Sí por noche que jamás olvidaran, se refiere a una de las más sangrientas y horrendas experiencias que pude haber vivido nunca. Felicitaciones está fiesta se lleva la palma.
Me explicaré mejor…
A todos los “sirvientes” nos llevaron a un cuarto retirado del lugar. Estábamos con una luz tenue, donde esperamos las "indicaciones".
-Cada “amo” elegirá una carta del mazo, recuerden cada una representa el “castigo” para sus sirvientes. Pero tengan cuidado, ya que...cada uno de los “amos” estará autorizado a abrirse paso para conseguir la carta que mejor les convenga…recuerden sólo hay una regla. No morir. Buena suerte- una voz en un alto parlante murmuro eso. y poco después trate de que mis piernas dejaran de temblar.
¿Qué significaba eso? pensaba. Mientras veía cómo todos a mi alrededor estaban igual de desconcertados, excepto uno qué permaneció sereno entre todos nosotros. Su mira era perturbadora. Desvie la mirada cuando el anfitrión, después de dar las indicaciones, encendió las luces. Las puertas se abrieron, e ingresaron unos cien arlequines, que nos entregaron una banda de color dorada, con un número. la banda debíamos colocarnosla en el brazo. Tan sólo nos dieron unos segundos, Los arlequines uno a cada lado de nosotros: los “sirvientes”, nos escoltaron hasta la entrada nuevamente. Nadie se resistió. Todos estamos en un silencio terrorífico... escalofriante.
Ingresé nuevamente al gran palacio, todo había cambiado...frente a nuestros ojos, había varias mesas cada una con un número del 1 al 10, hasta llegar al 100.
Por lo tanto en cada mesa se asignaban 10 personas, en el medio de dicha mesa había un mazo de cartas.
Los que eran “sirvientes”, o sea aquellos que nos habían arrodillado frente al anfitrión teníamos prohibido participar como jugadores, pero debíamos ayudar a nuestros “amos”, a conseguir la carta NO KILL.
¿Pero cómo se supone que ellos decidirán nuestro destino?
Primero se le fue asignado un número a cada uno de los amos. Estos con sus respectivos números se agrupaban en las mesas. Nadie decía su nombre, nadie conocía a quien tenía a su lado. Pero algunas miradas cómplices se veían, lo admito.
cuando fue el turno de Isabel, y de Virginia, sentí un cosquilleo cuando Virginia gritó de alegría. al saber qué no estaría en la misma mesa qué su hermana.
-¿Por qué? ¿Qué significaba eso? me pregunte.
Poco después de qué cada uno fuera designado en su respectivo asiento. El anfitrión dio la orden de volver a encender la música. sin embargo nadie habló, nadie bailó, nadie se movió.
Yo estaba en un punto estratégico entre Virginia e Isabel. Sus mesas no estaban alejadas. Sin embargo era difícil encargarme de acercarle sus respectivos “paquetes” que me fueron encomendados.
El “paquete” era una bolsa negra de carton, me lo acerco uno de "mozos" que minutos atras estaban en la entrada sirviendo bebedias, ahora poseian un traje de color negro, pero con una camisa de color rojo por debajo. Sus máscaras eran de demonios. Dentro del “paquete” había… distintas armas tanto blancas como de fuego. Temble y casi vomito al ver esto. Los nervios me estaban traicionando. Aunque diría qué no era lo único qué me habían traicionado aquella noche.¿quiénes eran estas personas? ¿Qué hacía aquí? queria irme… queria huir a toda costa. Quiero gritar.
Virginia me mira y me niega con la cabeza. ante mi evidente pánico, con su mano me hace señal de que me acerque. Una vez cerca, me toma por el cuello, coloca sus labios en mi oreja.
-No entres en pánico…Paula, nos mataran a todas si no mantienes la calma- murmura mientras a través de la máscara veo sus ojos suplicando.
-¿Qué es esto? ¿Quienes son?-
-Paula no hay tiempo...escúchame… necesito qué permanezcas junto a Isa. Yo lo tengo controlado de acuerdo? pero ella no. Haga lo qué haga, no dejes qué pierda!... ¿me has entendido? No habrá marcha atrás. -su rostro estaba impacible, pero pude sentir su voz realmente tomada. Estaba preocupada y esto iba en serio.
-entendido- susurro.
-¡BIEN COMIENCEN!- se escucho un grito y luego el caos.
Luego de eso, lo qué recuerdo… lo recuerdo por parte, gritos… sangre, vísceras, materia y orina de los miembros por todas partes, sólo 1 de cada mesa logró sobrevivir. Como era de esperar. Ahora entendía porque Virginia se alegró de qué no le tocará junto a Isabel. Isabel y Virginia tenían en su mano la preciada tarjeta, no kill. Ambas lo habían logrado. Sólo había una carta de no kill en todo el mazo de la mesa.
Virginia estaba contenta, sonreía a pesar de tener sangre en el rostro. a pesar de los temblores de sus manos. Isabel la abrazo. Sí les hubiera tocado la misma mesa...¿Tendría qué haberla asesinado? ¿Eso le pasó a su hermano? ¿Quién era el maldito Anfitrion que organiza todo esto? Miles de preguntas surgieron desde aquel día.
Desde aquel día, me quedé a vivir con ellas. No pude volver a casa después de eso. No quería volver. No después de ver a Isabel, cubierta de sangre ajena. con la mirada perdida. y a Virginia fumando de un cigarrillo de una mano llena de anillos de oro. Trofeos.
Estaban dementes, todo esto ¿por qué? ¿dinero?¿poder?… nada parecía lo suficientemente justificable.
Aún si no sabemos jamás quienes eran las personas de aquella noche. Sus gritos aún resuenan en mis oídos.
Isabel casi muere, lo vi. Su mano en el mazo fue peor qué el de su contrincante. sino fuera por mis reflejos, la sala se hubiera cubierto de los sesos de Isabel en aquel momento.
si no fuera porque la salve. probablemente no hubiera contado está noche. está horrible experiencia.
Yo… yo soy una asesina. Yo asesine para salvarla…
Ante los gritos de alegria de algunos, las luces se volvieran a encender, mostrando el verdadero horror de todo esto. Los supervivientes festejaron aun mas.
Recuerdo que Virginia era la única qué hablaba. Aunque la escuchaba a lo lejos, muy a lo lejos su voz resonaba... estaba riendo. Confirmaba esta mujer esta mal de la cabeza.
-Has hecho bien!- me susurra al oido- ¡Isa... te dije que Paula lo haría!-
-Has perdido la cordura, hermana.
-¡Hemos ganado!, nada importa ya.
-¿No la ves? La hemos perdido para siempre…- susurra Isabel mientras me apunta.
Yo aún de pie sin entender de que estaban hablando. ya qué aún resuena un pitido en la oreja izquierda qué me molesta.
-Ven- me toman del brazo. una en cada lado. Virginia al ver qué el anfitrión salió al balcón, me suelta. Isabel hace lo mismo. Yo me arrodillo frente a ambas mirando al anfitrión. No porque debia, sino porque estaba aterrada.
-¡Felicitaciones a los finalistas de este año! Han conseguido superar la prueba más difícil qué casi nunca suele salir. Como se ha prometido, la fortuna de los desafortunados, pasarán a las cuentas de los afortunados ganadores. Todas sus posesiones, y familias también. Bien hecho!. ¿Se han divertido?
-¿Momento? qué estoy escuchando a dicho…?- dije sin levantar la mirada del suelo. Estaban jugando con nuestras vidas por dinero? Inaudito!
-Así es, ¿por que crees que deje que participaras? ¿no permitirías qué nada malo le pasará a Isa no es así?- susurra Victoria sin quitarle los ojos de encima al anfitrión.
-aunque claro...Vicky también te lo agradece- dice sonriendo levemente.
Oh no...no es cierto. No... No...
Durante todo este tiempo jamás se me había pasado por la cabeza qué el destino de la niña estaba en nuestras manos. Esto… Esto era demasiado incluso para Virginia.
¿Qué clase de demencial mente oscura estaba detrás de todo esto? ¿cómo podían acceder a participar de esto? ¿Cómo pude?
-Oh no… ¿qué haremos sí tienen familia?- Dice Isabel. Mirando a su hermana.
-Relájate casi nunca tienen familia. Después de todo son unos malditos psicópatas enfermos- Virginia le resta importancia, pero aún así resalta la palabra psicópatas, y aprieta los dientes.
-¡N 22!- Virginia se gira sobre sí hacía quien la llamó por su número. Espera un segundo y luego dice: -39, veo que otro año lo hemos conseguido- el le da un abrazo. Junto al famoso 39 estaba aquel sirviente que estaba en total tranquilidad poco antes de darnos la enhorabuena. Sus ojos penetrantes, desprendían una malicia sin igual. ¿quiénes eran estas personas?
Ambos tanto el tan famoso 39 como su sequito, tenian sangre sobre sus mascaras de color blanco. Ambos tenían las mismas máscaras con una inquietante sonrisa.
-Escuche que no tuvo tanta suerte aquel pesado 26 qué estaba tras de ti toda la noche. Te encargaste tú misma de él?- pregunto acomodandose un reloj de oro en su muñeca- un regalo de su parte, no lo necesitara donde esta ahora JAJAJA- el n 39 lanza una carcajada a todo pulmón.
-Ja, ya quisiera cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde, su compañero el número 27 con el qué pretendía armar un complot le quebró el cuello al segundo que lo perdió de vista.
-Es interesante cómo a veces quien está a tu lado, puede traicionarte sin pensarlo. Este año, lo pensamos mejor no es así?- le pregunta a Isabel qué estaba escuchando de manera atenta la conversación. Asiente con la cabeza y sin decir una palabra me tomó del brazo y me alejó del lugar.
-Veo qué estás muy bien acompañada- dice 39. Virginia se limita a decir -también tu.
-Es verdad, si… uno nunca es lo suficientemente precavido cuando se trata de esto- dice girándose para mirar al joven de pie a metros de nosotras.
-Aunque esperaba qué nos hubiera tocado el desafío en equitación como fue el año pasado.
-No tendríamos esa suerte de nuevo. pero no esperaba esto tampoco- se ríen ambos mientras se alejan.
Poco después Virginia vuelve con nosotras, y susurra entre dientes.
-el próximo año, te mataré bastardo asqueroso.
Camino a casa nadie dijo nada.
Luego de la fiesta del domingo. Me límite a realizar mis tareas hasta qué siento el roce de una mano en mí trasero. Y en un momento tenía sus dos manos en mis pechos. Rápidamente me alejo.
-Mira nada más. A ti no te conozco. ¿Tu nombre?
- no me toque. -bruscamente quito las manos de mí cuerpo.
- una sirvienta con carácter? Ja, es qué ¿acaso no conoces tu lugar? Pídeme disculpas.-exige.
-jamás. Yo no hice nada.- me golpea en el rostro tan fuerte qué me lanza por el aire.
-oh no pero lo harás.- dice sonriendo macabramente.
-¡Quieto ahi! -Eleva la voz Isabel desde la puerta.mientras su rostro se veía claramente disgustado. Su rostro cambia por una expresión sería casi asesina. -lárgate de mí casa. Fue un error haberte dejado entrar de nuevo. Vete ahora. -apunta con su dedo índice al hombre
-paula estás bien?- asiento con la cabeza. -puedes irte.
Tras un silencio en el cual sólo mis pisadas sonaban. Cerré la puerta.
A los veinte segundos veo salir a dicho sujeto de la casa. Él me mira y no me quito los ojos de encima. Fue bastante aterrador.
Una voz detrás de mí me provoca un salto involuntario.
-Dejalo -era Virginia. Estaba sentada en silencio mirando todo desde el sillón. Tenía unos lentes oscuros y un cigarrillo encendido entre sus dedos.
-Vino a felicitarnos por el espectáculo de está noche.
-deberíamos llamar a la policía.- dice escolarizada.
-esto excede a la policía. Tiene poder y dinero por sobre nosotras. Somos su posesión más preciada no nos dejará. -Virginia aprieta cada vez más fuerte el vaso en su mano.
-Podría encargarme de él- susurre sin pensarlo. Ese golpe sí qué se lo devolverá con creces.
-No, Paula...es demasiado peligroso. No lo entiendes. No existe un lugar en la tierra donde él no nos encuentre. Somos el premio de su victoria. Él logró sobrevivir… él es nuestro padre- susurra Virginia.
-además es el anfitrión de toda está mierda…- dice Isabel mientras ingresa a la habitación con un cigarrillo en la boca.
-¡Ta dan!…- dice Virginia, levantando sus manos al aire.
Isabel sonríe claramente disgustada y dice lo siguiente:-Ja, bienvenida a nuestro mundo.
En silencio me senté cerca del fuego…
Mucho de lo que pensé y pase luego limpio dentro de mi cabeza. Me gritaba que esto era muy peligroso. y maldije la hora en que entre en esta casa.
Isabel y Virginia... son hermosas, talentosas, frías e indiferentes cuando lo quieren, pero Isabel y Virginia no eran simples mujeres ricas... eran y habían asesinado personas todo este tiempo todo por un terrible juego familiar.
La pesadez de la muerte de su hermano, era inimaginable. Pero aun asi, no me aleje. No corrí como persona que lleva el diablo. No dude, no era momento. Ambas estaban en un silencio sepulcral.
Me limité a preparar té, y unas mantas, la noche pronto se convertirá en madrugada pero no cesaba el frío.
Isabel aún permanecía con sus brazos a modo de escudo, tratando de cubrirse los brazos. Virginia en cambio estaba aún sentada en el sillón, con un vaso de licor.
-Otra vez...otro maldito año, en qué volvimos a convertirnos en sus marionetas.
-¿Eso le pasó a él?- susurre involuntariamente. Isabel y virginia ambas me miraron sorprendidas.
-Ja-dice Virginia -Es una historia bastante larga, pero si quieres te resumiré las partes más importantes para ti... lo haré!
-No fue esa mi intención.
-Virginia, por favor…- murmura Isabel a lo lejos.
-¿que? Ella quería saberlo no es así? Si así es, matamos a nuestro hermano!
Ante los gritos de miles de personas, la vida de los tres estaba en juego así es... Axel tenía por el cuello a Isa, mientras yo estaba a no más de 100 metros... 100 metros me separaba de ambos. 100 malditos metros. Y luego PUM... un cuerpo al suelo. La mitad de la cara de mi hermano estaba por el suelo desparramada.
Luego de eso, recibimos un gran banquete... donde las dos supervivientes festejaban su triunfo, pero no podía probar bocado sin ver la sangre de miles en cada plato, no pude alegrarme de estar viva. porque había asesinado a más de 20 personas aquella noche.
pero que se podía esperar de la duquesa carmesí. Ese fue mi apodo en cada uno de esos estúpidos juegos desde entonces.
Su padre, ni más ni menos, no evitó la muerte de su hijo. En uno de esos macabros juegos de mesa, que realizó años atrás.
Isabel no podía hablar del tema sin romper a llorar como una niña, ella...¿le disparó a su propio hermano ante los gritos de miles?. Virginia corrio hacia ambos, pero era demasiado tarde.
Isabel, la bella y perfecta Isa. Habia levantado un muro bastante grueso en su corazon luego de eso.
Virginia no pudo dejar a su hermana, sola.
Ya que los intentos de suicidio de Isa se agragaban en cada aniversario de la muerte del joven.
Isabel y Virginia no paraban de fumar desde que volvimos a casa aquella madrugada del lunes.
Ambas son demasiadas adictas al cigarrillo, algo que descubrí luego de que aquel asqueroso sujeto me soplara el humo en la cara.
Cada vez que Isa dejaba morir un cigarrillo en sus manos, se perdía en sus pensamientos. Con la mirada perdida y las manos aun temblando, le cubrí los hombros con una manta y la llevé de la mano hacia su habitación.
Ella no dijo ni una palabra, pero sus ojos cambiaron. Suspire aliviada.
Ahora solo faltaba Virginia.
Iracunda, y muy volátil. Ella aparentaba indiferencia pero puedo jurar que la escuche sollozar dentro de la ducha.
Salio desnuda, y se tiro al suelo.
No esperaba verme, ya que rápidamente me extendió los brazos.
-ayudame...
Asentí mientras miraba su rostro demacrado de cansancio. La rodeé con mis brazos y la ayudé a caminar hacia su habitación. la coloque en la cama, ella me miraba y sin quitarme los ojos de encima me empujo a la cama.
-se que la amas a ella, pero por esta noche...Duerme conmigo.
Admito que pensé que muchas cosas ocurrirían pero, se limitó a mirar mi escote, acercó su rostro a mi pecho, inhalo mi olor finalmente apoyó su cabeza en mi pecho, y en menos de 5 segundos, cayó rendida.
Su rostro se transformó en algo digno de mención ya que estaba en paz.
Esa noche, Virginia había asesinado a ocho personas, Isabel a cinco. En aquel juego macabro que su padre organizó.
¿Qué quería aquel hombre? ¿Por qué haría pasar a su propia familia por esto? ambas preguntas resonaron en mi cabeza mientras cerraba mis ojos.
Sin embargo, si de algo es que estoy segura es que... esto no se quedaría asi. Debía descubrir qué diablos pasa.
Continuara...