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Solo eran 24/4 por Nasky

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Notas del capitulo:

Lo bueno es que apenas iba a completar cierto número de palabras y me excedí XD

Espero tengan un lindo fin de semana!!

Ambar

 

-           ¡Ay! ¡pero que lindas flores! ¿verdad Ambar? - mamá comenta admirando las florecillas cuchas esas, tal vez, solo tal vez, no tan cuchas, están lindas, pero solo eso

-           Sí, muchos colores- le sonrío como mejor puedo, las otras sonríen en la sala con nosotras y mamá se me queda viendo, en eso, una sonrisa se le asoma y trata de ocultarla apretando la boca, le levanto la ceja con molestia ¿se está burlando de mí?

-           Bueno preciosa- Talis llama la atención de Ania- entonces ¿si vamos a ir? - le pregunta con emoción y una gran sonrisa de oreja a oreja

-           ¿A dónde? - pregunto sin poder ocultar esta incomodidad que traigo, es que… ella no me cae mal, pero… Tocan el timbre

-           Yo voy- Ania niega con la cabeza y una sonrisa

-           ¡Hola! ¡Mis vidas! - se escucha el grito de Santi

-           Te equivocaste de casa- Ania usa tono aburrido y le cierra la puerta en la cara en lo que se escucha una carcajada del otro lado que es de Andrea sin duda alguna

-           ¡No me niegues! ¡ya estoy en tu corazón! - gritonea aquel pegando en la puerta- además tengo llaves- Ania resopla y le abre la puerta

-           Solo por eso te dejo entrar- saluda a Andrea y se pasa por alto a Santi- adelante- Santi se pone digno y se pasa

-           Hola- me saluda dulcemente

-           Oye, no te lavaste manos y el cubre boca- lo regaña Andrea, Talis inclina la cabeza

-           ¿Para que el cubre bocas? - les pregunta

-           Nuestros gérmenes y sus defensas- responde Andrea

-           No está tan a esos extremos ¿si saben no? - se les queda viendo- si fuera ese el caso- continua- las tres que estamos aquí, traeríamos un cubre boca- su explicación es sencilla, respetuosa y amable- pero las manos si, por favor- le hace caras a Santi que se sonroja

-           Ya vamos- musita apenado

-           Bueno, yo me voy ya- mamá se pone de pie y me hace la seña con el dedo índice de un “acuérdate”, al cual asiento

-           Nosotras salimos con usted- Ania se pone de pie- sirve ella se queda con ellos y nosotras vamos a comprar lo necesario- entrecierro los ojos

-           Lo necesario y lo que yo quiero- le cantonea Talis a Ania

-           ¿A dónde van? - repito, mamá y Talis sonríen divertidas

-           Me voy a robar a Ania para hacer “cositas”- Ania se ríe negando con la cabeza

-           Ya te dije que poco porque lo otro es prioritario y tú te pones muy loca con eso- refunfuña

-           Ay, es que me encanta- hasta le brillan los ojos

-           Bien, no se diga más y vámonos entonces- mamá acepta y me dejan con los otros dos locos

-           ¡qué cara! - me recrimina Andy

-           ¿Qué hay de nuevo en el trabajo? - les pregunto ignorando su comentario

-           ¿Qué te hicimos para que nos hagas hablar del trabajo? - lloriquea Santiago, suspiro

-           ¿A dónde fueron esas? - les pregunto con la esperanza de que sepan

-           No sé si van a ir a otro lado antes, pero tienen que pasar al súper, igual me llaman para ir por ellas- responde Santi

-           ¿Qué no ibas a ir tú con ella? - me extraño

-           Pero ya llevaba compañía ¿para qué me quería a mí? - toma un poco de fruta que dejaron en la mesa

-           Que lindas flores- dice Andrea ¡ASH!

-           Si- respondo monótona

-           ¿Amaneciste de malas? - Andrea me pregunta golpeado

-           Me sacaron sangre hoy- le respondo

-           No sabía que por eso te ponías de genio- arremete irónica

-           Aunque se ve con más color- observa Santi

-           Me pusieron a tomar el sol- suspiro, ellos sonríen

-           Un baño de sol- a Santiago lo perdimos con eso mencionado hasta que Andy le pega en la panza

-           Espero no me hayas imaginado- se ataca de la risa

-           Pensaba más en mí, pero también puedo pensar en ti- lo último lo dice jocoso

-           Ni te quiero imaginar a ti, ni quiero que me imagines- le respondo en lo que él hace puchero

-           Enconténtate con nuestra compañía- hace caritas y me da risa- ¿haz estudiado?

-           Hoy por fin retomé- y aparece la sonrisa- me quedé bastante atrasada, pero sé que puedo ponerme al día- ellos sonríen y corean

-           Ñoña- los veo feo

 

Después de unas bromas, un poco de habladuría, que se me bajara el genio (que no sé por qué nació si yo andaba de muy buenas), por fin hablamos del congreso y los adelantos que ellos saben, ya que, aún no han dado la información completa al respecto

 

 

Anía

 

-           Gracias por traernos- Talis le agradece a la Sra Laura

-           Un gusto chicas, cuídense- se despide con la mano y arranca el carro

-           Tu suegra es muy agradable- sonríe viendo la entrada al supermercado que está en la plaza- aquí podemos ver cositas- se emociona y me ve ilusionada, veo la hora y le digo

-           Tienes media hora y contando- la limito, por ella podemos estar hasta la madrugada viendo las “cositas”- y no es mi suegra- la regaño

-           Perfecto- me toma de la mano y me jala- tu suegra- le valió madres- me dijo que sabía lo que hacía- se ataca de la risa, la veo en lo que sigo siendo alada a una tienda donde venden prendedores y accesorios- dijo que si en algo me podía ayudar que estaría encantada- me suelta y va directo a ver unos aretes

-           ¿Ayudarte a ti en qué? - le pregunto llegando a su lado para ver que sus gustos y los míos, son muy diferentes- ¿Qué? - me ve aburrida

-           Tu autodefensa a veces te apendeja- bufa y sigue viendo, la veo pasmada ¡me dijo pendeja!

-           Que cariñosa- le respondo irónica

-           Esa es la idea- sonríe dejándome con la duda- calentar a su hija y no de forma sexual o con cobijas, creo que será uno de mis nuevos pasatiempos- suspira con una sonrisa- aunque no será tan seguido- hace puchero- pero de vez en cuando estará bien que te visite- me guiña el ojo y va a ver más cosas.

Pasado el tiempo que le dije, hacemos cola para pagar e ir ahora sí a hacer las compras necesarias, espero para la siguiente vez que tenga que venir al súper, Ambar ya pueda salir, aunque ella lleve el carrito para tener equilibrio.

 

 

Ambar

 

-           Ya regreso- avisa Santiago levantándose- ya llegaron y les voy a ayudar a subir las cosas- sale del departamento dejándome con Andrea

-           Es increíble como Ania se ganó a Santiago posesivo- comienza con una sonrisa

-           Cierto- demasiado diría yo

-           ¿Qué has sabido de la portuguesa? – me pregunta

-           A lo mejor viene este fin, hoy nos mensajeamos- me ve extrañada- pero ya no me respondió- suspiro, entrecierra los ojos

-           Significa que siguen ¿“conociéndose”? - se asombra

-           Si, ¿Por qué no lo haríamos? - me ve con cara de póker

-           Yo creo que la enfermedad si te afectó- comienza a decir- ¿para qué sigues en contacto con ella si sabes que ni tú te irás y dudo mucho que ella venga? No creo que a ti te vayan las relaciones a larga distancia y mucho menos el sexphone- la veo boqui abierta, ella ríe divertida ante mi cara- tú no eres de esas y el cuerpo tiene necesidades de calentura muy exigentes, Manuela no llega a lo que otra persona de pueda dar o hacer- repone

-           ¿Tu si sabes de eso? - le digo irónica

-           Si, por eso mismo, digo, puedes tener tu maestría con Manuela y los juguetes, pero no es lo mismo la mano (en tu caso), o la piel de otro- se ataca de la risa

-           No lo sé Andy, ella me gusta mucho- me sincero

-           Te puede gustar mucho, pero tú y yo sabemos que eso no es suficiente muchas veces- suspira- y también pienso que eso te está quitando la vista a un panorama completo. Se encoge entre hombros

-           ¿Cuál panorama completo si solo he estado aquí encerrada? - bufo

-           Si, por eso digo que estás limitada de ojos- rodea los ojos- como sea- escuchamos como abren la puerta entre risas

-           Así que tú le diste las lindas flores- Santiago habla fuerte

-           Si, hermosas como es ella, colorida como su personalidad- le comienza a responder Talis, a veces no me cae bien, como ahora- coquetas como ella- le guiña el ojo- ¡llegamos! - grita

-           Bienvenidas- respondo por cordialidad

-           Gracias, aproveché para robármela y hacer cositas- me dice coqueta en lo que deja unas bolsas cerca de la entrada

-           Parece que le agradan sus compañeras- digo fingiendo una sonrisa

-           Si, como que últimamente tiene esas tendencias- la ve picara y Ania entrecierra los ojos- suerte las que tienen unas- le sonríe coqueta

-           Nosotros ya nos vamos- interviene Santiago- ¿quieres que te acerquemos? - le pregunta, si, llévatela

-           Ah, perfecto- brincotea- solo deja le entrego una bolsita- Talis saca una bolsita de papel y se la entrega a Ania- para que te acuerdes de nuestra tarde hoy- le da un besito en la mejilla, se gira y toma sus cosas- vámonos entonces- se pone toda feliz

Ellos se despiden de mi muy sonrientes, les digo adiós y me voy a mi cuarto, demasiado tiempo en la sala y el comedor en lo que escucho un suspiro de Ania, seguro rememorando su “grandioso” día con Talis, ¡bien por ella!

-           ¿Quieres algo? - me pregunta asomada en la puerta después de un rato

-           No gracias- cambio el canal

-           ¿Agua, galletas, fruta? - me le quedo viendo, se ve de buen animo

-           No gracias- le vuelvo a contestar y agrego- no tienes por qué detenerte a tus salidas por mi culpa- me ve sorprendida- puedes ir a tus citas con Talis, al fin te da detallitos- me siento incomoda, a Ania se le asoma una sonrisa

-           ¿Detallitos? - pregunta divertida

-           Las flores y la bolsita- seguro es joyería, se da la media vuelta y se va, dejándome ahí, bueno, es lo de menos, al fin no me importa.

La veo regresar con la bolsita en mano, ¡genial! Ahora me quiere presumir que le regaló

-           Qué bueno que mencionaste la bolsita- se ríe entre risitas y mete la mano en ella sentándose en la cama para quedar frente a mí- mira, te traje esto, espero te guste- saca un prendedor de pelo lila- espero te guste, si no es porque Talis me entrega la bolsita que compré la tendría de vuelta hasta que vayamos a consulta- hace risitas y yo muero de la vergüenza pensando estupideces para que ella me salga con que me compró un detallito- ey, ¿Qué no te gustó? - seca una lágrima

-           Si, muchas gracias, está lindo- suspiro para tratar de controlarme, no entiendo que me está pasando

-           Bien, tal vez mañana me dejes peinarte- su voz es tan suave- ah y Talis te mandó este- saca uno purpura- dijo que se te vería bien y que a ver si así tu sangre entiende el color que debe tener- reímos, esa mujer es muy ocurrente

-           Esperemos- suspiro, ella ve el lugar en donde normalmente duerme

-           Te he visto mejor estos días- comienza a decir nerviosa- creo que ya vas a descansar mejor durmiendo en toda la cama- siento opresión en mi pecho, aunque las palabras de mamá me hacen eco- puedo poner el monitor por si me necesitas- sus ojos no dejan de estudiarme

-           Mmmm- no quiero, no quiero no despertar a su lado, son su olor y sus brazos ¡¿Qué?!- supongo podemos probar- ¿desde cuándo soy tan dependiente de alguien? - esta noche- su sonrisa tiene paz y me la contagia

-           Me parece, verás que te hará bien, mientras tanto, podemos colocar la cobija que quitamos porque yo dormía aquí- asiento no muy convencida, a lo mejor mamá habló con ella, debe ser eso y supongo que es lo mejor.

 

-           Mira mocosa- siento un zape

-           ¡Oiga! No le pegue- Ania le dice molesta

-           Me está ignorando ¿Qué no ves? - me señala en lo que yo me sobo

-           Si le sale un moretón- Ania lo señala bastante enojada- se las verá

-           Pues controla a tu mocosa- El doctor la ve feo

-           Déjate de tonterías- le alego aburrida- antier me volvió a sacar sangre- gruño- todo por tus malditos requisitos, me has sacado de mi zen y todavía me jodes con tus cátedras- se me queda viendo asombrado

-           ¿Qué te trae de mal humor? - pregunta sentándose frente a mi

-           Que te importa- le contesto

-           Tiene un poco más de una semana así- murmura y la fulmino con la mira, ella aprieta los labios

-           Estar encerrada creo que es suficiente ¡¿Qué no?!- él sonríe

-           Ay, que chillona- resopla el doctor

-           Pudiste dejarme salir a caminar la semana pasada- gruño

-           Si si, pero no estarías tan bien como hoy según tus análisis, al parecer el procedimiento está funcionando como lo tenía planeado- habla jactoso- esa sangre que te conseguí es de excelente calidad

-           Plaquetas- tose Ania

-           Y no las consiguió usted, no se haga- entra Talis dándole su café

-           Ninini nini- la remeda- el punto es que estás reaccionando demasiado bien- sonríe feliz

-           Entonces ya soy libre para andar- me emociono

-           No- me detiene- pero puedes ir a trabajar con enfermera, al fin ya pasaron dos semanas del procedimeinto- las señala- puedes escoger entre cualquiera de estas dos preciosuras

-           Yo tengo cosas que hacer- Talis le agúa su propuesta

-           Como te decía- la ve feo- te tengo una guapísima enfermera que te cuidará en tu trabajo en donde solo podrás estar medio día

-           Peor es nada- suspiro- gracias Ania- ella se me queda viendo

-           De nada- se da media vuelta y sale del consultorio

-           Tendrás que usar cubre bocas- me señala con el dedo- Ania- la llama

-           Solo salí por la libreta- suspira entrando

-           Cubre bocas obligatorio, lleva…

 

No me acomodo, me doy vuelta en la cama, me enrosco y me falta algo, tomo la almohada de al lado y la acerco, la huelo, huele tan rico

 

-           Si comen ahí…- el sigue con las indicaciones y ella escribiendo

 

Me acuesto, tomo la almohada, la huelo, la vuelvo a oler, una vez más… ¡ya no huele igual! Entro en crisis, no, espera, tengo que calmarme, ya vi que dos días si pude dormir solita, esto es pan comido, ya estoy bien, ella solo me cuidaba, si, solo me cuidaba, soy grande y llevo desde la cuna durmiendo sola, así que… esto es pan comido, si, pan comido… no he comido pan.

Prendo la luz de mi buró, veo las sábanas… esto explica porque ya no huelen igual, las cambió, suspiro, apago la luz, me acomodo, me muevo, no, así no estoy cómoda, tal vez así… tampoco, boca abajo, del lado, el otro lado que ya había probado, boca arriba, contorsionada… grave error, esto es peor, suspiro de nuevo… ¡quiero llorar!

Creo que Ania o ya apaga el monitor de su lado o simplemente duerme profunda, estoy segura que he hecho demasiado ruido, bueno, tampoco es que me sienta mal para que ella esté aquí, pero podría estar más pendiente de mí, me está cuidando ¿Qué no? ¡Pero no estás mal! Seguro sabe que solo te estás acomodando, si, solo eso.

 

-           Si tienes duda márcame, dependiendo de los resultados de la próxima semana vemos si modifico algo o la volvemos a encerrar- bromea brabucón

-           ¿Me van a picar otra vez? - ¿Qué no es suficiente?

-           Hasta que no veamos que esto ya es definitivo y sigues a la alta si- me responde

-           ¿Por cuánto tiempo? - gruño

-           Por el que tu cuerpo necesite, claro que si te guardas esto va más rápido

-           Bien, me dejo picar- se ríe

-           Si todo va bien se va a ir espaciando, ya sabes, cada dos, tres semanas, mes, meses- va diciendo con el movimiento de mano

-           Como sea- mínimo ahora ya puedo salir

-           Nada de salidas nocturnas- me señala y luego se ataca a carcajada- sobre todo tú la social- le pego en el hombro

-           Si lo soy, pero contigo no- hace puchero

-           Como sea, ya te puedes ir, el lunes inicias el trabajo- se pone de pie- bueno, espera un poco afuera, necesito hablar con Ania- asiento y salgo

En el trayecto a casa la veo muy pensativa, demasiado diría yo, siento mi celular vibrar y lo reviso es Giselle

                          Giselle: eso significa ¿que no quieres nada?

                          Ambar: no es eso, pero creo que antes tenemos que hablar

                          Giselle: ¿te puedo marcar? (veo a mi lado y Ania está en su computadora muy metida)

                          Ambar: dame un segundo, deja llego a mi cuarto

-           Hola- la saludo, puesto que yo terminé marcándole

-           Hola ¿Cómo estás? - suspira, duró dos días en volverme a escribir

-           Bien, estoy un poco mejor gracias

-           ¿Cómo para irte de viaje con nosotras? Pensábamos pasar a saludarte y de ahí seguir, podemos ahora pasar por ti y seguir- me gusta su voz y el acento que tiene al hablar español

-           No para viajar, pero si tengo que hablar contigo y ser honesta- suspiro

-           ¿Tienes a alguien más? - eso no lo vi venir

-           No, no tengo a nadie- mi voz se suaviza- es respecto a mi enfermedad- se queda en silencio- lo que pasa es que es más complicada

-           Mmmm entiendo- se escucha otro silencio- con más razón voy, así hablamos y dejamos todo más claro ¿te parece? - suspiro, pero sé que es lo correcto

-           Me parece perfecto

 

Abro la aplicación para ver que me cuenta

             Giselle: Espero te encuentres mejor

             Ambar: si, ya voy a poder regresar a trabajar, medio turno, pero algo es algo

             Giselle: eso me da mucho gusto, si sigues así puedes regresar a tiempo completo

             Ambar: eso espero

Entramos al departamento, Ania va a su cuarto sin decir nada ni nada de nada

-           ¿Está todo bien? - la encuentro echada en su cama

-           Si ¿Por qué? ¿tú no? - pregunta levantando su cabeza para verme y estudiarme

-           Estoy bien, mejor cada día- asiento también con la cabeza- pero venías muy callada

-           Ah, cosas del consultorio, nada que valga la pena- con ese comentario me cierra la puerta, pero soy insistente

-           Si ni valen la pena ¿Por qué estás así? - doy un paso adentro de su cuarto

-           Es raro verte entrar- se ríe con sus risitas en lo que deja caer la cabeza- solo estoy cansada, anoche no dormí también- suspira

-           ¿Por qué no duermes y yo preparo todo? - su lenguaje corporal dice lo tensa que se pone por el comentario- no me va a pasar nada porque me haga cargo de la comida hoy- pongo la seriedad- tu también tienes que descansar

-           No es eso, de todos modos, no me puedo dormir a medio día- mueve sus brazos explicando

-           Conmigo si te duermes- aprieta sus labios

-           Sí, eso es raro- hace una sonrisa tímida, veo la hora en mi celular, veo a mi alrededor, agarro una cobijita que tiene y me acerco a su cama- hazte para allá- me ve incrédula, pero obedece- voy a poner la alarma para tener tiempo de preparar comida- la tapo, sus ojos no dejan de verme y me acuesto a su lado- ahora yo te voy a dormir- comienzo a acariciar su cabello

-           No tienes que hacerlo, aparte, estabas en una conversación- bosteza

-           Esa conversación luego puede seguir- suspiro sin dejar de tocar su suave cabello- gracias por acompañarme al trabajo

-           Pensé que “peor es nada”- sus ojos se le cierran

-           Lo dije por el horario, no por ti- me acomodo mejor- que tu vayas me da paz- susurro ya escuchando su respiración más relajada, separo un poco mi cabeza y la veo sin dejar de mover mi mano en su cabello y me acuerdo de que cuando vino Giselle ella salió.

 

-           Hola- la saludo viéndola entrar

-           Hola- saluda algo tímida

-           Pasa por favor- le hago seña, Ania le da el pase

-           Las dejo solas para que platiquen, voy con Talis- dice adiós con la mano y sale

-           ¿La incomodo? - niego con la cabeza

-           ¿Agua, café, té? - se me queda viendo, se sienta en el sillón- ¿galletas, un postre?

-           Café está bien, gracias- voy a la cocina a traerle café, Ania ya había dejado la cafetera trabajando, yo me preparo un té, se lo entrego y dejo galletas para que tome a su gusto

-           ¿Qué tal el viaje? ¿y las chicas? - me sonríe

-           Tu amigo Santiago se propuso para darles la vuelta-toma el primer sorbo y me río, Santiago conquistador

-           Estarán bien entonces- asiente

-           ¿Entonces? - se me queda viendo

-           Ah, este- me pongo nerviosa, tomo todo el aire que puedo para agarrar valor

-           ¿De qué se trata tu enfermedad? - se pone seria

-           De que mis defensas se ponen bajas o nulas- se me queda viendo

-           Estás un poco amarilla- toma una de las galletas

-           Parte de la enfermedad y parte de que no me ha dado mucho sol- sonrío como excusa, Giselle me ve atenta- es solo que mmm digamos que una gripa puede ser mortal, una cortada puede no cerrar

-           Oh- baja la mirada

-           Días después de conocernos es que se complicó un poco y por eso ni al trabajo me han permitido ir

-           ¿Tiene cura? - me interrumpe

-           Cura como tal no, hay procedimientos que pueden ayudar a que el organismo reaccione, así que, como puede que un cuerpo reaccione, como puede ser que la enfermedad te acompañe toda la vida- tomo de mi té

-           ¿Y la tuya cómo va? - hace una sonrisa triste

-           Va bien ahora, tuve un procedimiento de plaquetas que al parecer está funcionando o por lo menos así me siento, me siento más fuerte, más animada, ya no me la paso dormida tanto- sonrío y ella por reflejo lo hace

-           Por eso no puedes viajar- suspira

-           No y estar cerca de mi familia es importante para mí, por eso una mudanza tampoco es una opción para mí, aparte de que en mi trabajo me dan muchos beneficios de con mi enfermedad y mmm- veo hacia los lados- el especialista que me atiende está aquí- asiente

-           Entonces, no es como decir un “y si te curaras…”- aprieta la boca

-           No, no es tan fácil- asiente con la cabeza viendo hacia el suelo, la levanta con una sonrisa tímida

-           Entonces lo nuestro queda como solo un gusto- suspiro, creo que no puedo estar en contra

-           Lo siento- digo cabizbaja, se pone de pie, se acerca a mí, levanta mi cara y deja un “besito” con una sonrisa

-           Yo también, pero- encoje sus hombros- no se le puede hacer mucho yo estando allá y tu acá- suspira- aunque espero poder seguir en contacto.

 

Despierto aun con el recuerdo de ese besito, suspiro, enfoco la mirada y Ania sigue dormida, a decir verdad, está incrustada como yo lo hacía cuando me sentía más mal; huelo su cabello, le doy un besito en la cabeza y me paro cuidadosamente para no despertarla llevándome el celular para que la alarma no le suene a ella, no sé qué hubiera sido de mi sin ella aquí, con algo tendré que compensarla.

Creo que la salida si me cansó, ahora que estoy recién despierta siento la diferencia, descansé mucho, como hace varios días no, veo de nuevo a Ania que sigue bien dormida y voy a la cocina, creo que solo prepararé unas tortas o lo que sea que se le parezca, tendré que ver qué tipo de pan tengo para ponerle el nombre al platillo.

Aprovecho para revisar que tengo en la alacena, en el refrigerador; tomo un papel para anotar las cosas que faltan, espero el sábado ya pueda ir al supermercado para hacer las compras con ella, ya se me hace mucho encaje todo lo que hace por mí.

-           A ver, estuviste tan mal, que hasta una enfermera te vino a cuidar- me ve asombrada

-           Si y no- gruño y hago cara- no estaba tan tan mal como para una, pero a mi doctor le gusta asegurarse- me ve duramente y supongo que, no creyéndome, luego se ríe

-           La chica que salió, mmm- se pone a pensar- Ania es la enfermera

-           Si- tomo la penúltima galletita

-           ¿Y ahora también vive aquí? - me sonrojo

-           Sí, estaba buscando en donde vivir y ya que yo estaba buscando compañera de departamento…- dejo al aire el resto

-           Suena bien, así estás cuidada siempre- me sonríe- es bastante atractiva- eso no me gusta tanto- cuando estábamos en el hotel y tú de recepcionista, ¿estaba ahí verdad?

-           Si, estaba examinando mi rutina- mascullo incómoda

-           Cuando comimos la fruta también la recuerdo- asiento con la cabeza- esa vez también se veía bien, claro que me gustas más tu- me saca una sonrisa- pues, - ve la hora- no se diga más- me sonríe- espero te sanes por completo y pronto- suspira

-           Yo también espero eso Giselle y que ustedes se diviertan en el viaje- ella asiente

Después de eso llegó Santiago con todas y se las llevó a no sé dónde que les había prometido, Ania llegó una hora después de eso y no tocamos el tema para nada.

Con Giselle, dentro de todo lo que hablamos, también me platicó de los planes de viajes que tiene, la mujer siendo tan tímida como es, quiere viajar por todo el mundo; realmente espero que si lo logre, mientras tanto, México le puede ofrecer muchos destinos hermosos para todas sus curiosidades, también espero encuentre a alguien que si pueda ir con ella a todos los destinos que le depara el futuro, mientras tanto, yo sé que no soy esa persona.

-           Te dije que yo cocinaba- escucho junto con un bostezo

-           Hice tortas- las saco de la plancha- tampoco me desviví por cocinar- me sonríe- vamos a comer- pongo las tortas en los platos y ella me ayuda a llevarlas a la mesa- hablemos

-           Claro, ¿de qué? - le pone chile a su torta

-           Ta Tatiana y tu- ¿ellas que? ¿salen? - ¿Cómo se llevan? - me sonríe

-           Bien, nos llevamos bastante bien- le da la primera mordida a su torta mientras que yo la corto en 4- es bastante ocurrente y con el doctor más- se ríe

-           El doctor de por si es ocurrente- asiente

-           Para tu trabajo hay que comprar unos cubre bocas- me recuerda

-           ¿Qué tal si el sábado vamos al súper? hay que surtir muchas cosas- suspira- revisé e hice una lista de lo que hace falta, también vi que tenemos poco jabón y shampoo- ataco mi torta

-           Pero tú- la veo feo

-           El doctor dijo que ya podía salir- la veo rudamente

-           Pero solo al súper y después a la casa, lo mismo va aplicar con los días de trabajo- se pone seria

-           No creo que esos días tenga energía para nada más, si apenas me he podido poner al corriente con mis cursos de idiomas- siento que mi condición física de estar en un 7 ahora es un -2

-           Tienes razón, será mejor que le avises a tu novia por si no le contestas los mensajes- hace el tono de observación

-           ¿Qué novia? - le pregunto extrañada

-           Giselle ¿Qué no? - me contesta en el mismo tono

-           No, no somos- le respondo

-           Pero si vino para eso- me pone cara de no entender nada

-           Vino porque le quedaba de pasada para el viaje, pero no somos nada, solo hablamos de mi enfermedad- le aclaro

-           Tu enfermedad- susurra- es bueno que inicien con la verdad- acepta

-           La cosa es que no creo que iniciemos nada más que una amistad- le aclaro y ahora si me ve extrañada

-           Pe pero si ustedes se gustan- no sale del asombro

-           Pero queremos diferentes cosas- me le quedo viendo

-           Ah- balbucea

-           ¿Te gusta para ti? - me incomoda la pregunta

-           No, que dices- se ríe negando con la cabeza

-           Pensé que ya tenías a Talis, por eso me sorprende- ríe más sin ser escandalosa

-           No tengo interés en Giselle, puedes estar tranquila en eso- sigue con esa risita nerviosa- y te aseguro que entre Talis y yo no hay nada y no habrá nada nunca- entrecierro los ojos viéndola

-           Si tú lo dices- encojo los hombros y sigo comiendo

-           No sé de donde sacaste esas ideas, pero en verdad nada de nada- sigue con sus risitas

-           Bien, solo lo pensé, supongo me confundí- sigo comiendo


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