No había terminado de quitarse la peluca cuando Shisui tiró de su brazo para sacarlo del restaurante.
Naruto apenas contuvo la risa cuando escuchó atronar a sus espaldas el reclamo del viejo Teuchi. Siempre que Shisui iba a recogerlo pasaba lo mismo. En esta ocasión el Uchiha había llegado diez minutos antes de que finalizará su turno y prácticamente lo secuestraba para sus propios fines. Unos que a Naruto nunca desagradaban.
Riendo cuál adolescentes enamorados, corrieron tomados ahora de la mano hasta el coche de Shisui.
Apenas Naruto se acomodó en el asiento del copiloto cuando Shisui lo atrajo del rostro para besarlo con un apasionamiento aturullante.
Una y otra vez se besaron como si fuera la primera y última vez que lo hacían. El anhelo flotaba entre ellos, tan potente como el deseo que sentían el uno por el otro.
-¿A dónde iremos?- jadeó Naruto al apartarse forzosamente de los labios del Uchiha. Esperaba que el severo regaño que le daría Teuchi al día siguiente valiera la pena.
Con los labios enrojecidos por los besos, Shisui sonrió y alzó un par de boletos para que Naruto los viera.
-Un concierto de rock. Apuesto a que nunca has ido a uno, ¿o si?
Emocionado, Naruto negó en ademán. Las sorpresas le llovían siempre que era el turno de Shisui para las citas. A ese ritmo recorrerían toda la ciudad antes de un año.
-Naruto.
El aludido bajó los boletos, desconcertado al notar el cambio en el semblante, ahora imperterrito, de Shisui.
-¿Qué ocurre?- preguntó con un suave titubeo de por medio. Sin embargo la sonrisa de Shisui volvió a aflorar mientras susurraba a mitad de otro beso.
"Te amo"
En ningún momento Naruto dudó de ello.
*
El concierto había tenido lugar en la plaza del centro de la ciudad. Y aunque el lugar estaba abarrotado, había sido una experiencia gratificante asistir acompañado de Shisui. Las ovaciones se habían vuelto ensordecedoras al cabo de pocos minutos de presentarse la banda que inauguraría el concierto.
En el ambiente se respiraba adrenalina pura.
Estruendos, gritos, murmullos resonando alrededor junto al coro de las primeras canciones.
Acabado el primer tiempo, Naruto se había excusado para ir por una botella de agua hacia uno de los puestos superiores de las gradas. Shisui había accedido a acompañarlo, pero Naruto no quería que se perdiera un solo momento, por lo que se ofreció a traer él mismo algunas botanas. Después de todo Shisui había pagado las entradas. Era lo justo.
Llegar a las gradas le había costado más esfuerzo del que creyó en un comienzo. El público se había multiplicado y Naruto se sorprendió mirando a la multitud esparcida abajo cuando pudo llegar al puesto de los jugos.
Acabada su compra, fue por unas palomitas. Todavía se entretuvo un rato mirando los posibles postres cuando vio la cortina violeta ondulando gradas más arriba.
Naruto vio toda una variedad de puestos que iban desde camisetas grabadas hasta banderines, pero lo que llamó su atención realmente fue la rubia mujer voluptuosa sentada en un banquillo, tenía las manos entrelazadas bajo su barbilla y una botella de sake sobre su puesto junto a la brillante esfera de cristal.
-Usted- Naruto, que no era dado a las delicadezas, la señaló con el índice antes de dejar su mercancía en una de las gradas para acercarse.
En las pupilas mieles brilló un aparente dejo de reconocimiento al verle.
-Lo siento- esbozó una sonrisa tirante mientras señalaba el letrero de su puesto. -No se admiten reclamaciones.
Naruto negó con la cabeza, embargado por una emoción profunda que le recordó todos los sinsabores que había atravesado a raíz de la pócima.
-No quiero reclamarle. Quiero darle las gracias por la pócima de amor que me vendió hace tiempo.
Tsunade inspiró hondo al contestar.
-El chico del monedero de sapo- su sonrisa se extendió al ver que Naruto se ruborizaba. -Tengo más afrodisíacos por si te apetece uno.
-¡¿Qué?!- se escandalizó Naruto ante la abrupta e inesperada confesión. -¿Afrodisíaco?
Guiñandole un ojo, Tsunade le hizo entrega de un pequeño frasco de dimensiones similares al primero que le había vendido.
-¿Entonces no es para enamorar?- la alegría lo invadió al salir de su duda cuando Tsunade negó al cuestionamiento. Desde siempre Naruto había temido que los sentimientos de los Uchiha no fueran sinceros, con el tiempo lo había superado, pero enterarse ahora de que aquella pócima había propiciado solamente el deseo corporal de ambos, le hacía sentir más seguro consigo mismo.
Itachi y Shisui de verdad lo amaban, le querían por quien era, no por una tonta pócima.
-No la quiero- se rascó la nuca con nerviosismo y sintió un cosquilleo en el estómago al ver a Shisui buscándole en las gradas inferiores. -Gracias, abuela- agradeció con una reverencia antes de alejarse, comprendiendo que, a veces, el destino de las personas ya estaba dictado.
Conocer a Itachi y Shisui había sido hasta entonces lo mejor que le había pasado en la vida.
-¡Shisui!-le llamó con una sonrisa de oreja a oreja. Tenía que disfrutar ese día al máximo. La próxima cita era con Itachi.
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