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¡Te Tengo! por Liss83

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La noche era tranquila, Bucky se había despertado con la necesidad de ir al baño, donde aprovecho para verse al espejo. Despeinado, sus ojos achinados por las horas de sueños y un hilo de baba seca en la comisura derecha de su boca fue la imagen que le devolvió el espejo mientras se lavaba las manos después de hacer sus necesidades. Sonrió con ganas. Era feliz. Sam lo hacía feliz. Atrás había quedado el soldado del invierno y sus asesinatos, la culpa por la muerte de su familia y en su corazón su recuerdo intacto.

Se había vuelto común encontrarse con ellos en el reino de los sueños y hablar de lo feliz que era por fin. Casi tanto como cuando los tenía con él

 

 

 

Regresó a la habitación y se metió en la cama, y en los brazos de Sam que dormía como si fuese una piedra

 

 

 

-          Te amo – dijo Sam en dormido

-          Y yo a ti – dijo Bucky cerrando los ojos

-          ¡Por favor Riley, no me dejes! – gimió Sam – ¡Riley! ¡No por favor!

-          ¿Sam? – dijo Bucky mirándolo – despierta – dijo al notar que el moreno estaba en medio de un pesadilla – Sam

-          ¡Riley! – grito Sam sentándose en la cama

-          Tranquilo – dijo Bucky abrazándolo – ¡te tengo!

-          ¡Bucky! – dijo Sam reconociéndolo

-          Fue un mal sueño

-          Si – contesto Sam aferrándolo contra su pecho mientras cerraba los ojos – lo siento ¿te desperté?

-          Me levante al baño – dijo Bucky – voy por algo de…

-          Quédate aquí, por favor – dijo Sam

-          Te amo – dijo Bucky besando suavemente los labios antes de acomodarse en su pecho. Sin embargo una duda se instaló en su pecho ¿Quién era Riley y porque Sam dijo un “te amo” tan doloroso?

 

 

 

Si expresase esa duda en voz alta tal vez incomodaría a Sam pero en verdad le intrigaba. Si mal no recordaba, Torres le había dicho alguna vez que tal vez su relación podría ayudarle a Sam a salir de esa espiral. En aquella ocasión había querido preguntarle a que se refería pero una llamada de Shuri había entrado y después no se había vuelto a presentar la ocasión. Tal vez iba siendo hora que él propiciase esa ocasión, después de todo no lo movían los celos, sino la preocupación por quien se ama

 

 

 

Sam despertó solo en la cama pero con el inconfundible aroma del café recién hecho. Se giró para quedar de espalda y respiro hondo clavando su mirada en el techo  mientras imágenes de su pesadilla de hacia unas horas invadían su mente. Colocó su brazo derecho sobre sus ojos y trato de pensar en una excusa lógica para esquivar la conversación que Bucky querría tener. Ese no preparaba el café especial por nada

 

 

 

Después de pensarlo por varios minutos decidió enfrentarlo y se levantó de la cama, se dio una ducha fría, y se vistió con un pantalón blanco de lino y un polo plomo. Salió de la habitación y se enfilo hacia la cocina, en el trayecto tanto su gato Fígaro como Alphina, la gata de Bucky, lo saludaron. Entró a la cocina mientras el sargento lanzaba una carcajada. Solo existían dos personas, después, siempre después, de él con las que su novio podía reír de esa manera

 

 

 

-          Aja – dijo Shuri a través de la pantalla de teléfono que Bucky tenía enfrente, quien le daba la espalda a la puerta – allí está el secuestrado

-          ¿estoy secuestrado? – dijo Sam mientras Bucky se giraba sonriendo para verlo – buen día amor. Majestad

-          Buen día, Sam – dijo la reina Ramonda

-          Buen día cielo – dijo Bucky sonriendo mientras le daba un beso suaves en los labios a su pareja

-          Madre debemos actuar de inmediato – dijo Shuri – Sam ya está besando a su secuestrador

-          ¿De qué me perdí? – dijo Sam

-          A ver – dijo Bucky mientras Sam lo abrazaba por la cintura – madre llamo para preguntar cuando iremos a Wakanda de nuevo y hacer oficial – haciendo gestos de comillas – lo nuestro. Y Shuri dice que dado que le caigo bien como cuñado, te adoptara a ti como hermano, con eso que sus nombres empiezan con la misma letra

-          Gracias – dijo Sam a la joven

-          El problema viene aquí – dijo Bucky –. Quiere una visita cuanto antes y quiere que Sarah y los niños también vayan

-          Oh… eso si es un problema – dijo Sam

-          Exacto – dijo Bucky – si Sarah y Shuri se conocen…

-          Estamos fritos tú y yo ¿cierto? – termino Sam – pero somos valientes y tenemos… un brazos de vibranium, un escudo también de vibranium

-          No te olvides de las alas – dijo Bucky – también de vibranium

-          Cierto – dijo Sam – ¿y ellas que tienen?

-          Solo una montaña de vibranium y tecnología de punta – dijo Shuri

-          Sabe intimidar ¿cierto? – dijo Sam y Bucky asintió – hablare con Sarah y le diré que están invitados a Wakanda

-          Sabía que iban a decir eso – dijo Shuri tecleando en su Tablet – hola Sarah – y la Wilson se unió a la conversación

-          Hola – dijo esta

-          ¿Cómo hizo…? – preguntó Sam

-          Es Shuri – dijo Bucky

-          Entonces que – dijo Shuri – ¿Cuándo nos visitan? – Bucky y Sam se miraron en medio de una carcajada

 

 

 

_____________________

 

 

 

Sam había tenido que ir a una reunión en S.H.I.E.L.D la mañana de ese sábado por lo que Bucky había decido llevar algunas cosas a la buhardilla que no necesitaría pero de las que no se quería deshacer, entre ellas un par de fotos de T’Challa. Sabía que era lo correcto. Que debía dejarlo ir si quería realmente crear algo permanente con Sam, aunque en el fondo, y tal como Sam le había dicho una vez, su esposo y su hijo siempre formarían parte de su vida, y eso estaba bien, siempre y cuando fuese sin dolor.

 

 

 

Sonrió viendo algunas fotos del difunto rey con él en momentos familiares, por lo cual también tenía con la reina madre y de la actual reina. Definitivamente quería visitarlas, y si a Sam no le incomodaba, sería divertido. Luego de un rato recordó que Sam debía estar por llegar y él aún no había empezado el almuerzo

Colocó todo en su lugar e intento trepar sobre las cajas para apilarlas pero piso mal y cayo. Se cubrió el rostro con los brazos para impedir lastimarse

 

 

 

-          Maldición – siseo – Sam me va matar – dijo al inspeccionar con la vista las cosas que estaban tiradas en el piso. La caja era de Sam y su tiempo en la fuerza – solo espero no se hubiese roto algo

 

 

 

Se levantó y empezó a acomodar las cosas en la caja. Resultaron ser las cosas de Sam de su tiempo en Escuadrón de Rescate 58, habían insignias, medallas y… una fotografía de Sam con un hombre, ambos con uniformes de combates, el actual Capitán América se veía serio, e intimidante pero cómodo con su acompañante, quien tenía una sonrisa radiante. Giró la fotografía y había algo escrito, aunque no era la letra de Sam “Nunca olvides cuanto te amo. Riley”

 

 

 

-          Amor, ya llegue – dijo Sam mientras se escuchaban los maullidos de Fígaro y Alphina –. Alphina no seas una gata engreída solo por ser blanca. Los morenos también tenemos nuestro encantó. Bucky ¿Dónde estás?

-          En la buhardilla – dijo analizando la fotografía

-          Nuestro hijos se quejan que no le has dado de comer – se escuchó decir a Sam mientras se acercaban

-          Nuestro hijos también tienen un padre que los puede alimentar – dijo Bucky

-          ¿Qué paso aquí? – dijo Sam sorprendido

-          ¿Me… caí? – dijo Bucky

-          Ven acá – dijo Sam ayudándolo a ponerse de pie y abrazándolo por la cintura para estabilizarlo – te extrañe – susurro antes de besarlo

-          Te amo – dijo Bucky

-          Señorito, ¿me puede decir que está haciendo? – dijo Sam mirando el desorden

-          Decidí guardar las cosas de T… – dijo Bucky

-          Te dije que eso no te ayudara – dijo Sam –. a mí no me molesta

-          Si… pero… creo que es lo mejor – dijo Bucky

-          ¿de dónde sacaste esto? – pregunto Sam al notar la fotografía que  Bucky sostenía

-          Me cayó encima, ya te lo dije – respondió Bucky

-          Ve a darle de comer a Fígaro y a Alphina – dijo Sam tomando la fotografía

-          ¿Quién es? – pregunto Bucky

-          Un… amigo – dijo Sam mirando detenidamente la fotografía – los niños tienen hambre. Ve. Ahora te alcanzo.  Te amo – y le robo otro beso

-          Okey – dijo Bucky saliendo mientras Sam se sentaba a guardar las cosas

 

 

 

El cambio fue notorio desde ese día. No es que Sam hubiese dejado de ser cariñoso, ni atento, pero si estaba más retraído. Era más que obvio que esa fotografía lo había alterado de manera que Bucky jamás había imaginado, aunque insistía en disimularlo. Más de una vez lo había sorprendido limpiándose una lágrima rebelde cuando nadie lo veía.

 

 

 

Las pesadillas se habían hecho tan recurrente como a él en sus peores momentos.  Y siempre el mismo grito desesperado llamando a ese tal Riley mientras le decía que lo amaba. Y no. No eran celos. Eso Bucky lo tenía muy claro. Era el dolor de ver que algo lastimaba al hombre que amaba y él no podía hacer nada…o tal vez sí.

 

 

 

Conocía perfectamente a Sam, y jamás aceptaría ir a una sesión con la doctora Raynor, menos después de la sesión que tuvieron en la estación policial. Había llamado a su cuñada y le había preguntado por el tal Riley, pero ésta le había dicho que no conocía a nadie con ese nombre.

 

 

 

Una semana después, el sargento aún se preguntaba a quién podría acudir mientras salía de una reunión con los nuevos que debía entrenar cuando lo vio y supo exactamente con quien tenía que hablar

 

 

 

-          Sargento Barnes – dijo el pelinegro con su ya tradicional sonrisa - ¿Qué gusto verlo?

-          Torres – dijo Bucky – justo el hombre que necesitaba ver

-          ¿A mí? – dijo el agente sorprendido

-          ¿quieres tomar un café conmigo? – pregunto Bucky y Joaquín no pudo evitar levantar una cejas

 

 

 

El lugar era pequeño pero acogedor, y tenía fama de tener buena comida.  Sam y Bucky solían comer cuando salían de reuniones y no querían llegar a cocinar

 

 

 

-          ¿Me va decir de que quería hablar o también vamos a hacer una lucha de miradas? – pregunto Joaquín frunciendo las cejas y mirando fijamente a Bucky – estuve practicando el otro día con Sam y…

-          Yo le gano siempre a Sam – dijo Bucky mirándolo fijamente

-          Auh – se quejó Joaquín cubriéndose los ojos – ya veo por que

-          Además Sam te dejó ganar

-          Eso si dolió – dijo Joaquín

-          Torres ¿hace cuánto conoces a Sam? – pregunto Bucky

-          Muchísimo tiempo – dijo el joven – fue mi instructor al entrar a la fuerza. Sam y yo éramos así – dijo juntando dos dedos – hasta que apareció y el dúo se volvió de tres. Pero no quejo. Es súper también servir con usted

-          Gracias Torres – dijo Bucky – ¿entonces conociste... a… Riley? – y la sonrisa del joven se fue desvaneciendo – veo que si

-          No puedo Bucky – dijo Torres

-          ¿Quién era? ¿Qué paso?

-          Háblelo con Sam – dijo Joaquín

-          Ya lo intente, pero me evita – dijo Bucky mirando al hombre mirar hacia otro lado – Entiendo tu fidelidad a Sam, y la agradezco. Le cuidas muy bien la espalda al hombre que amo. Pero ahora Sam esta en problema y necesito de tu ayudar para ayudarlo

-          ¿Qué… problemas…? – pregunto el chico algo amedrentado

-          Tiene pesadillas muy… fuertes con ese hombre – dijo el sargento – lo llama angustiado, desesperado. Ayúdame Joaquín.

-          Olvídelo sargento – dijo Torres – Sam lo ama a usted. Eso es… pasado

-          Esto no se trata de celos – dijo Bucky – sino de Sam. Está mal. Encontré una foto de ellos y el dolor que vi en el rostro de Sam fue… – Joaquín miro hacia otro lado exhalando – por favor – El silencio del teniente – no te preocupes, no le diré de esta reunión – dijo poniéndose de pie – ya veré que hago para ayudarlo

-          Era… más que… su compañero… – dijo el teniente – ellos… eran muy…

-          Si me di cuenta – pregunto Bucky sentándose nuevamente – ellos… no terminaron bien… ¿cierto?

-          Ellos nunca terminaron sargento – dijo Torres

-          ¿Cómo? – pregunto intrigado

-          Yo nunca le conté esto…

-          Bucky – interrumpió este –, solo Bucky

-          Yo nunca te conté esto Bucky – dijo Joaquín y este asintió – Sam ha ayudado a mucha gente, es hora que alguien lo ayude a él

-          Lo hare – dijo Sam – tenlo por seguro.

-          Fue en una misión, típica operación de rescate en paracaídas, nada que no hubieran hecho antes – dijo Torres –, cuando una granada golpeó a Riley en el aire. Sam no pudo hacer nada, sólo verlo y ya – Bucky cerró los ojos – Sam  dejo el  servicio activo y comenzó a ayudar a otros veteranos que sufrían de trastorno de estrés postraumático en el Departamento de Asuntos de los Veteranos. Luego llegaron los acuerdos y… ya sabes la historia

-          Ahora lo entiendo todo – dijo Bucky

-          Sam necesita la misma terapia que él le da a los demás – dijo Joaquín – pero se niega a aceptarlo. Incluso dudo mucho que hubiese llevado su luto adecuadamente

-          gracias Torres.

-          A usted sargento – dijo este

-          Bucky – corrió sonriendo – solo Bucky. Y por Sam no te preocupes. Estará bien. Nos vemos luego. Cuídate – y se marchó del lugar

Notas finales:

Cómo dije hace tiempo decidí continuar esta historia

Serán este y dos capítulos más, tres en total dónde es explorar un poco más acerca de la relación que tuvo Sam con Riley y las heridas que dejó ese amor en nuestro querido nuevo Capitán América. También se toca en ciertos temas de la relación de Bucky con Wakanda ahora que ya no es el rey consorte

Espero le den una oportunidad nuevamente, espero sus comentarios en las leemos en la próxima semana con el siguiente capítulo  besos


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