Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Notice me, senpai por Sora Hatake

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Itachi y Yamato estaban en la parte trasera de la escuela leyendo aquellas hojas. Era la primera hora y el profesor de inglés había faltado así que tenían tiempo libre.

“Y al final, la muerte al ver tal acto de amor removió las flores de los pulmones de aquel hombre. Curándolo de toda enfermedad y dejándolo vivir con aquella persona que era su amor verdadero y correspondió a sus sentimientos. La cura siempre estuvo en él, en medio de los pulmones que florecieron con impotencia y fueron limpiados con cariño; La cura  fue el amor correspondido que finalmente había sido proclamado, así el enamorado y su enamorada pudieron ver juntos los cerezos florecer.” —Leía Itachi

—Debe ser una broma, estuve acomodando papeles durante dos horas escuchando a Obito y Sukea gritar y reír ¿para esto? —soltó Yamato molestó

—Creo que es muy romántico, pero no nos sirve de nada—dijo Itachi entregándole las hojas

—Lamento que no haya sido de ayuda —comentó el castaño agachando la cabeza

—Descuida, escuche en las noticias que en la mañana inicio una importante operación para remover las flores de uno de los enfermos que estaban en cuarentena, si todo sale bien iré a que me hagan el mismo procedimiento —contó Itachi de forma tranquila.

— ¡Oye, Itachi! —exclamó Shisui a lo lejos atrayendo la atención del chico —¡Vamos a desayunar algo rico antes de que inicie la clase!

Itachi se levantó para sacudirse. —Y si no hay cura, entonces creo que haré lo que hizo el enamorado, le pediré a la muerte un último deseo para poder declararme. Nos vemos en el salón —el chico le sonrió a Yamato antes de caminar hacia Shisui.

“La cura es el amor correspondido” —leyó Yamato el texto en sus manos. Eso no podía ser cierto, porque si lo era…entonces el estaría muerto.

Durante ese tiempo no tuvo ningún ataque de tos fuerte, era extraño. Itachi tenía razón al decir que iban y venían, aunque hasta ahora solo habían sido leves y soltaba a lo mucho dos o tres pétalos; Estaba ansioso y temeroso por saber cuándo le llegaría uno fuerte de nuevo,

En el entrenamiento de aquel día noto como algo parecía molestar a Kakashi, se notaba disperso. Había dejado pasar más de una vez el balón, pero ni siquiera parecía importarle. Ojalá pudiera leer la mente para saber que era aquello que tenía así a su senpai y de alguna forma ayudarle.

—Terminamos por hoy chicos —dijo el entrenador.

— ¡Kakashi! ¿Qué demonios te paso hoy? —reclamó Iruka acercándose el mayor —Todos mis pases fueron hacia a ti y no devolviste ninguno

—Lo lamento, es solo que no me siento bien hoy —contestó Kakashi

—No nos digas que tienes esa nueva enfermedad —dijo Asuma acercándose al oír la disputa

—No, es solo que… no es nada importante —el chico negó con la cabeza y fue hacia las duchas

— ¡Oye, no nos dejes con la duda! —exclamó Iruka

—Déjalo, es Kakashi, si tiene un problema de seguro podrá resolverlo solo —comentó Asuma

—Aun así quiero saber —dijo Iruka para ir tras Kakashi

Yamato los vio charlar a los lejos. No podía escuchar que decían, ¿Iruka era tan cercano a Kakashi como para poder contarle lo que sentía? Sintió un dolor en su pecho, ahí estaba de nuevo. Cubrió su boca y salió corriendo del lugar antes de que el ataque de tos iniciara, no quería que nadie se diera cuenta.

Tsunade caminaba de un lado a otro. La cirugía había terminado hace un par de horas. Había sido complicada, pero pudieron remover todas y cada una de las flores del interior de aquel paciente, ahora esperaban a que despertara.

Una vez que lo hizo comenzaron las preguntas de rutina. Todo parecía marchar bien, ni un solo ataque de tos en aquel tiempo, pero aquel paciente tenía algo que no le agradaba. Se notaba tan frio y disperso, como si nada le importara.

Los estudios siguieron, y la operación se consideró exitosa ya que ninguna flor volvió a crecer en su interior. Pudieron dejarlo salir de cuarentena.

Tsunade y Orochimaru veían el reencuentro del chico con su familia, había algo que a la mujer le molestaba.

La madre lloraba, el padre lloraba, los hermanos menores del chico lloraban, y él…tenía una mirada vacía.

—No podemos dejarlo ir aun —habló Tsunade

—Pero ya está bien, las flores fueron removidas con éxito —contestó su compañero

—Debe revisarlo el psiquiatra del hospital, creo que esto salió mal —dijo Tsunade

—¿Por qué el psiquiatra? —cuestionó Orochimaru

—Porque incluso si sus órganos están funcionando bien no sabemos que ocurre con su mente —respondió Tsunade 

 

— ¿Cómo te sientes con todo esto, hijo? —preguntaba su madre entre llanto

—Yo…no siento nada —contestó el chico

— ¿Qué tal has estado estos días? —preguntó Yamato que se sentó al lado de Itachi en el almuerzo. Se habían hecho un poco más cercanos esos días mientras seguían investigando sobre el “Hanahaki” aunque aún no encontraban más información que lo dicho por el libro y los resultados de la operación aun no eran dados al público ya que seguían con pruebas; Siempre que Shisui no estuviera con Itachi, él se sentía en confianza para hablarle.

—Bien, no he tenido ningún ataque de tos —contestó sonriendo el azabache

—Me alegro mucho por eso

—Aunque sabes… tuve la idea de hacer un diario de emociones —Itachi saco su celular y lo reviso. —Sé que lo del libro nos pareció muy tonto, pero puede tener sentido. ¿Prométeme que no le dirás a nadie lo que te voy a mostrar?

—No es que le hable a mucha gente, pero te lo prometo de todas formas —respondió Yamato

—Entonces checa esto —el Uchiha le mostro su celular.

Yamato leyó lo que veía en la pantalla.

Día Uno. Salí con Shisui, él se encontró a Izumi en el camino y prefirió acompañarla a casa que acompañarme a mí. El dolor en el pecho comenzó y en la noche tosí un pétalo.

Día Dos. Shisui y yo estudiamos en mi casa. Él menciono que pensaba salir con Izumi después. Tuve un ataque de tos fuerte.

Día tres. Me sentía mal, pero Shisui me animo durante mi práctica de esgrima. No tuve ningún ataque de tos en el día.

Día cuatro. No vi a Shisui hoy. No tuve ningún ataque de tos fuerte, cuando tosía solo salían dos o tres pétalos sueltos.

Día cinco. Shisui subió una foto con Izumi, tuve el ataque de tos más fuerte que he tenido hasta ahora. Me comienza a costar trabajo respirar.

Día seis. Vi a Shisui caminar junto a Izumi, tuve un ataque de tos, pero cuando él se acercó a ayudarme este fue disminuyendo hasta desaparecer. Es la primera vez que me pasa esto.

Día siete. Shisui ha estado preocupado por mí porque descubrió que estoy enfermo. Me envió un mensaje en la noche para preguntarme si estoy bien. No tuve ningún ataque de tos hoy…

Día ocho. Shisui me acompaño de regreso a casa, dijo que ahora lo haría siempre para asegurarse de que este bien. Tosi algunos pétalos cuando se fue.

 —Yamato, dime loco, pero creo…cuando el libro dice que la respuesta es el amor correspondido, es cierto —dijo Itachi seriamente.

—Pero si eso fuera cierto, ¿no crees que en el hospital ya debieron de darse cuenta?

—No, tú dijiste que los tienen en cuarentena, ¿cómo van a confesar su amor si están encerrados? Quizá por eso tampoco tienen avances en sus investigaciones, al estar las personas apartadas de sus “amores no correspondidos”, los ataques no son fuertes, solo se mantienen pero las flores siguen aumentando. —explicaba Itachi totalmente confiado de sus palabras.

Yamato lo veía incrédulo, ¿Era posible que un simple chico de instituto fuera más listo que un grupo de gente bien preparada?  —Si funciona así, no crees que es un poco…obsesivo, el sentirse celoso porque aquella persona se relacione con alguien más

—Pues sí, suena mal si lo pones así —contestó Itachi. —Pero creo que de alguna forma hemos perdido el control de lo que sentimos, algo debe ocurrir en nuestro interior que provoca esas reacciones no tan positivas.

Yamato le dio vueltas a aquel asunto en resto del día. Debía admitir que el diario de emociones era una excelente idea. ¿Qué ocurrió el día que sus síntomas comenzaron?

— ¡Cuidado! —exclamó Kakashi deteniendo el balón que iba hacia él. Yamato salió de sus pensamientos. — ¿Estás bien?

—Sí, muchas gracias senpai…aunque nos anotaron.

Kakashi vio el balón que había caído de su lado. —Ah…otra vez

—No importa, trabajemos juntos en recuperar ese punto —dijo Yamato decidido en concentrarse ahora si en el juego. Kakashi lo vio fijamente, era la primera vez que tenía esa actitud.

— ¡El juego de hoy fue tan emocionante! —exclamó Gai cuando las practicas habían terminado y se encontraban en los casilleros.

—Sí, esta vez no dejaremos que los tontos de Suna nos derroten en el siguiente partido que tengamos con ellos. —contestó Obito.

—Lo hiciste bien hoy, Yamato —comentó Kakashi viendo a su compañero

—Gracias, pero tú lo hiciste mejor senpai, aunque caíste un par de veces, ¿estás bien?

—Sí, no fue nada, aunque me duele un poco el hombro

—Oh, eso —Yamato busco entre las cosas de su casillero para sacar una pomada. —Toma, mamá me dio esto, tengo más en casa así que puedes quedártela. Solo aplícala en el lugar que te duele. También tengo parches para el dolor por si quieres uno.

— ¿Tienes un botiquín medico ahí dentro? —bromeo Obito al escucharlo.

—Si… —respondió Yamato avergonzado

—Deberías tú también tener uno Obito —habló Kakashi. —Siempre te estas lastimando por lo torpe que eres

— ¿A quién le dices torpe, Bakashi? —reclamó molesto Obito

—A ti, ¿a quién más? Solo mira —Kakashi señalo el parche en el ojo del chico. — ¿No eres demasiado grande como para caerte de la bicicleta?

— ¿Necesitas de nuevo rueditas, Obito? —preguntó Asuma haciendo reír a sus compañeros

— ¡No necesito nada de eso! —exclamó sonrojado Obito por la vergüenza

—Oye Yamato, ¿me podrías regalar un parche para el dolor? —decía Kakashi cerrando su casillero para acercarse al castaño.

—Claro senpai —Yamato lo saco y se giró a verlo. Kakashi se había sentado en las bancas que había en el lugar dándole la espalda.

— ¿Me podrías ayudar a ponerlo? —preguntó alzándose la camiseta.

—Eh…yo…ponerlo —sintió sus mejillas calientes y su pecho latir rápido. Se acercó lentamente y coloco con cuidado el parche sobre la piel desnuda de Kakashi.

—Gracias —Kakashi giro su cabeza un poco para sonreírle.

—Oye, Yamato, a mí me duele la espalda, regálame uno de esos—Asuma se acercó a un costado. 

— ¿A mí me puedes regalar una bandita? —preguntó otro de sus compañeros acercándose

—Eh…yo, claro —Yamato los veía nervioso, llevaba un par de meses en el equipo, y hasta ahora parecía que nadie lo había notado, ¿Por qué lo hacían de repente? Se sentía abrumado con tanta atención -sí, dos personas eran demasiada atención para él-.

Puso el parche para el dolor en la muñeca de Asuma, y le dio una bandita a su otro compañero, Gai le pidió una venda que él amablemente le regaló.

Esos últimos días, de alguna forma se le hacía más fácil hablar con Kakashi. ¿Por qué? Si lo pensaba mejor, no era solo con Kakashi, era en general. Hablaba con Itachi, Sukea, casualmente con Obito; de alguna forma comenzaba a disfrutar la compañía de más personas, aunque también disfrutaba de sus momentos a solas, era extraño.

En la salida vio a Kakashi caminar solo, se quería acercar a preguntarle si su dolor se había ido, pero Iruka se adelantó, parecía llevar algo en la mano que le entrego a Kakashi. Conforme se acercaba pudo ver ese objeto mejor, era un girasol, Kakashi le sonrió y ambos se fueron charlando juntos.

Sintió aquel dolor que venía antes de los pétalos, no le dio tiempo de correr, comenzó a toser en su mano. Cuando el ataque ceso simplemente dejo caer los pétalos que se fueron volando con la brisa del aire. Esos sentimientos que salían provocados por sentimientos negativos, ¿qué representaban? ¿Impotencia? ¿Celos?

—Así que tú también lo tienes —dijo alguien poniendo la mano sobre su hombro haciendo que se pusiera tenso, esa voz la conocía bien.

Notas finales:

Hola! Espero les haya gustado este capítulo uwu 

Nos vemos en el próximo


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).