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Los limites de JiHoon por DenisseZepol

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―Ve a buscar tus cosas, JiHoon ―dijo SeungCheol―. No vas a trabajar aquí. 

 

―Pero- ― JiHoon necesitaba este trabajo, aunque fuera una mierda. Era la única manera de que pudiera pagar sus facturas. 

 

―Ve, amor. ― SeungCheol le envió a JiHoon una pequeña sonrisa―. Y no te olvides de tu pulsera. Espero encontrarla de nuevo en tu muñeca la próxima vez que te vea. ― SeungCheol miró su reloj―. Y eso debería ser en unos cinco minutos en el restaurante. Ve a sentarte a mi mesa y espérame mientras me ocupo de tu tío. 

 

Los ojos de JiHoon se ampliaron tanto que debía de doler. ¿SeungCheol iba a tratar con el tío de JiHoon? Estuvo a punto de abrir la boca y pedirle a SeungCheol que sacara fotos para poder ver a su tío cuando le entregara su culo, pero se lo pensó mejor cuando SeungCheol enarcó una ceja. 

 

Hubiera sido bueno tener un vídeo para YouTube. 

 

Dio media vuelta y salió corriendo de la oficina, yendo en línea recta hacia el vestuario de los empleados. Casi había llegado, cuando SeokMin se paró frente a él y le cerró el paso. Cuando JiHoon dio un rápido paso atrás, SeokMin dio uno hacia delante, invadiendo su espacio. 

 

El hombre debía tener una fobia con eso. Siempre estaba invadiendo su espacio. Y JiHoon no entendía por qué. Nunca había hecho nada para ofender a SeokMin o joderlo, pero SeokMin parecía tenerlo con él. 

 

JiHoon inclinó la cabeza hacia un lado mientras consideraba a SeokMin. Podía oír al personal de la cocina trabajando detrás de él, pero la falta de voces le dijo que todos estaban escuchando su enfrentamiento con SeokMin. 

 

―¿Es cierto que mi tío te está follando? 

 

JiHoon ni siquiera tuvo tiempo para esquivar el puño que voló en su dirección. Sintió que conectaba con su mejilla y un fuerte crujido llenó el aire. El dolor explotó en la cara de JiHoon, y sus piernas le fallaron cayendo de espaldas sobre un carrito de comida. JiHoon se golpeó duramente contra el piso con un fuerte estruendo, los platos del carro hechos añicos por todo el piso. 

 

En el momento en el que la sala dejó de dar vueltas, BumJoo estaba arrodillado al lado de JiHoon, tratando de borrar el rastro de sangre que corría por la cara de JiHoon. Le disparó una mirada enfadada a SeokMin. 

 

―Esto está totalmente fuera de lugar, SeokMin. 

 

―¿Oíste lo que dijo? ―gritó SeokMin, mientras señalaba con el dedo a JiHoon. 

 

―Oh, por favor, todos sabemos que el Sr. SungSoo te folla cada vez que puede. Él dice boo y te bajas los pantalones y te doblas sobre su escritorio como una puta de la calle. 

 

―¡Estás mintiendo! 

 

―¿En serio, SeokMin? ¿De verdad crees que no te oímos en su oficina? ―Resopló BumJoo―. No eres tan silencioso como te gusta pensar. Y el Sr. SungSoo gruñe como un cerdo. 

 

JiHoon se rio entre dientes. No pudo evitarlo. De repente tuvo una imagen mental de su tío SeokMin follándoselo sobre su escritorio y gritando como un cerdo. La imagen se completó con las orejas de cerdo y una cola rizada. 

 

―Cierra la puta boca o le digo al Sr. SungSoo que has estado viéndote con Tony el camarero. ― SeokMin redujo sus ojos hasta que no eran más que pequeñas aberturas―. Sabes que no permite la confraternización entre los empleados. 

 

―¿En serio? Entonces, ¿cómo vas a explicarle que te has follado a la mitad del personal de la cocina? ¿Hmmm? 

 

Los ojos de JiHoon se ampliaron mientras miraba entre SeokMin y BumJoo. Nunca había oído hablar a BumJoo de esa manera. Se sorprendió, pero no tan sorprendido como al oír que SeokMin se estaba tirando a casi todo el mundo, excepto a él. ¿Cómo se había perdido eso? 

 

Chico, cuando los ánimos se caldeaban, los labios se aflojaban. 

 

Qué interesante. 

 

―Y si eso no es suficiente ―dijo BumJoo―. Puedo informar al Sr. SungSoo acerca de todos esos pequeños descuentos que les has estado haciendo a tus amigos. Estoy seguro de que el Sr. SungSoo estará interesado en cuántas comidas gratis y botellas de vino les has dado a los chicos con los que has estado follando. 

 

―¡No lo harías! 

 

―Infiernos no lo haré. ― BumJoo se acercó hasta que se quedó de pie delante de JiHoon―. Casi todos los jodidos miembros y yo de este restaurante han tenido suficiente de tu mierda, SeokMin. Eres un gilipollas, y todos lo sabemos. Golpear a JiHoon ha sido el colmo. Esto se termina ahora. 

 

―Ha hecho que me despidan ― JiHoon dijo en voz baja, no estaba seguro de si debía calentar más la conversación entre los dos furiosos hombres. Estaba seguro de que debería haber mantenido la boca cerrada cuando BumJoo se agachó junto a él. 

 

―¿Te han despedido? 

 

JiHoon hizo una mueca y asintió. ―Me puso la zancadilla cuando llevaba una bandeja de comida. La derramé sobre los clientes de la mesa cinco. 

 

JiHoon no estaba seguro de lo que esperaba cuando le dijo a BumJoo lo que SeokMin había hecho, pero no estaba preparado para que el hombre se quitara su sombrero de chef y su delantal, lanzando al suelo. 

 

Al parecer, follar con SeokMin no fue suficiente para que estos hombres defendieran al hombre. JiHoon sabía que SeokMin era un cabrón, pero no tenía ni idea que estos hombres habían llegado a la misma conclusión. Parecía que dormir con casi la totalidad del personal de cocina no había trabajado a favor de SeokMin. 

 

Un momento después, varios sombreros y delantales se unieron al de BumJoo. JiHoon miró hacia atrás para ver al resto del personal de la cocina de pie allí sin sus uniformes. Oh hombre, su tío iba a ponerse hecho una furia. 

 

―Ya que pareces ser tan buen amigo del Sr. SungSoo, SeokMin, entonces puedes explicarle por qué todo su personal de cocina lo acaba de dejar. 

 

―No pueden dejarlo ―gritó SeokMin, el pánico irradiaba de sus ojillos. 

 

―Míranos. 

 

BumJoo se volvió y le dio una mano a JiHoon. ―Lo que pasa es que sé de un pequeño restaurante italiano, del tipo de mamá y papá, que actualmente está buscando a dos nuevos camareros y a un nuevo personal de cocina. ¿Les interesa? 

 

―Yo... eh... ― JiHoon miró hacia la oficina del Sr. SungSoo, el último lugar en el que había visto a SeungCheol―. Necesito hablar con alguien antes de tomar cualquier decisión. 

 

―Bueno, creo que puedo entender eso. ― BumJoo agarró un formulario de pedido de alimentos y escribió algo en él antes de entregárselo a JiHoon―. Este es mi número. Si estás interesado en este trabajo, me das una llamada. 

 

JiHoon sonrió por primera vez desde que había llegado a trabajar. ―Gracias, BumJoo. Y gracias por defenderme. Siento mucho que pienses que tienes que dejarlo. 

 

―No tienes nada que lamentar, JiHoon. Todos hemos visto lo que SeokMin te ha hecho. Y debería haber intervenido mucho antes, pero teníamos todo tipo de dudas para interferir entre los miembros de una familia. 

 

JiHoon soltó un bufido. ―Eso no paró a mi tío. 

 

BumJoo le dio unas palmaditas en el hombro a JiHoon. ―Bueno, si ese hombre atractivo del restaurante es cualquier cosa cercana, no necesitas a tu tío. 

 

JiHoon sintió que su cara se sonrojaba. ―Ese es SeungCheol. 

 

―¿He oído que mi nombre se mencionaba? 

 

JiHoon se dio la vuelta para encontrarse a SeungCheol de pie detrás de él. Dio un paso atrás cuando el rostro de SeungCheol se oscureció y el hombre caminó hacia él. SeungCheol se detuvo delante de JiHoon y se apoderó de su barbilla, ladeándole la cara a un lado y luego al otro. 

 

― JiHoon, amor, no tenías este moretón en la cara o el labio partido cuando te vi hace cinco minutos. ¿Te importaría explicarme cómo sucedió? 

 

―¿Um... no realmente? 

 

SeungCheol enarcó una ceja. ―Muy bien, entonces termina de recoger tus cosas. Me gustaría comer antes de que no vayamos a casa. 

 

‘¿Casa?’

 

‘¿Me voy a casa con SeungCheol?’ ‘¡Jodida mierda!’ 

 

―Sí, sobre eso... ―frunció el ceño y JiHoon miró por encima al personal de la cocina―. Es posible que necesitemos ir a otro restaurante. 

 

―¡No me digas! ― SeungCheol miró a su alrededor hasta que sus ojos se posaron en SeokMin, y luego se oscurecieron amenazantes―. ¿Y SeokMin tiene algo que ver con eso? 

 

Esto no iba a terminar bien. JiHoon podía ver eso. Extendió la mano y lo agarró del brazo y tiró de SeungCheol, tratando de alejarlo de SeokMin antes de que atacara al tipo. ―¿Podemos ir a casa ahora? Por favor, Amo. 

 

Oops. 

 

JiHoon se quedó helado cuando SeungCheol se dio la vuelta para mirarlo. ‘¡Oh hombre!’ Realmente debería haber mantenido la boca cerrada. En realidad no había tenido la intención de que se le deslizara. 

 

―¿Amo? ― SeokMin se echó a reír histéricamente―. ¿Lo llamas Amo? ¿Te agachas y separa las piernas cada vez que tu Amo te lo ordena, JiHoon? 

 

SeungCheol estaba al otro lado de la habitación antes de que JiHoon incluso registrara que había comenzado a moverse. Agarró SeokMin alrededor de su garganta y lo golpeó contra la pared, acercándose tan estrechamente que estaban casi nariz con nariz. 

 

―No vuelvas a hablarle a JiHoon así otra vez ―espetó SeungCheol―. ¿Me entiendes? 

 

―S-Sí ―se atragantó SeokMin. 

 

―No estás en condiciones ni de lamer sus zapatos. 

 

Cuando la cara de SeokMin comenzó a ponerse roja, JiHoon sabía que tenía que ir por ayuda. Por una fracción de segundo, consideró conseguir a su tío. Después de todo, el hombre era el dueño del restaurante. JiHoon rechazó ese pensamiento casi tan pronto como entró en su cabeza. 

 

Se dio la vuelta y salió corriendo de la cocina, corriendo hacia la mesa donde los amigos de SeungCheol estaban sentados. ―Por favor, por favor, tienen que ayudar ―jadeó JiHoon cuando llegó a la mesa―. SeokMin ha enojado a SeungCheol, y ahora me temo que lo va a matar. 

 

Los tres hombres estaban fuera de sus asientos, incluso antes de que JiHoon terminara de explicarles lo que estaba pasando. A medida que corrían hacia la cocina, JiHoon corrió tras ellos, retorciéndose las manos. Si sus palabras descuidadas habían metido a su amo en problemas, nunca se lo perdonaría. 

 

Solo se le habían deslizado. JiHoon se dio cuenta de que pensaba en SeungCheol como su Amo, era natural llamarlo así, pero no en público. Estaba seguro de que SeungCheol no quería que nadie supiera sobre las cosas que pasaban entre ellos cuando estaban a solas. 

 

El caos encontró a JiHoon cuando entró en la cocina. Su tío le gritaba a SeungCheol con toda la capacidad de sus pulmones. Dos de los amigos de SeungCheol, trataban de quitar su mano de la garganta de SeokMin. El tercero estaba gritándole al señor SungSoo. 

 

BumJoo y el resto del personal de la cocina a un lado de la cocina. Estaban mirando la lucha, con miradas de completo horror en sus rostros, aunque a algunos de ellos parecía que les gustaba ver cómo le daban a SeokMin en el culo. 

 

JiHoon escuchó gritar a alguien que llamaran a la policía y que presentaran cargos de asalto contra SeungCheol por atacar a SeokMin, y sabía que su Amo no lo perdonaría nunca. En un solo día, JiHoon había perdido su trabajo, su amante, y alienado a casi todo el mundo que conocía. 

 

JiHoon se deslizó en silencio a través de todo el mundo hasta los vestuarios de los empleados. Podía sentir las lágrimas corriendo por sus mejillas al tiempo que cogía su bolso, chaqueta, y la pulsera de cuerda trenzada que SeungCheol le había dado. Si no podría tener SeungCheol, podía aferrarse a la pulsera y soñar un poco. 

 

JiHoon se asomó al área de la cocina principal. Cuando nadie miraba, se apresuró a salir por la puerta trasera que conducía a un callejón. Realmente no parecía haber ninguna razón para quedarse, no después de lo que había hecho. 

 

Su vida era una mierda.


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