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Notas del capitulo:

!Pero no la guerra!!!! XD eso piensa ella, espero que tengan un buen fin de semana y descanso, saludos!

Ania

 

-           ¿Qué tan mal está? - su mamá me pregunta yendo a la cocina

-           Las plaquetas están demasiado bajas, estamos esperando que este proceso haya funcionado

-           ¿Quién donó? - comienza a sacar las cosas de la bolsa y las pone en el fregador

-           Yo- se gira a verme

-           ¿Un solo donador entonces? -  regresa a lo que estaba haciendo

-           Si, para evitar bacterias- me detiene con la mano

-           Ya veo, muchas gracias- se le ponen los ojos llorosos

-           Tengamos fe que, con esto, su cuerpo reaccione- le toco la espalda

-           Han sido años- suspira echándose aire en los ojos- entiendo porque no me avisó, pero…

-           Lo entiendo, si le sirve de algo la estuve cuidando- trato de reconfortarla

-           Y lo agradezco, de verdad, sé que es bien terca- sonríe- pero al parecer te ganaste su confianza, a casi nadie le deja acercarse tanto o si quiera dormir a su lado- comienza a lavar todo

-           Creo que fue más porque se sentía mal, estaba chípil- me sonrojo

-           Chípil o no, ella no deja o llama a nadie para estar a su lado, yo habría estado ahí- señala hacia la habitación- ¿vivirás aquí?

-           Sí, me va a rentar el cuarto- sonríe

-           Estaré más en paz entonces, luego intercambiamos números- seca todo- mira, aquí está este aparato que esteriliza todo- de haber sabido…- solo pones agua, las cosas y listo- saca las hoyas

-           ¡Ania! - se escucha, su mamá ríe por la nariz

-           La tienes muy chiqueada, ve, yo me encargo de esto- sigue

-           Si necesita algo no dude en llamarme

-           Sí, no te preocupes, con que la distraigas o la duermas ayudas mucho- se ríe

 

-           Tardaste mucho- bosteza

-           Le ayudaba a tu mamá- le explico

-           ¿Me abrazas? - asiento yendo a recostarme a su lado

-           Solo un rato- asiente y se acurruca en lo que me dedico a acariciarle el cabello.

 

-           Sácales foto- escucho susurros hasta que siento luces y abro los ojos, ahí está Santiago con su celular, Andrea emocionada y la Sra Laura que nos ve tiernamente

-           ¿Es hora de comer? - me tallo los ojos, ellos sonríen con esa sonrisa de ternura

-           Si, ya llegaron ellos, mi esposo y mi hijo- me dice la señora- hay que despertarla ¿podrías de favor? - asiento en lo que ellos se van al comedor

-           Ambar, es tiempo de comer- le acomodo el cabello que tiene en la cara- anda- sonrío al ver sus ojos tratando de enfocarme- ya llegaron todos- me aguanto las ganas de besar su frente

La verdad es que, se ve cada vez mejor y eso es muy buena señal, hasta apostaría porque tiene más fuerza y ni cuenta se ha dado, solo espero que no solo sean mis deseos de que esté mejor y que de verdad el procedimiento haya funcionado

 

 

Ambar

 

Abro los ojos y me encuentro con la sonrisa de Ania avisándome que ya está lista la comida y están todos, veo hacia la puerta y ahí están pegados Andrea, Santi y mi Madre viéndome con esa cara que… tengo que hablar con ellos y aclararles muchas cosas, demasiadas diría yo para que no anden pensando cosas que no son.

-           Regresé porque- sonríe enormemente Santiago- te tengo que cargar para ir al comedor- Andy y el traen cubre bocas

-           Ah, mira- lo veo frunciendo el ceño

-           Si, ven a los brazos del hombre que más amas- se pone orgulloso

-           Yo digo que al que más ama es a su papá, luego su hermano y los demás no le importan- dice Andy cruelmente- in clu yen do te- re ríe

-           Ja, soy el hombre de su vida- suelta orgulloso, siento como Ania se pone de pie y camina a la salida

-           Ya traerla “hombre de su vida”- le dice Ania entre risitas

Pues… Santiago me cargó a pesar de mis quejas y desprecios, se moría de la risa en lo que me llevaba, mi papá y mientras mi hermano solo se nos quedan viendo

-           Vine a comer comida desinfectada- comenta mi hermano- insabora- mamá le pega en el omoplato y reímos- solo para poder verte así- me señala con la palma de la mano abierta- toda cucha

-           Muy gracioso, seguro mueres por mí- le apelo

-           No es para tanto- responde cruel

-           Dejen sus tonterías y a comer, la comida si sabe- mamá nos regaña viéndonos feo (a mi hermano y a mi)- siéntense chicos- les dice a Santi, Andy y Ania

-           Va a haber un congreso de algo en casi un mes o menos- comienza a informarme Andy- así que tienes que estar como nueva para esos días, todo lo van a hacer en el hotel y tendremos mucho trabajo

-           ¿Extranjeros? - pregunto

-           Aun no dicen- me responde Santiago tomando una tortilla para hacerla rollito- solo hay muchos rumores, pero va a ser grande

-           Bueno, tengo tiempo para ponerme bien

-           Más que bien por favor- papá me ve duramente

-           ¡Papi! - uso ese tono chiqueado para que no me regañe

-           Lo bueno es que ya tienes quien te ponga en tu lugar- todos ven a Ania que está muy concentrada en su sopa

-           ¿Mmm? - pregunta al sentir la mirada de todos

-           En su lugar y hasta le dejan quedarse en la misma cama- mi mamá dice burlonamente viéndome

-           ¡Nooooooooooooo! - mi hermano comenta con cara de sorprendido tocándose el pecho dramáticamente y el tonito de incredulidad mientras que Santiago y Andy me ven socarronamente

-           Me sentía muy mal- aclaro, Ania solo levanta las horillas de la boca ligeramente y sigue con su comida

-           Claro y tu peluche no se llamaba Sr conejo- ¿han querido matar a su hermano?

-           Era bonito- mi papá le sigue el juego- y no quería que ningún otro peluche se durmiera con ella porque solo él era súper mega especial- ¡trágame tierra!

-           Oigan- les llamo la atención en lo que Santi y Andy disfrutan el show- se supone vienen a verme porque estoy malita- les reclamo

-           Pero tú tienes la culpa por no avisar con tiempo, así que aguántate- me recrimina mi hermano y mis papás hacen esa media sonrisa de “te jodiste”

-           Con razón te amo- me le quedo viendo

-           Me adoras, aunque a mí no me dejas dormir en tu cama- se ríe

 

Después de que me molestaran y comer la deliciosa comida de mi mami, estuvimos un rato más en la sala hasta que mis ojos ya no puedieron más porque se cerraban solos

-           La llevo a su cama- escucho a lo lejos la voz de Santiago- Ania, deja eso, mejor ven a cuidarla – y de solo escuchar que estará a mi lado, dejo que el sueño me tome por completo

 

-           No quiero- me niego escondiéndome debajo de las cobijas

-           Ambar, no estoy jugando- Ania dice molesta- no me obligues a hacer cosas- su voz es firme y seria, pero yo no quiero

-           No me importa, he dicho que no quiero- me envuelvo cual tamal en las cobijas

-           No digas que no te lo advertí- siento el jalón de las cobijas desde los pies arrebatándomelas por completo- sé que ya estás más fuerte, pero aún no lo suficiente, así que- me ve fijamente, tanto que me estremece, es como un poco de miedo lo que da- o te dejas aquí o te llevo al laboratorio- aprieta los dientes

-           No quiero que me piquen- trato de huir, pero me detiene

-           Tengo órdenes de sacarte sangre incluso si te tengo que amarrar- me toma de las muñecas quedando arriba mío, pero sin hacerme daño- así que…- jala aire- o te dejas o ya sabes- me sonrojo en lo que ella sonríe

-           Eso sería como darte doble gusto- digo bajito y ella ríe por la nariz

-           A mí no me gusta el BDSM- acerca su cara a mi poniéndome nerviosa- claro que… no sé a ti y por eso pensaste en ello- se separa con una sonrisa burlona

-           ¡Claro que no! - reniego tratando de soltarme sin mucho éxito- Ania- la llamo con toda la seriedad y molestia que se acrecienta en mi- ¡suéltame! - me sonríe sin soltarme

-           No- pero se para dejándome ahí y me avienta las cobijas encima- voy a traer las cosas para sacarte las muestras

Se da la vuelta y sale, así que ahora si me enrollo más que bien para que no pueda hacer las endemoniadas cosas de picarme y dejarme en paz

-           No sé qué tanto miedo tienes, pero ya te vez mejor y hasta tienes más energía, han pasado 4 días de que pasamos por el procedimiento y se notan las mejorías- escucho decirme- destápate para sacarte la sangre de una vez por todas- demanda

-           ¡No! - empuño mejor las cobijas

-           No me dejas de otra- oigo la advertencia sintiendo como me mueve como rollo de taco haciendo que mi cara se asome

-           ¿Qué? - pregunto ida, ella sonríe

-           Záfate- su sonrisa se agranda toda victoriosa, lo intento para salir “corriendo” o lo más cercano a eso, pero… no me puedo soltar

-           Ay mamá- musito

-           Efectivamente- mete la mano y saca mi brazo- no puedes, me lo dejaste más fácil- su sonrisa es tan grande, hermosa y victoriosa que me enoja y me sonroja

-           ¡Suéltame! - muevo el brazo como puedo, pero no puedo liberar de sus manos

-           Mira- lo detiene con fuerza- como sea te voy a picar, así que- me ve fijamente- te dejas y que sea solo un piquete o te mueves y te picoteo más por mal picarte o por movimiento, tú dices- Ania ha ganado esta batalla ¡pero no la guerra!

-           No me agradas- le pongo en claro dejando quieto mi brazo, ella sonríe feliz

-           Bien, eso es lo de menos, con tal de comprobar lo que mis ojos están viendo- me le quedo viendo, observando como esa sonrisa tiene una característica de alivio que hacen que sus labios se vean rebosantes de felicidad que contagian- listo, ni sentiste otra vez

-           Tu amiga pica feo, con ella si sentí- me acuerdo del día del procedimiento

-           Te picó el doctor- se ataca de la risa tomando las muestras y yendo a la puerta del cuarto

-           ¡Con razón! ese es un salvaje- reniego, me dejó un ¡enorme! Moretón, aunque según Ania, fue lo mínimo de lo que me pudo haber pasado como consecuencia, claro, como ella no lo tiene, bueno… también tenía un moretón, pero no tan grande como el mío y se ve que a ella no le duele

Regresa con una gran sonrisa, me ve fijamente

-           Deberías de salir ya de esa cama, te van a salir raíces de ella- se mofa

-           ¿Y qué? ¿me voy a la tuya? - le cuestiono irónica

-           Si tú quieres, pero está tu sala- me responde risueña- las cortinas están abiertas y puse una silla en la ventana (que está cerrada) para que te de sol, estás muy blanca, ya no tardas en parecer fantasmín- se mofa

-           Muy graciosa- me incorporo molesta- podríamos salir a caminar- le reprocho

-           Ya que veamos los resultados de tus análisis y que el doctor diga que podemos, vamos- asiente viéndome pararme- ¿puedes sola o te ayudo? - hace media sonrisa

-           Ya te dije que yo puedo sola- camino con mi bastón- ¿vamos a desayunar?

-           ¿tienes hambre? - asiento con la cabeza- ¿huevo con espinacas? - la veo horrible

-           Es desayuno, no seas cruel- hago cara de disgusto

-           Bien, ¿migas entonces? - asiento- voy a salir un rato para entregar las muestras- me avisa en lo que va atrás de mi

-           ¿Por qué? ¿Qué no puede venir tu súper amiga Talis? - aunque no me hace mucha gracia que se vean, se ríe

-           Está ocupada con el doctor, entre más rápido las lleve, más pronto sabremos los resultados- me explica

-           Mmmmmm- no me agrada la idea

-           Piénsalo así, mientras puedes ponerte al corriente con tus cursos- mmmm, no es mala idea- sin que yo te interrumpa

-           No me interrumpes- es increíble como en esos momentos ni me habla, ni hace ruidos- pero está bien, ¿tardas mucho? - pregunto viendo hacia la ventana para que no vea mi cara que se sonroja

-           No, solo hago eso, aunque debería pasar al súper, pero igual eso mejor en la tarde con Santiago en lo que Andrea se queda contigo

-           Eso parece castigo- giro a verla en lo que me siento

-           Se puede decir que si- se ríe- por no dejarte picar rápido y hacer tanto barullo- se ve divertida en lo que da pasos lentos hacia mí, inclinándose un poco y tocando mi silla

-           ¿Qué? - ¿Por qué está tan cerca?

-           Te tiene que dar la luz- gira la silla conmigo en ella- así está mejor, voy a preparar el desayuno- se aleja con una sonrisa

-           ¿Gracias? - ¿Qué pasó aquí?

 

En el desayuno la veo leyendo el celular (que se me hace de muy mala educación que lo haga en la mesa) entre risitas y sonidos de cuando le llegan los mensajes, termina su desayuno y sin fijarse si yo ya terminé, se pone de pie y va a la cocina ¿Por qué no me esperó como siempre?

Un suspiro de pesadez sale de mí, veo mi desayuno, un rico huevo con tortilla que ya casi me termino, veo mi vaso lleno de jugo de naranja que aún no he probado, aunque por la cara que puso Ania, ha de estar medio acido (su cara fue chistosa), vuelvo a suspirar y termino mi comida con un poco de bolillo

-           ¿lista? - pregunta viéndome

-           Solo me falta el jugo- asiente tomando el plato, el jugo si está ácido, pero no tanto, por lo menos no para poner caras

-           Tu mamá dijo que llegaba a cuidarte en lo que yo llevo las muestras al laboratorio y paso al consultorio- me le quedo viendo ¿desde cuándo se habla con mamá? Y, sobre todo

-           ¿A qué vas al consultorio? - seguro andaba de risitas por Tali

-           El doctor y Talis no encuentran unos expedientes- su sonrisa se hace más grande- Talis jura que se los entregó al doctor y él dice que no- se ríe de nuevo- así que voy a ayudarles un poco en lo que le entrego los reportes de tu salud, como va tu piel, fuerzas y demás

-           Ah- digo sin ánimo y le entrego el vaso ya vacío; ya le iba a preguntar sobre mi madre, pero mejor a ella, sospecho que ella lo planeó todo

-           De todos modos, no pienso tardarme mucho y me regreso- me dice desde la cocina, se escucha que ya está lavando los platos

-           Yo puedo lavarlos- no estoy manca, le comento en el marco de la cocina

-           Prefiero aun no- me sonríe de reojo- creo que el viernes vamos con el doctor o a la mejor hasta el siguiente, me revolvió con sus mensajes- frunce la nariz, supongo que depende de los resultados- hago mueca con la boca

-           Me avisas cuando llegues- me giro a caminar.

Voy a la silla a tomar el sol, por lo menos lo poco que me puede dar ya y me sumerjo en mis pensamientos hasta que me llega un mensaje de Giselle

­Giselle: Hola ¿Qué tal el trabajo?

Ambar: Bien y ¿tu? (no le he dicho de mi enfermedad, solo que me sentía mal)

Giselle: Bien, ahorita un ratito libre ¿ya puedes viajar?

Ambar: Aun no, ¿A dónde irán ahora? (y tampoco creo que se pueda pronto)

Giselle: Estamos entre regresar a verte o ir a Taxco

Ambar: De adolescente fui a Taxco, es hermoso, vale la pena ir, yo siempre estaré aquí (y entre más tiempo me      des para recuperarme mejor)

Giselle: Me gustaría verte

Ambar: A mí también, pero aun no puedo moverme mucho y no quiero que se la pasen encerradas por mi culpa

Giselle: Me sigues gustando mucho (me sonrojo)

Ambar: Tu a mí también y mucho

Giselle: ¿Y si te consigo un trabajo acá? (¿ah?)

 

-           Me voy- me avisa Ania desde la puerta con cara medio molesta- si llega tu mamá ábrele por favor- su tono es muy serio

-           Si, gracias- la veo fijamente apretando mi boca para no decirle que no se vaya, que no quiero quedarme sola aún

-           Si necesitas algo por favor llámame, tu mamá dijo que no tardaba ni 5 minutos- suspira viendo el corredor de los departamentos algo indecisa

-           Prometo llamarte si me siento mal- aunque no quiero que se vaya, tampoco puedo dejar que se marche con ese sentir, sé que es horrible

-           O cualquier cosa- me ve duramente

-           Lo prometo- le sonrío para que se parta tranquila, asiente y sale

 

Ambar: Yo no quiero cambiar mi lugar de residencia (no quiero irme de la misma ciudad que mi familia, aparte, conseguir un especialista a estas alturas, mi trabajo es bueno y las prestaciones que tengo estoy segura en ningún lado me las darían)

Giselle: No digo para ahora, pero si para conocernos mejor (siento que la estoy atando y no quiero eso, Giselle es un alma muy libre a pesar de su timidez)

Ambar: Giselle, a mí me gusta en donde vivo, no pienso ni quiero cambiar mi lugar de vivienda, tampoco te diré que ¿Por qué no vienes tú?, entiendo que es complicado, sé que te gusta viajar y la idea de viajar también me gusta mucho, pero no para dejar en donde vivo, eso es algo que, si nos seguimos conociendo, tenemos que tener en cuenta

Escucho el timbre, me paro a ver quién es y ahí está mi madre a quien el abro la puerta

-           Vaya, tu semblante si que es muy diferente- me ve asombrada- aunque aún con bastón- ladea la cabeza y pasa

-           También te ves bien- cierro la puerta

-           Vine a cuidar a mi bebé- sonríe divertida sacando un juego de cartas

-           Pensaba estudiar- le aviso

-           Si si si, una ronda y ya- su sonrisa crece

-           Siempre decimos eso y nos quedamos HORAS en ello- le apunto con el dedo en lo que vamos a los sillones

-           Es porque eres muy mala perdedora- se ríe

-           Mira quien habla- nos sentamos- ¿Cómo es que te mensajeas con Ania y cada cuánto?

-           Ah, pues- comienza a barajear- como mi hija me dice como está y como se siente- me echa esa mirada de reproche- tuve que encontrar las formas, aparte, ella es muy amable contigo, porque solo me dice si amaneces bien o no

-           ¿y de hoy? - tampoco soy tan tonta como para alegar algo con mi madre en lo que sé que voy a perder

-           Me comentó que iría a dejar las muestras y estarías sola- levanta y baja los hombros- solo me ofrecí, se ve que no le gusta dejarte sola y tú que te mueres si no la tienes contigo- sonríe burlona

-           Muy graciosa- tomo el celular en lo que ella reparte las cartas y le aviso a Ania que mamá ya llegó, creo que es el primer mensaje que le envío, luego voy a ver si Giselle ya contestó y nada

-           ¿Y esa cara? - me pregunta terminando de repartir

-           Conocí a una extranjera- mi mamá frunce el ceño y aprieta la boca

-           ¿Aja? - ve sus cartas y su cara se frunce mas

-           Nos estamos conociendo, pero- levanta su mirada a mí- comentó algo de cambiar mi residencia- refunfuña por la nariz- no fue de un ya, solo un comentario- alza la ceja- yo le dije que yo no quiero cambiar mi residencia- mamá asiente- que si me gustaría viajar- me vuelve a ver- ya que esté mejor ma- le digo en tono juguetón de reproche

-           ¿Sabe de tu enfermedad? - aprieto los labios

-           No- hace media sonrisa y niega con la cabeza- es muy bonita

-           No lo dudo, feos gustos no tienes- hace ademan con la mano de que es mi turno- pero si no vas a ser honesta desde el principio no le veo el chiste a todo- toma carta y paga

-           Pero…- me ve

-           Se honesta con ella si realmente tienes interés, sé que te gusta, pero también que tienes miedo a una relación- me le quedo viendo

-           Claro que no- le reprocho

-           Claro que sí, de otra forma ya le hubieras dicho a Ania que te gusta y sientes algo por ella en vez de estar dándote excusas con la otra muchacha, que por cierto eso no se hace- me ve tomar carta y pagar

-           No estoy jugando, de verdad me gusta, quiero algo con ella, íbamos bien hasta que me dio el bajón- le explico

-           Entiendo, todo se complicó, todo porque no tenías pensado enamorarte de Ania, su dulzura, el que esté tal al pendiente de ti y te mime como nadie te ha mimado antes aparte de tu dulce, guapísima y excelente madre- la humildad, ante todo

-           ¿Por qué piensas que tengo esos sentimientos pro Ania? -se me queda viendo con la ceja levantada- no los tengo

-           Si no los tienes, entonces desde hoy duerme cada quien en su habitación- sonríe levantando apenas la comisura de sus labios

-           ¿Y si me siento mal? - pregunto escandalizada

-           Pone el monitor y listo, aunque, así como te veo- me da una barrida, digo, repasada visual- no creo que pase

-           Tu buena fe me sorprende- y, a decir verdad, el que esté tan tranquila con todo esto

-           Tengo un buen presentimiento esta vez- me sonríe dulcemente mientras baja sus cartas

-           ¿Ya te vas? - me asombro mientras ella ríe y niega con la cabeza

-           No te distraigas, que ya casi te gano- seguimos en el juego- pero sincérate mujer- la veo a la cara- ¿de verdad no sientes nada por Ania? - frunzo el ceño

-           Mamá- me quedo callada en lo que acomodo mis cartas- es bonita y…- para ser honesta no es que… ¿no es que qué?

-           No tienes idea de que pensar de ella y todo lo que te hace sentir- me sonríe dulcemente, ese dulce que es como entre pena, lástima o algo similar pero no feo ¿se entiende? - se clara con la otra chica, sino, no tiene chiste que sigas en contacto con ella cuando ella si tiene deseos de algo contigo- asiento

-           Nada más que me conteste- suspiro

 

 

Ania

 

Genial, salirme con esta sensación es horrible, me acerqué a decirle adiós y darle un beso en la cabeza, pero mis ojos tenían que desviarse al celular con “Tu a mí también y mucho”, me privó tanto, aunque bien sé que ella anda de “novia” con la otra y no puedo decir que me ha dado entrada o algo así, las cosas siguen siendo claras, soy su enfermera, que ahora comparte departamento y por ahora la cuida hasta en su propia cama ¿Cómo me permití esto? ¿en dónde está mi ética? En el carajo, en el gran carajo porque ni aun con sus caritas debí acceder, hoy definitivamente regreso a dormir a mi cuarto, esa solitaria cama sin su olor, su calorcito y sus incrustados en mí.

¡Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh! Me va a costar, pero ni modo, es lo que se debe hacer, no puedo seguir así, si mínimo no me voy a ir a otro departamento, tengo que marcar las líneas y ahora que se ve mejor y puede hacer más cosas solo queda ir marcando distancia y listo, se ve que lo que trae con Giselle va en serio, así que me da gusto por ella y espero sea muy feliz, supongo que tengo el tiempo contando hasta que o Giselle se venga o Ambar se vaya. Me detengo de sopetón, ¿si se iría? La ansiedad me toma por completo

-           Compermiso- escucho y me hago a un lado en lo que un Sr entra el laboratorio.

Suspiro, entro, siento mi celular vibrar, lo veo

Ambar: Mi mamá ya está aquí

Ania: Bien, gracias por avisas

Por lo menos esto ya me deja más tranquila, sé que se ve mejor, pero eso no quita un decaída y si no está nadie ahí me da pendiente.

Entrego las muestras, lleno los formularios correspondientes y me despido para ir de camino al consultorio, ¿estará hecho un caos allá? Por lo menos esta salida me distraerá del dolor en el corazón que siento.

-           ¡Qué bueno que llegas! ¡ya no le aguanto! - lloriquea el doctor señalando a Talis en lo que ella lo ve con cara de quererlo asesinar

-           No me ha dejado en paz con lo de esos documentos- refunfuña señalándolo enfurruñada- se los di ayer

-           No me los dio- infla los cachetes, ladeo la cabeza- seguro los tiene perdidos en esa torre de papeles- señala el escritorio, me le quedo viendo

-           ¿Si sabe que su actitud no es de un doctor profesional y de su edad verdad? - comienzo a revisar los papeles que tiene Talis en el escritorio

-           ¿Me estás diciendo viejo? - pregunta indignado

-           Si- acomodo unos papeles que tenía revueltos Talis mientras la veo feo

-           Je je je, ¿ya ves? Ahí están- canta victorioso el doctor

-           No, no son esos- lo detengo, hace puchero y Talis le sonríe triunfante- vamos a su oficina

-           ¿Acaso dices que yo miento? - frunce el ceño

-           No, pero si traspapela y es olvidadizo- le respondo entrando y viendo el desorden de papeles que tiene

-           Es porque estaba buscándolos- se escusa

-           Y usted no me mandó a cuidar a una necia- le respondo, me ve fijamente

-           ¿Ya te cansaste de ella? - da un paso entrando a su oficina

-           Doctor, entrometerse en donde no lo llaman no es bueno- le dice Talis con media sonrisa

-           Lo mismo te digo- le dice todo digno

-           No estoy cansada- comienzo a arreglar el desorden que tiene de papeleo- por cierto, se ve mucho mejor y tiene más fuerza hasta para caminar ya sola con bastón

-           Pero aun así tú estás ahí para ella ¿verdad? - asiento- ¿Cómo ha dormido? ¿le pones el monitor? - Talis se carcajea y la veo asesinándola, se da media vuelta, pero no deja de reír

-           Ella duerme profundo y descansa bien, no ha tenido alteraciones- él sonríe satisfecho y Talis no deja de verme con burla completa- por cierto- llamo su atención- aquí está el expediente- se lo paso- a ver si ya deja de ser tan desordenado- le recrimino

-           ¿Ve? Me lo debe- Talis le dice al doctor con una sonrisa de victoria

-           Claro que no- el doctor responde apretando los labios todo indignado- seguro los trajo desde tu lugar- no le quedamos viendo

-           ¿apostaron? - no lo puedo creer

-           Si, tendré la tarde libre, así que salgo contigo- me responde muy alegre Talis

-           Son increíbles- los regaño- no pueden solo hacer esto

-           Ah, te conviene- interviene Talis a mi regaño- yo te compro la comida hoy por tu ayuda- me guiña el ojo-  bueno doc, que tenga un buen día- Talis salta feliz fuera del consultorio

-           Debe de dejar de apostar con nosotros- le digo riendo

-           Divi di- me saca la lengua- anda que luego me arrepiento- me hace seña para que salga de ahí, odia perder

-           ¿A dónde vamos? - me pregunta

-           Yo tengo que cuidar a alguien- le recuerdo

-           Claro, “cuidar”- se burla

-           Tiene novia- la detengo, se me queda viendo

-           ¿La novia sabe que duerme contigo? - eso se escuchó horrible

-           No duerme conmigo- tomamos el transporte

-           Ah, cierto, tu duermes con ella porque ella no quiere dormir solita- se ríe

-           Muy graciosa- la corto, pero a Talis, le vale- ¿y esas flores? - trae un pequeño ramo de flores

-           Ya ves- me dice coqueta y haciéndome ojitos- ¿te dan celos de que alguien me pretenda? - hace media sonrisa

-           Me sorprende que alguien te pretenda- me burlo en lo que hace puchero

-           Se lo compré a una viejita que los vendía, se me estrujó el corazón y no pude no comprarlo- me dice haciendo puchero tierno, es tan creíble, tiene buen corazón

-           Ya sabía que tenías buen corazón- le sonrío y me devuelve la sonrisa creída

-           Si, si, ¿vamos a ir a comprar cositas? - me pregunta ilusionada

-           Me gusta, pero tú te pones intensa- le reclamo fingiendo fastidio- aparte, tengo que llegar a hacer de comer y en la tarde tengo que ir al súper

-           Yo te acompaño, en el súper también hay cositas para ver- dice con emoción- y también tengo que comprar cosas para mi casa- se sonroja

-           Bien, entonces te tendré que soportar todo el día- finjo pesar

Al llegar al departamento la Sra ya tiene lista la comida

-           Bienvenidas- nos saluda

-           No tenía que cocinar- le digo con toda la vergüenza

-           Ah, no te preocupes, aquella se metió en sus cursos y así me dejó sin que hacer- nos sonríe y se le queda viendo a Talis- a ti te conozco

-           La otra enfermera- le aclara Talis- Talis

-           Un gusto, ¿vienes a suplirla? - mi amiga niega con la cabeza- ¿esas flores?

-           Aaahhh- comienza dramática- son para la bella Ania de mi- dice coqueta y me sonrojo, se escucha un golpe seco y al voltear Ambar nos ve fijamente- espero te gusten- Talis dice guiñándome el ojo y a pesar de que se está jugando esto me toma por sorpresa

-           Gracias, eres una tonta- no se me baja el sonrojo y la Sra se ríe con disimulo

-           Creo que tú me vas a caer bien- la Sra le comenta a mi amiga y esta sonríe

-           Creo que si- se pone ufana- ¿quieren que les ayude a poner la mesa?

-           Por favor- intervengo, pongo el ramo en un florero con agua, después le voy sacando los platos y vasos a Talis- ¿tardará mucho? - le pregunto a la señora viendo a Ambar

-           No, ya va a ser hora de que se desconecte, mientras voy calentando- sonríe

-           Deberías poner las flores en un lugar donde se vean hermosas- opina con un guiño de ojo Talis- o en tu cuarto para que las veas y solo pienses en mi- la señora se ríe de lo ocurrente de mi amiga

-           No exageres- la empujo en juego y llevo el florero con las flores a la mesita de la sala, le queda bastante bien al lugar con lo coloridas que son.


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