Tras varios minutos de espera, Itachi se vio obligado a tomar la lista de asistencia mientras echaba un rápido vistazo hacia la puerta y, enseguida, hacia el reloj sobre la pizarra.
Nada.
Ya habían transcurrido los quince minutos de tolerancia. Era el cuarto día que Naruto faltaba al colegio. Desde el altercado que había tenido con Shisui afuera de Ichiraku, no había tenido noticias suyas. Los primeros dos días, creyó que sería prudente darle su espacio, pero comenzaba a preocuparse. Quizá más de lo que debería.
"Tengo que buscarlo" pensó con angustia cuando terminó de pasar lista con el mismo resultado infructuoso. Una sola falta más y Naruto tendría citatorio.
**
Pasada una hora desde la última vez que golpeó la puerta, Shisui optó por sentarse y recargarse contra ella. Apoyó su cabeza contra la madera e inspiró hondamente.
Ya se había cansado de aporrear y todas sus llamadas iban al buzón desde hace cuatro días. Había intentado hablar con el casero del edificio, pero la respuesta era la misma. No podía proporcionar información confidencial de los inquilinos.
Shisui solo quería saber si Naruto se encontraba bien. Lo echaba muchísimo de menos. Necesitaba sus besos, sus abrazos, sus tiernas palabras y las dulces sonrisas que le dedicaba.
¿Por qué motivo había permitido que todo se fuera a la mierda?
Los celos se habían apoderado de él cuando vio a Naruto besándose con Itachi. Aquel fatídico día había discutido con su tío para que lo dejara salir temprano. Quería sorprender a Naruto con su llegada, pero la sorpresa se la había llevado él cuando los vio juntos. Aunque sospechaba que la culpa del beso era de su primo, lo mismo que las horas laborales extras que tenía que cubrir a diario desde su llegada.
Esa comadreja debía estar igual de prendado de Naruto que él. Era fácil suponer que no tiraría la toalla así de sencillo. Daría pelea, y Shisui estaba más que dispuesto a sostenerla, pero no si ello implicaba perder a Naruto.
Diablos. Todo iba tan bien entre ellos.
-Naruto- habló en voz alta, golpeando una vez más mientras apoyaba su oído contra la puerta.
No obtuvo respuesta.
-Solo quería decirte que lo lamento- se tragó el orgullo para poder pronunciar aquello. -Lamento haber peleado con Itachi. Lamento no haberte escuchado cuando pediste que me detuviera- pese al enojo que le había nublado la mente, recordaba vagamente lo sucedido. -No me hagas esto. No me dejes así.
Pero sus súplicas, por más sinceras, no fueron escuchadas.
Solo quedaba una cosa por hacer.
*
-No- sentenció Itachi segundos antes de dar un pequeño sorbo a la taza de café. Habían acordado reunirse en una cafetería por insistencia de Shisui.
Desde que había leído su mensaje, Itachi se había rehusado, pero ante las múltiples llamadas no le quedó más remedio que contestar, aferrándose a la futil esperanza de que Shisui tuviera noticias de Naruto. No solamente no había sido ese el caso, sino que encima Shisui le sugería que lo buscarán juntos.
Tenía que estar de broma si pensaba que Itachi iba a hacerle compañía en la búsqueda. Naruto le preocupaba y mucho, pero era una idea absurda aliarse con quien le había traído todos los problemas en primer lugar. De no haberse interpuesto en su relación, Itachi aún seguiría saliendo con Naruto y nada malo habría ocurrido. No habría resentimiento entre ellos, ni peleas, así como tampoco la desaparición repentina del Uzumaki.
-Lo encontraríamos más rápido si lo buscamos juntos- repitió Shisui, sosteniendo la mirada de su pariente. No pretendía ceder en su intento de convencimiento. -Naruto podría estar en problemas ahora mismo y si seguimos con este jueguito tonto del tira y afloja, no llegaremos a ningún lado.
La mirada de Itachi, que hasta entonces destilaba odio, fue apagándose progresivamente.
Detestaba admitirlo, pero en eso Shisui tenía un muy buen punto. Naruto no asistía a clases y tampoco parecía encontrarse en su departamento.
¿Qué opciones les quedaban?
-El restaurante- empezó a decir pero Shisui negó enfáticamente, descartando pronto la idea.
-Ya he ido todos los días en diferentes horarios- reconoció. -Ni sus compañeros ni la hija del dueño del restaurante han tenido noticias suyas. Todos lucían muy preocupados.
Itachi revolvió el café con la cucharilla, pensativo.
-¿Conoces a algún conocido de Naruto que viva cerca?
Casi enseguida, intercambiaron miradas. Había una persona que posiblemente supiera sobre el paradero actual del Uzumaki.
*
-¿Y bien?
Itachi reformuló la pregunta ante la reticencia del muchacho. No quería emplear la fuerza física, pero si no había remedio...
Sujetando con fuerza al muchacho, dirigió una mirada interrogante a Shisui, quien rápidamente le hizo a un lado para tomar a Kiba del cuello del uniforme, alzándolo con suma facilidad a la altura de su rostro.
Había sido difícil interceptarlo cerca del callejón junto al colegio, pero la conducta del Inuzuka ya era sospechosa de por sí.
-Les dije que no se en donde esta ese cabeza hueca- gruñó Kiba, sosteniendo con dificultad los brazos de su agresor para que lo bajara. Llevaban preguntándole lo mismo desde hace diez minutos y, el asunto parecía ir para largo.
-Tal vez necesites que te refresquen la memoria, si mal no recuerdo sueles aguardar por Naruto después de clases- la voz de Shisui se tornaba amenazante a medida que gesticulaba, lo mismo que su agarre se hacía más rudo. Tenía un vago conocimiento de la amistad que ese par llevaba, pero Naruto se veía mas con él que con cualquiera de sus compañeros. Tenía, pues, que saber algo, por mínimo que fuera.
-Ah, ya recordé algo- balbuceó Kiba. -La última vez que lo vi, me pidió que les diera un mensaje a ambos.
Shisui aflojó poco a poco su agarre, entre expectante e incrédulo de las palabras del muchacho.
-Dijo que...- en cuanto se supo en el suelo, Kiba escupió a Shisui en el rostro. -Se fueran al diablo- y echó a correr, tan rápido como le era posible.
Limpiándose el rostro con el antebrazo, Shisui se disponía a cazarlo, pero Itachi lo detuvo, negando con la cabeza en desaprobación.
-Deja que se vaya- suspiró casi resignado. -Aún si sabe donde está, no nos lo dirá.
-¿Otra idea?- preguntó Shisui enfadado.
Itachi lo meditó un momento antes de dar a conocer su siguiente respuesta.
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