. . . Sasuke se encontraba dando vueltas en su habitación como león enjaulado.
Estaba furioso, podría matar a Itachi con las manos de la manera más dolorosa posible si no fuera porqué... sus manos temblaban.
¡Estaba nervioso, okey!
Podía sentir su corazón latiendo estúpidamente rápido y sus manos, oh malditas que no dejaban de tamblar y sudar.
¿El dobe ya las habrá leído? Y sí si, ¿qué pensó? ¿Aversión, disgusto, confusión, risa, pena? O... indiferencia...
No sabía porque, pero ese último pensamiento le causaba mayor dolor que cualquier otra posibilidad.
Tapó su rostro con las manos. No sabía qué hacer. Detestaba no saber que hacer.
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Después de llegar del trabajo, la tarde pasó tranquila, demasiado para el gusto de Fugaku.
-¿Y Sasuke, por qué no baja a cenar?- preguntó mirando la entrada del comedor.
-Problemas de adolescentes, cariño.- le aseguró Mikoto con una sonrisa.
-Si, las chicas y sus amoríos son todo un caso.- agregó Itachi burlón mientras comía.
-¿Te refieres a sus fans locas?- le miró dudoso.
-Para nada, padre.
Fugaku sólo alzó una ceja confuso mientras volvía su mirada a la puerta del comedor.
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Estaba recostado en su cama, tumbado boca arriba mirando al techo, como si este en cualquier momento le fuera a dar la respuesta a sus preguntas mentales que no hacían más que enredarse entre sí.
Pensaba en sus opciones, cosa que no era muy común en él.
Sentía que debía dar una respuesta seria. Sentía que si cometía un error o no era claro podría confundir de la peor manera la situación. Sentía que si Sasuke tuvo el valor de mandar las cartas es porque el valía la pena. Se sentía especial. Era especial para alguien, nunca nadie le había dicho o expresado algo parecido (exceptuando a sus padres, claro). Sentía que al fin podría confesar lo que siente por Sasuke porque ahora sabe que es correspondido. Porque siempre lo quiso. Y ahora se sentía dichoso.
Suspiró. No quería echarlo a perder.
Tomó en mano las cartas. Pasando una por una, recordando con una sonrisa lo que llevaba cada una.
Y fue cuando una idea surco su mente. Su mirada se alzó con emoción y no pudo evitar sonreír.
Qué mejor que responder las cartas de amor que con una carta igual de expresiva.
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Tal vez su decisión no fuera la mejor, pero quería evitar cualquier tipo de situación que le hiciera sentir vulnerable. No sabía que esperar, y eso era lo que más le asustaba.
Ese sábado por la tarde sus padres habían salido, normalmente Naruto lo llamaría a "invitarlo", lo que se traduce como hacer berrinche hasta que se canse de escucharlo y acceda, a salir a algún lado o simplemente pasar el día en su casa.
Pero ese sábado no había pasado por lo que sólo le quedaba estar en la sala con su hermano, uno a cada borde del sofá, viéndolo asesinamente mientras el malnacido de Itachi sólo miraba la televisión cómodamente.
Vaya manera de pasar la tarde.
Después de horas, un pequeño ruido interrumpió el silencio sólo opacado por el leve ruido del televisor, pues a Itachi no le gustaba el volumen alto.
-Ve abre, Sasuke.- dijo su hermano sin despegar la vista del TV, pues ese ruido fue el golpeteo de alguien en la puerta.
-Ve tú.- reprochó cruzando los brazos.
-Pero está por venir la mejor parte de mi telenovela.
Sasuke alzó la ceja al escuchar eso, viéndolo raro.
-Histórica, mi telenovela histórica.- corrigió recto.
El toque de la puerta volvió a sonar y Sasuke ya no quiso indagar de más en las rarezas de su hermano.
Sasuke abrió la puerta, perdido en sus pensamientos.
-Aahm... teme, yo...
-Itachi.- sentenció en cuanto el sobrenombre le hizo alzar la mirada abruptamente.
-¿Qué?- no entendió la mención del hermano mayor.
Sasuke esquivó la mirada ligeramente mientras hacía una extraña mueca al intentar hablar sin sentirse incómodo por el nerviosismo que sentía en todo en el cuerpo, disimulando el sonrojo.
-Mira, es que lo que pasó no... de verdad Itachi se, no lo...- soltó el aire que retuvo inconsciente, 'serenate' se ordenó internamente, no podía parecer nervioso. Le vio directamente a los ojos con seguridad -Si vienes por las cartas, sólo quiero aclararte que no debes tomarlas enserio. Itachi las escribió en un intento de molestarme, pero por supuesto que no lo creíste, no eres tan dobe.- intentó parecer seguro, al punto de expresarse con ligera burla, esperando Naruto disminuya la seriedad que su rostro adoptó inesperadamente.
Naruto se le quedó mirando directo a los ojos, sin expresión alguna, pero Sasuke sintió como sí escudriñara su mente.
-¿De verdad?- Sasuke sólo asintió lento y algo inseguro a la seca pregunta -Y supongo que Itachi sabe tanto de nosotros como para expresar eso, y de verdad debió esforzarse mucho como para hacerme creer que de verdad sentías algo por mí. Y al parecer sí fue Itachi el que escribió las cartas por las cuales vine, porque lo siento si soy tan dobe que quise corresponder "tus" sentimientos, pues entrégale esto a él.- habló con enojo, pero lo que más sobresalía de su voz era decepción. Apretó su puño y le lanzó el objeto que sostenía con frustración.
Negarlo, eso había sido su decisión después de pensarlo mucho, pero su mente quedó en blanco, dejando de pensar en cuanto escuchó ser correspondido. ¿De verdad sus sentimientos eran recíprocos? Se sentía... feliz.
Pero todo se fue al carajo cuando sintió que Naruto le lanzó algo ligero con fuerza al rostro para seguido irse casi corriendo, como si huyera, totalmente rígido.
-...
Bajó la mirada para ver el objeto que le fue lanzado, viendo lo que parecía ser un sobre de carta arrugado. Lo tomó en sus manos, curioso por lo que habría adentro.
En el sobre sólo había "TEME" acompañado de un corazón, algo mal hecho pero lo hacía ver más adorable.
Abrió el sobre, sacando una hoja doblada. La desdobló con lentitud y...
Le fue arrebatada de las manos. Alzó la vista para encontrarse con una mirada reprendedora de parte de Itachi. -No debes leer lo ajeno, hermanito.- le reprochó con una sonrisa burlona.
-¿Qué? ¡Dame eso!- intentó arrebatar la carta, siendo imposible ya cada que se acercaba Itachi retrocedía, manteniendo la mano en alto y aprovechando la diferencia de altura.
-Hermanito, Naruto dijo que me la dieras a mí, así que deja de renegar.
-¡Eso es falso! Para qué el dobe querría darte algo a ti.
-Parece que ni siquiera lo escuchaste. Esto es para el escritor de las cartas, y según lo que le dijiste a Naruto, ese soy yo.
-Pero es falso y lo sabes.
-Pero Naruto no, y él escribió esto. Hay que respetar sus deseos.- habló tranquilo, parecía que iba a entregarle la carta por lo que Sasuke se quedó quieto.
E Itachi salió corriendo.
-¡¿Por qué siempre te escondes tras una puerta, maldito?!- le siguió hasta que se encerró en su habitación, por lo que sólo le quedó golpear y patear la puerta.
-Precauciones... ...- aclaró su garganta sonoramente. - ... Esto es vergonzoso, no soy muy bueno para expresarme a palabras, supongo que tú lo has de saber, teme, digo lo que pienso. Pero esta vez... escribió "vez" con s que idiota.
-¡¿Estás leyendo la carta?!
-¿Y qué pensabas que hiba a hacer? ¿Guardarla con cariño y amor?
-¡No la leas, Itachi-baka!
-Quisiera decirte esto con palabras de mí boca, pero yo se que soy bruto y puedo confundirme, por lo que pense mucho en todo lo que ésta escrito aqui para hacertelo entender bien... este chico no sabe usar la tilde, hermanito, ¿de verdad lo quieres como pareja?- comenta tranquilo mientras seguía escuchando los reclamos y golpes de su hermano.
-¡Ya déjalo o juro que te va peor cuando salgas!
-Te amo... vaya, eso fue un poco directo, rió burlón. Y todo quedó en silencio. -¿Sasuke?
Sasuke estaba en shock, un revoloteo se instaló en su estómago, acompañado de un cosquilleo tranquilizante en su pecho. Y un pensamiento travieso surco su mente inconsciente... "quisiera escuchar esas palabras con su voz".
-¿Sasuke? Responde.- ordenó serio. -Esta vez no pienso salir, ni lo creas. -dictaminó con los brazos cruzados. ¿Tropezar dos veces con la misma piedra? No, gracias.
-...
-...
-Itachi...
-...- Itachi prestó atención, su sentido de hermano sobreprotector le decía que algo serio venía.
-¿Qué debo hacer?- fue lo que escuchó Itachi después de unos segundos. La aflicción en las palabras de su hermanito le hicieron suspirar con una sonrisa enternecida.
-Ir con él, aclarar el asunto y decirle lo que sientes.- le aconsejó, recordando como Naruto pareció enojarse, o más bien decepcionarse, cuando Sasuke negó todo. Porque si, Itachi lo vio todo, ¡pero no por entrometido, fue por fines de apoyo hermanitario!
-No puedo hacer eso. Las cartas eran como me expresaba, pero con palabras frente al dobe... no, no creo poder.
-¿Tienes miedo, hermanito?- miró la puerta con ligera burla, como sí Sasuke fuera a verlo.
-...
-Mmh... es eso, eh.- abrió la puerta, encontrando a su hermano sentado y recargando la espalda en la pared de al lado, con las rodillas flexionadas y abrazándose a estas. -Tal vez las cartas hayan iniciado esto, pero no crees que escuchar un 'te amo' directo de la boca es más emocional y llega con mejor recibimiento al corazón.
-Mph.- Sasuke bajó la mirada, algo pensativo mientras un ligero carmín se posó en sus mejillas.
-Sólo actúa conforme lo que sientas, ototo-baka.- le consoló, a la vez que se ponía de cuclillas para juntar sus frentes con una sonrisa. Acto que para Sasuke significaba más de lo que mostraba u otros supusieran.
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Se había decidido. Hablaría con Naruto cara a cara.
Sin trabas, directo, conciso, franco, al grano, recto, sincero, claro, sin rodeos, iría al punto y punto.
-¡Me gustas...!- okey, tal vez demasiado directo...
Gritó nervioso apenas tocó la puerta y una cabellera rubia se asomó.
No había respuesta, y Sasuke no se atrevía a levantar la mirada.
-...
-...
-... oh...
-...
-...- de pronto sintió un pequeño beso en su frente, lo que le hizo alzar la mirada sorprendido sólo para sorprenderse más. -Me alagas, Sasuke-kun, pero soy un hombre casado y amo a mi esposa, además tengo un hijo, de hecho lo conoces se llama Naruto, es algo revoltoso pero...
-¡Lo siento!- hizo una reverencia algo exagerada por los nervios. -Y-yo, perdón. Quería hablar con Naruto.
-Ouh, ya entiendo, vas a decirle lo mismo que me dijiste a mí, verdad. Y yo que creí que lo nuestro era especial.- hablaba soñador, mirando al cielo con nostalgia y con una mano en su mejilla.
-Aahmm... si.- una gota resbaló por su cien. -Es que, yo creí que a esta hora Naruto estaba solo, lamentó la confusión.
-Oh si, es sólo que hoy decidí tomarme el día libre. Pero adelante, pasa.- se hizo a un lado, permitiendo el paso a Sasuke. -Está en su cuarto, ya sabes donde es.- le dijo amigable, recibiendo un asentimiento. -Y, Sasuke... buena suerte. Les daré su espacio.- ante el comentario sólo desvío la mirada rápido, asistiendo de nueva cuenta sin saber que decir.
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Al parecer era repugnante. ¿O por qué otra razón Sasuke negaría todo?
-Tal vez lo mejor hubiera sido no hacer nada...
Se sentía despechado. Cuando leyó las cartas sintió que Sasuke de verdad le amaba tanto como él. Y sí Sasuke se había atrevido a dar el primer paso, ¿qué le detenía de decirle lo que realmente sentía, y darle una respuesta tan clara como él lo hizo? Pues al parecer le detuvo el hecho de que Sasuke no sintiera lo mismo de la misma manera.
Pues él que haya negado el ser el escritor de las cartas le hacía sentir que en ningún momento quiso declarársele. Y tal vez de verdad no haya escrito las cartas... esa idea le enfureció tanto que ni lo pensó cuando le aventó su carta a Sasuke.
Toc toc- se escuchó el ligero golpe en la puerta.
-Pa' no estoy de humor.
Y ante la respuesta la puerta se abrió, dejando ver la razón de estado depresivo. -No soy tu padre, usuratonkashi.
-Tú...
-Mph. ¿Te sorprende verme?
-¿A que vienes?- preguntó desviando la mirada, no quería verlo a los ojos y sentir el dolor de que Sasuke no lo vea como él hacía, como habían dicho las cartas que creyó haber sido escritas por Sasuke.
-Si no soy bien recibido puedo irme.- la idea de ser directo se fue al caño en el momento que tocó la puerta de Naruto, y fue peor en cuanto éste le recibió no tan gratamente.
-La puerta está abierta.
Sasuke apretó su puño. No con molestia, ya quisiera fuera así, sino con impotencia. Quería gritarle, tal vez lo que gritó cuando llegó a su casa o una aclaración o aceptación que negó cuando él fue a su casa. Pero no podía...
-Sólo venía a-
-¿Darme la respuesta de Itachi?- le interrumpió.
-No.- le respondió serio. -Itachi no escribió las cartas y lo sabes. Yo... yo las escribí y, venía a...
-¿Te me vas a declar?- preguntó incrédulo.
-¿¡Q-qué?! ¡No! Ni que tuvieras tanta suerte...- murmuró lo último. Tal vez sincerarse era lo correcto en ese momento, a pesar de no tener la seguridad de estar tras las hojas de papel podía hablar de igual forma, pues las palabras son dedicadas a la misma persona.
-...
-Sólo, pues, leí la carta que me dejaste. Y quería decirte que tú no tienes nada que ver con la negativa que siento, al contrario tú me dabas... confianza. Pero...
-¿Eres inseguro?
-...- Sasuke sólo frunció el ceño. No le gustaba esa palabra, aunque él sabía que era la mejor para describir el miedo de ser rechazado que sentía cada vez que pensaba en Naruto y lo que le hacía sentir.
Naruto sonrió. Entendía a Sasuke con sólo ver sus expresiones. Siempre había sido así.
-Teme... ¿entonces de verdad escribiste las cartas?- sonrió esperanzado.
-Eso es obvio, dobe. Naruto pareció pensar por unos segundos, hasta que volvió a hablar seguro y contento.
-Entonces, qué tal sí respondo tu carta número once; si.
-¿Si qué?
-¿Acaso ya olvidaste lo que decía esa carta?- preguntó juguetón.
Sasuke intentó hacer memoria, tratando de recordar exactamente lo que decía una carta entre las quince que escribió. Creyó que no lo recordaría pero de alguna forma le vino a la mente de una.
-"¿Te gustaría ser mi novio?"- citó Naruto las últimas palabras de esa carta y él se sonrojo fuertemente.
-¡Yo no escribí eso! ¡Escribí, que, que, tú, no...!- y no tenía nada para contradecir esa afirmación.
Naruto se acercó a él y le calló su balbuceo. Sorprendiendo a Sasuke, pues nunca esperó que su forma de hacerlo fuera de un beso suave y firme.
-Entonces las diré yo. ¿Quieres ser mi novio?- preguntó con una sonrisa satisfecha. Probar los labios de Sasuke había sido aún mas especial de lo que imaginó muchas veces, algunas inconscientemente.
-Bueno, ya que tú lo pides... por qué no.- sonrió, sin hacer esfuerzo por esconder su felicidad, no valía la pena en ese momento.
-Te amo.- rió y beso su mejilla.
-Por supuesto, quién no.- sonrió con sorna.
-Teme, se supone que digas yo también.- hizo un puchero inconforme.
-¿Quién dice que te amo, usuratonkashi?- desvío la mirada.
-Tengo quince cartas que lo prueban.- le miró con autosuficiencia.
Y Sasuke sólo mostró seriedad. -Vas a devolverme eso.- sentenció.
-¡¿Qué?! ¿Por qué? Yo pensaba guardarlas con cariño y amor. Y para una futura extorsión....- susurró lo último. Si, ya imaginaba a Sasuke cocinándole ramen con tal de no leer eso en voz alta. -Además tú tienes una mía, no te puedes quejar.- reprochó con un mohín y cruzando los brazos sobre su pecho.
-No la tengo.
-Si, te la dejé con delicadeza en la puerta de tu casa.
-Ajá.- le miró irónico. -Pero a lo que me refiero es que no está a mi poder. Ni siquiera la leí yo, la leyó Itachi en alto y después no me la quiso regresar con la excusa de que yo la destruiría.
-¡¿Itachi leyó la carta?!- gritó histérico, completamente colorado. -¡¿Por qué lo permitiste, Sasuke?! ¡Es vergonzoso!
Pues como no lo hiba a ser, si en ella no había más que sentimientos de amor, escritos con palabras algo curisis pero que se esforzó por pensar y quedara coherente, o algo así, considerando que se revolvía entre temas y terminaba arregandolo con un "lo que quiero decir..." acompañado de un "te amo" o "no entendía que te amo desde hace tiempo". Cursi, verdaderamente cursi. Pero aún así la entregó, porque sentía que la mejor forma de dejarle en claro su amor era hablando con sinceridad, y es todo lo que había en esa carta.
-Tú leíste las mías. Y eso no estaba planeado.
-¿No?- sus cejas mostraron confusión. -Pero, yo las recibí, lo que significa que las mandaste, lo que significa que si estaba planeado, lo que significa que no tiene nada que ver con que Itachi tiene mi carta, lo que sig-
-¿Ya puedes callarte?- preguntó cansado de tanta palabrería sin sentido. -Itachi mandó las cartas por travesura cuando descubrió que las escribía y donde las guardaba.- explicó simple.
-Oh...- parpadeó repetidas veces, procesando la información.
-...
-...- procesando...
-...
-...- procesando...
-...
-¡Pues me alegra que lo haya hecho, teme!- ¡proceso completo! Declaró sonriente a la vez que saltaba a abrazar a Sasuke efusivamente.
Y para sorpresa de Sasuke le plantó un sonoro beso en la frente. Se sonrojo sin poder evitarlo.
-¡T-tampoco tomes tanta confianza, usuratonkashi!- soltó avergonzado, pero sin hacer mucho por separar el abrazo.
-Jeje...