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Notas del capitulo:

Fue... una semana algo caótica XD porque yo acepte y acepte proyectos y no me di tiempo para mi, pero bueno, después de que ayer llegué tarde, apenas adelanté un poquito la historia (después de adelantar planeaciones que por postergadora no había hecho), hoy ir temprano a trabajar, llegar con la intención de por supuesto terminar y publicar la historia... pues me quedé en estado "muerto" y hasta después de muchas horas reviví, entonces O///o con toda la vergüenza de mi ser, mejor les digo que publico entre viernes y sábado para no quedar mal

Espero les guste el cap, ni lo he revisado, espero mañana si poder hacerlo y ver que barbaries son las que he escrito estas semanas

Saludos, y lindo (lo que resta) fin de semana

Ania

 

-           ¿Qué deberíamos comprar?

-           Mira las zanahorias bebes – agarro el paquete para enseñárselo- son tan lindas- las sujeto suavemente

-           Hasta que te las llevas a la boca y las matas a mordidas- contesta cruel y entre risitas

-           Que bárbara eres- la veo con reproche y ríe más

-           Pero si tú eres la número uno en comerlas- se burla de mi

-           Pero no tenías que decirlo tan así ¿sabes? - hago puchero- de todos modos, las llevaremos- canturreo poniéndolas en el carrito del súper

-           Y me dices así a mí- niega con la cabeza poniendo un paquete de manzanas

-           Estás muy relajada aquí- empuja el carrito, es increíble que no se haya quejado después de que la traje pasillo por pasillo para ver todo

-           No he salido en mucho tiempo, puedo ver tus pasillos solo por esta ocasión- hace media sonrisa socarrona

-           Pensé que era por el paseo por el parque- la molesto

-           Si, sacarte a pasear fue divertido- me la regresa burlona, detiene el paso y me ve a la cara- aun me debes mi helado- se gira digna para seguir el andar

-           Cuando ya estés bien- se ríe

-           Ese es plan con maña

-           Mujer de poca fe- refunfuño

-           Al menos que tus plaquetas sean milagrosas… no lo sé- toma una jícama

-           Puede ser que mis plaquetas sean lo que tú necesitas- o yo en tu vida y tú en la mía (haré chonguitos para que sí)

-           Puede ser, hasta el momento esto no pinta mál- suspira

-           ¿Tienes más preguntas que las que hiciste en el parque? - niego con la cabeza

-           No por el momento- asiente y seguimos el recorrido

 

-           No- ya la encontré- siempre he pensado que la vida te pone las cosas, solo es saber aceptar lo que llega y bueno, tu llegaste a mí en el momento indicado- ¡afortunadamente! - ¿Cómo? - la veo a los ojos, ¿será muy osado de mi parte preguntarle?

-           ¿Qué? - me armo de valor para preguntarle

-           ¿Cómo era tu vida antes de que enfermaras? ¿Cómo eras? -se me queda viendo y sonríe

-           Salia bastante, mi hermano y yo jugábamos mucho con los vecinos, íbamos a paseos, nos quedábamos en todos lados en familia

-           Pero aun con la enfermedad puedes- le comento extrañada

-           Sí, pero desde que me dío fue bastante agresivo y…- ve para otros lados- no aguantaba el viaje, me cansaba mucho- se ríe- les aguadé mucho todo- suspira

-           ¿Amigas? - asiente

-           Si, salía seguido a plazas y todas esas cosas que hacen las adolescentes, tenía mi grupito, no éramos las que más destacábamos, pero tampoco éramos las ignoradas, alguna salida nocturna con mi hermano y amigas (gos) en común hasta que empecé a sentirme mal- encoje sus hombros- eso fue una odisea, ya sabes los síntomas, no saber que tienes, que los médicos solo te hagan pruebas y no dicen nada- suspiro, si, sé que es- hasta que uno de los médicos que me estaba viendo me mandó con tu doctor favorito- sonríe de oreja a oreja- ahí tuve mi diagnóstico, medicamentos y la lata de él- refunfuña entre risas

-           Y tu enfermera favorita Caro- le recuerdo y sonríe

-           Es un sol esa mujer- me da ternura el tono que utiliza

-           No lo voy a negar, le aprendimos muchísimo, además, siempre hablaba de su paciente favorita a la que teníamos que tratar más que bien en todo lo que necesita- le comento imitando formas en la que la Sra Caro habla

-           Si- sonríe sonrojada- así que trátame bien- se ufana y luego me ve altaneramente juguetona- te acusaré de que me amarraste para sacarme sangre- me saca la lengua y las dos reímos

-           Estoy segura me dará la razón- me jacto

 

-           Mujer- me mueve la mano enfrente de la cara

-           ¿Qué? - pregunto ida

-           Te toca cargar esas bolsas- me señala con la mirada y ella toma las suyas, ¿Cuándo pagamos?

 

-           Voy a poner la mesa- le aviso, ya son casi las 8:30

-           No te preocupes, ya está puesta, ve a sentarte- me avisa, de regreso del súper (¡todo el día la pasamos afuera!) me fui a arreglar todo para mi regreso al consultorio y que bueno que lo hice así, porque ¡no encontraba todo!

-           ¿Por qué no me esperaste? - le pregunto escandalizada, bueno no, no tanto

-           Por culpa de que me puse mal- me hace seña de que vayamos al comedor- (aunque esa fue la razón por la que definitivamente ahora vives conmigo) nunca te di la bienvenida como se debe- la veo cargar una cazuela- así que, como ya me siento mejor, preparé una cena para las dos- pone la cazuela en la mesa y

-           ¡Qué bonita taza! - la tomo en mis manos con cuidado

-           Está muy caliente, así que ten cuidado, es chocolate caliente- se sienta en su lugar

-           Es una taza de princesas- ¡tiene a todas las princesas!

-           Si, para ti, Bienvenida- me sonríe en lo que sirve- Es pan que se hace al vapor, espero de guste- lo sirve

-           ¿Para mí? - estoy toda conmovida

-           Si, para ti- toma su taza

-           Compraré una parecida para que hagamos juego- me emociono

-           Yo ya tengo mi taza- me la señala, es una del hotel

-           Esa es aburrida- digo aburrida y pruebo el pan que está delicioso

-           Pero a ti te gusta lo aburrido- me guiña el ojo y me sonrojo girando la cara

-           No creo que seas aburrida- musito llevando la taza a mi boca para probar el chocolate

-           Lo sé, aparte, lo que le da el toque juguetón a mi vida

-           Es Santiago- se ríe

-           No, él y Andrea solo dan lata, yo iba a decir que tu- suelta como si nada y comienza a comer, suspiro y se me queda viendo- mañana ya no iremos al mismo lugar- suelto otro suspiro

-           ¿Quieres que sigamos comiendo juntas? - le pregunto

-           ¿Tienes ese tiempo libre? - me ve inquisitivamente

-           Me refiero a regresando como a las 5- le aclaro, porque si comprendí su confusión

-           Ah, mejor obligo a Santiago a que comamos fuerte- se sonroja- en el trabajo y aquí cenamos juntas, porque mis clases y eso- me aclara como disculpándose

-           Oh, está bien

-           ¿Qué no sales más tarde que yo? - niego con la cabeza- ¿Entras más tarde y sales más temprano que yo?- me pregunta asombrada

-           Nos rolamos la entrada entre Tali y yo, por eso unos días entro más tarde y otros no, de la salida, es casi a la misma hora que tu

-           A mí se me hace que te consienten mucho- repela

-           Pues yo tengo que aguantar a ese jefe- las dos reímos

-           Sí, es medio abusivo y pesadito- refunfuña entre risas.

Terminamos de cenar y me pongo a lavar todo en lo que ella recoge la mesa

-           Gracias por la taza, me encantó- me sonrojo al decirle

-           No hay de que, me da gusto que te gustara- me regala una de sus hermosas sonrisas hasta que un bostezo interrumpe- me iré a dormir ya- me comenta

-           Si, descansa- giro a verla y me planta un besito en los labios

-           Que descanses- se va con una sonrisa de oreja a oreja

 

 

Ambar

 

-           ¿Y bien? - tengo encima aquí a Santiago con esa pregunta desde que llegó del trabajo

-           ¿Qué? - le contesto

-           No me digas que- gruñe

-           ¡Que ya cuentes! - resopla Andrea escandalosamente

-           ¿Qué se supone que voy a contar? - frunzo el ceño

-           Las abogadas las secuestraron y luego ya no supimos nada de ustedes por todo el fin de semana- se queja mi amigo

-           Ah, pues fuimos a comer/cenar- comienzo a contarles- luego de que nos tomaran el pelo, se tomaran el pelo, comer y…- ¿les podré decir que ellos dicen muchas cosas sugestivas? - por fin llegáramos a casa- ¡ah! - no me acuerdo si ya les conté

-           ¿Qué? - corean los dos

-           ¿Qué atentos? – los dos sonríen- ¿les conté que la besé el otro día?

-           ¡¿Queeeeeeeé?!- gritan

-           Shhhh, no sean escandalosos- los regaño entre dientes

-           Tú no eres la primera en besar- Andrea no sale del asombro

-           Cuenta- exige Santiago

-           Es que se ve tan linda- me gana el sonrojo- cuando se cohíbe, fue solo un besito rápido de labios- me ven dulcemente- y luego otro día uno de buenas noches

-           Tan ñoña- resopla Santiago, Andy se ríe

-           ¿Por qué? - ladeo la cabeza

-           Por tus besitos- responde Andy entre risas

-           Ah, el de buenas noches que me dio ella si fue besito- me ven extrañados- pero el que yo le contesté no- sonrío de solo recordarlo, ¡Se me antojan sus labios! - Buenos días en que puedo atenderle- le digo al cliente que acaba de llegar y estos que no se mueven, así que los volteo a ver para regañarlos, pero siguen idos

-           Yo pago la comida doy- dice Santi y es lo último que escucho, lo siguiente fueron clientes que llegaban a liquidar.

 

 

Ania

 

-           Tienes cara de felicidad- comienza como saludo Tali- ¿hay algo que contar? - pregunta cantadito y dando brinquitos por aquí y por allá

-           Ania, te dije que los niños no podían venir al trabajo- mi jefe entra diciendo con seriedad en la voz, pero una sonrisa de burla en la cara

-           Muy gracioso- musita Talis- tiene día ocupado- se ahorra el recitarle y le pasa la hoja

-           Bien, supongo preparaste la documentación- comenta revisando la lista

-           Ya está toda en su escritorio- el asiente con la cabeza entrando a su consultorio, entonces, asoma la cara

-           Ve poniendo al día a Ania- entra por completo a su consultorio y cierra la puerta

-           Vino la enfermera Caro a saludar, dijo que por ser tú en ausencia por una razón ¡tan justificada como cuidar a su paciente favorita! - agranda su sonrisa- luego viene a saludarte

-           ¿Y cómo te fue? - le pregunto ignorando su comentario

-           Bien, ¿Y a tiiiiiiii?- canturrea

-           Bien también- respondo

-           ¿Cómo la obligaste a seguir las indicaciones? - pregunta entre risitas

-           Hay métodos- simplifico

-           ¿Métodos de besitos? - la veo horrible, pero el recuerdo me gana y me sonrojo- ¡Siiiiiii! ¿Cómo fue? ¿fue solo uno? ¿Quién lo dio primero? - Comienza el interrogatorio, el doctor sale molesto del consultorio

-           ¡Dejen de jugar y pónganse a trabajar, para eso les pago! - nos fulmina con la mirada- aquí no se grita- señala con el dedo índice a Talis

-           Es un buen chisme- el doctor aprieta la boca

-           Pásame al primer paciente y espero detalles de eso- nos señala moviendo el dedo de una a la otra repetidas veces- pero sin gritar- nos vuelve a fulminar con la mirada

Talis va por el primer paciente, regresa y me pone al tanto del trabajo, sé que en cuanto terminemos con esto me atosigará para tener todas las respuestas hasta satisfacer su curiosidad

-           Yo soy toda oídos- se pone con el café en recepción

-           Me robó un besito- me sonrojo- otro día le di un besito

-           ¿Qué otro día? - pregunta

-           Cuando salimos- asiente- y ese mismo día me dio un beso muy bueno- sonrío de oreja a oreja como boba

-           Mmmmmm ¿ha habido más? - acepto- ¿Qué tal?

-           No sé cómo dejarla de besar- me sincero

-           Pues no la dejes de besar- obvia en tono nefasto

-           No somos nada- le hago ver lo obvio y resopla

-           Pues has que sean algo que chicas de besitos- me dice en tono molesto- así luego de besitos se pueden hacer más- ahora cambia a tono jocoso mientras sube y baja las cejas

-           Claro, como si mis palabras fueran a salir, así como así- refunfuño, me levanto y voy para los recados que tiene el doctor con otro paciente

 

 

Ambar

 

-           ¡Qué bonita primera cita! - chilla Andy al terminar de contarles de ayer

-           Si, la verdad, no sabía que podían ser tan lindas- Santi finge secarse una lágrima

-           No fue una cita- ¿o sí?

-           Salieron, comieron algo, platicaron de ustedes, se conocieron más, le compraste cositas

-           Una taza- interrumpo el conteo de Andy

-           Le haces cenita y besito de buenas noches, eso es una cita- le vale mi interrupción

-           Hoy puedes seguir conociéndola y luego la haces tu novia- propone Santi

-           Y te la comes como esas ganas que sé que no te faltan

-           Oigan- los regaño- ella tiene sentimientos

-           Y todos por ti- Santiago que le vale madres

-           Es que no sé- comento dudosa

-           Deja tu seriedad y lánzate, Ania vale la pena- Andrea interviene

-           Yo sé que lo vale, ha pasado por tanto- no les conté a detalle de que hablamos- pero…

-           Pero nada- me detiene Santi- date esta oportunidad, tú también lo mereces, eres buena chica, y la verdad- me sonríe de oreja a oreja

-           Desde que la conociste traes otro brillo en los ojos- me dice Andrea

-           Mira que dejarla dormir contigo- canturrea Santiago- estar tan dependiente de ella y de nadie mas

-           Ni de tu madre- tose Andrea

-           Poner esa carita de borrego- Santi sigue con su juego

-           Era de conejo- lo regaña Andrea, él se le queda viendo sin entender- fue lo que nos dijo su papá- se atacan de la risa

-           Yo quiero ver una foto de eso- chilla Santiago

-           Pues ahora le tendrás que pedir permiso a Ania, ya que es dueña de la presente- se ríe Andrea

-           Ella no es mi dueña ni ella mía- veo la hora, ya se nos está acabando la hora de comida

-           Lo increíble es que detuviera sus clases por pasar tiempo a su lado- me paro, cuando Santiago empieza así, se pone insoportable, así que me voy dejándolos ahí botados.

 

 

Ania

 

-           Ya te dije que no le voy a pedir que sea mi novia- le digo por centésima vez a Tali que no deja de chingar con lo mismo

-           Pero, pero, pero, pero

-           ¿Novia? ¿Cuál novia? ¿Quién? - empieza su interrogatorio el doctor- oye ¿Qué no te mandé a cuidar a una paciente? ¿Cuándo tuviste tiempo para andar viendo viejas? - se enfurruña e inmediatamente su cara cambia a una de una muy mala sorpresa- ¿acaso vas a andar con la horrible mujer de tu otro departamento? - Talis y yo no le quedamos viendo- la de las cucarachas- Talis y yo reímos

-           Ay no doc, esa ya quedó como las cucarachas con ride- Talis le resta importancia sacudiendo la mano de arriba había abajo

-           Ah que bueno- asiente satisfecho

-           ¿Qué no tiene paciente? - ¿acaso no tienen nada mejor que hacer que andar de chismosos?

-           ¿Entonces de quien se hará novia? - le pregunta a Talis ignorándome

-           De la paciente número uno de la enfermera Caro- el doctor se asombra y luego me ve con una sonrisilla traviesa- entonces- su voz no contiene la emoción aunque su semblante si - ¿le hice de cupido? - lo veo sin creer y Talis que se ataca de la risa

-           No me voy a hacer su novia- digo

-           Si- me interrumpe Talis

-           Que no somos nada, nos estamos conociendo

-           ¡Yeeiii!- grita el doctor y hace el ademan de victoria con el brazo derecho doblando el codo hacia dentro

-           Ustedes están mal- bufo y salgo de ahí, son imposibles cuando se ponen así.

 

 

Ambar

 

Entro al departamento y hay un rico olor de comida, así que voy a la cocina a ver que hay

-           Hola- la saludo viendo como pone algo en la cazuela, da un brinquito y voltea con una hermosa sonrisa

-           Hola, no te escuché, me espantaste- se ríe mientras se acerca a mí y me da un besito en los labio- ya empecé a hacer la cena, porque ¿si comiste verdad? - me pregunta

-           Si- asiento, en lo que ella regresa a ver lo que tiene en la estufa y aprovecho a poner mis dedos en donde dejó el beso, creo que puedo acostumbrarme a esto; carraspeo- ¿tu? ¿quieres ayuda? - me voy a lavar las manos, porque manos de calle guaquis

-           Todo bien, supuse que tendrás clases- cierto, mis clases, apenas terminé de ponerme al día

-           Cierto- voltea a verme extrañada

-           ¿Te sientes bien? - toca mi frente

-           Si- la veo a los ojos

-           ¿Segura? - da un paso hacia mi

-           Si ¿por? - me sonríe

-           Tu olvidando tus clases- sonríe frunciendo la nariz

-           No las olvidé- solo el panorama era muy bueno- pero tal vez necesitabas ayuda- en su sonrisa niega con la cabeza

-           No incendiaré tu cocina- se ríe, al regresar a hacer sus deberes la tomo de la mano y la jalo hacia mí- ¿Qué pasa? - me ruborizo y me ve enternecida

-           Me gustó el saludo- le doy un beso y antes de que me salga de control salgo de ahí.

 

La semana ha sido linda, si, esa es la palabra que la define; hemos tomado una rutina de cuando llegamos salir a caminar al parque unos días en donde compartimos algún postre (sobre todo fruta), hablar del día (sus pacientes, los huéspedes, compañeros de trabajo, detalles que pasan); otros preparamos lo que se va a cenar y llevaremos de comida al trabajo (ya sea que ella llegue antes o después que yo (quien llega antes es quien empieza a cocinar aunque aún seguimos el menú, a veces las dos cocinamos juntas); mis clases y ella en eso se pone a hacer cosas en su computadora; cenar juntas; hablar en la cena o después de, conocer un poco más de como era su vida antes de decidirse ser enfermera y después, su tiempo de escuela; otro tanto de mí, algunos álbumes de fotos (su hermano le vino a traer unos y ¡tiene muchísimas fotos!).

-           Hola- saludo desde la puerta y se asoma desde la cocina

-           Hola- se acerca a mi dándome un besito como lo hemos hecho toda la semana

-           Mañana solo voy hasta las dos- le aviso y sonríe- tu no vas ¿o sí?

-           No- se sonroja al sentir como le doy más besitos

-           ¿Qué tal si hoy salimos a cenar? - se me queda viendo- algo saludable- sonríe

-           ¿Qué tal si mejor mañana y así paso por ti? - sonrío por reflejo a ella

-           Me parece, pero- se me queda viendo- ¿Qué estás haciendo ahorita?

-           Pues iba a empezar a preparar la cena- veo la hora, me queda media hora para mis clases

-           Ven- la jalo al sillón para sentarnos- no aguanto más- y como si me leyera, se acerca a mí para darnos besitos mientras toma mi mejilla

-           Creo que tengo una adicción a tus labios- susurra dulcemente

-           Yo a tu lengua- y paso mi lengua por sus labios que me dan la entrada, mi alarma de clases suena (la puse porque en estos días varias veces me conecté tarde)- ¿qué tal si después de cenar vemos una película?

-           Me parece genial- responde en un suspiro- a clases señorita- agrega abriendo los ojos y viéndome con una sonrisa

-           Bien- le doy un último beso y me voy a mi cuarto para hacer la clase, con su presencia cerca no me puedo concentrar ya, ¡estoy demasiado al pendiente de ella!

 

 

Ania

 

-           Qué pensativa- Talis dice dando golpecitos en el escritorio

-           Que aburrido está acá- me quejo

-           Pues como ya no estás pendiente las 24 horas de tu amor- la veo entrecerrando la mirada y ella sonríe- bueno, y ¿Qué tal el fin de semana? - la sonrisa se me escapa

-           Vimos la sirenita el viernes en la noche- le digo emocionada- dejó que la viéramos completa- la vimos en el sillón, las dos cobijadas una al lado de la otra (en realidad yo estaba recargada en su hombro mientras ella me hacía piojito) y no nos movimos hasta que terminó

-           Ñoña- “tose”- ¿Qué más?

-           El sábado pasé por ella al trabajo y fuimos a caminar a la plaza del centro

-           ¿La de los portales? - me interrumpe

-           Si, comimos un helado por que el día estaba bochornoso

-           Uff si, ya empieza a hacer calor- se queja

-           Luego estuvimos viendo artesanías y cositas- de repente me tomó la mano y me emocioné como escuincla de 15 y regresamos como eso de las 7 para ver un documental de un loco lunático de netflix

-           ¿De esos que matan a todos? - asiento- que enfermo- dice “temblando”- ¿está bueno? - me río

-           Sí, no lo vi completo, me quedé dormida- reímos- quiere que salgamos a correr- resoplo

-           ¿Tu haciendo ejercicio? - se ataca de la risa- lo que hace el amor- suspira

-           Te llegará y te lo restregaré- le gruño

-           Salgan a trotar, así ella no se desmaya en el camino- propone, asiento

-           Si, lo había pensado- planeamos hacerlo dos veces por semana antes de cenar, ya que tengamos un poco más de condición física 3 veces por semana ¡no sé si voy a aguantar!

-           Espera- interrumpe el doctor- ¿escuché bien? ¿Ambar haciendo ejercicio? - de verdad está asombrado

-           No tan así, pero si- sus ojos siguen bien abierto- ¿Cuándo llegó? - le pregunto extrañada

-           Ah, pues ahorita- se pone pensativo- sus análisis ya salieron, ya se los sacaremos cada 3 semanas, va muy bien- nos avisa y se va a su consultorio pensativo

 

Llego a la casa, el doctor ha tenido muchos pacientes y entre Talis y yo hemos tenido que ir a sacar análisis, aun no entiendo porque el doctor hace ese servicio, aunque no me voy a quejar por ello, así tuve mi primer reencuentro con Ambar, uno muy bueno debo decir; la cuestión aquí es que las desmañanadas y el conjunto de trabajo ha sido pesado.

-           Me voy a quejar con el doctor, te está drenando las energías- me saluda Ambar en la puerta

-           Hola mi vida- le doy un beso y la abrazo, me corresponde el abrazo dulcemente

-           ¿Muy cansada? - asiento sin soltarla, siento que me da energías- tengo fruta, ven- me jala a la sala, es fruta cortada con limón y chilito- siéntate- y me da el primer trozo- ¿rico? - asiento y me besa- sí, muy bueno- se ríe, aun no me acostumbro a esta versión de Ambar osada, digo, me encanta, pero aún me deja ida- ¿Qué tal si hoy cenamos esto, tú te das un baño bien caliente y así descansas mejor? - no voy a pelear con ella porque todo suena muy saludable

-           Acepto

-           ¿Quieres dormir algo mientras? - me pregunta dulcemente

-           Sí, pero- no quiero estar lejos de ella, pero tiene sus clases

-           Como te vas a dormir- comienza- puedes estar en mi cuarto en lo que yo estoy en clases ¿te parece? - sonrío aceptando

 

 

Ambar

 

-           Hola- me saludan al teléfono

-           ¿hola? - me aseguro de que si es la persona que creo viendo la pantalla del celular como si eso me mostrara la cara del que está del otro lado de la línea

-           Saliste muy bien en los análisis- comienza juguetón

-           Aja – le hago seña a Santiago para que atienda el a los huéspedes

-           Entonces ya serán cada tres semanas- se escucha contento y yo más, aunque Ania es quien me saca la sangre para las muestras (y lo hace muy bien), sigue son gustarme eso

-           Súper- sonrío

-           He escuchado que quieres hacer ejercicio- comienza con su risita, seguro Ania lo comentó y este andaba de chismoso escuchando conversaciones ajenas

-           ¿Y?

-           Me alegra, ella ha hecho todo lo que yo no había podido, te puso a raya con tus horarios y medicamentos (que por cierto ya le pasé los cambios, vamos a dejar de inyectarte eso), te levanta el número de plaquetas con las suyas- sigue enumerando- y te hace ponerte a hacer ejercicio

-           Gracioso

-           ¿Te gusta? Es una buena chica- su tono es de los más honestos que le conozco- ¿la hice de cupido? - suena entre orgulloso y preocupado

-           Estaremos bien, no te la voy a espantar y voy en serio con ella- escucho su suspiro

-           Es una buena chica- este hombre es muy paternal, solo con la enfermera Caro se portaba como escuincle

-           Lo es- acepto

-           Tu también, me da felicidad, espero si se haga algo entre las dos, pero sea lo que sea, sabes que sigues siendo la paciente consentida de la Sra Caro porque de la mía no- nos reímos

-           Gracias a los cielos- seguimos entre risas

-           Bueno, como tu doctor, te digo que te portes bien y sigas las indicaciones de tu enfermera- y viene a mí la conversación con la licenciada Rebeca, Ania de enfermera mandona sería sexy- cuídate

-           Espera- lo detengo mientras voy a donde nadie me va a escuchar- si yo quisiera- carraspeo la garganta, lo bueno es que no me ve porque ya estoy como tomate

-           ¿Qué? - pregunta como si nada

-           Si se diera para intimar

-           ¿Quieres lecciones de eso? Creo que le preguntas a la persona equivocada, no es que no tenga una idea de cómo lo hacen las mujeres pero

-           No seas idiota- se me sale y él se carcajea

-           Te veo bastante bien, todo ha salido bien, te recomendaría que esperaras un poco más, un mes, si todo va bien no creo que te canses tan rápido- sigue burlándose, aunque sé que lo dice enserio

-           Gracias

-           No hay de que, yo no digo nada, ciao- cuelga

-           Pesado

Salgo de mi escondite y ahí tengo a Andy y Santi al pendiente de mí, mientras que mi jefe pasa, así como “quien no quiere la cosa”

-           Era mi doctor, mis estudios serán cada tres semana- los tres celebran

-           Nos da mucho gusto- mi jefe me dice lloroso y prosigue su camino

 

Llego al departamento, aún no ha llegado Ania, de verdad que la tiene esclavizada este doctor, adelanto mis clases de hoy, la escucho llegar y voy a su encuentro

-           Me habló el doctor- le aviso dándole un besito de bienvenida, aun me hace ruido cuando me dijo “mi vida”, me dio un brinco en el corazón, aunque presiento que de lo cansada que estaba no se dio cuenta

-           ¿Qué te dijo ese chismoso? - me dice sonriente, por lo menos hoy no sé qué agotada

-           De mis análisis- sonrió y ella conmigo

-           Esas son excelentes noticias mi vida- besa mis labios con besitos chiquitos

-           Si- suelto en un suspiro

-           ¿Vamos por un helado? - le propongo

-           Pero si ya pagué mi deuda- reniega con una sonrisa

-           Está bien, este lo pago yo- acepta

-           Solo deja me cambio- la dejo ir

 

Salimos a la nevería que está por la casa, cerca del parque, pedimos cada quien su helado y regresamos al camino del parque para sentarnos en una de las bancas que te da suficiente privacidad; el silencio impera hoy, pero es un silencio bastante cómodo; el aire corre, los árboles a nuestro alrededor suenan, a lo lejos se escucha los pasos de las personas pisando las hojas secas, algún que otro ladrido, uno que otro pajarillo cantando

-           Ania- me voltea a ver con la paletita del helado en la boca

-           ¿Mmm? - me sonríe a la espera

-           Yo me he sentido muy cómoda contigo- me detengo- no, cómoda no es la palabra, pero si- ¿Por qué justo ahora no me sé explicar? – o sea si- me ve frunciendo el ceño- me agrada que estés en la casa, que vivas conmigo- comienzo a sonrojarme- tu compañía, tu tu tu

-           Ambar, me gustas- suelta tan fácil, como aquella vez que me dijo “tienes unos ojos muy bonitos”

-           Tu a mi tambien, me encanta estar a tu lado, concerté ha sido una experiencia más que grata, placentera y hablando de placeres, besarte es mi delirio- creo que hay cosas de Ania que se me están pegando

-           Para mi también- suspira

-           Pero no quiero estar siempre en el limbo, yo no quiero hacerte lo que te hizo Luisa –su mirada ahora es de preocupación- porque te valoro y comienzo a sentir más por ti te voy a preguntar ¿quieres ser mi novia? - suelto por fin la pregunta que traía atorada

Notas finales:

7, 7 ¿que le dirá?


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