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Los limites de JiHoon por DenisseZepol

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SeungCheol vio cómo los ojos de JiHoon giraron hasta la parte posterior de su cabeza. Era la vista más bonita de la que había sido testigo, además de las cuerdas que ataban a JiHoon al sitio. Este podía haber protestado por el azote en el culo, pero la expresión del hombre le dijo que lo había disfrutado mucho. 

 

Y maldita sea si la huella de su mano no se veía muy bien en el culo de JiHoon. 

 

―Una huella de mano hermosa. Así de color rosa. ―Quería ver sus marcas por toda la pálida piel de JiHoon. El hombre marcado como un sueño. SeungCheol tiró el preservativo y el lubricante en la cama, giró a JiHoon poniéndolo sobre sus rodillas, su culo al aire, y luego se deslizó de la cama. 

 

―¿Amo? 

 

SeungCheol se estremecía cada vez que esa palabra salía de los labios de JiHoon. El hombre sabía exactamente cómo incitar a SeungCheol. Y lo estaba incitando de todas las formas posibles. 

 

Moviéndose alrededor de las velas encendidas, SeungCheol metió la mano en su arcón y sacó una pluma. Lo puso en el extremo de la cama y volvió a su arcón. 

 

―Amo, por favor. 

 

―No te he dejado, JiHoon. Te lo prometo, mientras estés atado y en mis manos, no voy a salir de la habitación. ―Escuchó un suspiro de satisfacción y sonrió. Todo lo que necesitaba JiHoon era tranquilidad. El hombre parecía aterrorizado por lo desconocido. SeungCheol no tenía ningún problema dejando que su sub supiera que estaba a salvo. 

 

―¿Te sientes cómodo, JiHoon? ―preguntó SeungCheol mientras buscaba una vez más dentro del arcón y sacaba un artículo que se había estado muriendo por utilizar en JiHoon desde la primera vez que puso sus ojos en el hombre. SeungCheol había jugado con muchas fantasías en su mente durante los últimos meses de lo que le haría si tenía al riquísimo hombre en su cama, pero había una en particular que dominaba sus pensamientos. 

 

Por el rabillo del ojo, SeungCheol podía ver a JiHoon tirando de las cuerdas. ―Me siento cómodo, Amo 

 

‘Bien.’ 

 

SeungCheol puso el segundo juguete en la cama y luego cogió la pluma. ―Cierra los ojos, JiHoon. No mires a escondidas. 

 

Esperó hasta que lo vio cerrar los ojos lentamente, y entonces SeungCheol miró a los pies de JiHoon. No muchas personas eran conscientes de que sus pies eran una zona tan erógena como la genital. 

 

Pero por suerte para JiHoon, SeungCheol conocía todos los puntos en un hombre que llevarían a JiHoon hasta el borde. Colocó la punta de la pluma en los pies de JiHoon y luego caminó lentamente hacia un lado de la cama, mientras arrastraba la pluma suavemente por el cuerpo de JiHoon. Vio con absoluto embeleso como se estremecía todo el tiempo, su respiración salía en pequeños y ruidosos golpes. 

 

SeungCheol amaba la sensación del juego. Era la segunda cosa más erótica junto a las cuerdas. El cuerpo nunca mentía, y le encantaba la forma en la que JiHoon respondía a sus caricias. Reaccionaba como quería SeungCheol mientras pasaba la pluma encima de los brazos enlazados de JiHoon. 

 

―Abre tu boca, JiHoon. 

 

Cuando los ojos de JiHoon se entreabrieron, SeungCheol le dio un azote en la otra mejilla de su culo. ―No mires a escondidas. 

 

JiHoon gimió, se movió alrededor, y luego cerró los ojos una vez más, separando sus labios obedientemente. 

 

De pie junto a la cama, SeungCheol dejó un rastro de la pluma sobre los labios de JiHoon, mirando como la serpenteante lengua de JiHoon lamía su labio inferior, mientras SeungCheol liberaba su polla. Movió la pluma sobre la mejilla de JiHoon, haciendo que el hombre separa un poco más ampliamente sus labios cuando gimió, y fue entonces cuando SeungCheol pasó la punta de su polla sobre el labio superior de JiHoon. 

 

La lengua de JiHoon no lo decepcionó. Apareciendo, una vez más, lamiendo la raja de la cabeza de la polla de SeungCheol, lamiendo el semen pre-eyaculatorio, que se escapaba como un jodido río. SeungCheol se consideraba un Amo experimentado, pero estaba descubriendo que con JiHoon, su control no era tan grande. 

 

Tendría que trabajar en eso. 

 

―Chupa la cabeza con tu boca, JiHoon. ― SeungCheol pasó la pluma por la espalda de JiHoon, tocando la pequeña apertura de color rosa, cuando su sub tomó la cabeza de su polla en sus labios. 

 

SeungCheol murmuró su aprobación cuando sus dedos se cerraron en los suaves rizos castaños de JiHoon. Por primera vez, desde que había sido un joven Amo, SeungCheol tuvo que concentrarse en no correrse en la garganta del hombre, tan pronto como la lengua de JiHoon comenzó a girar alrededor de la cabeza con forma de hongo. 

 

Maldita sea, el hombre era bueno. 

 

SeungCheol apretó los dedos en los mechones castaños de JiHoon mientras trazaba la pluma sobre sus nalgas, sin olvidar que estaba tratando de darle placer a su sub. Las caderas de JiHoon se tambalearon, como si estuvieran tratando de seguir la pluma. 

 

SeungCheol sabía que JiHoon sería el ideal de sumisión, pero no tenía ni idea de lo perfecto que sería. El hombre estaba cumpliendo todas sus fantasías. Quería meter su polla en la garganta de JiHoon y rugir su liberación, pero no quería que el juego llegara a su fin tan pronto. 

 

Le encantaba jugar, y le iba a mostrar cuanto a JiHoon. 

 

JiHoon gimió alrededor de la polla de SeungCheol y luego trató de tomar más de la endurecida polla en su garganta. Por mucho que SeungCheol lo quería, tenía que enseñarle paciencia y cómo obedecer sus reglas al pie de la letra. 

 

―Sólo la cabeza, JiHoon ―le recordó a su entusiasta sub. 

 

JiHoon dio marcha atrás, succionando la cabeza entre sus hinchados labios. SeungCheol apartó el pelo de JiHoon y pasó un nudillo por un lado de la mejilla, sintiendo los músculos trabajar mientras el hombre se tragaba su líquido pre-seminal, vio que realmente estaba disfrutando de cada segundo de lo que estaba haciendo. 

 

SeungCheol seguro como el infierno estaba disfrutando de la boca de JiHoon. 

 

―Aráñame con tus dientes. 

 

JiHoon abrió más la boca, dejando que el mismo borde de sus dientes se deslizara suavemente sobre la polla de SeungCheol. Era el turno de SeungCheol de temblar. Empujó un poco hacia delante, sintiendo la piel de su polla rozarse con los dientes de JiHoon, y enroscó los dedos para evitar su orgasmo. 

 

Poco a poco se hizo hacia atrás y luego se empujó hacia delante sin prisa, hasta que sintió que su polla golpeó la parte trasera de la garganta de JiHoon, al mismo tiempo dejó perezosamente un rastro con la pluma sobre la piel expuesta de JiHoon. 

 

Este gimió, cerró la boca un poco, y después aspiró a SeungCheol todo el camino hasta su garganta. SeungCheol no detuvo al hombre. En su lugar, agarró el pelo de JiHoon y se empujó hasta que su cabeza cayó hacia atrás y gritó, su caliente fluido latiendo en la garganta de su sub. 

 

SeungCheol parpadeó un par de veces y rápidamente soltó el pelo de JiHoon cuando se dio cuenta que tenía un dominio absoluto sobre el cuero cabelludo del hombre. Liberó su polla, viendo como JiHoon perseguía su blanda polla con sus labios, como si quisiera desesperadamente seguir degustando la polla de SeungCheol en su boca. 

 

―Estás siendo un chico malo, amor. ― SeungCheol dejó caer la pluma al suelo y dio un paso atrás―. No te di permiso para que me hicieras correr. 

 

La cara de JiHoon cayó cuando se volvió hacia SeungCheol. Podía ver a la duda y el miedo aflorar en los suaves ojos castaños del hombre. SeungCheol no podía permitirlo. ―Así que ahora vas a esperar hasta que crea que has aprendido la lección. 

 

Los ojos de JiHoon se iluminaron ligeramente. ¿El hombre pensó que SeungCheol lo echaría a un lado solo por hacerlo correrse? Tenía que enseñarle que si bien era importante seguir órdenes, no abandonaría al hombre con tanta facilidad solo porque fuera demasiado entusiasta. 

 

―Y eso me permitirá jugar contigo, incluso más tiempo ―murmuró al oído de JiHoon. SeungCheol se inclinó hacia atrás, colocando los nudillos debajo de la barbilla de JiHoon y le inclinó la cabeza hacia atrás para que su sub pudiera mirarlo a los ojos. Sabía que hacerlo no era una práctica común, pero tenía que ver la verdad en los ojos de JiHoon―. ¿Confías en mí? 

 

Podía ver la incertidumbre en los ojos de JiHoon. Su ceño fruncido ligeramente a medida que sus ojos color avellana saltaban sobre el rostro de SeungCheol, y luego le dio una leve inclinación de cabeza. 

 

―Recuerda, JiHoon. Nunca haría nada para hacerte daño. Y si sientes en cualquier momento que quieres que me detenga, sólo tiene que utilizar la palabra de seguridad. 

 

―Sí, Amo. 

 

SeungCheol bajó la cabeza en un rápido movimiento dándole su aprobación cuando cogió el segundo artículo. Realmente era un elemento simple. No había nada de espectacular, pero SeungCheol amaba el juego sensorial, tanto como el juego táctil. Acercó el artículo para que JiHoon pudiera verlo. Los ojos del sub se abrieron un poco, y luego tragó. ―Está bien, Amo. 

 

SeungCheol la dirigió hacia la cabeza de JiHoon y ató la venda sobre sus ojos. Se aseguró que su sub no fuera capaz de ver lo que estaba haciendo o se anticipara a sus movimientos. ―No te dejaré ―aseguró al pequeño hombre―. Recuérdalo, ¿de acuerdo? 

 

La cabeza de JiHoon se movió adelante y atrás, como si tratara de seguir la voz de SeungCheol. ―Sí, Amo. 

 

Una vez que SeungCheol tenía la venda de los ojos firmemente en su lugar, se quitó la ropa y se metió de nuevo en la cama, situándose entre las piernas de JiHoon. Cuando puso una mano en cada nalga, JiHoon saltó. 

 

―Relájate, JiHoon. ― SeungCheol acarició con sus manos la suave piel de JiHoon. 

 

―Estoy nervioso, Amo. 

 

―Se supone que debes estar nervioso. Pero tienes que confiar en mí o esto no va a funcionar. ¿Confías en mí, JiHoon? ― SeungCheol necesitaba escuchar esas palabras una vez más. Necesitaba saber que su sub ponía su seguridad en sus manos voluntariamente y por completo. Sabía que esta era su primera vez jugando juntos, pero SeungCheol sabía en su corazón que JiHoon era el único. Al que podría dedicarse, y viceversa. 

 

―Sí, Amo. Confío en ti. 

 

―Bien. ― SeungCheol separó las nalgas de JiHoon y lamió una línea larga hasta el pliegue del hombre, jugando con los alrededores del agujero tembloroso. JiHoon soltó aullido, expresando su queja. Eso sólo hizo que SeungCheol sonriera mientras seguía lamiendo la piel entre los montículos acampanados. 

 

―Por favor ―rogó JiHoon, mientras trataba de mover su parte inferior alrededor, persiguiendo la lengua de SeungCheol. SeungCheol golpeó la mejilla derecha del culo de su sub. 

 

―No te muevas. 

 

JiHoon gimió, pero se calmó. 

 

SeungCheol tiró de las cuerdas entre las piernas de JiHoon, sus ojos se centraron en la forma en la que la cuerda apretaba los huevos de JiHoon acercándolos a su cuerpo. Le dio una lamida hacia abajo, y siguió su camino. Pasó la lengua por el arrugado saco, chasqueando la lengua para bañar cada deliciosa esfera. JiHoon maulló y graznó unos cuantos ‘por favor y síes’, pero no movió un músculo. 

 

Su sub estaba aprendiendo. Muy bien. 

 

A SeungCheol no le importaba que su sub fuera tan vocal. Quería oír cada grito y maullido, pero quería que JiHoon siguiera sus indicaciones a la hora de la movilidad. Su sub necesitaba saber que SeungCheol no iba a tolerar que lo desafiara. 

 

Sabía que era nuevo en esto, por lo que le dio cierto margen de maniobra, sólo le daba nalgadas a su sub cuando lo desobedecía. Sabía que JiHoon pronto aprendería lo que era aceptable y lo que no era tolerado. 

 

Cuando SeungCheol bañó los huevos de JiHoon con su saliva, empujó un dedo en la entrada de su apretado sub. Y maldita sea si no estaba apretado. Retorció su muñeca, buscando el punto dulce mientras continuamente lamía y succionaba sus huevos. 

 

―P-Por favor, Amo. 

 

SeungCheol se deleitaba con las declaraciones de JiHoon mientras deslizaba un segundo dedo en el agujero de su sub y comenzaba a empujar y estirar el follable culo del hombre mientras se movía por encima de los huevos, lamiendo la base de la dura polla de JiHoon. 

 

―¡Oh, dioses! ―sopló JiHoon cuando empezó a temblar. 

 

―No tienes permiso para correrte, JiHoon ― SeungCheol le recordó mientras hacía tijera con sus dedos y luego los giraba dentro del estrecho canal del hombre―. Si te corres, nuestra noche termina. 

 

―No-no voy a correrme, Amo. ―Las palabras temblorosas en los labios de JiHoon, y SeungCheol sabía que estaba luchando con uñas y dientes para no dejar que su orgasmo saliera de sus huevos. 

 

Deslizó un tercer dedo en el culo de JiHoon mientras le mordía el muslo y luego liberó su mano y se alejó. 

 

La cabeza de JiHoon se volvió, buscando a ciegas a SeungCheol, mientras este envainaba su polla con el condón de látex. SeungCheol no dijo ni una palabra. Esperó a ver si JiHoon le preguntaba dónde estaba. Sabía que JiHoon era inteligente y sabría que no se había movido de la cama. 

 

Pero cuando el cuerpo de JiHoon se puso tenso, con los brazos tirando contra las cuerdas, SeungCheol puso una mano sobre la espalda de JiHoon. ―¿Estás buscándome, amor? 

 

JiHoon vaciló y luego asintió.


―¿Estás buscando a mi voz?

 

Una vez más, su sub asintió.

 

―¿Mi voz te hace sentirte más cómodo, JiHoon? 

 

―Sí, Amo. 

 

Eso era exactamente lo que SeungCheol quería oír. Quería saber que con sólo su voz, JiHoon respiraba más fácilmente y se calmaba. Por lo menos SeungCheol, o una pequeña parte de SeungCheol se vanagloriaban de la idea de que sólo con él, JiHoon bajaba la guardia y confiaba plenamente en que no iba a humillarlo o hacerle daño. 

 

Agarrando la base de su polla, SeungCheol se inclinó introduciéndose y vio como el cuerpo de JiHoon lo succionaba con avidez. 


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