportunidad. Era mi culpa y pensé que si salía con él una vez, se olvidaría de mi y me dejaría tranquilo. 
 
-Maravillosa acción altruista de tu parte- escupió Itachi, reacio a dejar las cosas asi. Se había prometido no acercarse de nuevo a Naruto. Después, deseaba recuperarlo y ahora...ahora no podía ceder en su intento por devolver un poco el daño que le había causado. -Lo que te dije antes aún lo sostengo- admitió a su pesar. -Te sigo amando. No volví por ti, pero tu maldito recuerdo me sigue a todas partes. Quisiera que nada hubiera ocurrido entre mi primo y tú, pero no hay manera de remediarlo. 
 
Entre una gruesa estela de lágrimas Naruto le vio levantarse de la mesa. 
 
-Mi solución es borrar al obstáculo como debí hacer desde el comienzo- profirió a Itachi en voz baja, pero lo suficientemente fuerte para que Naruto lo oyera. -Pediré a mi padre que despida a Shisui- remató, yendo hasta la salida. 
 
Naruto boqueó confundido un par de veces, sin terminar de procesar el asunto. Indeciso, se mordió el labio. 
 
Si dejaba que Itachi se fuera asi, seguramente cumpliría con su amenaza y haría que despidieran a Shisui de la empresa. 
 
-¡E-Espera, Itachi!- gritó, levantándose de un salto y precipitandose hacia la salida, sin importarle los insistentes llamados de Áyame a sus espaldas. 
 
Aún vestido con el uniforme, corrió hasta Itachi y, todavía dudoso, lo tomó de la mano en un intento por frenarle. 
 
-No lo hagas- pidió, envolviendolo en un firme abrazo que mezclaba todo tipo de sentimientos encontrados. -Tu no eres así, Itachi. Te conozco.
 
-Y yo creía conocerte a ti, Naruto- le espetó Itachi, forcejeando por liberarse de su abrazo. Entonces notó los brillantes ojos azules, aquella expresión aniñada y frágil que tanto amaba. 
 
Y no pudo poner más resistencia a su inútil negación. 
 
Tomó a Naruto de la cintura y estampó sus labios en un beso rudo, casi hostil. La sorpresa fue tal, que Naruto no opuso la menor resistencia. 
 
-Debí imaginarlo. 
 
Lo siguiente ocurrió tan precipitado como el beso. Naruto parpadeó perplejo cuando el cuerpo de Itachi salió repelido a causa de la certera patada a su costado. 
 
Otro revés lo derribó, pero Itachi fue presto a ponerse de pie, con la comisura sangrando y tambaleandose un poco a causa del fuerte golpe recibido. 
 
El golpe fue devuelto cuando Shisui se disponía a arremeter otro puñetazo, siendo esta vez su turno de trastabillar hasta chocar con uno de los automoviles estacionados afuera del restaurante.
 
-¡Basta!- envuelto en una vorágine de temor y escepticismo, Naruto quiso separarlos, pero ninguno de los Uchiha hizo el menor caso. Sangrando profusamente y enfrascados en la riña, seguían lanzando golpes a diestra y siniestra contra su adversario. 
 
Cuando Itachi cayó de espaldas sobre el pavimento, Shisui se había subido a horcajadas para tomarlo del cuello con el objetivo de conectar un nuevo golpe, pero se detuvo al oír la voz quebrada a su espalda. 
 
-No quiero volver a verlos. 
 
Shisui fue tardo para reaccionar, pues se sentía mareado y desorientado a causa de los golpes. Itachi lo empujó a un lado para levantarse pero se tambaleó al intentar andar tras de Naruto. 
 
-Es tu culpa- murmuraron al unísono.
 

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