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Solo eran 24/4 por Nasky

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Notas del capitulo:

Casi no subo hoy, me dije: "na, hoy no prendo la compu, mejor me quedo dormida", la garganta no me anda bien, luego me acordé que es viernes y :) aquí estamos, ya mejor y esto anima

Espero les guste, saludos y lindo fin de semana

 

-           ¿Ania? - le llamo, pero no viene, me levanto y llego al marco de la puerta, creo que hoy me siento más fuerte, por lo menos para poder caminar un poco más

-           ¿Qué haces ahí? - me pregunta con esa mirada de preocupación y molestia

-           Caminar, hace bien- suspira no muy feliz

-           Vamos- me toma del brazo para que me pueda apoyar en ella

-           Voy mejor- le presumo en lo que me ayuda a sentarme

-           Claro- vuelve a su distancia mientras coloca la silla plástica en el área de regadera

-           ¿Me ayudas? - le pido al tratar de quitarme el pantalón, asiente y viene para ponerme de pie y dejar caer la prenda- la otra pieza también- murmuro roja, no entiendo porque estoy siendo tan osada cuando me siento tan mal

-           ¿q q q qué? - me ve a los ojos un poco roja

-           No me voy a volver a meter a la bañera con ropa interior- le explico aguantando los nervios que están naciendo desde mi pecho

-           Claro- sin dejar de verme a los ojos toca el resorte y apenas con un ligero roce en mi piel lo baja aguantando la respiración- listo- traga

-           Bien, gracias- le indico con la mirada que me ayude a llegar a la silla- ahorita te paso la camiseta- la camiseta que me cubre hasta los muslos

-           Si- cierra la cortina y me deja ahí para pasarle la camiseta

Comienzo el baño con muchas energías, el agua está templada como debe ser y es algo que me sorprende, Ania al parecer es buena en muchas cosas, pero, sin embargo, el gasto de energía es mucho

-           Oye Ania- la llamo apenas sintiendo como poco a poco todo se va complicando

-           ¿Qué pasa? ¿Ambar? - la veo asomarse y en menos de un segundo ya me tiene en sus brazos- ¿te sientes muy débil?

-           Ssss- balbuceo mientras la veo mojarse

-           No te preocupes- me ve- te termino de bañar y te alisto- tenía tanto tiempo que no llegaba a estos extremos, esa fue la razón por la cual dejé la universidad, si bien me acuerdo, creo que lo último que hice fue ir a un café y al día siguiente hasta me internaron, ni me acuerdo de quienes fueron o cuanto estuve ahí

Ania me lavó, secó, puso crema, llevó a mi cuarto y me vistió

-           No quiero estar aquí- suelto entre sollozo

-           Pero aquí vas a estar más cómoda para dormir- me dice en lo que me seca el cabello con secadora

-           No quiero- la veo de reojo

-           Ambar, aquí puedes dormir mejor- me sigue explicando con un tono de voz muy dulce

-           Pero aquí no vas a estar tu- no quiero estar sola, ella suspira

-           Te llevo a la sala y ahí te duermes ¿sí? - asiento- cuando termine de hacer la comida y comamos nos venimos para acá, no te voy a dejar sola- me abraza y yo me dejo

-           Gracias- le digo de corazón

-           No hay de que- besa mi frente dejándome una agradable sensación

Recuerdo que fue un simple parpadeo el que di, pero Ania ya viene por mí para el desayuno en el que solo me ayudó a sentarme algo decente en el sillón para desayunar; terminando parpadee nuevamente y al abrir mis ojos ya Ania tiene la comida lista

-           Es caldo ¿quieres ir a la mesa?- veo a todos lados algo ida ¿Cómo es que he dormido tanto? Llevo desde el martes así, que solo cierro los ojos y pierdo todo, me siento tan agotada

-           Si, voy- me toma de la cintura y me ayuda a ponerme de pie, subo la cabeza y la tengo cerca, su olor es rico- terminando ¿dormimos? - inclina la cabeza y sonríe

-           ¿Aun tienes sueño? - siento el sonrojo en mi cara, sé que es como sinvergüenza de mi parte eso, pero de verdad que no puedo conmigo- bien, de comer vamos a tu cuarto- hago caras

-           No en mi cuarto- niego en lo que vamos al comedor

-           ¿En dónde si no? - no sé si lo hace a propósito solo por escucharme decirlo o es de verdad, pero su cara de inocencia…

-           En el sillón- musito- como el primer día- veo como poco a poco su sonrisa aparece y un no sé qué en sus ojos que me conmueve, si, conmueve es la palabra que busco

-           Será un placer- asiente

 

La comida como siempre está deliciosa, Ania me habló de todo un poco (clima y esas cosas) dejando a un lado mis malestares y lo que viene mañana

-           Listo ¿te ayudo a acomodarte? - me pregunta ya que me ayudó a llegar al sillón

-           Yo puedo- me ve con una sonrisa burlona y le saco la lengua, pero me acuesto, la veo darse la vuelta- ¿no vienes? - ¿Qué no había quedado claro?

-           Si- escucho su risita, aunque está de espalda- solo vine por la cobijita- me sonrojo y no digo más

Siento como me cobija y se acuesta conmigo en el sillón, quedando demasiado juntas, pagadas con laca por así decirlo, sintiendo como respira en mi nuca y me abraza

-           ¿Esta vez tampoco te dormirás? - me pregunta entre risitas

-           No abuses- digo “indignada”- solo porque me hiciste piojito- bostezo

-           Ah, ese es el arte secreto para hacerte dormir- comenta llevando su mano a mi cabello para hacer exactamente eso, enterrar sus dedos entre caricias en mi cabello

En mi nuevo abrir de ojos ya todo está oscuro

-           Buena hora para despertar- me le quedo viendo ¿Qué no estaba acostada conmigo? ¿Qué hago sobre su regazo ahora?

-           Ah ¿sí? - asiente con la cabeza con una sonrisa que denota que está conmovida

-           Sí, es hora de que prepare la cena- me hace seña para que levante la cabeza

-           ¿A qué hora te moviste? - lo hago sintiendo mi vejiga a full- necesito ir al baño

-           Hasta tomaste agua- me dice extrañada ayudándome a ir- claro que, con popote, no te veías muy bien- suspira

-           ¿Dormirás conmigo? - pregunto cayéndome el 20 de que mañana será el día

-           ¿Estás inquieta? - abro la puerta del baño en la que ella me espera

-           Un poco- miento

-           La cena es en tu cuarto- me lleva- mañana será un proceso muy simple, no pasa nada, solo nos quedamos ahí un rato y Talía va a estar cuidándonos a las dos- me sonríe

-           ¿Eso es un no? - la veo entrecerrando la mirada

-           Dormiré contigo, no tienes de que preocuparte, también estaré contigo todo el tiempo- besa mi frente y sale de la habitación mientras su respuesta y su beso me dejan con paz

 

El despertador suena, la escucho y siento moverse

-           ¿ya es hora? - pregunto sin abrir los ojos

-           Para arreglarme si- su voz es amable- preferiría que hoy no te bañaras ya que vamos a salir y por el proceso, mejor mañana ¿te parece? - me pregunta

-           Está bien- ni fuerza tengo

-           Es hora de que te arregles- me vuelve a despertar, la veo y ya está más que lista

-           Allá está el pants- le señalo en lo que me voy levantando.

-           Hola preciosa- saluda Santiago todo fresco y revitalizado con un cubre bocas al verme salir de mi cuarto

-           ¿Qué haces aquí? - me le quedo viendo en lo que viene por mí y me carga

-           Te voy a llevar, voy a trabajar y cuando terminen tu tratamiento me van a llamar para regresar por ustedes- me explica dulcemente- ahorita solo te cargo a ti y de regreso también- aprieta los labios para no reírse

-           Aprovechado- pero me recargo en su hombro en lo que Ania pone una cobija encima mío y bajamos al carro

 

Llegamos al hospital, soy consciente que todos mis ahorros del carro ahora están más que puestos en este proceso.

-           Ya está todo dispuesto para la plasmaféresis- comienza a hablarle el doctor a Ania que asiente- ya está sabido que el padecimiento es Púrpura trombocitopénica idiopática- Talía ya las está esperando- voltea a ver a Santiago y le sonríe- el procedimiento tarda aproximadamente entre 2:30 o 3, es para sacarle una unidad completa a Ania y evitar complicaciones en Ambar- Santiago que tiene cara de idiota de que no entendió ni madres solo asiente con una sonrisa- para que calcules el tiempo

-           No se preocupe, ya están avisados en el trabajo- los dos se quedan viendo y luego me ven- ¿A dónde me la llevo? - pregunta Santi

-           Aquí- le indica la silla de ruedas- de aquí en adelante me encargo yo- me pone en la silla

-           Bueno- Santi besa mi frente- todo saldrá bien, regreso al rato por las tres- se va besando nuevamente mi frente

-           Que guanga estas, mírate nada más, casi llegas a la última vez- se burla el condenado- te ves cuchita- se ríe

-           Pero mejor que usted- ni ganas tengo de molestarlo - ¿y Ania? - no quiero estar sin ella

-           Ah, ella se adelantó un poco- me va empujando

-           ¿No le va a pasar nada verdad? - se ríe

-           Claro que no, ya le tengo listo todo para subir sus plaquetas de forma natural- dice presuntuoso- no como otras- pone ese tono pesado- también por eso acepté, la verdad es que Ania tiene muy buena salud, se cuida bastante- asiente orgulloso.

Llegamos y veo como a Ania le están poniendo la cosa esa de la máquina

-           Me vas a explicar o te vas a hacer el interesante- le gruño al doctor en lo que Ania y la otra enfermera se ríen

-           Deja primero atiendo aquí, ¡que desesperada! - se pone dramático con una sonrisa en lo que le pica sepa Dios que cosas a la máquina

Despierto en el hospital, algo mareada y agotada (que el término se queda poco)

-           Bendito Dios despiertas- mamá me besa la cabeza

-           ¿Qué pasó? - la veo a los ojos, está llorosa

-           Te desguanzaste antes de llegar a la puerta- me responde papá con voz cálida- pero el doctor ya te puso el medicamento y estás reaccionando muy bien

-           La universidad- ¡mis clases!

-           Esa…- comienza a decir el doctor que entra tomando nota- tendrá que esperar un poco, ahorita ni a la ventana te puedes asomar- intenta con su voz bromear, pero no le sale, tiene el entrecejo muy fruncido- ¡ya te dije que tienes que avisar! - me regaña y suspira

-           Lo siento- suspiro llorosa- no me sentía tan mal

-           ¡Tan! - enfatiza- ¿cuantos sangrados haz tenido? ¿Por qué tu piel está así y no dices nada? - bien, si está encabronado y sospecho que solo porque mis papás están aquí no me dice más- pudimos atenderte antes y con eso no pierdes el semestre, pero, así como estás…- niega con la cabeza

-           Genial- rezongo

-           Si, genial, ahora mínimo una semana aquí- sentencia firmando unas cosas y saliendo

 

-           Mira nada más que color de sangre tienes- le comenta el doctor a Ania y codea a la otra enfermera- Talis, esto es de envidia, si juera vampiro yo si le chupo

-           ¡Doctor! - suelta la tal Talis atacada de la risa

-           La sangre- pone tono y cara de indignado el hombre en lo que Ania se ríe también- ¿Qué pensabas mujer? Tú y tu mente sucia cochambrosa- me contagian la risa

-           Solo pensé que sería muy antigénico – suelta fatua y sacando risillas acompañada de Ania que no deja de verme de reojo

-           Ambar, vamos a acomodarte en lo que estas mal pensadas están en eso- me hace reír con sus caras

 

-           Mira- entra el doctor a mi cuarto de hospital- te voy a prestar mi curso de inglés que está muy aburrido- refunfuña

-           ¿Para que me lo da si está aburrido? - le pregunto molesta, aun no se me olvida que me regañó

-           Pues…- sonríe burlón- no tienes nada mejor que hacer- se ríe- ¿qué mejor que conseguir algo útil en este tiempo y el que vas a estar ahí enclaustrada? si te gusta te pago un semestre del curso

-           Se va a arrepentir, nada más por el gusto de fastidiarlo- le digo arrogante

-           Ya veré

De ahí que me pagó el semestre y seguí con las clases con horarios más relajados que en la universidad, lo mejor de todo es que mi salud mejoró tanto que hasta se podría decir que ya estaba sana, lo malo es que no fue del todo, pero mi gusto por los idiomas creo poder decir que se lo debo a él.

Lo último que recuerdo es al doctor dejándome sentada en la cosa esa, cerré tantito mis ojos y ahora ya están pasando la máquina para ponérmela a mi

-           ¿Ella está bien? - le pregunto a la tal Talis

-           Si, está bien, ahorita solo está descansando, en lo que te hacemos el proceso a ti ella va a comer- me sonríe

-           ah ¿sí? - asiente

-           Si, le daré incluso en la boquita para asegurarme de que coma y tú no te preocupes- ¡ah! ¡otra chistosita! ¿Quién le dijo que puede hacer eso a mí Ania? Digo, Ania solo Ania

-           Te explico- comienza a decirme el doctor en lo que le pica a la máquina- esta máquina súper poderosa- se pone creído- le estuvo sacando la sangre de Ania y la filtró quedándose solo con las plaquetas hasta que obtuvimos la unidad que necesitas

-           ¿Por qué no solo la pidió al banco de sangre? - muy complicado, la cosa esa empieza a funcionar

-           Porque en tu caso puede ser muy malo si se cuela una bacteria de una o varias personas y no queremos eso, por eso es mejor de una sola- me explica sentándose a mi lado y veo como la Talis le da comida y algunas cosas más a Ania que me sonríe tierna

-           ¿Cuántas veces vamos a hacer esto? Me vas a desfalcar- se ríe

-           Espero solo sea una- revuelve mi cabello- tengo un buen presentimiento de esto, solo por favor sigue todas las indicaciones- lo último lo suelta amenazador

-           ¿Tú crees que ella me va a dejar que me las salte? - reímos

-           No, fue la mejor decisión casual que he tomado

-           Si tú lo dices- cierro los ojos

-           Y lo sostengo, ahora duerme- me pone una cobija encima

 

 

Ania

 

-           Se ve tierna dormida- me dice Tali

-           Sí, mucho- casi me desvelo viéndola dormir, pero hoy tenía que estar al 100 por ella

-           ¿Mareo, nausea? - me preguntan los dos

-           Estoy bien, solo hambre, ella también debe tener- les digo

-           Seguro que sí, es bien tragona- refunfuña el doctor- estará bien- la revisa con la mirada, se nota que está encariñado con ella- aquí están las indicaciones para ahorita- le entrega el papel a Tali- para las dos y – saca otro papel y me lo entrega- esto es para mañana en adelante hasta la próxima cita que…- se queda pensando y ve a Talis que solo se ríe de él entre risitas- Talis te avisará cuando será- se sonroja

-           Bien, gracias, mi trabajo- me detiene

-           Tu trabajo es estar ahorita con ella- nos quedamos viendo- yo sé que ella no puede pagarlo, pero me vale y te quedas más tiempo con ella, es igual que estar en mi consultorio con nosotros, además- ve juguetón a Tali- es buen entrenamiento para esta mujer tan desordenada- sube los ojos rodeándolos y haciendo ademanes en lo que ríe. Talis y yo nos le quedamos viendo, él es el único desordenado de ahí- como decía- carraspea ante nuestra mirada- eso es todo por mí, hay que hablarle al galán ese- se ríe, se despide y se va.

Esperamos a lo último (que ya no era mucho) y entonces si me acerco para quitarle la aguja y todo lo demás.

-           Ambar despierta- le muevo el otro brazo lo más suave que puedo- ya acabó, me da una sonrisa débil

-           ¿Aun estaremos aquí? - pregunta endeble

-           Un poco, solo en lo que llega Santiago, media hora cuando mucho- le aclaro

-           Tu ¿cómo estás? - me pregunta preocupada

-           Estoy bien, aquí lo más importante eres tu- me ve feo y sonrío- estoy bien, hoy nos cuidará Talis solo por precaución, no es necesario que me cuiden a mí- asiente

-           Esto da nauseas- me río

-           Supongo que no quieres comer- niega con la cabeza- aun así, en la casa hay fruta con limón y sal que comerás- que ni crea

-           Bien- suspira mientras le mando el mensaje a Santiago que pase en 30 minutos, solo para ver que no haya efecto secundario en Ambar

 

Santiago llega un poco después (no es malo, al contrario) y nos lleva mientras hace plática con Tali, mientras yo tengo a Ambar recostada en mi regazo, se nota tan frágil, espero este tratamiento si haga efecto positivo en ella.

 

-           La dejé en su cama- nos avisa Santiago, a mí, Tali me puso en el sillón a descansar- yo regreso más tarde, pero me pueden llamar a la hora que sea- me ve serio

-           Si, gracias- de verdad que con Ambar da todo

-           Mañana viene su mamá- asiento- yo estaré aquí- vuelvo a asentir con la cabeza- nos vemos- sale

-           Ese bombon si me gusta, pero no sé- Talis comienza a jugar

-           En el refrigerador está la fruta de Ambar, hay que despertarla para dársela- sonríe- ¿Qué?

-           Santiago me dijo que me va a mandar al carajo si se la doy yo- se ataca de la risa- que no se deja tocar por cualquiera y es bien mula con gente extraña- se ve bien divertida en lo que saca las cosas- así que te llevo allá porque dudo que a mí me deje estar así de cerquita y apapachable como contigo- me sonrojo

-           Claro que no- bueno, solo porque se sentía mal me dejó acercarme o, más bien dicho, porque no le quedó de otra me dejó

-           Vamos- camino delante de ella- ya hay comida hecha para las tres, solo hay que calentarla y

-           Cálmate- me detiene- todo va a estar bien- abro la puerta y la veo acostada bien dormida

-           Ambar, despierta, tienes que comer- abre sus ojitos lentamente

-           No tengo hambre- se niega

-           No me importa, tienes que comer- me siento a un lado y le ayudo a acomodarse- no es mucho para que al rato comas como se debe- hace caras refunfuñando, pero si come.

Termina de comer y se vuelve a quedar dormida, Tali es cuando aprovecha para tomar la temperatura y le ayudo a revisar que no haya problemas, una bacteria ahorita sería muy peligroso para ella.

-           Todo en la cocina lo desinfecté ayer- le aviso a Talis

-           Que devota- me molesta

-           Soy comprometida con mi trabajo- le aclaro, aunque ni yo me lo creo, estos extremos… la verdad nunca los he tomado

-           Por favor, se así de comprometida conmigo- se sienta en mi regazo abrazándome- yo soy recíproca- me guiña el ojo

-           Tengo que ir al baño- musita Ambar que no sé a qué hora abrió los ojos

-           Claro- Talis se levanta como resorte para irla a ayudar en lo que Ambar nos ve horrible, veo la hora y es tiempo de empezar a calentar, la mayoría de la comida tiene que hervir y dejar enfriar un poco para servirle

-           Bien, yo voy calentando la comida- les aviso

-           Ahorita te suplo para que descanses también- asiento- tomate tu medicina- me grita

 

En lo que caliento la comida veo que las dosis de la medicina de Ambar estén listas conforme a las indicaciones

-           Dije que te tomaras las tuyas, no que supervisaras las otras- me saca un susto

-           ¿Ella? - pregunto

-           Ya está acostada esperándote- sonríe, yo le sigo aquí

-           Solo no quemes la comida- le hago burla de una vez que nos contó que se distrajo en un chisme y la comida le quedó toda carbón

-           Muy graciosa- me dice con todo de fastidio fingido en lo que voy con Ambar entre risas

-           ¿Todo bien? - me pregunta Ambar al entrar

-           Si, ¿tú te sientes bien? - le toco la frente

-           Si, aun cansada- suspira hastiada

-           Te diría que fuéramos al sillón, pero en este momento no podemos- me toma de la mano

-           ¿No te vas a acostar conmigo? - me pregunta con ojos suplicantes, trago, esas cosas son las que con ella me doblegan más de lo que por si, su sola presencia lo hace

-           Claro, a eso iba- miento

-           Te llevas bien con ella- comenta prendiendo la tele

-           Sí, tenemos una buena relación- frunce el ceño- es muy agradable- asiento, aparte es molestable y molestosa

-           ¿De ella también te enamoraste? - me pregunta cruzando los brazos ¿Qué rayos?

-           ¿Cómo? - las risitas se me salen

-           ¿Sientes algo por ella? - su cara sigue estando pálida, me ataca una de esas risitas nerviosas, le acaricio una mejilla

-           ¿De qué hablas? - ella frunce más el ceño

-           ¿Te ríes? - se molesta

-           Ambar, Talis es mi compañera de trabajo- sus ojos me escudriñan- duerme, te hará bien, yo voy a estar aquí- me acerco a ella para besar su frente

-           Bien- sin hacer tanto movimiento recarga su cabeza en mí.

Esos fueron celos ¿verdad? No, no, no, no, no, no puedes pensar esas cosas, ya decidiste que no puedes simplemente huir, pero tampoco te hace bien pensar esas cosas, igual solo nos vio que nos llevábamos muy bien y ya, al fin, ella no me conoce relacionándome con más gente, si, solo es eso, solo eso y ya

-           Hey- Tali grita susurrando

-           Me asustas- la regaño entre susurros percatándome que Ambar ya está dormida, Talis se ríe

-           Mira- me enseña en su celular una foto tomada en infraganti, frunzo el ceño

-           ¿Me la pasas? - ay, la que no quería más cosas en su cabeza, Talis asiente con una sonrisa burlona

 

 

Ambar

 

La comida fue un caldo de verduras con bastante limón ¡que yo no le puse! Pero no estaba mal, solo que le hacía falta una hermosa cantidad de sal porque no sabía, unos brócolis cocidos (así solitos, sin sal) y fruta; que, aunque me les quedé viendo feo, solo me sonrieron y Ania hizo cara de “cómetelo” que no me quedó de otra porque tampoco es que yo pueda pararme a hacerme la comida, bueno, ni siquiera pararme porque sigo guanga.

De solo pensar que Talis me llevó al baño, me ayudó a bajar la ropa interior y se dio vuelta ya que me sentó, una cosa incómoda, Ania mínimo me espera afuera. Talis es menos habladora que Ania, por lo menos conmigo, porque con Ania si plática, de todo un poco, sobre todo términos médicos y comparten de ello que yo creo lo hacían a propósito para que yo me quedara dormida

-           ¿Cómo gelatina? - veo mi plato con solo eso

-           Hay que evitar que algo te caiga mal o pesado mínimo hoy- me dicen a la par, rodeo los ojos con la nefastes de esto, primero por el hecho y segundo porque hasta en eso están sincronizadas

-           Me deberás una salida- le dice Tali a Ania- podemos hacer cositas- se le iluminan los ojos

-           Bien, pero por favor, no me salgas con excentricidades como la otra vez- le reprocha Ania- sabes que esas cosas no me van- ¿de qué hablan?

-           Hay, pero te veías divina cuando hacías esas caritas- le guiña el ojo coqueta y eso… eso… ¡eso me enoja!

-           Ya acabé- entrego mi plato algo tosco, pero ¡no me importa!

-           ¿quieres más? - me pregunta dulcemente Ania

-           No gracias- mascullo- quiero dormir- ya ni sueño tengo, bueno, sí, un poco

-           Bien- acepta Ania en lo que Tali le quita el plato a Ania para ir a la puerta de mi cuarto y salir mientras veo fijo a Ania apretando mis labios- ¿todo bien?

-           Si, gracias- me trago todo lo que quiero gritar que en realidad no tengo idea de que es, pero sé que quiere salir, seguro la frustración de la enfermedad y estar aquí a cada 5 minutos quedándome dormida en vez de estar trabajando como es que debo estar

-           Traje esto- llega anunciando Tali

-           ¿Qué es eso? - pregunto viendo el aparato

-           Un monitor para bebés- sonríe feliz enseñándoselo a Ania quien sonríe- tú tienes que descansar, así que lo pondremos aquí y el otro en el cuarto de Ania donde dormiremos juntas- ese “juntas” me sonó a grito restregante, calándose en mi pecho y cabeza

-           Pero Ania me había prometido que estaría conmigo esta noche- reclamo, Ania abre los ojos con sorpresa y Talis sonríe- tú te puedes quedar en el cuarto de Ania y poner esa cosa por si alguna de las dos necesitamos algo- Ania aprieta los labios y Talis sonríe más grande para luego hacer puchero

-           Dormiré con frío esta noche- infla los cachetes y hace esa voz lastimera a Ania

-           Las cobijas son calientitas- le corto, Talis no aguanta más y se ríe

-           Bien, solo les recuerdo que puedo escuchar todo con esto- se va riendo mientras que Ania sonríe apenada

 

-           Oye, despierta- me hacen cariños en el cabello- es hora de tu desayuno y medicinas- su mano me toca la cara de forma dulce- aparte, hoy viene tu mamá

-           Bonitas formas de despertarme- se ríe contagiándome a una sonrisa, cierto, ayer hablé un rato con mamá en lo que Santiago estaba aquí con Andrea

-           El chef les trajo una rica ensalada de frutas para favorecer esas plaquetitas, si te portas bien hasta un dulce le digo al doctor que te dé en la siguiente visita- comenta juguetona Talis

-           Gracias, me acomodo- me pasan el plato con todo y pastillas, me les quedo viendo feo

-           ¿Te vas a querer bañar? - me pregunta Ania con un plato con huevo igual al de Tali

-           Si- sigo comiendo con el antojo de su comida y por más que trate de engañarme que esto es eso, no sabe igual

-           Entonces yo le ayudo en lo que tu preparas las casa- Tali le dice a Ania con su atención en su plato- oye, de saber que cocinabas así te llevaba a vivir conmigo por siempre- se ríe

-           Tonta- veo como Ania también toma unos medicamentos y la imito

 

Pues… Tali fue la que me ayudó en el baño, algo muy básico y rápido, Ania mínimo me talla más suave, esta es más atolondrada, me ayudó a arreglarme (eso sí, peina muy bien, claro que después de secarme con secadora el cabello) y me llevó a mi cuarto en donde las sábanas ya estaban cambiadas.

-           Buenos días- mi madre entra con mucha seriedad y debo decir que está enojada

-           Hola mami- sonrío “inocentemente”, aquí hay que sacar las mejores cartas que uno tenga

-           Buenos días, bueno, yo les dejo, ya es tiempo de que me vaya- Tali me tapa- espero verte pronto- sonríe feliz, se despide con un ademán de mi mamá y sale toda contenta

-           ¿Y bien? - mi mami frunce el ceño

-           ¿Talis te secó bien el cabello? - me pregunta Ania entrando con una charola que trae una jarra (que puedo jurar tiene agua de limón) y tres vasos

-           Sí, todo está bien- asiente feliz dejando las cosas en la cómoda y sirviendo dos vasos

-           Siéntese por favor- le comenta Ania a mi madre de forma amable

-           ¿Quién eres tú y la chica que se fue? - mi madre va directo al punto

-           Son enfermeras del doctorcito chistosito- mamá me ve desaprobatoriamente por llamarlo así- ash, trabajan con el ahora que- sonríe

-           Si, supe que ya se retiró- se ríe, una risa liviana- pero ¿Por qué te están cuidando? - ve directo a Ania pidiéndole que explique, Ania me ve con cara de “¿lo hago?” Mientras yo asiento

-           Las plaquetas de Ambar bajaron muchísimo y se le tuvo que realizar una plasmaféresis- mamá se le queda viendo con cara de “en español”- es un procedimiento para la trasfusión de plaquetas- mamá asiente

-           El doctor nos había dicho que era una opción- me ve horrible- ¿Por qué me estoy enterando hasta ahora? - me pregunta directa

-           No quería preocuparte, estoy bien y estoy muy bien cuidada- señalo con la mirada a Ania, mamá se ríe más

-           ¿Y te dejas cuidar? - habla entre risas

-           No soy tan…- me quedo con las palabras en la boca ya que mamá le pregunta a Ania

-           ¿Te obedece? - se ríe

-           Cuando se siente mejor es cuando es un poco más difícil, ahorita ha seguido todo al pie de la letra

-           Pues, así como está no lo dudo, no le queda de otra, por necia- me regaña

-           Oigan, se supone que

-           Se supone que nada- mamá me interrumpe- seguro te descuidaste y por eso todo avanzó más rápido- suspira molesta- tu papá y hermano vendrán en la tarde mientras yo te cuido, puedes descansar- le dice a Ania

-           Tengo instrucciones de- mamá la detiene

-           Descansa, solo podremos estar aquí hoy y yo sé que ella no es fácil, yo haré la comida, traje cosas

-           Como usted ordene

-           Laura, llámame Laura- le dice mamá estrechando su mano

-           Ania, lo que necesite señora- mamá le sonríe

-           Mientras, voy a bañarme yo- se da la vuelta y sale

-           Es linda, ¿te gusta? - mamá comienza

-           No veo a todas las mujeres para mis gustos- expreso con cansancio, siempre es lo mismo, aunque mamá no es común que me diga

-           Sí, pero ella siento que es tu tipo y se ve buena persona, eso y que no le quitaste la vista de encima ni un momento y con la otra enfermera te valió- estoy atónita

-           Claro que no

-           Claro que sí, pero bueno, si sí, me agrada, no tardes en presentármela como mi nuera- suspira- ¿Cómo te sientes?

-           Estoy bien, he estado agotada, dormido demasiado, Ania es la que me hace comer y me cuida el sueño

-           ¿Cuánto lleva cuidándote?

-           Una semana- mamá se asombra y no de la buena- porque el doctor se puso de payaso, yo me sentía bien, solo que desde el martes todo se puso así- me señalo- frunce el ceño- me estuvo acompañando al trabajo para vigilarme- lo último lo digo entre dientes

-           Pft, ya decía que el doctor no era tan vehemente ¿te regañó? - se ríe, esa risa de yo sé que si por necia y no avisarme

-           Claro que lo hizo y se mofó y me molestó- lo acuso mientras mamá asiente feliz- se supone debes estar de mi lado

-           Se supone tú me debes avisar desde el principio, lo bueno es que te enjaretó enfermera, aunque sea sexy- se ríe

-           Ash, no la veo de esa forma- le aclaro molesta

-           Júrame que no la has visto como mujer- me ve fijo a los ojos mientras que las palabras no salen de mi boca- eso supuse- sonríe satisfecha- ¿es de tu bando?

-           ¿Qué clase de pregunta es esa? - le pregunto molesta

-           Que si también a ella le gustan las mujeres- me aclara toda cínica

-           Yo que voy a saber- se ríe

-           Por Dios Ambar, no nací ayer y soy tu madre, tú sabes si le van o no, así que habla- me exige

-           Le gustan- cruzo los brazos molesta y bostezo

-           Listo, ya estoy aquí ¿necesitan algo? - Ania entra aun secándose el cabello

-           Ella tiene sueño, lo más seguro es que se quede toda dormida, aunque supongo que tiene mejor cara que ayer

-           Sí, la tiene, se ve con mucho más color que ayer o días pasados- sonríe dulcemente Ania viéndome

-           Perfecto, ahora duérmete en lo que preparo la comida para todos, porque supongo vas a querer comer con nosotros en el comedor

-           Si- sonrío- si quiero

-           Vamos Ania- las veo yendo a la puerta

-           ¿Me van a dejar sola? - se me sale, mamá abre atónita los ojos con una sorpresa que le saca una sonrisa, creo que acabo de cometer un error de esos grandes

-           Ania ¿acaso no la has dejado sola ni un solo momento? - la sonrisa de mamá se agranda

-           Para hacer la comida o limpiar si- Ania responde desubicada- fueron instrucciones del doctor

-           Ah, ya veo, supongo que pusieron monitor en la noche- mamá le comenta en el marco de la puerta sin dejar de verla y a mi viéndome de reojo que no sé porque cada vez estoy más nerviosa y siento un sonrojo en mi cara

-           Ayer lo puso Tali, yo me quedé aquí- ¡Ay mamá! No seas tan obvia

-           ¿Solo durmieron ayer juntas? - mi mamá ahora si me ve fijo- ¿o más días? - me pregunta

-           Vdadrios- musito en lo que se ríe abiertamente

-           Mi bebé debió sentirse muy mal- hace puchero, se acerca a mí y me da un beso en la frente y en susurro agrega- por no llamarme- regresa a la puerta- te la robo un momento, ya regresa contigo para que vele tu sueño- me sonríe llevándose a Ania


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