-Entonces... - Empezó a decir Alex. - ¿has estado soñando con esto desde que pasó...eso? ¿Día y noche lo mismo, una y otra vez?
Kenny titubeó – No exactamente... es como... cambiante – Trató de explicar. – Nunca había soñado con laberintos, claro... soñaba con que estaba en mi...
-Sí, sí, tú en tu cuarto y esa cosa y sus amigos asustándote – Asintió ansioso, señalando al chico de cabello azul que avanzaba con cara indiferente detrás de ellos. – Eso ya me lo explicaste, ¿pero nada más? – Todo lo que veía le parecía tan extraño y tan... nuevo, tan complejo de entender en una sola noche...
Kenny se lo pensó un poco – Había otros sueños – Admitió – Si pasaba "la noche" sin que... - Se fijó nervioso en Nightmare Bonnie – Ellos, me asustaran, despertaba y era de día, pero sentía que ese día ya lo había vivido, y pasaban cosas que ya me habían pasado. Cosas como deja vú, o algo así... y cuando terminaban esos sueños tenía otros...
-¿Otros? – Kenny asintió, era tan raro hablar de sus sueños de esa manera, más con el chico con el que lo hacía, pero bien, no era la primera cosa extraña que hacía en lo que iba de la semana, en lo que iba de la noche tampoco. – Hay otro tipo de sueños, con un conejo que asusta y... que se sienta en una silla...
-Un conejo que asusta y que se sienta en una silla – Alex hizo como que lo entendía, silbó – Y yo que creía que mi mamá tenía sueños raros – Rio por lo bajo, pasando su mano por la mata de cabellos del Kenny– Niño, he oído de traumas, pero lo tuyo sí que es serio.
-Me pregunto de quién será la culpa – Siseó Nightmare Bonnie, quien había permanecido en silencio lo que llevaban de camino. Caminó más rápido, en dirección a donde el pasillo se dividía en dos tramos. – Ambos caminos se ven muy oscuros, no sé ve nada – Admitió.
-¿N-no podemos buscar alguno con más luz? – Titubeó el niño.
-Tengo una mejor idea – Dijo entonces la pesadilla, sacando su máscara de conejo y poniéndosela. El horrible conejo destrozado se acercó hacia ellos dando largos e intimidantes pasos.
-¿Te importaría avisar antes de hacer eso? – Se quejó Alex, quien se había estremecido ni bien volvió a ver a esa cosa azul y espeluznante frente a sí.
Kenny parecía querer orinarse encima en cuanto lo tuvo en frente, y Alex aunque hacía lo posible por disimular retrocedió ligeramente. – Sólo recuerda que no te haré daño, ¿de acuerdo? – Le pidió a su creador, haciéndole un gesto para que se subiera en él y llevarlo así. El niño titubeó, volteando a ver al otro, preguntándole con el gesto qué debería hacer, como este tampoco tenía idea le hizo seña para que lo hiciera.
-Bien – Comenzó a decir Nightmare Bonnie en cuanto el niño estuvo en sus hombros, avanzando. – La luz del centro parece ser la opción más razonable, hay que ver detenidamente los pasillos, quizás vayamos en círculos y esa no es la idea.
Alex paseó la luz de la linterna, escuchando un quejido de parte del animatrónico al ser tocado por la luz –Perdón – Dijo en seguida, para seguir inspeccionando el pasillo. – Pues para mí todos son iguales... – Admitió, más dejó de hablar al notar algo en el borde de una de las esquinas. – Esperen...
-¿Qué pasa? – Preguntó Kenny de forma nerviosa. Aferrándose de pronto al animatrónico en el que estaba sentado.
El muchacho castaño se acercó a aquel borde, viendo más de cerca los detalles con ayuda de la linterna. Escuchó que tanto el niño como el conejo preguntaban qué sucedía por lo que les hizo una seña para que se acercaran a ver.
Marcas...
-Alguien ha estado por aquí – Balbuceó, las marcas parecían ser de garras. – Eso, o alguien estuvo afilando sus uñas mientras no veíamos...
Nightmare Bonnie gruñó en cuanto la linterna aluzó sus manos. - ¿Tú quieres dejar de hacer eso? – Se quejó. – Y yo no hice nada. Saben que me acabo de transformar.
-Entonces hay otra pesadilla rondando por aquí... -Kenny volteó a todas partes al decir eso. Si de por sí ver al conejo era aterrador, no quería toparse con los demás.
-O por ahí – Intervino Alex, señalando entonces con la linterna otro pasillo cuyos bordes tenían marcas parecidas. – O allá – Secundó Nightmare Bonnie, señalando el pasillo contigua al que recorrían, el cual tuvieron que iluminar para notar que también había sido marcado.
-¿Qué pesadilla podrá ser? – Nightmare Bonnie sintió los bracitos de su creador temblando mientras le abrazaba. Quiso reconfortarlo poniendo una de sus manos en la cabeza del niño, pero las garras daban un efecto contraproducente. Se disculpó.
-Todo estará bien – Dijo convencido. – Si es una pesadilla, seguro somos amigos... yo le diré que no te asuste.
-Sólo encárgate de decirle antes de que aparezca – Pidió Alex. – Yo no estoy preparado para otro paro cardiaco, gracias.
-Claro que no – Negó Nightmare Bonnie, sonriendo porque el más pequeño parecía ya más relajado. Suspiró. En verdad esperaba que, de tratarse de una pesadilla fuese cualquiera menos la que creía, de otro modo, su consuelo sólo se volvería una mentira.