La cascada del rey era uno de los lugares, sino el mas, significativo de todo el país. Era donde tenía lugar la ascensión al poder de los reyes de Wakanda y la presentación oficial de los consortes y príncipes. Un lugar paradisiaco y lleno de misticismo. Pero esa no era la razón por la que era tan especial para Bucky.
***FLASHBACK***
Lo vio desde la entrada. Estaba de espalda a parado en mitad del agua que le llagaba hasta la pantorrilla. James no pudo evitar sonreír viendo esa espalda ancha y cintura estrecha. Quería saltar y abrazarse a él. Llenarlo de beso y gritar cuanto lo amaba. Sin embargo se detuvo a unos pasos. T’Challa era un hombre extraordinario y le había demostrado de mil maneras lo mucho que lo amaba.
- Mi rey – dijo el moreno con una sonrisa girándose – ¿Por qué querías verme aquí? – estirando su mano hacia él
- Porque es un lugar especial – dijo Bucky tomándole la mano mientras sonreía – ideal para decir una noticia especial
- Una… noticia especial – repitió el rey mientras Bucky sonreía – ¿Cuál sería esa noticia?
- Algún… día… dentro de… mucho, mucho tiempo – dijo Bucky sin dejar de sonreír – como… mil años
- Eso es mucho tiempo – dijo T’Challa y ambos rieron
- Tú tendrás que entregarle el manto de pantera negra a Azari – dijo Bucky – o a… – sonrió nervioso mirando la sorpresa en el rostro de su esposo – tenemos que pensar en una nombre si es una princesa – y se llevó ambas manos a su vientre plano
- ¿James… tú… yo… yo… nosotros…? – dijo el rey intercalando la vista entre el rostro y el vientre de su esposo arrancándole una risa suave a este – ¿seremos padres?
- ¿Te gusta la noticia? – pregunto James
- ¿Qué si me gusta? – dijo T’Challa antes de abrazarlo sorpresivamente por la cintura y atraerlo hacia él para besarlo apasionadamente
- ¡T! – dijo Bucky en medio del beso y risa
- Perdón, perdón, perdón – dijo el rey separándose frente al sargento – ¿baba te apretó? – dijo frente al vientre – perdóname mi lẹwa omo
- O ti wa ni lilọ lati wa ni ohun extraordinary baba – dijo James
- A yoo jẹ awọn obi alailẹgbẹ. Mejeeji. Ni ife re – dijo T’Challa poniéndose de pie y besando dulcemente los labios de su esposo
- Mo feran re oluwa mi – respondió Bucky con una sonrisa enamorada
***FIN DEL FLASHBACK***
Lloraba en silencio sentado en una de las rocas que servían de balcón para presenciar los eventos que allí ocurrían
- Soy un monstruo – susurro James bajado su rostro mientras sus lágrimas caían – ¿Cómo alguien como tú pudó amarme?
- Eres un hombre extraordinario – dijo Sam detrás de él pero Bucky no lo miro –. Nada de lo que te paso fue tu responsabilidad.
- Vete – dijo el sargento sin mirarlo
- Fuiste una víctima y nadie, escúchame bien Bucky, nadie puede juzgarte por ello. Él lo sabía, yo lo sé – continúo Sam –. Como en Riga, te pido perdón por juzgar antes de escuchar
- Vete – susurro Bucky cerrando los ojos
- Era mi compañero como piloto de pruebas del EXO-7 Falcón. – dijo Sam –. Nos… conocimos… – bajó el rostro – en cuanto nos dimos la mano por primera vez, el mundo estallo en colores. Supimos que íbamos a ser cómplices en todo. Más que amigos. No llegamos a… lo que tenemos tú y yo, pero fuimos felices. Nos amábamos. Aquella vez con nuestra unidad para rescate nos encargamos de detener a Khalid Khandil, un objetivo en Afganistán. Khandil se ocultó en una zona protegida, evitándonos – Bucky lo miro en silencio – Riley y yo nos infiltramos en la zona usando nuestras alas mecánicas. Empezaron a disparar, nosotros esquivamos todo. Riley gritaba molesto porque yo no quise aceptar una invitación de unos amigos para ir al cine para ese fin de semana… quería quedarme en casa, cocinar, acurrucarnos en el sofá…
- ¿Qué paso? – pregunto James girándose hacia él
- De un momento a otro, aun no sé cómo…, apareció una granada…, lo golpeo en… – dijo Sam con la voz quebrada golpeándose el pecho –. Yo sé que no podía hacer nada para ayudarlo, pero me quede ahí. Estirando el brazo hacia él – dijo con la mirada perdida estirando la mano hacia la nada
- ¡Mi amor! – susurro Bucky y estiro la mano para entrelazarla con la del moreno
- Después de la muerte de Riley, me retiré del ejército – dijo Sam – y me convertí en consejero para los veteranos con trastorno por estrés postraumático en Washington buscando calmar mí…
- ¿Fuiste a terapia? – pregunto Bucky
- Lo ordenaron mis superiores, pero solo fui realmente a dos sesiones – dijo Sam – a partir de la tercera fingí escuchar y obedecer.
- Buena táctica – dijo Bucky sonriendo – a veces la uso
- Espero que no conmigo – dijo Sam y se miraron
- Con Sarah – dijeron sonriendo ambos al mismo tiempo
Por varios minutos se quedaron así. Sonriéndose el uno al otro. Sintiendo esa electricidad que sus cuerpos sentían cuando entraban en contacto. Creyéndose los únicos custodios del secreto más grande de todo los tiempos. El amor
Bucky apoyo su cabeza en el hombro de Sam y respiro hondo. Todo estaba en calma nuevamente. Bueno casi todo. Faltaba un tema importante a tocar.
- Bucky – dijo Sam – no te mire con asco en el palacio – y este se removió en su lugar – te mire con dolor
- Porque no te lo conté – dijo Bucky bajando el rostro
- Quiero que confíes en mi – dijo Sam – yo nunca te voy a juzgar
- Si quiero un hijo tuyo – dijo Bucky
- ¿solo uno? – dijo Sam fingiendo indignación – puedo darte muchos más que eso – hizo reír al sargento – me siento usado – y el sargento le robo un beso –. Supongo que a estas alturas estas consiente de lo que ocultaba la invitación – dijo Sam
- Trajiste tus alas ¿cierto? – pregunto Bucky
- Tienen tecnología de punta – dijo Sam – ni siquiera vamos a poder despegar – y Bucky bufó – ¿tú quieres…? – y se miraron mutuamente
La hora del almuerzo ya había pasado cuando las Doras Milajes que hacían guardia en la entrada del palacio tuvieron el impulso de sonreír pero se contuvieron cuando vieron acercarse a la pareja sonriendo de la mano. Sam las saludo y ellas respondieron con el saludo wakandiano ya tradicional acompañado de una inclinación de cabeza
Sam le susurro algo a Bucky que sonrió escondiendo el rostro en el cuello del moreno. Una vez la pareja se alejó por el interior del palacio, las guerreras no pudieron evitar mirarse sonriendo cómplice. Su antiguo rey consorte ya había sufrido demasiado, merecía ser feliz
Los niños jugaban en el patio mientras las soberanas conversaban en la sala con Sarah. Habían hecho un plan minucioso para lograr que la pareja pusiera una fecha para su boda. Tanto Ramonda como Sarah querían algo más formal para Bucky, y no es que Sam hubiese demostrado que fuese un juego, pero el sargento se merecía toda la estabilidad posible. Shuri solo quería organizar una boda de ensueño, que no fuera para ella, y su hermano putativo era la víctima más a mano que tenia
- ¿Llegamos a tiempo para acompañarlas con una taza de Chai? – dijo Bucky emocionado – por favor di que si
- ¿Qué es eso? – pregunto Sam mientras su novio besaba la mano de la reina madre
- Es un té que se toma, es leche hervida con mucha azúcar durante largo tiempo, y muy dulce – dijo Bucky sonriendo – como yo
- Sobre todo cuando es hora de hacer tus informes – dijo Sam haciendo reír a las mujeres
- ¿todo bien, umntwana wam? – pregunto la reina
- Dormirá en el sofá por lo que acaba de decir – contesto Bucky señalando a su novio –, pero sí, todo bien
- Nunca olvides que está tu casa y está tu familia – dijo Ramonda
- Que ya va siendo tiempo que se fusione con otra – dijo Shuri a nadie en especial ganándose un empujón de su madre
- Sobre eso… – dijo Bucky mirando de reojo a su novio que levanto las cejas – Sam y yo hemos hablado de lo nuestro y…
- ¿Y? – dijo Shuri emocionado
- Decidimos que como estamos, estamos bien – dijo Sam
- ¿Qué… qué… quiere decir… eso? – pregunto Sarah
- Eso quiere decir que por ahora no nos queremos casar – dijo Bucky
- Ni tampoco está en nuestros planes hacerlas ni tías ni abuela – dijo Sam y la decepción fue notoria en el rostro de las mujeres
- Dijimos por ahora – reitero Bucky sonriendo – si queremos una familia, ya saben, hijos… la casa. Pero por ahora tanto Sam como yo tenemos cosas que superar totalmente
- No enterrarlas – dijo Sam abrazando a Bucky por la cintura – pero si cerrar esas heridas. Por eso decidimos ir a terapia.
- Si bien el uno al otro intentamos hacernos entender que lo que pasó no fue nuestra culpa – dijo Sam – Nosotros mismos tenemos que aceptarlo. No sé si se entiende
- Claro que se entiende – dijo Sarah
- Lo que si queremos es pedirles un favor para cuando nosotros… – dijo Bucky – ya saben, me embarace
- Lo que quieras – dijo Ramonda
- Quisiéramos que mis señoras – dijo Bucky – nos permitan quedarnos en la que fue mi choza
- ¿Ahí? – dijeron las reinas al unísono
- Ahí – dijo Bucky tajante – este… fue mi espacio con T… y… no quiero que eso cambie. Hay una parte mía que siempre estará unida a él y nuestro hijo y está aquí… entre estas paredes
- Y es algo que yo siempre voy a respetar – dijo Sam besándole la frente
- ¿Pero la choza? – protesto Shuri
- Creemos que Wakanda es el lugar más seguro para esa etapa de nuestras vidas – dijo Sam
- Aquí no me sentiría juzgado por nadie – dijo Bucky
- ¿Pero la choza? – protesto Shuri señalando a su alrededor y todos rieron
Sam miro a su novio y lo vio relajado, feliz. Y se juró que pelearía porque eso continuará así, quizás por… la eternidad
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Hacía seis meses Bucky había sido asignado como instructor de los nuevos agentes que trabajarían con S.H.I.L.D. Se había decidido que en algunas misiones podrían trabajar juntos, dado que era innegable la dupla que el par hacía. Estaba cansado y necesitaba urgente un baño de agua caliente, algo tibio en su estómago y su cama, a pesar de haber vuelto de sus minis vacaciones en Wakanda hacia solo tres días
- Ya llegue – dijo mientras sus gatos corrían hacia él – hola los amores de papi – y se arrodilló a jugar con ellos – ¿me extrañaron? ¿me extrañaron? – y los gatos se dejaban acariciar – los amo
- ¿y a su padre no lo quieres, que no lo saludas? – dijo Sam saliendo de la recamara
- Hola – dijo Bucky poniéndose de pie para abrazar al moreno que lo recibió con los brazos abiertos
- Te amo – susurro Sam antes de besarlo
- Más te vale – respondió el sargento y al abrir los ojos su vista se fijó en el mueble donde estaba la fotografía de T’Challa – ¿Sam?
- Dijiste que el retrato se quedaba – dijo Sam y Bucky sonrió mirando la fotografía enmarcada de Riley junto a la del difunto rey
- Te amo – dijo Bucky emocionado antes de besarlo nuevamente
No había duda. Sam lo hacía inmensamente feliz